Epílogo
Es una cálida noche de verano en algún bar citadino, las luces a medio tono bañan suavemente cada rincón; se nota es fin de semana pues está más concurrido que de costumbre, el aire se siente viciado por el humo del tabaco y olor a alcohol.
En las mesas, las parejas comparten juntas, el área de pool llena con competencias entre amigos, suena una mezcla tecno-pop y al mirar a la pista de baile es difícil saber quién va con quién.
La barra donde generalmente hay algún bebedor solitario, hoy se aglomeran filas de personas a pedir sus propios venenos.
La figura solitaria, mueve su mano para tomar la bebida y llevarla hasta su boca; el único motivo por el que habla es para pedir una más, cuando ha acabado de devorar…
Dramaturgo, ¿te puedes callar?
Solo narro el contexto de la situación.
No, como siempre, exageras.
¿No estás solo acaso en este bar citadino?
Espero a alguien.
Pero, ¿y la estampa encorvada cubierta desde la cabeza a los pies…?
Dramaturgo, ¡deja de joderme! Eso fue hace tres años.
—¡Felicidades, Johan! —exclama un sonriente Moe al traerme mi cerveza.
—¡Gracias, Moe!
—Me quedaría a platicar un rato, pero ves cómo está este lugar. —Afirmo con una sonrisa y lo veo retirarse para continuar atendiendo a todo el mundo junto con Adrien que apenas me saluda con su mano desde el otro lado.
Acabo de regresar al país luego de una feroz competencia internacional…
¿Competencia internacional? ¿A eso reduces tu participación en las olimpiadas?
No deja de ser una competencia internacional, Dramaturgo.
No, pero es la competencia de competencias, tienes permitido emocionarte, estar orgulloso, incluso fanfarronear si lo deseas.
Dramaturgo, sé lo que significan las olimpiadas, pero no voy a alardear sobre eso.
Oh, entonces yo me encargo. El chico de mirada huidiza, luego de un entrenamiento extenuante, hizo puré cada evento en el que participó.
¡Dramaturgo, no exageres!
¿Quién exagera? ¿Acaso no volviste con un montón de medallas de resplandeciente oro?
Sí, también tuve plata e incluso bronce.
Igual son las olimpiadas, no lo minimices.
Está bien, tienes razón es el evento deportivo más impresionante del mundo. ¿Estás feliz?
Bueno, algo es algo.
Cómo sea, de verdad estoy emocionado por estar de regreso y creo que más por esta reunión, aunque me parece que llegué demasiado temprano o es que no me gusta esperar o es la ansiedad por el encuentro, la verdad no sé qué sea; lo único certero es que adoro estar aquí.
—¡Maldito puberto, pudiste escoger otro sitio para esperarme! —exclama Cory, dramático, extravagante y petulante como de costumbre, me saca de mis pensamientos y fijo la vista en él.
—Sí, Cory, también es un placer verte —contesto y él sonríe. Se sienta a mi lado en la barra, junta sus manos encima, para dejar ver el aro dorado en su mano derecha. Obvio lo hace a propósito así que me apresuro a continuar—: ¡Felicidades por tu boda! Perdón por…
—Shhh… —me interrumpe y hace ademanes con sus manos—. El único motivo por el cual te perdono haber faltado al magno evento, es porque sé que arrasaste en las olimpiadas, las competencias de natación se volvieron mis favoritas. —Reímos a carcajadas—. ¡Pero qué pedazos de hombres participan! —exclama abanicándose con una mano. No paro de reír—. Hablemos en serio, maldito puberto, de verdad eres increíble. —Sigo muerto de risa.
«Eso estuvo fuerte», aunque mi conciencia diga que alardee y cualquier cantidad de babosadas, la realidad es que es una competencia demasiado ruda, atletas de todo el mundo y aunque esta vez no hubo público en Tokyo, igual sentí deseos de correr, pero casi me babeo al ver a Phelps como invitado de honor «¡Ídolo!». Si tengo que ser brutalmente honesto, me esforcé al límite para no quedar como idiota delante de él.
¡Ja!, lo sabía, todo giraba en torno a él; lástima que no pudiste acercarte.
Y ni cómo, Dramaturgo, las piernas no me daban para ir en su dirección.
—¿Y qué tal tu vida de casado? —pregunto a Cory para desviar todo el tema deportivo y muestra una enorme sonrisa, luce feliz.
Es increíble todo lo que pasamos, para llegar a este punto en el que puedo llamarlo mi amigo. Jamás creí congeniar con alguien como él, pero Jen tenía razón, es un buen tipo, aunque sea exageradamente vanidoso. Sin duda su apoyo incondicional con todo el tema de Alessio, la universidad y mis sueños, ha sido impresionante es una de las mejores personas que he podido conocer.
—¡Fantástica! Cacius es…
Ahora se abanica con ambas manos y sopla el aire. Bien, eso dice mucho.
—Perfecto, no quiero detalles. —Reímos juntos.
—¡Sos re puta!
Escuchamos la voz de Rob y giramos la cabeza en su dirección, parece que hoy lidiaremos con él.
—¡Ay! ¿cómo te atreves, argentino cachondo? —la respuesta de Cory me hace reír.
De pronto todo se hace negro y siento la suavidad de unas manos cubrirme los ojos.
—¡Qué manos tan delicadas tienes, Moe! —exclamo en broma y Kel me empuja la cabeza, provocándome una carcajada.
—¿Cómo que Moe? —pregunta indignada y va con Rob, también lo empuja fuerte—. Y tú, deja de hacerte el Robert, a mí no me engañas, Rui.
Él sonríe como niño, muestra esa brillante mirada. ¡Bastardo! Nos vio la cara.
Hablamos por largo rato acerca de muchos temas a la vez, no me cansaría de este momento nunca, aunque ame viajar y disfrutar de mi pasión, es genial estar de regreso y poder coincidir aquí todos. Rui y Johana ahora son socios en cuanto a diseño se trata y les va de maravilla, han presentado sus líneas en diferentes pasarelas a nivel internacional. Por otro lado, Robert y Kelly son los rostros de moda. Aún me parece increíble esto de las identidades, personalidades, alters o lo que sea, es extraño y de cierta forma fascinante; claro, cuando no tienen bajones ni están en desacuerdo porque en esos casos se desata la tercera guerra mundial.
De repente desde la pista se oye Baby One more time y solo puedo reír, pero es la voz que emerge por los altavoces la que acelera todo dentro de mí.
—¡Chico oso! ¿Vas a venir?
Ray no pudo quedarse para el cierre de las olimpiadas así que tampoco nos vemos hace más de una semana, por eso, desvío mi atención hacia el otro lado de la barra, donde las luces iluminan a ese gran demente, quien se encuentra ya de pie, me contempla con su reluciente y perfecta sonrisa. Mueve el otro micrófono en el aire para llamarme y una carcajada hace acto de presencia.
Kelly empieza a aplaudir me motiva a ir con él, a ella se suma Rui seguido por Cory y todos los presentes que, han puesto su atención en nosotros.
—Oh baby, baby, how was I supposed to know... —Ray empieza a cantar mientras subo a la barra y me acerco a él.
Sigo muerto de risa. Nuestros ojos no dejan de cruzarse.
Las cosas con él suelen acabar en locura, pero así me encanta este demente. No puedo creer cómo pasa el tiempo, cómo cambian las cosas, la soledad ya no me está matando porque he aprendido a ver que tengo mucho por qué vivir, que hay personas a mi alrededor en las que puedo apoyarme y refugiarme. Porque sí, hubo gente mala que me rompió a pedazos, pero otras se quedaron o aparecieron para ayudarme a juntar cada fragmento por diminuto que fuese.
—When I'm not with you I lose my mind, give me a sign.
Hace años hacía esto muerto de pena, movido por el alcohol y un reto propuesto por este gran demente, pero ahora me vale, porque lo único que me importa es poder compartir estos disparatados momentos junto a ti.
Todos ríen cuando este idiota atrapa mi cintura, me atrae hacia él, canta demasiado cerca y ya no me sorprende, soy consciente de que no conoce el concepto de espacio personal y la verdad, eso me encanta
Observo a mis amigos y noto que ya Cacius está aquí, al hobbit le brillan los ojos cuando lo ve, ¡cuán enamorado está! ¿Quién lo diría?
—It's not the way I planned it…
Nada de esto es como había planeado cuando vine aquí esta noche. Se supone que sería una reunión de amigos que coinciden en la ciudad, pero uno nunca sabe con qué locura saldrá Ray. Me encanta pasar el rato con este bastardo infeliz, lo he extrañado demasiado...
Entonces, ambos volteamos al otro lado de la barra, sorprendidos, al escuchar a Rui.
—I must confess, that my loneliness is killing me now. Don't you know I still believe, that you will be here and give me a sign. Hit me, baby, one more time
Está sentado encima, sostiene la mano de Kelly mientras esta lo mira pasmada. Ray me abraza por la espalda y juntos contemplamos la escena donde Rui sigue cantado para ella que luce pasmada porque justo en este momento, Rui le suelta la mano y saca algo de su bolsillo. ¡No lo puedo creer y ella mucho menos!
—Hit me, baby, one more time —entona en un susurro y abre la pequeña caja, deja al descubierto un anillo.
La canción termina, la música se detiene, todo el bar queda en suspenso, la gente contempla con alta espectativa la escena que se desarrolla en esa área iluminada de la barra.
Kelly ríe y llora, se cubre el rostro apenada, Rui… Bueno, Rui, también lloriquea.
—Roja, dame una señal —le dice con una sonrisa entre gimoteos.
Entonces Kelly se levanta, le da un jalón a la chaqueta de Rui para obligarlo a bajar y sellan sus labios en una promesa que, espero sea para siempre.
El bar entero se convierte en una ovación, aplausos van y vienen. Ray le hace una señal a Moe —qué raro, ellos y sus complots— y al instante se oye I Was born to love you.
—I was born to love you with every single beat of my heart...
Ray no deja de abrazarme al cantar y así vemos subir a Rui y Kelly, quienes de inmediato se unen a la canción.
Pero lo que pasa luego no lo creo, ese tipo grandote y serio acaba de sacar otro micrófono ante la mirada atónita de Cory, quien no puede creer que es arrastrado —o más bien cargado— a este desastre sobre la barra. Lo mira molesto, hasta que Cacius empieza a cantarle muy, muy cerca.
—You are the one for me I am the man for you. You we're made for me
You're my ecstasy. If I was given every opportunity I'd kill for your love…
Cacius hace un gesto con la cabeza a Rui y este sigue la canción abrazando a Kelly. ¡No es cierto! Organizaron esto, solo puedo reír.
—So take a chance with me. Let me romance with you I'm caught in a dream and my dream's come true. So hard to believe, this is happening to me an amazing feeling Comin' through… —Rui levanta a Kel por la cintura y la hace girar, ella solo ríe y grita como loca.
Ray besa mi cabeza y entre todos cantamos el coro. ¡Demonios! Cory sí que lo hace horrible «parece que no eres muy perfecto como crees, mi querido hobit», afortunadamente, Cacius le aleja el micrófono, aunque el enano lo mira con ganas de matarlo.
Todos cierran la boca menos Ray, quien continua con la siguiente parte de la canción mientras me abraza con más fuerza y reposa su cabeza en mi hombro.
—I wanna love you, I love every little thing about you I wanna love you, love you, love you…
¡Qué rayos! Otro reflector se enciende en la pista. Kay, Leo y Mike aparecen en su modo backstreet boys pirata, aunque esta vez solo corean la parte final de la canción.
Veo a Cory emocionado, alegre con su esposo, y pienso en el gran ejemplo que él me da: El primer amor somos nosotros mismos —aunque él exagera—, debemos aceptarnos, querernos a nosotros mismos para ver eso reflejado en el resto y conste que él, por petulante que sea, ha sabido ganarse a todo el que lo llega a conocer.
Rui ha pasado por muchos problemas, somos prácticamente dos caras de una misma moneda, pero a diferencia de mí, él debió enfrentarse al mundo solo —bueno con Robert— y a pesar de todo, aprendió a bailar bajo la tormenta, guiado por una promesa de arcoíris al final de la lluvia.
Kelly un día me dijo: “No eres lo que te ha pasado, sino lo que decides ser” y cuánta razón en sus palabras, Rui es el mejor ejemplo de eso. En cuanto a mí, hace mucho decidí ser feliz y disfrutar de cada momento, por pequeño o disparatado que sea.
Me giro para ver a Ray y nuestras miradas no se apartan, adoro el azul de sus ojos es como ver el cielo en su rostro, el reflejo de las luces multicolores, brillando en ellos, asemejan pequeños arcoíris en un cielo despejado y solo culmino la canción en un susurro, perdido en su mirada:
—Every single day —suspiro— of my life… —Y así, sin más, junto nuestras bocas en un beso, uno dulce y suave.
Solo quiero grabar en mis labios la esencia, forma y calor de los tuyos y disfrutar esta sensación cada simple día de mi existencia.
Quería saber cuál era mi sitio feliz, mi espacio de paz y hace tiempo descubrí que ese lugar está dentro de mí, yo soy capaz de ser y sentirme feliz, pese al dolor que haya soportado.
Creí que un monstruo había destrozado mi vida, que la había arruinado para siempre; le di demasiado poder durante años a un terrible recuerdo que, espero —con la ayuda apropiada, también con el apoyo de mi familia y amigos— algún día ya no vuelva a molestarme, pero mientras eso pasa, sigo luchando por lo que quiero, mis sueños.
Ahora concentro mis energías en ofrecer cosas hermosas a la vida, porque las tristezas son como la lluvia, pasajera. No siempre lloverá, eso lo sé y entiendo ahora, pero es necesaria la lluvia para ver el arcoíris, como dice Rui.
También he aprendido que la risa es una gran medicina, entonces bailaré bajo la lluvia y reiré como idiota junto a este demente tan bromista y fastidioso, extrovertido y super pesado, quien es también ese lado de mí mismo que no sabía que faltaba, hasta irrumpir en mi vida y obligarme a subir a una barra, justo como ahora.
—¿Cómo logras meterme en este tipo de situaciones y salir ileso? —susurro en sus labios.
—Porque realmente, disfrutas ser molestado por alguien como yo.
Adoro esa perfecta y brillante sonrisa que él me obsequia.
—Bienvenido a tu torre, Rapunzel. —Sus palabras me hacen sonreír y vuelvo a perderme en la suavidad de sus labios.
Gracias por alegrar mis días, también por tu compañía, por ser mi complemento y, sobre todo, por hacer aún más especial, Mi lugar sobre el arcoíris.
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Ahora sí, Mi lugar sobre el Arcoíris termina aquí.
Los amo de 💖
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