XL: ¿Libre?: Impactado

Una semana ha transcurrido, una maldita semana sin pista alguna. ¡Dios! Me siento a medio morir, Cory tampoco da buenas noticias, sino todo lo contrario: al desgraciado se lo ha tragado la tierra. Me volveré loco en cualquier momento.

Lo único que aún puede brindarme algo de consuelo es saber que, por más que le moleste estar custodiado por guardaespaldas, Johan está a salvo. Cada vez que hablamos, además de llorar y culparse, suele quejarse de esa constante guarda y custodia, pero retirarlos de su entorno no está a discusión. Necesito que, al menos, él esté a salvo hasta que yo pueda regresar y asesinar al hijo de perra con mis propias manos si es que la policía no lo ha hecho ya para entonces.

No puedo dormir y todo porque no tengo idea de las condiciones en que Rex se encuentra. La investigación de Cory me tiene asqueado y por más que pida calma es imposible, pensar en las vejaciones que podría estar sufriendo mi pequeño, me destroza el pecho y descontrola la ira en mi interior.

-Dios, dondequiera que mi pequeño se encuentre, por favor, solo te pido que esté bien -suplico entre lágrimas.

Pasan de las dos y sigue siendo imposible cerrar los ojos, al hacerlo, puedo verlo pedir ayuda, llorar e implorar que toda clase de mierdas se detengan.

-Niño, necesito hablar contigo, voy a enloquecer...

Dios, sé que este mocoso se siente bastante mal, pero es al único que puedo recurrir, por eso decidí enviarle la nota de voz.

Su última conexión fue hace varias horas, lo que me resulta extraño. ¡Dios! Johan, contesta, por favor. Espero que su estado cambie a "en línea", pero nunca pasa; suspiro resignado. Estoy a punto de abandonar el WhatsApp cuando otro nombre llama mi atención, abro el chat y como si se tratara del destino, está en línea. Hace varias semanas que no hablamos y no sé si sea apropiado, pero supongo que necesito...

Chloe: Raymond, te he visto en línea mucho a estas horas, ¿cómo has estado?

Permanezco en silencio, contemplando la pantalla «¿Acaso pudo ver que estaba por escribirle?», por favor Ray no pienses idioteces.

Chloe: perdón, no quise ser entrometida.

Ray: no lo eres, tranquila, de hecho te vi en línea y estaba por hablarte.

Chloe: entonces debí esperar por ti

Ray: Ntp. La verdad no he estado nada bien.

Veo su estado alternarse entre escribiendo y en línea, parece que se arrepiente y sonrío por eso. Sin esperarlo entra una videollamada suya y por un momento dejo el aparato sonar, pienso que se trata de un error, pero ante la insistencia decido contestar.

Chloe a pesar de la alta hora de la madrugada y la sencillez en su imagen -lista para dormir-, luce hermosa, aunque tiene un poco remarcadas las ojeras, parece que tampoco ha dormido mucho. Me dedica una amable sonrisa que intento devolverle.

-No puedo siquiera imaginar lo que pasas, pero si quieres puedes descargarte conmigo.

Me quedo callado, solo la contemplo con un atisbo de sonrisa o eso creo.

-Es un poco difícil para mí preguntar esto a un hombre y más a uno como tú, pero ¿y tu novio? -Eso me hace reír-. Al menos te saqué una sonrisa real. -Intercambiamos miradas y un momento después la veo suspirar-. Debería apoyarte ahora.

-Lo hace, Chloe, pero él tampoco la pasa bien.

-Lo siento, no quise sonar así. -Asiento en silencio-. Tú mal y yo metiéndote ideas en la cabeza.

-No lo haces, tranquila. -Sonrío-. Johan no se siente bien, de hecho está cargando con una injusta e inmerecida culpa y todo porque estamos seguros de que esto ha sido obra de su maldito y obsesivo ex.

Sus ojos se abren de la impresión supongo que por mis palabras o quizás el tono, pero no puedo evitarlo, solo pensar en ese hijo de perra me hace hervir la sangre. Intento respirar para calmarme, pero es demasiado difícil cuando se trata de ese maldito.

-Lo siento -expresa bajo y la veo suspirar.

-Descuida, Chloe, más bien ¿qué hay de ti? ¿Por qué tu insomnio?

Cierra los ojos un momento y sonríe mientras se acomoda mejor en su cama.

-Siempre tan galante -contesta y compartimos una sonrisa-. Supongo que la vida, trabajo... -Emite un largo suspiro pesaroso-. Obligaciones... -agrega algo decaída, luego vuelve a sonreír-. Ahora eres tú quien importa y de verdad creo que deberías tener el apoyo de tu chico, Raymond.

-¿Seguirás con eso? Chloe, ya te dije que él...

-Te entiendo, pero no quita el hecho de que hablamos de tu hijo, Raymond, por mucho que tu novio se sienta mal tú estás peor y él debería estar contigo ahora. -Sonrío sin ganas.

-Chloe, él lo hace, a su modo, pero lo hace. Tú no lo conoces como yo lo hago y por eso entiendo lo mucho que esta situación le afecta... -Un sonoro suspiro se me escapa-. Solo espero que no cometa una idiotez, su mente es demasiado frágil... -agrego en un susurro, pensando en las locuras que ha cometido antes en momentos de depresión extremos y no quiero que vuelva a pasar por eso.

«Ese maldito infeliz no tiene idea de todo el desastre que está causando», pero ¿qué estoy pensando? Es obvio que no le importa. No le importó aprovecharse de él cuanto quiso, no le importó empujarlo a un segundo intento de suicidio, es obvio que no le interesa lo que sus acciones pueden provocar en ese niño infernal, solo quiere manipularlo como siempre lo hizo. Escucho a Chloe aclararse la garganta y así vuelvo a poner la atención en ella.

-Raymond, creo que estás siendo algo paternal con él. -Río bajo ante eso-. Comprendo que quizás por la gran diferencia de edad y su juventud, tú sientas algún tipo de instinto protector y tiendas a ser su soporte, pero Raymond en este momento tú no estás bien. -De algún modo siento eso como un puñal. Sé que no lo dice con mala intención, pero...

-Tú, ¿cómo te sientes ahora, Raymond? -La observo atento, en silencio. ¿Cómo me siento? Como la mierda y más-. ¿Qué es lo que quieres en este momento?

-¡Obviamente recuperar a mi hijo, Chloe! -la interrumpo molesto, entre lágrimas, siento mi pecho quebrarse-. Quiero abrazar a mi hijo, verlo, saber que está bien y que sigue con vida, contrario a la opinión de la policía... -Por un momento la veo tragar hondo y sus ojos tiemblan-. Qui-quiero...

La imagen de Johan aparece en mi mente, su calor espantando todo rastro de frío, su mano junto a la mía, necesito escuchar su voz susurrarme que todo estará bien...

-Qui-quiero que-que e-estés a-aquí... -Tartamudeo sosteniendo el anillo que cuelga de mi cuello.

Un silencio sepulcral se siembra en la habitación, uno incómodo, uno que arde y quema por dentro porque sí, entiendo la fragilidad de su mente, pero me siento miserable enfrentando todo esto solo. ¡Dios! Si al menos contestara el maldito teléfono.

-Raymond, lo-lo siento... -habla apenada, pero no le prestó atención realmente. Dios no puedo dejar de llorar, me siento inútil.

Sin embargo, creo que me volví loco, giro la cabeza como demente en todas las direcciones, es que en alguna parte... no entiendo... sé que oigo una de esas canciones "taka taka" que suelen gustarle a Rex.

Chloe luce sorprendida, quizás por el cambio drástico en mi semblante, mantengo la vista anclada en la suya y ahora es más seguro, oigo una de esas canciones de anime que a él le encantan.

-¿E-escuchas eso? -Chloe me observa atenta, niega con la cabeza-. ¿Se-segura? -Asiente dubitativa, algo nerviosa incluso-. "Diiiigiiiiimoon" -intento tararear lo que escucho y ella sigue negando, asumo que a través del teléfono no puede oírse, pero estoy seguro...

-Raymond, creo que necesitas descansar, trata de dormir o acabarás loco. -Río bajo-. Y no dudes en llamarme a la hora que desees, siempre estaré disponible para ti, amigo. -Luego de despedirnos, termina velozmente la llamada y yo me quedo pensando en esa canción que también he dejado de escuchar.

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No sé en qué momento caí inconsciente, pero es la brillante luz en la ventana lo que me hace reaccionar; jalo mi teléfono para ver la hora y me levanto de golpe, sorprendido, al darme cuenta que pasan de las nueve, corro al baño a prepararme para otro día de incertidumbre.

Chequeo el teléfono antes de salir, Johan sigue sin contestar y no comprendo la razón, vio los mensajes, incluso escuchó la nota que le envié, de hecho su última conexión fue hace menos de quince minutos; sin embargo, no prestó atención.

-Johan, ¿qué pasa contigo? Niño, empiezas a preocuparme.

Una nueva nota de voz le dejo antes de ponerme en marcha.

En casa de Clari todo sigue igual, con la diferencia del nuevo par de hombres en traje negro que ahora custodian el frente. Cory dijo ayer que enviaría apoyo y lo hizo, ese minion es increíble y que haga todas sus operaciones desde la clínica mientras se recupera y cuida a Cacius, lo es aún más.

Saludo a la familia al entrar y voy con Pietro, permanecemos sentados en el desayunador, compartimos algunas palabras de vez en cuando hasta terminar nuestros respectivos cafés.

Decido ir a la habitación de Rex a pasar el rato, necesito estar en contacto con sus cosas, sentir la realidad de ellas porque a veces estoy a punto de flaquear. Me recuesto en su cama, intento captar su esencia, pero es inútil, ha perdido su aroma con el pasar de los días; me aferro al enorme cojín con forma de esfera del dragón de cuatro estrellas que Johan le obsequió en navidad.

-Rex...

No sé qué rayos presiono en la cama, pero empieza a sonar débilmente una melodía.

-¿Dónde está? -me pregunto a mí mismo en bajo.

Conforme retiro almohadones y figuras de felpa de Pokémon o Digimon o lo que quiera que sean estás cosas, el sonido gana fuerza de a poco «es la misma melodía que escuché en la noche, creo que enloquecí», pienso a cada momento hasta que aparece el responsable de la tonada, es una especie de dinosaurio naranja y sigue repitiendo esa canción.

-Quiero creer que esto es algún tipo de señal, pequeño.

-Si tú lo deseas puedes volar...

Escucho la voz de Clari detrás de mí y doy un salto, espantado, no solo por la repentina intromisión, sino por el lastimero tono de su voz.

-Solo tienes que confiar... -continúa intentando cantar en el mismo tono, luce muy afligida, no puedo evitar llorar.

Sin embargo, verla regresar de ese limbo donde estuvo perdida todo este tiempo, me llena de esperanza, así que voy veloz junto a ella y nos fundimos en un fuerte abrazo.

-Clari, estás aquí. -No paro de susurrarle mientras le acaricio la cabeza y espalda, ella llora sin control.

Cada una de sus lágrimas me rompe el pecho, pero al mismo tiempo siento ira crecer contra ese maldito hijo de perra que ha provocado todo esto. Juro por Dios que luego de encontrar a mi hijo, regresaré a buscar al desgraciado y solo matándolo me aseguraré de que no vuelva a joder a nadie más.

-Ra-ray... -balbucea en medio del llanto, casi se ahoga con sus propias lágrimas- Re-rex... dó-dónde está... -pregunta y decido abrazarla con más fuerza-. Me-me lo qui-quitaron, Ray...

-Ya, Clari, tranquila... -Beso su frente-. Lo vamos a encontrar, lo juro. -Vuelvo a besarla.

Después de un rato abrazados, aparecen en el corredor, detrás de ella, sus padres y Pietro a quien le cedo mi puesto; los veo abrazarse y besarse con ese hermoso amor que ambos se profesan para luego unirse los viejos; juntos se dirigen hacia la habitación para ayudar a Clari a arreglarse un poco; ver la hermosa escena por un momento me hace pensar en Johan, así que vuelvo a sacar el celular para intentar comunicarme.

No entiendo qué le pasa, de nuevo ya revisó, trato de llamarlo, pero es inútil, jamás contesta.

Su estado cambia a "en línea" y noto que está escribiendo, siento un soplo de aire fresco ante eso porque significa que está bien.

Pero la sensación se disipa pronto cuando leo el mensaje:

Johan: ve por tu hijo.

¿Qué? No lo comprendo. Estoy a punto de decirle algo cuando recibo una dirección en un mapa.

Johan: ya t dige q stá allí ve por él.

Ray: Niño q mierda es esta de dónde sacaste esto?

Su estado se alterna entre escribiendo y en línea varias veces y así permanece largo rato «esto es demasiado extraño».

-Johan, ¿qué está pasando? Por favor quiero escucharte.

Se desconecta y siento un golpe en el pecho, esto es muy extraño, él no es así. Vuelvo a llamarlo varias veces, sin éxito. Decido llamar a Cory, pero antes de poder marcarle recibo una llamada de Johan, entonces contesto veloz:

-Niño, ¿qué ocurre? -Silencio-. Johan, háblame ¿qué pasa? -Estoy seguro de que la llamada sigue conectada porque puedo escuchar una respiración al otro lado, sin embargo Johan no emite una sola palabra y eso acaba por alterarme-. ¡Niño, háblame!

-Ve por él, Hércules... -Suspira-. Perdóname. -La llamada finaliza y un escalofrío me recorre entero por el tono de su voz. Siento mi corazón bombear con demasiada fuerza y ante la imposibilidad para volver a comunicarme sumado a este miedo creciente, decido llamar a Cory.

-Fisher, cuéntame -contesta con tono petulante.

-Cory, algo extraño pasa con Johan. -Lo escucho suspirar con pesadez antes de responder:

-¡Tu maldito puberto se ha fugado! -Siento mi piel erizarse-. Pero descuida, Fisher, lo encontraremos, mi gente ya lo está buscando. -Escucho un quejido de dolor, supongo que Cory acaba de golpear la cabeza de alguien.

-¿Por qué no me dijeron antes? ¿Cuándo pasó esto? Johan me envió una dirección aquí en París y acaba de llamarme todo misterio...

Cory carraspea en alto, obligándome a callar.

-Me disculpo por interrumpir tu fantástico discurso, pero Fisher, tú ya tienes bastante. ¿Dices que te acaba de llamar?

Cory habla acelerado y yo asiento bajo, aunque me siento confundido, luego lo escucho pelear con alguien «¡Dios! ¿Qué hiciste Johan?», no dejo de pensar.

-¡Te dije que monitorees esa cosa! -Continúa gritándole y luego vuelve a hablarme- Fisher, ve por tu hijo... -Mis ojos se abren de la impresión-. Busca a mis hombres, vayan con la policía y entrégales esa dirección; de tu puberto me encargo yo. ¡Y cuando lo encuentre me va a escuchar! -Finaliza la llamada y sigo perdido, pero vuelvo a ver el mapa y me apresuro a hacer lo que Cory dijo «espero que tenga razón».

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Aunque la policía estuvo algo renuente a tomar en serio esta pista, decidieron darle una oportunidad cuando los hombres de Cory amenazaron con tomar justicia por sus propias manos, así que vamos en camino, seguimos las indicaciones. Me resulta muy extraño que Rex esté en este lado de la ciudad, es que es un barrio... ¿decente? No es el tipo de sitio donde esperaría encontrar secuestrada a una persona.

Nos detenemos frente a una casa que luce acogedora, incluso había niños en los alrededores jugando hasta que nosotros llegamos y todos se escondieron, no comprendo. Los oficiales se ubican en torno a la casa, en compañía de los hombres de Cory voy hacia la entrada.

El detective que ha llevado el caso se identifica, toca varias veces hasta que al fin la puerta se abre. Siento todo revolverse dentro de mí al notar quién es la persona que nos recibe «¿Qué clase de broma es esta?».





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Hola, este sería el comienzo del fin😉.

Los amo❤️

¿Quién crees que recibió a Ray y la policía?🤔

Hagan sus apuestas y nos vemos luego😉

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