ESPECIAL: Nuestro San Valentín
Para mis queridas KelyPrieto y vay-toma-tecito
—Pero tú ya tienes otro, un tipo frío y aburrido, un tonto que es un reprimido, eso no te queda a ti, no te va…
Escucho desde el escenario al cretino de Connor mientras le canta a mi roja.
Rui, si vos no lo matás, yo sí.
Cierra la boca. No me preocupa ese barba de cabra, Kelly está conmigo, ¿o no? Tenemos casi cuatro años juntos, ¿crees que me importa lo que ese imbécil sienta por ella?
Tomaré la opción del “o no”.
¿De qué hablas?
¡Pedazo de pelotudo! Ese pendejo de mierda empezó a cantar en cuanto ella regresó del baño y decime, ¿dónde está ahora la piba bonita? Porque, que yo sepa acá con nosotros no la veo, ¡la tiene en el escenario!
Ya, Robert.
—Conmigo tú alucinarías, conmigo tú hasta el fin del mundo, contigo yo me perdería, contigo yo quiero todo y nada a medias.
Rui, ese pelotudo se está pasando.
Por favor, ya cierra la boca.
—Oye mi amor, no me digas que no y vamos juntando las almas. Oye mi amor, no me digas que no y vamos juntando los cuerpos.
Vuelvo a tomar mi cerveza, intentando ignorar lo que ocurre.
¡Rui, levantate de esta mierda! Mirá cómo le canta a la piba de cerquita y claro, el público cree que es parte del espectáculo. ¡Movete!
¡Rob, ya cállate!
Claro que me hierve la sangre, la verdad es que odio al imbécil de Connor, pero se lo prometí esta mañana a la roja:
—Amor, ¿sabías que Cofradía tocará en el evento de San Valentín? —me dijo mientras preparaba el desayuno y a poco estuve de lanzar el sartén por la ventana ante la rabia que me produjo enterarme de eso—. Entonces, sabes lo que significa. Connor estará allí.
—Roja, ¿y si hacemos otra cosa? —contesté valiéndome del poco autocontrol que logré reunir en ese momento, aunque Rob tampoco ayudaba mucho:
¿Te vas a acobardar? Pelotudo, vamos allá y le das su paliza en cuanto intente algo.
Escucharlo me puso peor. Tengo claro que Connor quiere algo con mi roja, sé que entre ellos pasaron cosas, pero es eso, pasado. ¡Quisiera que ese imbécil lo entendiera de una buena vez!
—¿A otro lado? —preguntó la roja, sentándose encima la isla en la cocina, con los brazos cruzados sobre el pecho, aunque lucía algo molesta yo asentí con la cabeza e intenté simular una sonrisa, bastante tensa, entonces volví a poner la atención en el tocino que freía. Luego, ella prosiguió en un tono más irónico—: ¿Justo hoy? ¿Catorce de febrero y sin reserva?
En ese momento maldije mi mala suerte, también a mi olvidadiza mente porque yo mismo compré los boletos hace un mes para este evento, pero no tenía idea que Cofradía estaría allí, quizás lo pasé por alto o tal vez tuve un lapsus, la cuestión es que olvidé ese detalle por completo y, emocionado, incluí los tickets en el regalo de Kelly junto a su perfume favorito, un hermoso y gigante arreglo de flores, chocolates y globos que mandé a traer; ella saltó emocionada al recibir la sorpresa. Entonces maldije todavía más al desgraciado de Connor por arruinarme el día.
Pero también te maldigo a ti, Robert, ¿por qué no me dijiste lo de Cofradía?
¿Yo? ¡Vos compraste los boleto!
¡Pero tú estás aquí conmigo!
Sí, pelotudo, pero las melosidades y cursilerías no son lo mío, así que probablemente me salí y te dejé solo, debiste escribirme una de esas notitas tuyas si querías que revisara yo también después.
Idiota.
—Amor, mírame —me pidió la roja.
La tensión, producto de la rabia acumulada, me hizo difícil elevar la cabeza para verla, de hecho, creí escuchar varios cracks en mi cuello conforme lo hacía; pero en cuanto capté el celeste de sus ojos y esa hermosa sonrisa que me obsequió, pese a ser consciente de mi ira guardada, liberé aire con pesadez y ella posó sus labios sobre los míos con suma suavidad. Sentí el revoloteo en mi interior descontrolarse.
—No tienes de qué preocuparte, te amo —susurró en mis labios y volvió a besarme, así que apagué la estufa y tomé posición entre sus piernas, apreté con fuerza su cuerpo y me embriagué con el perfume de manzanas que suele expedir su piel.
—Yo también te amo, Roja —contesté en su tono.
—Lo sé, amor. Por eso quiero que me hagas una promesa.
La observé confundido y ella sonrió.
—Sin importar lo que Connor intente, te portarás bien, ¿verdad que sí?
—Roja…
—Amor, quiero que la pasemos bien y bonito, solo ignóralo, ¡por fis!
—Está bien, lo juro.
Así acabé en este predicamento, con el imbécil de Connor cantándole a mi chica para pedirle una oportunidad mientras, encima, me insulta. Todo el mundo corea y aplaude la magnífica interpretación que hacen de ese tema de Maná.
Esto es horrible.
—¡Rui! —Johana me llama por encima del bullicio y desvío la mirada hacia ella. Luce hermosa y eso que apenas comienza a notarse su embarazo. Le saludo con una sonrisa, entonces, luego de un fuerte abrazo y besar mi mejilla se sienta a un lado.
—Te ves radiante.
—Tonto, nos vemos a diario en el estudio. —Eso me hace reír.
—Lo sé, pero hoy te ves preciosa.
—Bueno, gracias —responde con una sonrisa—. No tenía idea de que ustedes estarían aquí y menos que Kelly era parte del show —agrega emocionada, pero en cambio, suspiro cansino.
—No lo es, el idiota de Connor la retuvo. —Johana me observa sorprendida luego de contarle, no es para menos y sé que debo parecer un tonto en este momento.
—¡Ve por ella, Rui! Querido, no te quedes aquí, viendo cómo Connor la seduce delante de todos.
¿Lo ves, pelotudo? Hasta ella está conmigo.
—Le prometí no armar una escena de celos, estoy atado. —Tomo un largo trago de cerveza y veo a Johana reír.
—Rui, es lindo que te contengas por ella, pero querido, lo que hace Connor es un ataque directo a ti.
En eso tiene razón, esto va más allá de una demostración de confianza porque es obvio que lo hago en ella, pero este imbécil se lo está buscando.
—Oye mi amor, no me digas que no y vamos juntando los cuerpos. —El maldito barba de cabra se atreve a abrazar a mi chica por la cintura y ya no puedo mirar más.
Le canta demasiado cerca, con insinuación; mi roja solo atina a posar sus manos en el pecho de él para marcar distancia.
¡Ahora sí te mato, barba de cabra!
¡Eso, pelotudo! Así se habla, demostrale que con nosotros no se juega.
Atravieso la marea de cuerpos que baila, grita y aplaude el espectáculo hasta encontrarme frente al escenario, repleto de corazones rojos en distintos tamaños, pero antes de siquiera poder acercarme a la escalinata, la música para, de golpe, a la vez que un reflector se enciende y me apunta, alguien pone un micrófono en mi mano mientras sigo cegado por la luz y me jala del brazo para guiarme en la subida; el público grita con más fuerza y al fin noto el cabello rojizo de Renzo delante de mí.
¿Qué diablos pasa aquí?
Me suelta, muerto de risa, en el borde del escenario y regresa con el resto a tocar; esta vez es De pies a cabeza, también de Maná y veo al imbécil de Connor empezar a cantarle una vez más a mi roja quien me observa sorprendida por todo esto que ocurre y casi me pide ayuda con la mirada, eso me hace enojar. Le doy alcance en el centro y la jalo por el brazo para apartarla de él.
Ya que Renzo me subió y dio este micrófono, decido robarle el espectáculo al barba de cabra:
—¡Hoy te quiero más que siempre, hoy te adoro más que nunca, hoy te voy a besar, de los pies a la cabeza!
Le sigo cantando a mi roja muy de cerca, perdido en su celestial mirada, embriagado por su esencia de manzanas; pero el infeliz de Connor no se inmuta, replica mi gesto y jala a Kelly para cantarle él.
El público estalla en carcajadas por este tira y afloja que mantenemos con Kel hasta llegar al final de la canción cuando me meto en medio de ellos para abrazarla y besarnos delante de todos. Sentir la suavidad de sus labios descontrola el revoloteo dentro de mí, ella se aferra a mi nuca, yo hago lo mismo con su espalda baja conforme el calor se incrementa.
—¡Señoras y señores, presenciamos el espíritu de San Valentín en persona! —dice Renzo al público y todos ríen mucho más.
La roja y yo nos despegamos, sonrojados, enlazamos fuerte nuestras manos mientras miramos en todas las direcciones y Renzo pasa un brazo sobre los hombros de Connor, el otro encima de los míos.
—Amor y desamor juntos sobre el escenario, ¡un fuerte aplauso para este triángulo amoroso!
Siento que se me caerá la cara de vergüenza.
Estos pelotudos. Planearon todo, vos y la roja fueron las víctimas acá.
***Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ***
A pesar de la bromita de Cofradía, la pasamos bien en el Wild Forrest, Connor se disculpó por molestar cada vez que nos cruzamos y prometió no volverlo a hacer, espero que sea verdad, aunque Kelly decidió cerrar el pacto con un rodillazo en su ingle.
Mi roja y yo, luego de eso, compartimos una velada hermosa, romántica y divertida con extraordinaria música como acompañamiento y además fuimos una de las tres parejas afortunadas en el sorteo final.
Entonces, ahora estamos alojados en una fantástica suite en un hotel de lujo, aún el invierno sigue fuerte, pero esa hermosa chimenea de mármol blanco sí que logra calentar el ambiente. La roja y yo no paramos de reír por cualquier tontería, sobre todo al recordar a Connor retorciéndose de dolor, él se lo buscó.
Este lugar parece la habitación de un rey, es inmensa y lujosa, repleta de detalles dorados, la cama es king size, cubierta con finas sábanas y edredones e incluso posee columnas talladas en madera y dosel. Nosotros nos conformamos con la suavidad del felpudo frente a la chimenea sobre el cual reposamos.
—Amor, ¿puedes creer que en serio nos consientan así? —pregunta ella con una sonrisa y yo emulo su gesto al tomar una uva del gran canasto de bienvenida y ponerla en su boca.
—Esto es increíble, Roja, no pensé que la noche acabaría así.
Kelly se incorpora sobre sus rodillas luego de degustar las uvas y viene conmigo, toma asiento a horcajadas sobre mí. El revoloteo en mi interior se descontrola, aún más al besarme.
—¿Quién dijo que acabó? —inquiere en mis labios y dirige las manos al borde inferior de mi suéter para tirar de él y quitármelo.
—Roja…
Hago lo mismo con su vestido azul, replegando la tela desde la falda y siento el corazón como un zumbido cuando la tersa piel de sus piernas, caderas y cintura, empieza a quedar al descubierto. Aunque tengamos años juntos, solo ella enciende todo dentro de mí. Sus hermosos pechos se asoman y acerco mi nariz y labios para mimarlos.
—Rui —expresa entre risitas bajas—. Al menos acaba de quitarme el vestido.
Eso me hace reír, es que su cabeza sigue dentro de la ropa, pero no me pude contener. Una vez liberado su rostro, juntamos nuestros labios en un dulce beso y terminamos de desvestirnos. Luego, con cuidado; la humedad, suavidad y calor de su cuerpo comienza a absorberme.
Amo cada sensación que ella me produce, adoro la dulzura de sus labios y piel, todos mis sentidos se encuentran inundados de ella, su sabor me llena, su olor me embriaga, cada caricia me enloquece, mis oídos se deleitan con los gemidos que brotan de su ser conforme incrementa el movimiento sobre mí y mi vista se recrea con la sensualidad de su silueta.
Amo a esta mujer.
No hay duda que hemos disfrutado este día, pero la mejor parte ha sido esta noche a solas, cerrando nuestro San Valentín.
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Hola mis dulces corazones multicolor 💛💚💙💜💖 en el mes del amor he preparado un triple especial en homenaje al amorsh, espero que lo disfruten. Quizás dirán: Jaki, ¿por qué no lanzarlo en San Valentín? Y yo les diré: porque quiero y puedo 😆 pero la razón real será: problemas técnicos ligados a mi línea telefónica... ¡Tará!
Ustedes disfruten y ya😆
Nos vemos lueguito 😘
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