XXXIII: Imágenes mimetizadas

♡⁀➷♡⁀➷Rui-Rob♡⁀➷♡⁀➷

¡Noo! ¡¿Cómo le decís que no, pelotuda?! El pibe hace toda una locura de amor y vos lo rechazás así, eso no se vale, boluda.

¿Podemos irnos? Rob, de verdad, ya vamos tarde.

Entonces, ¿para qué correr ahora? Dejá que termine mi novela.

¡Maldición, Robert, te he dicho que podemos grabarla!

Y yo te he dicho a vos que así no me gusta, no quiero que me caguen a spoilers. Ahora callate y seguí disfrutando conmigo; la pelotuda de Xun-li acaba de mandar por el orto al pobrecito de Fa-sung y todo porque ajá, la posta, él es pobrecito.

¡Robert, no me interesa! Si tanto quieres y defiendes el modelaje, al menos tómatelo en serio.

Rescatate, por quince minutos tarde no se van a ortivar. Comprendé, estamos de moda.

-¿Rui?, ¿todavía acá? Vos deberías estar en el estudio o por lo menos en camino.

¿Ves lo que haces? Ya Laura me regañó.

¿Eso es mi culpa? Vos le pediste a la panadera vivir con nosotros.

¡Se llama Laura! Y ya pongámonos en marcha, maldición. Robert, a veces me sacas de quicio.

La puerta principal se abre y veo entrar a mi hermano, armado con bolsas de compra y una sonrisa inmensa que se apaga, luego cambia por una mueca de fastidio al cruzar miradas conmigo.

-¿Qué haces aquí todavía? -pregunta contrariado y río bajo, él niega con la cabeza-. Se supone que deberías estar en tu trabajo y esto sería sorpresa.

Vuelvo a reír, ahora más alto. Me levanto del sillón al notar que en el estúpido canal chino se han ido a comerciales.

¡¿Cómo que estúpido?! Para vos todo de mí son pavadas.

Ya, está bien lo siento, no necesito que me pelees ahora, Ricky está aquí, ¿no lo ves?

Bueno, pero igual es tu culpa por referirte de manera despectiva hacia mí.

¿Qué? Robert, de verdad ya cállate.

-¿Sorpresa? -pregunto un poco confundido-. Escucha, mi cumpleaños ya pasó hace meses, así que no entiendo.

Ricky destapa dos cervezas y me empuja con la botella.

-Lo sé, niño tonto, pero sería un compartir sorpresa entre hermanos. -Eso me hace reír. Mientras tomo mi bebida, él sigue hablando-: Casi no pasamos tiempo juntos desde año nuevo y ya que estaré libre los siguientes días, pues decidí venir aquí y preparar esto, ¿te parece mi idea? -Asiento entre risas.

Me alegra haber resuelto las cosas con Ricky. Seguimos conversando y reímos un poco más, la sonrisa en el rostro de Laura al vernos juntos es hermosa; la veo despedirse con un guiño y nos lanza besos a ambos, así que replicamos su gesto entre risas.

Sos injusto, te quejás por lo tarde cuando veo mi novela, pero vos seguís disfrutando.

-¡¡Tengo que irme!! -exclamo alterado, escupo la cerveza en el proceso y Ricky ríe a carcajadas.

¡Maldición, Robert, hay que correr! Agarra esas llaves y salgamos de aquí.

Si nos ponen otra multa será tu culpa y no tenés derecho a queja.

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Otra tardía jornada laboral, todo el estudio parece una locura, Johana nos mira feo y la única razón por la cual no nos despide es porque somos los mejores. Mirá a quien tenemos acá, el rulo ha vuelto al estudio... Lo que es tener influencias.

Cállate, idiota, te apuesto que Johana le rogó volver.

Igual, eso es nepotismo.

¿Qué pasa contigo?, ¿hoy tienes un lapsus culto o qué?

¿No puedo optimizar mi manera de comunicarme?, ¿tengo que ser un orangután drogado para que vos seás feliz?

¿Sabes qué? Ya cállate.

-¡Hola, extraño! ¿Qué haces aquí? -pregunto a Johan cuando lo he alcanzado en la pasarela y sonríe al mostrar su cámara.

-Fotógrafo -contesta con algo de ironía-. Mis días frente a la lente, se acabaron. -Reímos juntos.

Pedazo de pelotudo este, tantas clases para nada.

-Entonces, vos solo me hiciste perder el tiempo. ¡Deberías estar allá! -Este pelotudo me ortiva, así que le señalo la pasarela para que comprenda, en cambio, niega con la cabeza-. ¿Cómo qué no? ¡Vos estás buenísimo!

¡Robert, déjalo tranquilo! Ya lo hiciste apenar, está todo rojo.

¿Y? ¡Me vale! Esa es la posta y vos lo sabés, además, ¿cuánto tiempo le dimos clases y para qué?

Robert, ya.

-Perdón por eso -me disculpo en bajo y Johan sonríe.

-Sé que no lo haces a propósito, pero definitivamente, Robert no tiene filtro.

Sacudo la cabeza en negación, Robert puede ser molesto a veces.

Ah, sí porque vos sos la perfección andante.

Claro que no, pero ¿lo ves? Eres exasperante.

-Entonces eres el nuevo fotógrafo -le digo, Johan vuelve a asentir y mostrar su cámara-. Pero tú no sabes nada sobre diseño o publicidad, ¿hay alguien nuevo en esa área?

Lo veo encogerse de hombros y suspirar antes de hablar:

-Ni idea. Tengo la orden de sacar las fotos y luego entregárselas a Johana, quizás Ray se encargue por Francia. -Aunque trata de disimular, solo decir su nombre sigue siendo difícil.

A pesar de todo, en el tiempo que ha transcurrido desde su regreso, me he alegrado por verlo bien y tranquilo, enfocado en sus cosas. Kelly y yo estuvimos hace días en una de sus prácticas para el campeonato de primavera y es fantástico, aún es tan bueno como antes.

Yo creo que más, ¿no te acordás en el complejo? Eso fue asombroso.

-Bueno, ¿qué haces aun aquí? -nos habla el rulo con sarcasmo- Lárgate al backstage y cámbiate "Supermodelo". -Y encima hace comillas al aire mientras ríe, re burlón.

-Ya te la estás creyendo, pero sabé que vos no me das órdenes a mí, ¿entendido, nene?

Luego de cambiarnos volvemos a escena, el rulo, a posta está en plan fotógrafo, toma diferentes ángulos y toda la cosa, decido acercarme desde atrás para verificar que tan buen trabajo realiza y sonrío. Me gusta lo que veo, aunque es un poco torpe para las indicaciones a los modelos.

-Cinthya, apoya tu espalda a la pared... -Lo escucho decirle y la morena lo mira raro; no es para menos, estamos en la pasarela, este pibe parece olvidar que no hay pared cerca-. ¡Perdón! -Se apresura a corregir muerto de risa-. Quiero decir, pose básica con tus brazos en jarra y la vista en la cámara; ahora, ve llevándola a varios sitios.

-Creo que sos un desastre para esto -susurro apoyado en su hombro cuando ha dejado de fotografiar y lo escucho reír en alto, sonrío.

-Eres malo conmigo -replica irónico-. Disfrutas hacerte el malo aquí, ¿cierto?

Vuelvo a sonreír al recordar su primer día acá.

Me ortivé por el pelotudo de Rui, hacerme trabajar con este pibe cuando se suponía que debíamos alejarnos y encima, andar repartiendo boludeces, tenía que cagarlo a piñas, aunque después me gané un quimombo con Rui.

-Acá y donde sea, nene... -contesto, él muestra de nuevo esa reluciente sonrisa que empieza a llamar poderosamente mi atención-. ¿Sabés qué? -pregunto bajo y él me observa atento mientras me apoyo en su hombro, está sonrojado por la cercanía y así se ve aún más bonito.

¿Qué crees que haces?

Hablar con el rulo, eso es re obvio.

Robert deja de intentar ligar con él, ¿qué te pasa?

¿Qué? Solo hablamos.

-Deberías venirte con nosotros al salir de acá.

Robert, ¿qué te pasa idiota? Ricky espera en casa.

¡Cierto!

-No pensés nada raro, vos siempre imaginás cosas conmigo, pelotudo.

«Rulo, sos encantador cuando reís así.»

-Te estoy invitando a un compartir de hermanos, organizado por Ricky.

-¡Oh! Así que era eso -replica con ironía-, tienes razón, pensé muchas cosas raras.

Su risa re bonita y eso me hace sonreír.

Robert, basta, vamos a la pasarela, ya nos toca.

Tenés razón, pero dejá de intervenir, rajate de acá que no es tu turno.

-A mí no me des ordenes, que tu cámara y vos disfruten el espectáculo -le digo con seguridad y una sonrisa ladeada que a posta se nota cuánto le afecta.

Sé que la cámara me ama, pero la sonrisita nerviosa del rulo me dice que él también está cayendo y ni hablar de ese rubor en sus mejillas cuando fijo mis ojos en los suyos, me está encantando este pibe bonito. No sería el primer fotógrafo que cae redondo conmigo, en Buenos Aires pasó más de una vez, lo que resultó re joya para mi carrera. Cuando regresamos acá, quería patear a Rui, pero se me pasó cuando empecé a trabajar con Fisher, ese es un tipazo. Sin embargo, para él solo era un amigo, claro que tampoco ayudaba la timidez de Rui y su constante lloriqueo por el rulo.

¿Quién diría que mi tipazo estaba interesado también en este bonito pibe? Bueeeno, no lo culpo; la primera vez que lo vi sin ese abrigo horroroso fue en una de sus esporádicas visitas a la playa, hace como un año y aunque me burlé de Rui por su constante cara de bobo, la posta es que me gustó el cambio; la piba bonita tiene razón, se puso buenísimo al crecer.

-Terminamos por ahora, Rob -anuncia el pibe con esa sonrisita nerviosa que es como cerilla en mí, intenta desviar la vista ante mi atenta e insinuante mirada-. No quieres que te dé ordenes, pero sigues aquí...

Bajo de la pasarela, sonriendo y me acerco despacio hacia él, sin despegar mis ojos de los suyos. Lo veo reacomodarse un rizo detrás de una oreja, un claro gesto de nerviosismo.

-¿Qué-qué esperas para ir a cambiarte? -inquiere con timidez cuando ya estamos frente a frente. Rulo sé que vos también sentís esta electricidad entre los dos, puedo notarlo en tu forma de respirar cada vez más agitada.

-¿No querés ayudarme allá atrás? -le digo y se pone todo colorado-. No me respondiste la invitación que te hice hace rato, ¿qué decís? -La boca le tiembla un poco por la cercanía y lo veo tomar aire antes de responderme nervioso:

-Po-por ahora ve a cambiarte, Rob, de-déjame terminar mi trabajo. ¿Sí? -Sonrío por su reacción-. ¿Dónde está Kel? -pregunta en bajo y me encojo de hombros como respuesta.

-Yo que sé, rulo, hoy creo que no viene. ¿Qué decís, entonces?

Sigue nervioso y así me encanta este pibe.

-¿Dó-dónde está Rui?

-Está por ahí, este es mi lugar, decime... ¿te venís conmigo? -Vuelvo a insistir y el pibe me contempla sorprendido, lo veo colorarse aún más-. ¿Qué cosas estarás pensando vos?

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¿Por qué trajimos a Johan?

Ricky dijo un compartir de hermanos, bueno, todos somos hermanos, ¿o no?

Mejor que no estés tratando de ligar con Johan.

¿Yo? A vos es al que le gustaba el pibe.

Ricky se ve fascinado por esta reunión de hermanos, solo canta y ríe como tonto con el estúpido karaoke, aunque me toca aparentar para él, no puedo evitar decirle a Johan con la mirada las ansias que tengo de continuar nuestra conversación de aquel día en el baño; desvía su atención de mí más de una vez, habla con Ricky, pero las sonrisitas que me devuelve y cómo humedece o muerde su labio inferior, dice que estamos en la misma sintonía.

Así que unos minutos después de que él se levanta para ir a la cocina, yo hago igual y lo acorralo contra una encimera.

-Rob, ¿qué haces? -habla nervioso, sé que sintió la dureza en mi parte baja- Detente, tu hermano está en la sala.

No escuché un no quiero por ninguna parte.

-¿Y? La tuya estaba en la habitación. -Lo escucho reír bajo y muerdo con fuerza su espalda para que lo sienta en la piel a través de la chaqueta; libera un pequeño quejido de placer que resulta divino a mis oídos.

-Deja de presionar -dice bajo, entonces le doy espacio suficiente para girarse y quedar frente a frente-. ¿Qué quieres?

-Jugar a las muñecas, ¿vos qué creés, rulo? -Una sonrisa ahora le decora el rostro, a mí me pasa igual-. No te hagás, vos querés lo mismo.

-Ya-ya te dije que tu hermano...

Acerco mi rostro al suyo, callándolo al toque; sus ojos no se deciden a dónde mirar... Boca a ojos y en ese ciclo sigue, entonces fija su mirada en la mía y me muestra una provocativa sonrisa. Sabía que querías, pelotudo.

-¿Así que quieres puyarme? -Sonrío con malicia al oírlo, él me acomoda un mechón detrás de la oreja... eso pibe-. Fue lo que dijiste hace meses, ¿cierto? -habla casi rozando mis labios.

Paro de aferrarme a la encimera y lo hago a su cintura, lo noto tensarse por un momento, pero luego replica el gesto en mi rostro... «uf, pibe, me encantás».

-¿Querés ir a un lugar más privado?

El pibe solo asiente en silencio.

Tomo su mano y lo conduzco por el otro corredor hasta mi alcoba, apenas y he abierto la puerta cuando el rulo se viene encima para adueñarse de mis labios... «Uf, pibe, así me ponés más loco». Estoy contra la pared, él sujeta mi cabeza con fuerza mientras nos besamos. «Rui, lo que te perdés, este pibe se olvida de timidez o pena en la alcoba». Subo mis manos por su pecho y de nuevo se tensa...

-Explicame, tonteás conmigo, me hacés un examen de amígdalas, pero te asustás si te toco...

Una risita baja se le escapa y vuelve a morderse el labio con esa picardía que me vuelve loco.

-Vos no sos ningún primerizo, entonces, ¿qué te traés? -Esa provocativa sonrisa me descontrola, sacude la cabeza despacio mientras se separa un poco y lo veo bajar la cremallera de su chaqueta para quitársela.

-Déjame a mí... -expresa bajo y vuelve a besarme, este pibe sí que sabe usar esa boquita.

Libera mi chaqueta y nos metemos mano a nuestro entero antojo, deslizo las mías bajo su jersey, palpo ese perfecto abdomen y él sonríe dejándome hacer. ¡Cuánto fuego percibo en este momento!

-Rob... -susurra en mis labios, entre un beso y otro-. ¿Dónde está Rui? -inquiere bajo y vuelve a besarme...

-Rescatate, no está aquí, ¿por qué, querés que sea nuestro secretito? -Asiente en silencio y volvemos a besarnos mientras lo conduzco de espaldas hasta la cama, pierde un poco el equilibrio cuando se ha tropezado y sonríe. Lo recuesto con cuidado y me acomodo encima de él para seguir el besuqueo-. Rescatate, yo me encargo...

-¿En serio? -susurra en mis labios- ¿Cómo harás eso?

Me encojo de hombros como respuesta y seguimos. Quito su jersey y uuf, de verdad, está buenísimo, aun no creo que a posta esté aquí conmigo.

-¿Sueles ocultar cosas de él?

Una vez más me encojo de hombros y sonrío antes de volver a degustar sus suaves labios, jadea al percibir los chupetones por su cuello. Paseo mis manos por todo su torso, hacia abajo para comprobar la dureza que esconde su ropa. Me encanta el rulo, es recontra sexi, suelto su pantalón y de nuevo se asusta...

-¿Qué pasó, rulo?, ¿miedo? -Volvemos a besarnos.

-¿Seguro que Rui no se dará cuenta? -inquiere con nerviosismo y afirmo con una sonrisa.

«Eso es obvio pibe, Rui no tiene por qué saber si yo no quiero», pienso y seguimos con la sesión de besos y toqueteos.

-¿Lo has hecho antes? -su pregunta me hace reír.

-¿A posta, pibe? ¿Creés que soy primerizo? -Ahora él ríe y niega con la cabeza.

-No me refiero a eso, sino a ocultar cosas de Rui.

Lo observo liado por lo que acaba de decir. ¿Por qué ese empeño en...? Me aparto de él en un tirón y sigue mirándome, extrañado.

-Bonito truco, che -replico y él niega con la cabeza, haciéndose el que no sabe-. Obvio que vos no vas a hacer nada conmigo...

-No sé de qué hablas, ¿no se supone que queríamos lo mismo? O acaso eres puro alarde.

Sacudo la cabeza despacio.

-De mí no conseguirás nada, pibe.

Robert, ¿qué ocurre?, ¿por qué estamos en tu recamara?

Me siento confundido, pero Rob no contesta. Quedo perplejo al ver a Johan semi desnudo en la cama, posa su mirada en la mía por un momento y luego se apresura a venir, sacude su cabeza en negación. No comprendo nada...

-Johan...

-Te prometo que hay una explicación para esto -dice aferrado a mis hombros.

Claro que la hay, pregúntale a qué saben nuestras amígdalas.

¿Qué?

-Johan, ¿qué pasó?

¡Sos re guaso, Rui! ¿Vos qué creés? La pasábamos bien antes de que vos decidieras unirte a la fiesta.

Eso no es cierto, Johan no haría eso.

¿Este es mi cuarto, cierto? Tu pibe está en mi cama casi sin ropa, ¿vos qué creés?

¡Todo eso puedo verlo!

-¡Pero quiero que me digas: ¿qué pasó?! -Johan da un salto, asustado por mi grito. Maldición, baby no quería asustarte-. No te lo decía a ti Johan, pero esto es muy raro y también podrías explicarme.

-Lo sé, lo sé; pero en serio hay una explicación. -Solo eso dice antes de callarse.

Continúo observándolo, espero a que diga algo más y nada sale. Luego de un instante cierra los ojos y se cubre la boca por un par de segundos, al abrirlos le escucho mascullar un "lo siento", apenas audible y viene sobre mí a besarme. Mierda. No sé qué hacer, estoy nervioso.

¡Rescatate! Es tu pibe.

¡Johan no es así! ¿Qué hiciste?

-¿Qué pasó, Rob? Sé que me oyes -susurra en mis labios, eso me hace temblar-, eres pura bulla y poca acción.

Este pibe...

¡Robert!

Te dije que interrumpiste.

-¡Pará! -Aprieto fuerte los brazos del rulo y lo obligo girar para retorcerlo-. A mí no me vas a joder, casi caigo.

-¡Suéltame! -habla entre quejidos.

-Te aprovechaste de mi debilidad con vos, pero no se va a repetir, así que dejá de fingir...

-¿No ves que le haces daño? -Lo aprieto por entrometido, pero aún más por jugar con mis emociones y él vuelve a gritar-: ¡Maldito!

-No te metás.

¡Maldición! ¿Qué está pasando? ¡Mierda, Johan! De inmediato lo suelto, no entiendo nada. ¡Robert!

Tu pibe es una fiera, hay que domarlo.

¡Déjalo en paz!

-Johan, no entiendo.

-Lo siento -habla bajo mientras vuelve a ponerse la ropa-. En serio, Rui, perdón por esto. Tienes razón, Robert te oculta cosas.

Lo sabía, ¿qué me ocultas?

No sé de qué hablás.

Salgo de la recamara de Robert para volver a la sala; Johan, a medio vestir, viene detrás de mí. Ricky ladea la cabeza, confundido al vernos y yo hago gestos con mis manos para restarle importancia, porque ahora lo único que me interesa es saber y ya que tú no quieres decírmelo por las buenas, entonces lo haré a las malas.

-Ricky, ¿cuándo deje de hablar?

Mi hermano acababa de subir una cerveza hasta la boca para tomarla y de nuevo la baja para mirarme, confundido.

-Solo responde.

-Fue al poco tiempo de volver y como te dije, él tuvo la culpa.

Te siento nervioso cada vez que hablamos de esto, así que seguiré adelante hasta que decidas abrir la boca.

Ya te dije que no sé de qué hablás.

Cómo quieas.

-Ricky, mencionaste algo sobre pesadillas y helado...

Allí estás, tiemblas otra vez, así que estoy cerca.

-Rui, no comprendo lo que quieres.

-Solo quiero recordar, necesito saber y entender, ¿por qué olvidé tantas cosas?, ¿por qué no puedo comer helado?

¡Dejá de hablar de esa mierda!

¿Por qué?, ¿eh? No te gusta el helado, ¿cierto? Quizás debería probarlo por mí mismo en lugar de preocuparme por ti.

¡Callate! Dejá de joder, Rui.

Empieza a hablar.

-Hermano, yo también quiero saber muchas cosas. No sé si recuerdas, aquel día en casa de tía Gina, dijiste algo de unas imágenes.

-No esperes que te responda sobre eso, porque ni yo sé lo que son.

Dejá, Rui.

Habla.

-So-son imágenes sueltas, Ricky.

No sé por qué siempre siento miedo al hablar de esto...

-Obsequios, un niño, una figura adulta...

-¡Rui, no te fuerces a recordar! -habla Johan en alto, enseguida capta mi atención, yo no paro de temblar.

¡Hacele caso al rulo, pedazo de pelotudo!

¡No! Sal de ese maldito rincón y da la cara, necesito saber. ¿Por qué te niegas?

Dejá el pasado en el olvido, eso es lo mejor.

¡Maldición, Robert! ¿Qué me ocultas?

-Rui, te haces daño -agrega Johan, luce asustado y su mirada tiembla como quien contiene el llanto-. Hazme caso, por favor... -agrega casi en un susurro antes de ser interrumpido por Ricky:

-Niño tonto, ¿quiénes son las personas?

Me encojo de hombros y niego con la cabeza porque no tengo ni una maldita idea.

-No lo sé, no-no te-tengo ninguna pista. -Siento mi respiración acelerarse-. Pero me aterra solo pensar en eso...

¡Por eso, dejá de atormentarte con imágenes! ¡Dejá de indagar!

Lo haría si supiera qué demonios me ocultas, ¿prefieres verme aterrado sin una maldita razón lógica?

-Dos personas se acercaron a ti con regalos y paseos cuando eras pequeño... -dice mi hermano y fijo la vista en él al igual que Johan, pero este le responde molesto:

-¡No hagas eso, Ricky! No le plantes ideas, no lo obligues a recordar...

-Baby, entiendo lo que dices, pero necesito saber.

Hacele caso al rulo.

Ignoro a Robert y me siento en un sillón, sin dejar de contemplar a mi hermano en ningún momento. Johan se agacha en el suelo a mi lado y lo escucho susurrarme "¿Estás seguro?", afirmo en silencio entre temblores.

-Yo también, Johan -añade mi hermano. Johan lo observa y sé que está enojado por la manera en que su cuerpo se infla y desinfla, así que aprieto con fuerza sus manos; de inmediato pone la vista en mí y suaviza la expresión, entonces Ricky continúa-: Cuando Víctor apareció en Mendoza, convenció a mamá de volver con él, a través de ti... -Lo observo sorprendido y traga hondo antes de seguir-: Te traía obsequios, jugaba contigo, iban de paseo y comenzó a decirte que él te quería mucho, en fin, todo un montón de patrañas para ganarse tu cariño y así lo ayudaras con mamá...

Lágrimas emanan sin cesar...

-Fue mi culpa -contesto en un susurro y Johan niega con la cabeza, aprieta más fuerte mis manos-. Claro que sí, baby, volvimos con él por mi culpa... -Ricky se apresura a abrazarme, reposa su cabeza sobre la mía antes de contestar:

-No es así, eras un niño pequeño, hermano y él se apareció, simulando ser el mejor padre del mundo.

-Exacto, no es tu culpa que haya sido un hombre horrible... -agrega Johan entre sollozos.

Me quedo en silencio, lloro sin parar; por más que lo niegan, yo siento la cuota de culpa crecer en mi interior.

Dejá de culparte por todo, ellos tienen razón, pelotudo.

Ahí estás, de nuevo nervioso, tiemblas mucho...

Ya te dije que dejés el pasado en olvido, Rui, ¿por qué no lo podés hacer?

¡Porque necesito saber! Maldición Robert, ¿qué me ocultas?

-Yo no siento que esas imágenes estén relacionadas con Víctor o algo de eso Ricky... -confieso.

Siento escalofríos y ahora más porque tú tiemblas incluso más que yo. Lo que sea que ocultes, estoy seguro tiene que ver con lo que va a contarme Ricky.

Dejá de indagar en el pasado, Rui.

¡Habla de una vez! ¿Por qué lloras?

¡No me jodás más, por favor!

Robert...

-La otra persona... -A mi hermano le cuesta hablar, entonces se sienta sobre sus talones en el suelo junto a Johan. Sus ojos tiemblan y los pasa de mí a él por largo rato, hasta que al fin prosigue-: e-era tu papá, Johan. -Ambos apretamos nuestras manos con mucha fuerza a la vez, mantenemos la vista en Ricky-. Tú pasabas demasiado tiempo en casa de tía Gina luego que enmudeciste, eras un hijo más.

Al decir eso, siento a Johan temblar y pongo los ojos en él, luce pálido. Su expresión refleja dolor y mucho miedo, lo veo tomar una profunda bocanada de aire antes de emitir sus siguientes palabras:

-Deja de hacerlo, Ricky... -habla en tono bajo-. No está bien que le siembres ideas, Rui está muy confundido... -No para de gimotear y tú tampoco.

Quiero la verdad, Robert.

¡No me jodás! Vos querés recordar, yo no.

Sí, tiene que ver con lo que dijo Ricky, ¿cierto?

¡Rescatate! Vas a entrar en pánico.

¡Entonces dime de una maldita vez! ¿Qué son esas imágenes?

¡No sé de qué mierda hablás!

¡Sabes perfectamente a lo que me refiero!

¡Andate a la mierda!

¡¿Qué me ocultas?!

-¡Rui! -Escucho la voz de Ricky o quizás de Johan al sacudirme, pero no puedo moverme o soltar ni una palabra-. ¡Rui, reacciona!

¡Robert, estoy harto de no saber!

-¡¿Qué son esas imágenes?! -Siento hiperventilarme.

Ya te dije que no sé de lo que hablás y rescátate.

-¿Por qué es tan difícil para vos dejar de indagar?

Mirá cómo tenés a estos boludos, parecen flan.

-Niño tonto, solo quiero saber.

Pedazo de pelotudo, tenías que meter la nariz donde nadie te llamó a olfatear.

-¡Rui, respira!

Yo no quiero salir; hacele caso al pibe, lo tenés aterrado.

¡Dime de una maldita vez lo que ocultas!

¡Rescatate, pancho!

¡Quiero la verdad!

-¡¿Quién es ese niño?!

¡Dejá de joder!

¡¿Qué son esas imágenes?! ¿Quién es ese adulto?, ¿quién es ese niño?

¡¡Callate yaaaaa!!

-¡Sos vooos! ¿Eso querías saber? ¡Sos voos! ¡Sos voooooos! ¡Somos nosotros!

¿Qué-qué?

Querías saber, ahí tenés la verdad...

-¿Tenés idea de todo lo que he hecho para ocultarlo? ¿Para no recordar?

¡Ah, no! Rescatate, ¡rescatate ya! Vos no me podés obligar a salir.

No-no pu-puedo re-respirar...

Veo la boca de Johan moverse, luce asustado. Ricky intenta llamar mi atención, pero es inútil, siento que las paredes giran alrededor, mi cabeza va a explotar, me ahogo...

-Yo-yo no-no...

Rescatate, yo no quiero salir, ¡vos no me podés obligar!

-¡Así no se vale, Rui!

No-no pu-pue...






**********
Me disculpó, no sé, por lo que sea? 😅

Nos vemos en la próxima entrega❤️

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