XLV: Mi lugar sobre el Arcoíris: El rey
♡⁀➷♡⁀➷Rui-Rob♡⁀➷♡⁀➷
La ceremonia nupcial ha sido un momento de emociones a flor de piel, las risas, el llanto, pero sobre todo el amor, enterneciendo los corazones, hicieron del evento…
Rui, callate, te la pasaste llorando y ahora seguís con cursilería, ¡es una fiesta, che!
Cierra la boca que el lloriqueo fue culpa tuya, ¿o se te olvida? Decías que te recordó a no sé qué novela...
—Amor, luces perdido.
¿Lo ves? Vos pensando en cursilería y la piba preocupada.
Robert, sí, ya, cállate.
—Sí, Roja, lo siento creo que mi cabeza da vueltas.
—¿Robert, está molestando?
¿Y por qué yo? Todo yo, mejor te hubiese dejado solo a vos.
¡Robert, ya! Por favor cierra la boca.
—No, Roja, tranquila, creo que he tomado mucho.
Kelly sonríe algo coqueta, ella también ha tomado bastante.
Sin embargo, regresa a la pista lleva una copa en la mano, yo decido tomar un descanso en la barra. La ceremonia fue muy romántica y emotiva.
Claro que sí, lloraste como nene desde que apareció la novia.
¿De verdad? ¿Seguirás con lo mismo? Esto es espantoso, Rob, eso fue tu culpa; suspiro resignado.
La recepción de la boda ha sido increíble, nos hemos divertido bomba, la roja y yo no paramos de bailar o mejor dicho, solo lo hacemos para ir por algo de comer y mucho de tomar; estoy exhausto.
Es increíble cómo Ray consiguió qhacer bailar a Johan delante de todo el mundo, supongo que el alcohol en su sistema también ha influido bastante, de hecho, está súper desinhibido y Ray solo ríe complacido. Yo no dejo de preguntarme, ¿qué tiene Baby one more time para que ese idiota haga semejante espectáculo?
Todo el conjunto me obliga a reír como imbécil, es definitivo, ya he bebido demasiado y la roja ni se diga, ahora se contonea con Johan en la pista; son un par de tontos.
Pero si me decís que no te mueve nada verla menearse así, entonces rajate de acá.
Cállate, Rob, Johan es su mejor amigo y mío también, además es gay.
Él sí, pero Connor no y mirá no más cómo la ve. ¡Párate de esta mierda y hacé algo!
¿Y qué si la mira? Le toca conformarse solo con ver.
Dejá de portarte como un cagón de mierda y aprovechá que suena el rey para que le des una lección al mirón.
Está bien, si así me dejas en paz, entonces lo haré.
Le arranco el sombrero al tipo que está a sentado junto a mí con Alondra —creo que es amigo de Ray—, el sujeto del parche se queja pero qué importa, lo ignoro y regreso a la pista, me deslizo con el moonwalk entre giros. Escucho las ovaciones y sonrío con suficiencia.
En la pista se hacen a un lado entre aplausos y gritos, me hacen espacio, solo dejo al centro a la roja para bailar a su alrededor.
—The way you make me feel! —canto a centímetros de su rostro y sigo con el baile— Roja esto es para ti, porque solo tú me haces sentir así. ¡Aauu!
Adoro la picardía en su mirada ante cada parte de la letra o paso de baile en torno a ella y aún más cada roce “casual” de nuestros cuerpos. En realidad adoro todo de ella, porque me hace sentir feliz.
—Go girl! ¡Aauu!
Eso galán, seguí marcando territorio.
¡Cierra la boca! Bailo medio ebrio, necesito concentración. ¡Maldición!
Si querés lo hago yo por vos.
Solo cállate.
—¡Roja, me vuelves loco! ¡Aauu!
Tú me produces este descontrolado revoloteo en mi interior, esta fiebre que solo se calma cuando me tocas, cuando tu cuerpo me absorbe. Tú con esa picardía, con tu sonrisa y tu manera de calmarme alejas todos los malos recuerdos y me haces ver qué sí hay un arcoíris al final de la lluvia.
Mandate un tornado, Rui, tenés a todos comiendo de tu mano.
A la orden.
Giro veloz sobre mi propio eje, delante de la roja y finalizo el movimiento con una disruptiva parada en puntas de pie y levantamiento de pelvis sugerente.
—¡Aauu! ¡Go girl!
Kelly no deja de reír, yo tampoco. Los gritos y aplausos desenfrenados me hacen pensar en mi época en los campeonatos de baloncesto. Para la parte final del tema, tomo su mano y la hago seguir mis pasos, la roja es una extraordinaria bailarina y amante del rey, así que no le cuesta mucho hacerlo.
¡Es la piba perfecta!
Lo es. Abrazo fuerte a mi chica y fijo la vista por encima de su hombro en Connor quien al notar mi gesto de “aléjate” sonríe, sacudiendo la cabeza en negación para luego girarse e ir a otro lugar.
¡Eso! ¡Qué ni crea el barba de chivo!
—Amor, eso fue increíble —susurra la roja a mí oído y sonrío.
Todo el mundo aplaude y ambos hacemos una ligera reverencia en agradecimiento al público «esto es una locura», no podemos parar de reír.
Vemos a los chicos de Cofradía tomar sus lugares en el escenario, Trevor se sienta en la batería y Jaen grita como loca «¡qué demonios!», Fred se cuelga la guitarra y Connor el bajo, pero además, se posiciona en el micrófono principal, miro un momento a Renzo e incluso él se ve sorprendido, está junto a Johanna viendo el acontecer.
Comienza Connor a rasgar el bajo, luego se une Trevor y posteriormente Fred; los tres van coreando el típico “Du, du, du, du, du, du, du, du, du…” con el que inicia I was made for loving you de Kiss «¿Qué se trae este imbécil?», pienso al escucharlo cantar con la vista fija en mi chica.
¡Rui, dejame rajalo!
Tengo suficiente alcohol en nuestro sistema como para ir a matarlo sin tu ayuda, Rob.
—¿Qué piensas hacer? —pregunta la roja al jalarme del brazo y me obliga a frenar— Amor, ignóralo, yo estoy contigo, ¿no lo ves? —Eso me hace sonreír y giro de nuevo hacia ella.
—Tienes razón, roja… —La abrazo fuerte y junto nuestras bocas—. Te amo —susurro en sus labios.
—Y yo a ti, amor.
Decidimos ignorar al imbécil y seguir disfrutando, bailamos de la manera más estúpida posible ese tema. En la pista los novios y todos los invitados hacen una especie de pasillo por el cual cada pareja o grupo transita, haciendo algún disparatado baile para luego unirse a los demás entre aplausos y risas.
Cuando llega el turno de Cacius y Cory resulta demasiado gracioso, es que Cacius es muy serio y al principio se le ve que solo caminará sin más, pero Cory toma sus manos y lo jala, muerto de risa, entonces el tipo se suelta en plan robot y el gnomo le imita; demasiado divertido.
Johan está muy borracho y se manda con unos pasos de break dance a los que se suma Jennifer, mientras Ricky y Ray hacen otros disparates detrás de ellos.
Moe y Alondra hacen algo de danza clásica, muertos de risa, a quien no le hace mucha gracia es a Mike, quien luego de un rato de solo ver la escena, molesto, decide entrar y separarlos. Jala a Alondra para bailar con ella, luego Moe hace lo mismo. ¡Qué locura!
La roja y yo pasamos haciendo el moonwalk, luego ella me quita el sombrero y se lo pone antes de hacer un tornado.
Tomo su mano y terminamos corriendo, dejamos atrás al imbécil de Connor, el espectáculo en la pista, los gritos, luces y locura para huir de regreso a mi departamento.
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Entramos a la habitación casi sin ropa y con hambre, el deseo que la roja me produce es demasiado grande para contenerlo.
Las únicas prendas que cubren su espectacular silueta son el sombrero, el sujetador de encaje rojo y su tanga a juego, yo aún llevo mi camisa y corbata a medio amarrar.
Entre besos nos dejamos caer en la cama, siento cada vez más alta esta fiebre roja y el revoloteo dentro de mí se hace más descontrolado.
Acaricio sus pechos sobre la prenda con mi nariz y lengua mientras mi mano derecha recorre su figura hasta llegar al encaje que recubre su zona baja, adoro cada uno de sus gemidos.
—Amor… —jadea—. Me fascina cuando bailas como el rey.
Su declaración me obliga a levantar la cabeza, confundido.
—Roja, ¿de verdad me pides eso, ahora? —preguni dubitativo y ella asiente con su típica picardía.
—¿No quieres ser mi stripper personal?
Siento el revoloteo descontrolado todavía más. Me levanto a complacerla, tomo el sombrero de su cabeza, enciendo el reproductor y de inmediato comienza The way you make me feel. Termino de desatar la corbata y se la lanzo, Kelly la atrapa y muerde para luego hacerla a un lado. Sigo moviéndome como robot mientras desabotono la camisa, ella aúlla como coyote y no puedo evitar reír.
—Roja, si sigues con eso no podré continuar.
No para de reír.
Me quito la camisa y se la lanzo también, ella la atrapa y grita desenfrenada.
—¡Oooh! ¡Sííí! ¡Acércate para darte un billete!
—¡Roja, ya!
—Amor, ¡estás buenísimo!
No puedo dejar de reír.
Dejame a mí.
Rob, no empieces y esfúmate.
Rui, vos estás nervioso.
El bailecito erótico para la rojita continúa, jugamos con la pretina del bóxer delante de ella quien casi se babea ante la expresión sexi en nuestro rostro.
Una ladeada sonrisa galante le devolvemos al batir la pelvis hacia adelante al grito de “au”. Los vítores de ella ya no se sienten apabullantes, al contrario, nos instan a seguir con el sensual espectáculo.
El bóxer sale volando, giramos y nuestra entrepierna solo se cubre con el sombrero que, si Moe supiera en qué está siendo usado, no volvería a utilizar. Caminamos hacia Kelly al ritmo de la música e inclinamos el cuerpo sobre ella para juntar los labios en un romántico beso.
La roja toma el sombrero y nos posocionamos en la cama, devoramos nuestras bocas con pasión y lujuria, apoyamos el peso del cuerpo sobre el brazo derecho para poder tocarla y deshacernos de las últimas prendas que la cubren, usando la mano izquierda. Y así, nos dejamos llevar por el placer y el deseo al ritmo del rey.
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