XLIV: Campeonato: Miedo

Y así llegamos a finales de primavera. Flores de colores aún adornan los jardines, aves cantan durante las mañanas de esta estación, el amor flota en el aire, pero no es así en casa del chico de mirada esquiva. Los gritos y discusiones van de la mano en este hogar.

Dramaturgo, mejor ni opines.

-¡Jaen, ya te dije que busques mi slip! Kay ya viene por mí.

-¡¿Y yo qué haría con tu tanga?! -Me devuelve el grito desde su habitación.

-¡Qué no es una tanga! Tú siempre estás fastidiando mis cosas.

-¡Si quieres te presto una mía, joto!

¡Ugh! Salgo de mi recámara, furioso, para buscar y asesinar a mi hermanita; estoy retrasado y esta mocosa me jode desde temprano; abro la puerta de su alcoba de un golpe, al grito de: "¡Jaén, voy a matarte!". Sin embargo, freno mi instinto homicida cuando escucho el sonido de trompetillas y siento serpentinas impactarme el rostro. No tenía idea de esto, pero mi familia está aquí congregada, portan banners, pompones y silbatos.

-¡Somos tu propia barra! -Gritan y ondean el banner más grande donde se lee «¡Baby shark tutu turu!», no puedo dejar de reír ante el gesto.

-¡Gracias! Ustedes son lo máximo. -Nos abrazamos los seis-. Las amo demasiado.

Agradezco a la vida por poder compartir esto y creo que nada podría arruinarme este momento.

O tal vez sí, Jaén rompe el abrazo para lanzar mi bañador slip como un proyectil contra mi cara; maldita mocosa quiere que la mate.

Salgo de la casa por el insistente claxon de Kay, la puta Cucaracha empieza a estresarme, pero eso me saco por el retraso.

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Me he sentido muy nervioso toda la semana, es mi primera final en años y hay demasiada gente, sé que siempre es así, el público abunda durante el campeonato de primavera, aún más en el último día; llegar hasta este punto ha sido impresionante, en serio, no creí alcanzarlo, pero mis compañeros realmente se han lucido.

¿Solo ellos lo han hecho? Me pareció ver un tiburón blanco que nada a oscuras y se mueve como un torpedo.

Dramaturgo, no exageres, la competencia ha sido feroz.

No me sorprendería que ustedes se lleven la copa.

Si eso pasa, será por el extraordinario trabajo que ha hecho mi equipo.

Eres un magnífico atleta, debes reconocer tus propios talentos y celebrar tus victorias por pequeñas que sean, no será malo hacerlo. Además, por tu desempeño aquí, podrías sacarte una buena beca universitaria.

Dramaturgo, ya, estoy bastante nervioso.

Parece que hay más prensa de lo habitual y creo que la razón es ese enano petulante que sonríe y saluda desde primera fila como si se tratase de una princesa, Cory, y junto a él, el tipo más serio del mundo e incapaz de despegarse de sí como su sombra. Voy con ellos entre risas.

-¡Hey, no esperaba verlos aquí!

Gran error, no debí acercarme porque ahora la prensa está bombardeándome con fotografías y preguntas que, por fortuna, Cory se encarga de manejar.

-¿Ahora no podemos disfrutar de una sana competencia deportiva?

-Señor Evans, ¿de qué manera este evento deportivo se relaciona con su trabajo en pro del arte y la cultura?

-Por favor, el deporte podría considerarse un arte, son muchas las emociones que transmite y las que deja salir el atleta al darlo todo en la arena o en este caso, en el agua. -Río al escucharlo y él prosigue-: además, el arte de la amistad es uno hermoso, poderoso y necesita ser cultivado. ¿No es así, maldito puberto?

-Tienes toda la razón, enano siniestro -contesto enseguida y me mira con ganas de matarme, de hecho sus ojos casi abandonan las cuencas y yo no paro de reír como demente.

-Cacius, ¿escuchaste cómo me llamó?

-Cornelio, tú empezaste.

Le saco la lengua de la manera más burlona y luce muy rojo, me hace reír, intenta devolverme algún insulto, pero Cacius cubre su boca antes de hablar:

-Buena suerte, Johan.

Voy de regreso con mi equipo, muerto de risa, cuando me jalan con fuerza desde otra parte de la grada y me tenso por la impresión, pero mi cuerpo se relaja al sentir los labios de Ray junto a los míos, su calor me recorre el cuerpo.

-Ray... -murmuro y lo escucho reír bajo, luego recuerdo el sitio en que estamos y me separo de golpe- Estás loco, idiota.

-Niño, no te hagas, lo gozaste.

Viro los ojos porque a este pedazo de imbécil, le gusta fastidiarme.

Sin embargo, he extrañado demasiado a este desgraciado. Desde que todo ocurrió, pasamos bastante tiempo separados porque Ray viaja mucho a París para estar al pendiente de Rex debido a las secuelas del secuestro; en un principio, el pequeño gánster temía salir, aunque intentaba aparentar "normalidad".

Entonces, sin importarme el lugar, vuelvo a enroscar mis brazos en su cuello y sello nuestros labios en un nuevo beso veloz que lo toma por sorpresa.

-Niño, así no se vale -se queja Ray en un susurro al separarnos y muero de risa por eso.

-Te extrañé demasiado, ¿cómo sigue Rex? -pregunto y Ray entrelaza nuestras manos antes de responder:

-Mucho mejor. -Sonríe-. También te extrañé, pero sabes que debo estar con él.

-Ni que lo digas, Ray, de hecho creo que deberías quedarte allá, a su lado. -Niega con la cabeza, sonriente.

-No puedo, mi hogar es aquí -aprieta mis manos al decirlo y vuelvo a sonreír-, además, Rex se encargaría de echarme si hago eso.

Esa declaración final me produce carcajadas.

-¡Lo que es la pura verdad, Cullen! -Me grita Rex al engancharse a mi cintura, esto es una maldita sorpresa todavía mayor, no puedo creer que está aquí. Lo abrazo fuerte, Ray no deja de reír-. Tuve que obligar al viejo a traerme, Cullen -habla entre gimoteos y Ray palmea su nuca.

-Mocoso, estás aquí, no lo puedo creer. ¿Cómo estás? ¿Cómo te has sentido? -pregunto acelerado y se limpia los ojos, sonriente.

-Cullen, todo genial, eres mi modelo a seguir. -Lo observo sorprendido por lo que dice-. Claro que sí, Cullen, ¿quién haría lo que tú? Sé de primera mano lo que es estar secuestrado, pero a ti casi te matan y aún así has seguido adelante, sin derrumbarte. Entonces, si tu puedes con tanto yo puedo con una que otra pesadilla.

-¿Estás teniendo pesadillas? -inquiero algo melancólico mientras sobo su cabello, pero él niega con la cabeza.

-Ya no tanto, Cullen, y sé que tú también estás muy bien, así que quiero una buena carrera para mis seguidores. -Mueve las cejas al hablar y me muestra su celular, provocándome carcajadas.

Lo veo correr hacia el lugar donde mi familia y amigos hacen barra, doy una ojeada rápida a todos y sonrío al cruzar miradas con Rui quien me guiña. Esto me hace pensar en aquel último campeonato de baloncesto en que lo vi lucirse, solo que ahora los papeles se intercambiaron.

-Niño, has influido mucho en Rex.

Y así vuelvo a poner mi atención en Ray, sonriente.

-Creo que debería buscarse un mejor modelo a seguir -le digo y reímos juntos.

-No lo discuto.

Solo por eso se gana un empujón.

-Pero él ha sabido ver tus cualidades e interiorizarlas. -Siento una tomatada al escucharlo y Ray sonríe.

-No creí verte hoy y menos a él.

-¿Y perderme la final? Eso jamás, además, Rex me patearía. -Reímos a carcajadas con la vista puesta en él y las locuras que organiza con mi familia-. Ahora al agua, chico oso, quiero verte en acción -agrega devolviéndome el empujón.

«Bastardo».

Regreso con mi equipo. Mientras nos preparamos, Alessio reparte indicaciones y regaños, aún me siento nervioso así que, fijo la vista en el agua y sonrío «sé que cuando la toque seré uno con ella».

-Piccolo, non pensare a vincere, divertiti! -expresa en bajo Alessio, me aprieta un hombro y asiento en respuesta para continuar la preparación.

Así que luego del calentamiento es tiempo de la acción, de repente siento algo de molestia en mi muslo derecho, como un pequeño hormigueo, supongo sea porque aún estoy algo inseguro debido al desgarro muscular que sufrí hace meses en el bosque, sumado a los nervios por ser mi primera final en años. Recibo un empujón lateral en mi hombro izquierdo, entonces me quito los goggles para ver quién ha sido y sonrío al ver a Michael caminar de espalda hacia su canal mientras me grita:

-¡Acabaré contigo, baby!

Niego con la cabeza, muerto de risa. «Pedazo de imbécil», pienso y vuelvo a poner la vista en el agua; de inmediato, una sonrisa se dibuja «me alegro por estar aquí». Acomodo mis goggles, listo para la carrera.

La bocina marca el comienzo y luego de la zambullida, inicio el nado subacuático, vuelvo a sentirme uno con el agua y me deleito en sus caricias.

A pesar de mis nervios e inseguridades, en cada vuelta soy consciente de mi mejoría, desde la carrera en Santa Mónica he duplicado mi resistencia, también incrementado velocidad y fuerza por eso ahora me siento feliz, feliz de llegar a este punto, por estar aquí rompiéndome el alma en esta que es mi pasión.

Un nuevo giro de campana marca la vuelta final y realmente ya no me interesa el resultado. Alessio tiene razón, solo debo concentrarme en disfrutar de este deporte que tanto amo; eso quiero ofrecerle a la vida, Campbell, mi pasión y voy a asegurarme de luchar por ella hasta mi último aliento.

Incremento la velocidad, la adrenalina hace estragos por todo mi cuerpo y siento el trabajo de cada articulación. Llego al final sintiendo mi respiración errática, pero la sonrisa no se borra de mi rostro; no sé quién demonios ganaría y la verdad no me interesa, en este momento me da exactamente lo mismo oro, plata, bronce o nada, lo único que deseo es seguir disfrutando de esto.

Alessio y los chicos se acercan a mí, me felicitan al salir del agua, vuelvo a escuchar los gritos y ovaciones alrededor, entonces me quito los goggles y pongo la vista en la pantalla. «No lo puedo creer», es mi único pensamiento al ver que me anuncian ganador, Michael fue el segundo lugar, pero le saqué una diferencia abismal, casi siete décimas.

-¡Baby, eso fue increíble! -grita mi equipo, me abrazan y soban mi cabeza.

-¿Lo ves, piccolo? Solo debes pensar en il divertimento.

Asiento sonriente.

La competencia sigue adelante, los chicos son impresionantes y no hay duda de que adoro estar en este lugar, en este momento, rodeado de todos los que amo.

El evento final será relevos de estilos, Mike se encargará en la primera serie de espalda, Leo la segunda: pecho, Kay irá en mariposa -creo que Leo sería mejor opción, pero es decisión del entrenador- y cerraré yo con el crol «espero ser una buena ancla», no sé qué diablos tiene Alessio en la cabeza para darme semejante carga.

¡Mike la rompe! Él es súper veloz, creo que habría sido mejor ancla, pero ni modo. El público es una locura, observo hacia ese lado donde mi familia y amigos hacen barra y no puedo parar de reír, Rex anda con megáfono en mano, animando; Kelly, Alondra, mis hermanas y encima el enano siniestro -eso me hace reír aún más- están en modo porristas; Rui, mamá, Ricky, Cacius y Ray gritan como dementes, ondeando los banners.

De verdad amo esto.

Vuelvo a poner la atención en el canal donde ya Mike puntea en la última pasada. ¡Es genial! Toca el borde y Leo se zambulle para la segunda serie, siento el corazón como un redoble. Felicitamos a Mike por su extraordinario trabajo, luce realmente exhausto, pero celebra feliz, posa y aprieta sus músculos un rato hasta volver a centrarnos en la carrera.

Leo va a la cabeza, pero no es mucha la diferencia con el rival más cercano y luego del siguiente giro podría pasar al frente.

-¡Vamos, Leo! -gritamos en apoyo a nuestros compañero- ¡Vuela, gigantón!

¡Síííí! Aplaudimos eufóricos porque Leo conserva la ventaja en la vuelta final, Kay está emocionado, pero a la vez respira nervioso y lo entiendo, es el siguiente. Nos acercamos a él y palmeamos su espalda para inyectarle ánimo.

-Kay, fuera nervios... -le dice Mike al sacudirlo.

-Muchachos, no la quiero cagar -replica y reímos con fuerza-, Leo y tú han sido uuf.

-También lo harás genial, tonto -agrego y él sonríe-. Además, no creo que desees darme más carga de la que ya tengo con esta que me puso Alessio. -Reímos a carcajadas los tres, luego Mike y yo nos retiramos hacia atrás y le damos espacio a Kay para zambullirse cuando Leo ha llegado.

Nuestro equipo sigue a la cabeza. ¡Demonios! Solo espero que Kay se mantenga sereno durante su serie.

-J.J., él la va a cagar -murmura Mike enganchado de mi hombro izquierdo y río a lo tonto.

-Sí, baby, por eso Alessio te puso al final -agrega Leo recostado en mi hombro derecho.

-Chicos, no sean malditos -respondo y los empujo, pero ellos ríen a carcajadas-. Muchachos, yo soy quien está en peor forma, es más probable que yo arruine la ventaja que han ganado. -Ahora ellos me empujan a mí como pelota.

-J.J., ¿crees que Alessio es idiota o qué? -Observo a Mike algo liado-. Johan, tienes el mejor tiempo, si no lo crees, entonces dale una repasada a la tabla de posiciones.

-Exacto, baby shark, así que ahora al borde porque te toca reparar la cagada de Kay.

Vuelven a empujarme hacia el frente para esperar a quien acaban de pasar en el retorno. ¡Demonios! Esto solo me presiona aún más.

Giro la cabeza hacia la izquierda antes de ponerme los goggles y veo a Michael a tres canales hacerme un guiño, leo en sus labios «te destruiré», eso me hace reír; vuelvo a poner la vista en el agua, estiro el cuello y articulaciones una última vez antes de entrar. Estoy a punto de ponerme los goggles cuando el trepidar de mi cuerpo me lo impide, cierro los ojos asustado, tratando de disipar esa imagen, pero al abrirlos sigue allí «¡Maldición, no ahora!».

-¡Baby! -escucho que me gritan, pero no puedo moverme, me siento petrificado.

-Bambino!

Alessio se para frente a mí y empieza a sacudirme, los otros también se acercan, incluso Kay sale del agua, veloz, y se ubica delante de Alessio, siguen hablándome y tratan de llamar mi atención, pero mis ojos se han clavado en esa figura que aplaudía despacio en actitud amenazante y cuya mirada retorcida permanece clavada en mí mientras apunta su arma.





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Hola mis dulces corazones multicolor 💛💚💙💜❤️

Cumplo con informar que solo queda pendiente el capítulo 45 (final) + epílogo 😭 ¡No lo puedo creer!😭

Pero no se alarmen, el 44 está compuesto por varias partes que seguiré liberando entre hoy y mañana😉

Los amo❤️

Que comiencen las apuestas:

¿A quién espera Johan en el prefacio?

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