XXXVI: Amor

Acordé una cita con Chloe por los viejos tiempos y mientras acabo de prepararme, Rex me contempla con odio en todo momento; ver su rostro enfadado en el espejo es gracioso, pero intento no reír, no quiero que se tome a juego esa actitud grosera que tuvo hace un par de semanas en mi oficina.

Cuando hablé con él, se disculpó mucho y dijo que estaba enojado por lo de Misaki; sin embargo, eso ya quedó aclarado e incluso dejó de insistir en que llame a Takano; aun así, hoy se pasó el día enojado conmigo y parece que más en este momento.

—Theodore, ¿me explicarás qué te pasa? —Sigue en silencio con la misma expresión y vuelvo a insistir—. Espero por ti.

Sin embargo, él voltea los ojos sin emitir palabra alguna y lo veo levantarse con dirección hacia la puerta. Corro a impedírselo y tomo su brazo para detenerlo; me agacho ante él para estar a la altura de sus ojos y así vuelvo a preguntarle:

—¿Qué pasa, Rex? —Por largo rato solo me mira con el mismo gesto, pero luego noto la tristeza en su mirada, así que suavizo el tono al hablarle—: Campeón, cuéntame, ¿por qué estás así?

—Dieciocho días… —Ladeo la cabeza, confundido luego de oírle—. Dieciocho días desde que Cullen se fue y tú ya te vas de cita con esa mujer.

Siento mis hombros descender con esas palabras; un fuerte y pesaroso suspiro se me escapa.

—Hijo, solo es una salida entre viejos amigos…

—Corrección, entre viejos novios. Ella era tu novia en la secundaria. —Río ante eso, ya voy comprendiendo, ¡está celoso! No me la creo.

—Sí, al igual que otras varias chicas en la escuela.

Vuelve a voltear los ojos «ya se está pareciendo a Johan», pienso y siento una sacudida en el pecho.

—Hijo, ¿crees que no lo extraño tanto o quizás más que tú? —pregunto en tono bajo y Rex fija su triste mirada en mí—. Campeón, Johan no podía quedarse.

«Aunque eso habría sido maravilloso»

—Volvió a casa, con su familia y amigos, a luchar por sus sueños porque allá es su hogar…

—Y el tuyo hace mucho que dejó de ser París. —Rex me interrumpe, veloz y siento mis ojos abrirse de la impresión.

Entonces lo veo soltarse y caminar de un lado a otro mientras niega despacio con la cabeza hasta volver a mirarme.

—Pa, hace años que tu hogar pasó a ser esa hermosa ciudad costera que amaste al visitarla por primera vez y aún más desde hace como medio año cuando te enamoraste de un vampiro bebedor. —Río a carcajadas y él sonríe—. Alguna vez escuché la frase: “Tu hogar es donde está tu corazón” y definitivamente, el tuyo no está en París.

Lo observo pasmado. Corrijo, no todo es anime con este chiquillo. «De algún modo es como escucharte a ti, Theodore», pienso con la mirada fija en una de las fotografías de mis padres, presente en el collage de la puerta. Sé que tiene razón en cada palabra, pero me he perdido mucho en la vida de este pequeño; escucharlo hablar de esta manera, solo lo confirma, tiene casi nueve años y se la pasa dándome lecciones. Clari ha hecho un trabajo increíble con él, es tiempo de que yo también haga algo.

—Hijo, tienes toda la razón, pero mi corazón también está aquí, porque en este lugar estás tú. —Compartimos una sonrisa—. Hace días te molestaste por mi playlist del dolor… —Ríe bajo—. Y ahora que intento seguir adelante también te molestas. —De nuevo luce triste y acaricio su mejilla antes de continuar—: Hijo, debes hacerte a la idea, Johan se fue y yo seguiré aquí te guste o no.

Basta decir eso para enojarse una vez más.

—¡No tiene que gustarme a mí, sino a ti! —grita enfadado y sale de la habitación, un momento después escucho cerrarse la puerta de la casa. Suspiro de nuevo.

¿Qué puedo hacer para demostrarle que quiero seguir adelante aquí, porque deseo estar a su lado?

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Luego de dejar a Rex en casa de Clari, llego al karaoke bar que Chloe escogió para nuestra cita. Es un hermoso lugar; en medio de las tenues luces y acabados en madera del entorno, se alza una gran plataforma circular con iluminación multicolor, las pantallas que indican la letra son cuatro y están ubicadas en la parte superior, alrededor del escenario; hoy están apagadas y una banda toca la música en vivo.

—Así son las noches de miércoles en este sitio —dice Chloe junto a la barra luego de saludarnos efusivamente y ver mi rostro encantado con el lugar—. Las víctimas deben cantar en vivo.

—¿Alguna vez has sido una víctima? —pregunto con una sonrisa y ella niega en silencio, asustada; de nuevo río ante su reacción—. ¿Por qué?

—¿Estás loco? Yo he cantado normal en el karaoke, siguiendo la letra y pista, pero este día es solo para valientes. —Reímos a carcajadas—. ¿Qué hay de ti?, ¿te atreverías a hacer una locura como esa?

—Quizás —replico con seguridad y me encojo de hombros para restarle importancia—, quizás después de una botella de whisky. —Seguimos riendo como locos.

Platicamos sobre los viejos tiempos, Chloe me hace revivir anécdotas que ya había olvidado mientras aplaudimos o abucheamos a las víctimas que se atreven a subir, según sea el caso. Creo que fue buena idea esta salida, ella es bastante divertida y locuaz, en serio, estoy pasándola bien esta noche, me alegra haber aceptado su invitación. Aunque no me atrevo a hacer de víctima en el escenario, sí canto la mayoría de los temas que suenan y ella sonríe.

—Sigues siendo musical como en el colegio.

—Supongo hay cosas que no cambian.

—¿Aún tocas la guitarra? Volvías a las chicas locas con solo desenfundar. —Río a carcajadas al recordar aquella época—. Creí que ibas a dedicarte a la música.

Tomo un trago de mi whisky antes de contestar y niego despacio con la cabeza:

—La guitarra era mi anzuelo. —Reímos a carcajadas—. Pero sí, sigo tocándola, aunque desde hace unos años uso más mi ukulele.

Poco a poco entramos en más confianza y dejamos de hablar tontadas para centrarnos en nosotros. Chloe, al igual que yo, es divorciada; se separó hace un par de años de su marido luego del primer aniversario, por eso no hubo hijos de por medio, el tipo decidió mandar al carajo las cosas con ella y yo no dejo de preguntarme: ¿Cómo pudo? Esta mujer es impresionante. Lista, coqueta, divertida, bonita y en serio se esfuerza en su trabajo, por eso goza del puesto que tiene. Bueno, creo que a veces somos idiotas y lo sabré yo que arruiné las cosas con Clari.

De repente, desde el escenario se escucha una bella canción que no reconozco, tiene un estilo cincuentero y la banda toca increíble, esa trompeta parece tener su propia letra y voz. Me pierdo en el hermoso sonido, cierro los ojos para disfrutar de la melodía hasta que Chloe habla y me devuelve a este momento:

—La vie en Rose de Louis Armstrong —enuncia y vuelvo a abrir los ojos, sonriente.

—¿Bailas? —pregunto y asiente con la cabeza.

Tomo su mano para llevarla al centro de la pista —o mejor dicho a un espacio más despejado junto al escenario— y bailar la preciosa pieza, despacio. Reímos como tontos al darnos cuenta de que somos los únicos en pie, pero poco nos importa, esa hermosa interpretación lo vale. Vuelvo a cerrar los ojos, perdido en la melodía, cuando la trompeta es reemplazada por una profunda voz que canta de manera increíble esa balada.

«Hold me closer hold me fast the magic spell you cast, this is la vie en rose; when you kiss me, heaven sighs and though I close my eyes, I see la vie en rose»

Abro los ojos al escuchar la letra y sonrío cuando mi mirada se cruza con el brillo y verdor de la suya. El rubor en sus mejillas por hacer esto conmigo en medio de todo el mundo es adorable. Amo esa encantadora timidez con que sonríe «sin duda veo la vida color de rosa cuando estás a mi lado, niño».

Seguimos bailando entre giros y risas, disfrutamos este mágico momento, aprieto su cuerpo cada vez más junto al mío y siento el calor crecer con cada una de sus caricias o la presión que ejercen sus brazos entorno a mí.

La voz es reemplazada una vez más por el soberbio sonido de la trompeta, ahora en tono más alto y acompañada por los platillos, reposo mi frente sobre la suya y hacemos un último giro al final de la interpretación, entonces sello nuestros labios en un romántico beso que descontrola todo en mi interior. Siento el corazón bombear con demasiada fuerza.

Abro los ojos por el sonido de los aplausos y ovaciones, así vuelvo a ser consciente del lugar donde me encuentro y la persona que me acompaña.

Chloe luce ruborizada, pero eso me hace pensar en Johan, así que procedo a disculparme y regreso veloz hacia la barra a tragarme un vaso de whisky para intentar bajarle al sentimiento de pena, pero aún más al de culpa. Me siento culpable por ese beso que mi mente hizo creer que era para él. ¡Dios!

—Raymond, creo que en realidad no estás aquí —dice Chloe amablemente y se sienta junto a mí. Niego con la cabeza.

—De nuevo lo siento Chloe, cometí un error, es muy pronto para pensar en citas. —Vuelvo a tomar mi whisky y la veo sonreír.

—Tranquilo.

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Otro día y aunque me digo que debo renunciar a tu recuerdo, se hace imposible, ¡Dios! ¿Por qué no puedo dejar de pensarte?

«A ti te consta que, aunque han pasado más de trece años desde que tu madre partió, yo he sido incapaz de traicionar su memoria…»

Por alguna razón las palabras que papá alguna vez me dijo, hace ya muchos años, resuenan dentro de mí, pero padre, necesito seguir adelante, yo lo amo, de eso no hay duda; sin embargo, no podemos estar juntos.

—¡Papi! —grita Rex al entrar a la cocina, haciéndome saltar, casi lanzo el sartén al suelo con su escándalo y este chiquillo solo ríe como loco— Perdón —se expresa entre risas, de hecho, se agarra el abdomen con ambas manos, un poco más y se tira al suelo como el gato Felix—. Pa, solo quería decirte que: ¡hoy llega DarkSoul!

Rex junta sus manos en posición suplicante, aunque no sé por qué y menos sé de quién o qué carajos habla, así que lo observo confundido. Luego de un rato, viéndome perdido, cambia su emocional expresión a sorpresa, como si fuese lo más raro del mundo que yo no sepa sobre quién quiera que sea.

—¡DarkSoul es un famoso gamer y tiktoker! —Me encojo de hombros porque sigo sin entender y él vuelve a hablar asombrado—: ¿Cómo no sabes quién es? ¡Te pasas, pa!

—Rex, ¿y qué tiene que ver ese conmigo?

—¿Qué? ¡Todo! Pa, tengo que ser el primero en encontrarme con él. —Volteo las crepas aún sin comprender una mierda y él continúa—: Debes llevarme al aeropuerto a recibirlo.

Fijo los ojos en él, elevando una ceja antes de responder:

—¿Debo? Rex, encima de que no usas tus modales para pedir las cosas, me exiges ir a ver a un fulano desconocido.

—Está bien, tienes razón, pa, lo siento… —Ahora hace puchero—. Pero papi, quiero ser el primero en hacer un streaming con él para mi canal, si no, viene otro y ya sería un simple copión. —Vuelve a hacer puchero y solo puedo reír.

Ni modo, afirmo entre risas, este chiquillo siempre busca la forma de meterme en sus locuras. Nos sentamos a comer y me cuenta su loco plan para acercarse a este chico, solo puedo reír, aunque no sé un carajo sobre el tipo, me alegra apoyar a mi pequeño en esto que le gusta.

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Llegamos al aeropuerto, los suelos blancos me dan la bienvenida a este lugar que solo puedo visitar, cabizbajo, vuelvo a sentir una sacudida en el pecho. ¡Dios! Es increíble que ya ha transcurrido un larguísimo mes desde que le dije adiós en este mismo sitio. No quería regresar aquí, pero todo sea por hacer feliz a mi pequeño y sus ansias de conocer a ese famoso…

«¿Qué?»

Un momento…

Ensimismado entre pensamientos y recuerdos, no he sido consciente del recorrido hasta ahora, pero esos carteles… esta parte… aquí fue donde…

—Rex, ¿qué hacemos aquí? Dijiste que veníamos por un youtuber.

Lo veo sacarse algo del abrigo y colocarlo en mi mano, me quedo perplejo al darme cuenta que se trata de un pasaje de avión al interior de mi pasaporte, observo a Rex sorprendido luego de corroborar el destino del vuelo y me devuelve una sonrisa.

—Papi, te amo y en serio agradezco lo que quieres hacer por mí.

Me llevo una mano a la boca, sorprendido, mis ojos van del boleto hacia el rostro de Rex y en ese ciclo continúo un rato, atónito.

—Pero admiro y adoro a Mr. Fisher, el artista explorador, el fotógrafo viajero, el trotamundos de las mil anécdotas que, además, está perdidamente enamorado de un vampiro otaku. —Río al escucharlo. No puedo creer lo que dice.

—Pero Rex… —intento hablar entre sollozos, no me salen las palabras.

—Sé que me amas, pero jamás te he visto así de feliz como ese verano que compartí contigo y Cullen… —Lágrimas bañan sus mejillas, así que me apresuro a rendirme frente a él y abrazarlo, continúa en medio de gimoteos a mi oído—: ¡Dios! Y ni hablar de las vacaciones de invierno…

—Hijo, no puedo creer que me echas de tu lado.

—Pues sí, lo hago… —Asiente sobre mi hombro—. Además, si ustedes no están juntos, el vampiro no tiene un motivo para venir aquí tampoco, ni yo para ir allá. —Lo aprieto aún más fuerte—. Pa, le prometí a Cullen hacerte feliz, así que largo de aquí y de mi parte dile: “de nada”.

—¡Dios! Rex… —No paro de temblar y sollozar, sigo sin creer esto.

—Eso sí… —Se separa de mí, fija sus ojos en los míos y luego levanta el meñique—. Que no pasen otros dos años para ver tu cara fuera de la pantalla. —Enlazo nuestros dedos un segundo mientras el llanto acaba por ganarme. Vuelvo a aferrarme con fuerza a él para besar sus mejillas y frente repetidas veces.

—Eso nunca más, te lo juro —susurro a su oído y vuelvo a besarlo.

Me percato de la presencia de Clarissa detrás de Rex, aunque sonríe, sus ojos están empapados, le jalo de la mano y los tres nos fundimos en un fuerte abrazo.

—Perdón por el engaño, pa, pero si no hacía esto, tú seguirías siendo infeliz lejos de tu hogar… —Lo aprieto más fuerte, beso su cabeza repetidas veces, no puedo creer lo que hizo. ¡Dios!

—Me contó lo que quería hacer… —susurra Clari ente lágrimas—. Y créeme que traté de convencerlo para cambiar de parecer, pero no hubo forma.

Permanecemos abrazados los tres todo el tiempo hasta escuchar el último llamado para mi vuelo, lo único que hago cada segundo es disculparme con mi niño por esperar todo este tiempo para estar juntos y jurarle que nunca más se repetirá. Así, luego de mucho llanto, besos y despedidas, aprieto fuerte ese pasaporte que lleva consigo el boleto con destino a casa, de vuelta contigo, mi pequeño pervertido.




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¡Hola cómo les va!😆 ¿Les va gustando hasta este punto?😆

A propósito, si no conocen la fantástica rola cincuentera que deja maravillado a Ray en el karaoke, denle play al multimedia, es preciosa❤️

Y pasen un hermoso y feliz día del libro viajando a través de la imaginación ❤️🤗

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