XXXII: En algún lugar sobre el arcoíris
El chico de mirada huidiza, tirado en el sofá, no despega la vista de ese celular infernal que suena sin parar e interrumpe la película de su hermanita…
¡Dramaturgo, no jodas!
Si no te importa la película, vete a tu alcoba.
Dramaturgo, es mi deber cuidar a mi hermanita menor…
¿Y eso incluye interrumpir su película con ese infernal sonido?
Dramaturgo, ni ella se queja, está muy concentrada viendo Encantada. Cuando se trata de Disney el resto del mundo desaparece.
La cosa es que hoy, domingo, decidí saltarme el grupo de apoyo para descansar, lo sé, recién regresé de Francia hace quince días. No importa, solo quería perder el tiempo con mis amigos, el asunto es que mi mamá salió y me pidió quedarme, entonces los chicos no paran de molestar por el Whatsapp, me llaman aguafiestas y demás.
Kay: ¿Baby Shark? ¡Más bien babysister!
Leo: Kay que tú seas un irresponsable, no quiere decir que él también.
Mike: JJ tus hermanas no son niñitas, levanta el trasero del sofá y vente al parque.
Kel: ¡Dejen de joder! Hay quienes queremos descansar.
Alondra: Chicos, ¿Ninguno ha hecho la tarea de mate?
Yo: Cierto, Leo… Concuerdo con Kel… Alondra, ¿en serio? Eso es para el viernes.
Has agregado a Rui-Rob.
Cambiaste el asunto del grupo de “Natación 4ever” a “Ferro Fans”.
Rui-Rob: ¿Qué?, ¿qué es esto?
Kay: ¡Joha! ¡Ese Ferro es un fariseo!
Rui-Rob: ¿Kay?, ¿sigues llorando por tu reproductor?
Cambiaste el asunto del grupo de “Ferro Fans” a “Kay el llorón”
Leo: Ese nombre va mejor.
Mike: Concuerdo.
Kel: jajajajaja.
Yo: @Rui-rob tú también debes pagar tus deudas.
Rui-Rob: ¡Cállate baby! Ya se lo estoy comprando.
Yo: ¡¿Apenas?! ¡Eres increíble!
Kay: Gracias Joha, tienes razón, este chico es inconciente.
Cambiaste el asunto del grupo de “Kay el llorón” a “Ferro el mala paga”
Rui-Rob: ¡Baby! ¿Qué clase de mejor amigo eres?
Kay: A mí me parece que es el mejor de lo mejor.
Kel: Tú te lo buscaste, amor.
Rui-Rob: ¡¡¡¡Roja!!!!
Mike: ¿Se dan cuenta que JJ solo está desviando la atención? ¡Te dije que muevas ese culo y aparezcas en el parque ahora!
Yo: JAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJ
Yo: Chicos, soy un adulto responsable
Rui-Rob: ¿De verdad?, ¿dónde está Jaen?
Yo: ¡Y yo qué sé!
Yo: Jajajaja
No puedo parar de reír con esta tontería, pero a todas estas, Rui tiene un punto, no tengo idea dónde rayos está esa niña, solo espero que no se meta en líos. Digo, ¿es muy difícil para esa mocosa ser como su copia dulce? Veo a Jill allí, acostada en la alfombra con la vista en el televisor, viendo su tonta película, ¿qué le cuesta a esa niña hacer lo mismo?
Que sean gemelas no significa que hagan todo juntas o tengan los mismos gustos.
Dramaturgo, eso lo sé, pero rayos, Jaen es demasiado complicada. ¿Qué tiene que hacer una mocosa simulando ser mayor?
¿Y tú con tu identificación falsa lo preguntas? En fin, la hipotenusa.
Dramaturgo, demonios es diferente. Yo intentaba, no lo sé, ¿huir de un monstruo?
¿Y qué te hace pensar que no huye de su propio monstruo?
Eso no es juego.
No tiene que ser como tu monstruo para serlo también.
Ya me hiciste pensar.
—Hey, ¿dónde está tu copia amarga? —pregunto a Jill y me observa pensativa por un rato.
—¿Ya viste en su habitación? —replica sonriente.
Bien, admito que ni siquiera me he dignado a buscarla —soy un terrible “adulto responsable”—. Me levanto del sofá y subo rumbo a su recámara, pero freno antes de llegar pues la mía está abierta, lo que resulta raro. Entro a ver qué rayos y encuentro a Jaen sentada en el suelo con la vista en mis fotografías privadas; digo, no es algo censurable, son momentos íntimos con Ray.
—¿Qué haces con eso? —inquiero sobre la cama y asomo mi cabeza encima de ella. Jaen da un respingo, haciéndome reír. Sin embargo, paro las risas al notar la tristeza en su expresión— ¡Hey! ¿Quieres contarme qué te pasa?
—Lo siento… —Se disculpa bajo, vuelve a acomodar las fotos en el cajón de forma veloz, para luego levantarse e intentar escapar—. Suéltame, joto —dice entre gimoteos cuando la he agarrado y sentado junto a mí.
—Cuéntame. —Mantiene la cabeza gacha y continúa en silencio.
—¿No lo extrañas? —Siento un golpe en el pecho con esa pregunta y no respondo—. Es que lucían tan enamorados…
¡Maldita sea! Este no es un tema del que desee hablar.
—Entonces, ¿qué gracia tiene enamorarse? —Siento trepidar ante su insistencia—. Tú luces tranquilo, te veo reír con tus amigos, es como si solo volteaste la página…
—Jaen, ¿por qué me sacas este tema? —La interrumpo entre gimoteos, al ver mis ojos llorosos traga grueso—. Jaen, ¿quieres que esté llorando todo el tiempo para que comprendas cuánto lo extraño? —Niega ligeramente con la cabeza—. Te haré a ti la misma pregunta que le hice a Kel y será porque yo sigo pensando que tomé la decisión errada al negarme. —Tomo aire y exhalo despacio, Jaen me observa atenta—. Ray me propuso quedarme en Francia, juntos, ¿crees que debí aceptar?
Su rostro refleja demasiada sorpresa y yo ya no puedo parar de llorar. Después de un rato de solo mirarnos en silencio, comienza a negar despacio con la cabeza hasta volverse una desesperada negación. Yo cierro mis ojos, pesaroso; todos repiten la misma respuesta de la que yo no dejo de arrepentirme, porque realmente lo extraño, porque lo único que deseo en este momento es hacer la teletransportación de Goku y aparecer en París junto a él.
—¿Qué te respondió Kelly? —La contemplo con rostro de obviedad y sonríe—. ¡Genial! Si hubiese contestado algo distinto, salía a patearla.
Su respuesta me obliga a reír bajo y la abrazo junto a mí.
—Lo amo y extraño con toda mi alma, Jaen. —Le aprieto más fuerte y beso su cabecita—. Pero, aunque me arrepienta y desee regresar allá justo ahora, muy dentro de mí, sé que tomé la decisión correcta; porque no puedo renunciar a mi vida solo por estar junto a él. —Suspiro—. Jaen, que no me veas llorar o me veas reír o parezca que solo voltee la página, no significa que no me quiebre a pedazos cuando estoy solo.
—Perdón, lamento lo que dije…
—Jaen, ¿por qué me sacas este tema?, ¿qué hacías aquí viendo mis fotos?
Jaen sube sus piernas a la cama y se abraza a ellas antes de hablar con tristeza:
—Sabes, Ryna también parece haber volteado la página, entonces te veo a ti tan tranquilo…
—Hey, si esa chica se alejó de ti es lo mejor Jaen, te lo dije antes, solo traería problemas. Aún estás joven para pensar o decidir lo que sea, solo deja que tus sentimientos y emociones fluyan, si luego resulta que sí te gustan las chicas o los chicos o ambos, pues ya aparecerá la persona ideal para ti, hermanita.
—Tú tenías diez cuando te diste cuenta que te gustaban los chicos.
—No es así, tenía diez y no entendía nada de lo que me pasaba. —Suspiro—. Tampoco tenía idea con quién podía hablar sobre eso, porque pese a que nuestros padres eran muy buenos yo sentía mucho miedo.
—¿Crees que si le cuento a mamá se enoje? —Niego con la cabeza.
—Jaen, yo soy gay y ella lo acepta sin problema, no te niego que en más de una ocasión quiso buscarme novia. —Nos carcajeamos—. Pero sabes, siempre es bueno tener alguien con quien hablar, porque no es sencillo cuando te das cuenta de que tú sientes algo distinto a lo que el mundo espera de ti, digámoslo así. —Beso su cabecita.
—Creo que tienes razón.
—Al menos, tú me tienes a mí que ya pasé por tanto problema. —Vuelvo a besar su cabecita y la escucho reír bajo—. ¿Sabes? Todavía a los trece estaba muy confundido, obvio no me ayudó en nada el castigo que recibí solo por sentir lo que sentía. —Me duele el pecho al hablar sobre esto, ella parece notarlo porque me abraza fuerte y le correspondo igual—. A los quince estaba más claro y ¿sabes qué pasó? —Me observa atenta—. Quise estar al lado de alguien que me hacía mucho daño, por eso te digo que no cometas mis errores y solo dejes fluir lo que sientes; algún día aparecerá la persona ideal para ti.
Jaen sonríe y vuelve a abrazarme con fuerza.
—¿Mi propio Ray? —Suspiro en respuesta—. Yo creo que ustedes volverán a estar juntos.
Sonrío por oírla y beso su frente, «Ese es mi mayor anhelo, hermanita».
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Volvemos a la sala, me sorprendo al notar que ya mamá está aquí y encima acompañada por Jennifer, ambas sonríen extrañadas al vernos juntos a Jaen y a mí. Mi hermanita va con su copia dulce, manteniendo una expresión de fastidio por la película que ve. Saludo a mi madre y hermana, luego me lanzo al sofá de nuevo; chequeo el teléfono y veo una llamada perdida de Ray que me provoca un fuerte golpe en el pecho. Acordamos no llamarnos, ni escribirnos para hacer más llevadero esto, por eso me extraña a la vez que emociona a partes iguales. Reviso los chats y veo un par de mensajes suyos, entonces me apresuro a revisar, tienen escasos minutos de diferencia:
Ray: Perdón niño.
Ray: Quiero decir lo siento Johan me equivoqué al marcar.
Siento mi interior quebrarse de nuevo, más aún porque veo que sigue en línea sin decir otra cosa, así que luego de mirar un rato esa hermosa foto de perfil —como he hecho casi a diario desde la separación— en la que sale junto a Rex con gafas negras y haciendo la misma mueca con su boca, inhalo profundamente y me armo de valor solo para borrar el chat sin responder. Vuelvo a sentir un golpe en el pecho al hacerlo. Allá debe pasar la media noche «¿A quién llamaba?», es mi nuevo pensamiento, «Ignora eso, idiota, ya no están juntos», intento mentalizarme.
Decido revisar el grupo y de inmediato sonrío, los chicos sí que consiguen hacerme reír con sus idioteces. Rui envió una foto de un reproductor muy cool y ahora Kay anda en modo lamebotas con él.
—¡Querida familia! —grita nana emocionada al entrar a casa, consigue sacarme de mis pensamientos. Todos ponemos nuestra vista en ella— ¡Ya fijamos la fecha! —La sonrisa en su rostro se amplía. Sigo sin creer que de verdad va a casarse—. ¡Será durante el verano! En mi cumpleaños..
Mamá se levanta entusiasmada a abrazarla mientras hablan sobre cosas de la boda, nana luce realmente feliz y aunque de verdad me alegra la noticia, no puedo evitar sentirme algo nostálgico es que, pienso de nuevo en Ray, ¡Demonios! y esa canción que suena en la película no ayuda a disipar estos pensamientos…
«Aquí soñando con un feliz final, creer que esto en verdad es real y este sueño también nos separó, tú allá y yo aquí»
—¡Ni creas que iré como niñita dulce, lanzando flores! —exclama Jaen haciéndome reír. Ella y Jill están en el felpudo, y mientras la segunda aplaude y ríe entusiasmada, la primera no cambia su expresión de odio al mundo.
—Ustedes son las niñas de la casa, deben ser mi cortejo —contesta Nana, pero Jaen niega con la cabeza.
—¿Estás loca? ¡Travis estará allí! ¿Quieres que parezca una mocosa delante de él? —responde mi hermanita. Le lanzo un cojín y me saca la lengua, burlona. No sé qué tiene en la cabeza esta mocosa; Travis no solo es el baterista de Cofradía, sino también el mayor del grupo.
—¡Jaen, compórtate! Eres una niña. —le grito, pero vuelve a sacarme la lengua y viro los ojos.
Desvío la vista por un momento hacia el anillo que cuelga desde mi brazalete derecho y siento un fuerte golpe en el pecho, tantos recuerdos se arremolinan en mi mente «no quiero llorar, deja de pensar en Ray, Johan», sigo diciéndome a mí mismo, pero ¡maldición! esa canción no acaba…
«¿Y cómo enfrentar la realidad si hoy te pierdo aquí? Hoy aquí soñando con un feliz final, creer que esto en verdad es real, ¡soñar! que el sueño en los dos está. Yo aquí… yo aquí… y tú… allá»
Cierro los ojos e intento mitigar esto que siento, cuando escucho al fin la risa de la bruja malvada, doy gracias por eso, lo último que necesito es volverme un mar de lágrimas aquí.
—No te preocupes, hermano, yo voy a diseñarte un traje espectacular… —dice nana y me obliga a fijar la atención en ella, aunque súper perdido, no sé de qué va la charla.
—¿Hombre de la casa?, ¿en serio? —inquiere Jaen en tono burlón y… ¡Hey!
—¿Qué se supone que quieres decir? —pregunto a mi engendro hermanita, valiéndome de todo el autocontrol posible al lanzarle el cojín que queda a mi lado sin matarla en el intento.
—¿Tú qué crees? ¡Solo mírate!
«En serio, quiere que la mate», pienso con mi amenazante mirada sobre ella.
—Se supone que eres un “adulto maduro” —Hace comillas al aire—. ¡Pero mira cómo te sientas! Pareces el propio mocoso cinco años. —Eso me hace reír.
«¡Ah! Era por eso». La cosa es que estoy sentado al revés en el sofá, con mi cabeza colgando.
—¡Hey! Eso no tiene que ver con madurez, Jaen —replica Jen y asiento sonriente.
—¡Hablo la otra! —contesta mi hermanita cargada de sarcasmo— ¡Mírate también!
Jen está escurrida en el sillón lateral, sus piernas entrelazadas sobre la mesa de centro, sin importarle en lo más mínimo las ganas de matarla que se reflejan en los ojos de mamá, ya que lleva unas botas tipo militar. Bien, no tenemos las mejores posturas, pero ¿y eso qué? Matábamos el tiempo cuando nana apareció y a todas estas…
—¿Qué diablos tiene que ver eso con nana y su boda? —Ahora yo me gano un cojinazo, lanzado como proyectil de manos de Johana.
—¡Deja de llamarme así! —exclama exasperada mi hermana y solo puedo reír— Johan, ¿no escuchaste nada? —Sonrío confundido y ella gruñe—. Decía que será tu deber entregarme en el altar por ser el hombre de la casa.
—¡¿Eh?! Encima que pretendes hacerme pasar mi cumpleaños en tu boda, sales con eso, ¿en serio?
—Bueno, a menos que no quieras, entonces buscaré a alguien más… —Me levanto volando del sofá ya que sonó algo afligida y me arrodillo frente a ella.
—¿Es en serio?, ¿crees que dejaré a alguien más hacer mi trabajo? —Nana sonríe y yo también—. ¡Hey! Tengo que mostrar que aquí tienen ustedes un hombre que las representa…
Jaen ríe a carcajadas, interrumpiéndome y luego habla entre risas:
—¡Dirás un medio hombre!
Ya me aguanté mucho. Salto sobre ella, corremos como dementes por toda la sala hasta alcanzarla en el sofá donde anteriormente yo reposaba tranquilo y me lanzo en una descarga de cosquillas; Jaen no para de reír, Jill se carcajea sobre la alfombra; en realidad toda mi familia muere de risa con la escena.
—¡Ya! ¡yaaaaa! —suplica entre gritos, pero sigo molestándola—. ¡Suéltame, joto! —¡Eso es peor! Ahora merece más castigo.
—¡Oigan! —grita Jill entre risas y ponemos la vista en ella— ¿Se fijaron? —Creo que todos estamos igual de confundidos—. Hace años que no estábamos todos juntos, compartiendo así. ¡Es hermoso!
Tiene razón. Libero a Jaen, la abrazo junto a mí y beso su cabecita, aunque se queja, sé que le gusta. Observo a mamá y luce tan emocional. De pequeño solíamos congregarnos de esta manera en este sitio hasta que todo se fue a la mierda, así que una loca idea se me atraviesa. Me levanto del sofá y voy con mamá, tomo su mano y la conduzco al piano.
—Cariño, ¿qué haces? —Sonrío al sentarla en la banqueta y remover el protector de las teclas.
—Hace años que no te escuchamos tocar, ¿cierto, chicas?
Mis hermanas asienten entre gritos y risitas de emoción. La observo sonriente y mamá afirma con lágrimas de alegría, pero hace una petición:
—También quiero escucharte.
Mis hermanas gritan entusiasmadas. Jill corre a mi habitación a buscar la flauta, al regresar trae consigo también un violín.
Ensamblo mi travesera, mamá comienza a tocar El canon de Pachelbel; siento escalofríos y una ligera humedad amenaza con inundar mis ojos. Tantos años sin escucharla, mucho tiempo ha pasado desde que la tristeza y el dolor se unieron a esta familia. Yo me encerré en mi mundo sin fijarme que no fui el único afectado, todos cargaron su propio monstruo.
En este instante, compartiendo con estas cinco personas que son parte de mi corazón, pienso y creo que la felicidad no viene de un sitio especial o persona, sino de una decisión y aquí y ahora, pese a la sombra del pasado y mi actual corazón roto, escojo ser feliz.
«No eres lo que te ha pasado, sino lo que decides ser», las palabras de Kelly retornan a mí y cuánta razón tiene, mi decisión a partir de hoy será disfrutar de cada pequeño momento, junto a las personas que me quieren y realmente amo, porque siento una inmensa felicidad al hacerlo.
Seguimos interpretando el canon; vaya, estoy sorprendido por la hermosa forma en que Jill toca ese violín. Ignoré muchas cosas que pasaban alrededor, intentando olvidar, cuando debí ver más allá, fijarme en las cosas hermosas que la vida me ofrece y las que yo puedo ofrecer, como dice Campbell.
—¡Johan, esa nota no va allí! —grita Jen entre risas— ¡Estás desentonando! —agrega y paro de tocar un momento.
—¡Pues perdón, señorita flautista de Hamelin, venga a tocar usted! —contesto con ironía y se carcajea. Le cedo mi instrumento para espectar la escena.
Abrazo a Johana, también a Jaen y continuamos disfrutando de este pequeño concierto que nuestra familia nos ofrece. Sin duda alguna, ahora estoy seguro de que no hay algo como un sitio real que te haga feliz, porque ese lugar sobre el arcoíris está dentro de ti, tú mismo eres capaz de ser y sentirte feliz si así lo decides.
En este momento, mi lugar sobre el arcoíris está aquí, junto a estas cinco personas que no deseo volver a espantar de mi lado.
Jen me devuelve la flauta poco antes del allegro y solo me pierdo en el sonido «esto es hermoso», pienso sobre la música, pero también por este momento. Kel y Rui entran tomados de mano, lucen emocionados por la escena que observan y claro, allí está él, lloriqueando de nuevo; me toca aguantarme hasta terminar de tocar para poder molestarlo.
Pongo la vista en mamá y me sonríe bañada en lágrimas de alegría, miro a Jill «está muy inspirada», es preciosa. Siento mi piel erizarse cuando llegamos al final del canon y la verdad ya no puedo molestar a Rui porque yo también estoy lagrimeando.
Todos nos abrazamos juntos, lloramos de emoción ante este hermoso momento que esperamos por años y que ojalá se repita con más frecuencia.
—Los amo, ustedes siete son mi arcoíris.
No siempre lloverá, alguien me dijo alguna vez esa frase y se quedó en mi cabeza, aunque cuando la escuché me pareció un poco tonta; sin embargo, comprendí el mensaje con el tiempo y en este hermoso instante confirmo que tiene razón, como suele decir Rui “es necesaria la lluvia para ver el arcoíris”.
Así como la lluvia, la tristeza es pasajera, pero sin ella, no apreciaríamos realmente todo lo bueno y bonito que la vida nos ofrece.
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No sé a ustedes, pero a mí me encanta este capítulo 🤗❤️ espero que lo hayan disfrutado.
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