FINAL (PARTE 4)
LA LLEGADA A UNA GRAN FIESTA (65)
La noche ya había llegado, y con eso, también la llegada de nuestros protagonistas a Portland, luego de un viaje de cinco horas en auto y aprovechando las carreteras más despejadas posibles. El viejo conductor se las arregló para poder llegar lo más rápido posible, por orden de Pacífica, quién tenía planeado llegar a esa fiesta, encargarse de que Natty borre esa foto de su celular, cumplir con su parte del trato y regresar de nuevo a Gravity falls. Un plan sencillo, ¿Verdad?, Déjenme decirles que el dicho al hecho hay un largo trecho que recorrer.
Cuando llegaron a la ciudad, Pacífica guío al chófer hasta la mansión de los Southwest, sabía la dirección, sabía dónde quedaba la casa de Ethan, pero nunca antes de dignó a visitarlo; porque sentía que no había necesidad de hacerlo. Luego de unos cuantos minutos, para ser más específicos, veinte minutos, por fin lograron dar con la dichosa mansión.
Dipper quedaría boquiabierto al ver la inmensa casa donde vivía el susodicho de Ethan, me atrevo a decir que era incluso más grande que la mansión Northwest, y eso es mucho decir. El castaño estaba asombrado, y al mismo tiempo se sintió un poco intimidado por lo que sus ojos estaban viendo, obvio, él no estaba acostumbrado a estas cosas, la única vez que ingresó a una fiesta de ricos, fué cuando ayudó a la que ahora es el amor de su vida, a cazar a un peligroso fantasma en la antigua mansión Northwest.
Ahora me pregunto, ¿Qué hubiera pasado si Pacífica no hubiera jalado esa palanca?.
Pacífica lo tomó de la mano, instintivamente lo hizo porque sabía que su novio se sentiría "chiquito" por todo lo que estaba viendo. Pobre Dipper es inocente hay que cuidarlo. Le sonrió y le dijo que no tema, que estas cosas son muy comunes entre los ricos, pero que ya se vaya acostumbrando, porque tarde o temprano asistirá a más fiestas como estas cuando sean pareja oficialmente.
En la entrada estaba uno de los guardias, increíble hasta un par de guardias tenía esta familia de ricos. El tipo de acercó y preguntó por la invitación, que en teoría, deberían tener un pequeño pedazo de papel de color rojo para entrar. Algo raro pero era cosa de Ethan. Pacífica bajó un poco la ventana del vehículo, y usando un tono de voz tan arrogante pero al mismo tiempo, hermoso y elegante, le respondió diciéndole: "Pacífica Northwest, abra la puerta"
El guardia ni corto ni perezoso les dió acceso, puesto que Ethan les ordenó que si alguna chica rubia decía ese nombre y ese apellido, podía pasar libremente. Ojo, Pacífica no sabía eso, pero ya se lo imaginaba, era de esperarse viniendo de Ethan. Cuando entraron, se dieron cuenta que habían también otros autos de lujos estacionados a lo largo del jardín delantero, que dicho sea de paso era bastante extenso, como para que toda una caravana ingrese ahí.
El auto se estacionó en medio de dos muy lujosos Mercedes, uno de color completamente negro, y el otro rojo con ligeros adornos azules, y cada uno tenía el logotipo de la marca visiblemente para todos. El castaño quedó impactado, nunca antes en su vida había visto autos caros como esos, únicamente en revistas; y cuando levantó la mirada, casi se le caen los ojos cuando observó lo que había en ese dichoso jardín delantero, puesto que habían otros autos también ahí, varios de marcas como Porsche, Mustang, Audi, ¡Hasta un jodido Ferrari edición limitada y un Lamborghini edición limitada y de lujo puta madre los ricos viven llenos de lujos!.
Pacífica observó como su novio tenía la boca abierta y ella se acercó se la cerró con un solo dedo, haciendo que la mandíbula del chico haga un pequeño sonido al chocar.
—El Ferrari es de Natty, mejor dicho de sus padres —comentó al aire mientras tomaba a su novio de la mano— eso solo me dice una cosa, que esa tonta ya está aquí,y si ya está aquí, tendré que buscarla, quién sabe dónde estará.
—E-Esto... Pa-Pacífica, ¡¿No crees que esto es... Demasiado?! —preguntó Dipper, algo alterado—. ¿Enserio a los ricos les gusta despilfarrar el dinero así, como si nada?, ¡Hay un jodido Ferrari en este jardín!., Y un Lambor, y algunos Mustang, ¿Todo esto es real?, No me lo puedo creer, siempre soñé con estar rodeado de autos así, pero solo en mis sueños, y ahora... no sé ni que hacer.
Pacífica se acercó a su novio y le abrazó de la cintura.
—Dipper, así es la vida de los millonarios, literalmente hay millonarios en este mundo que no saben que hacer con su dinero, como por ejemplo Ethan, ¿Si alcanzas a escuchar esa música electro de fondo? —preguntó su novia mientras colocaba su mano cerca de su oído. Dipper asintió—. De seguro Ethan contrató a un Dj para que la fiesta sea más interesante, así que, por favor, relájate, y allá adentro no actúes como estás actuando horita, eres mi novio, y tarde o temprano mi pareja, y quieras o no, tendrás que acostumbrarte a estas cosas, ¿Sí?.
Dipper solo asintió, pero aún así no dejaba de estar impactado, Pacífica le dijo al señor Flynn que se relaje, y que no se preocupe, que solo estará un par de horas y después regresarían, que será rápido todo esto. El chófer le dijo que estaba bien. Mientras avanzaban por el jardín había una gran fuente en medio, y también unos arbustos que tenían diferentes formas, algunos con el símbolo del dólar.
Cuando llegaron a la puerta principal, otro guardia los detuvo y les preguntó por el nombre, a lo que Pacífica hizo el mismo chiste con el guardia de afuera. Por la reacción del guardia que tenía enfrente, de seguro debió haber sido amenazado por Ethan, en plan: dejas que entre Pacífica, y ni se te ocurra molestarla, o te corro de aquí.
Apenas el guardia abrió la puerta, el ruido de una exitosa fiesta por lo alto invadió los oídos del castaño, habían luces por todas partes, luces de neon, altavoces, adornos que solo gente con dinero podría comprar, etc.
Ethan decoró o mejor dicho, mandó a decorar todo el lugar para que pareciera ser una jodida discoteca exclusivamente para gente muy adinerada.
Ambos se percataron de que ya habían varios jóvenes ahí, muchos de ellos vestían de forma elegante para la ocasión, y el resto, eran chicos y chicas que estaban vestidos con trajes de sirviente, los cuales caminaban por enmedio de todas las personas con una bandeja en la mano, mismos que repartían bocados, postres finos, bebidas (no alcohólicas, por supuesto, aunque seguramente por ahí estaba rodando alguna botella de Ron Bacardí o algún Gin London Dry entre los jóvenes invitados).
Al parecer todos los invitados se estaban divirtiendo, reían, conversaban entre ellos, habían grupos de jóvenes que se dedicaban a charlar entre ellos. En el centro de todo el alboroto, estaba el Dj, en efecto, nuestro amigo Ethan contrató a un Dj para que la fiesta sea más animada, y al parecer, el tipo se la estaba pasando increíble porque la música, y el ritmo que le ponía, le daba ese toque que toda fiesta juvenil y de ricos, debía tenía tener. Los altavoces sonaban sin parar, el ruido era increíble, pero tolerable, las luces adornaban el escenario dando la sensación de que un concierto se tratase.
—Me imaginé otro tipo de fiesta —dijo Dipper, mientras se acercaba a su novia y le hablaba alto al oído, porque hablar así nomás era en vano. No iba a escuchar nada, no con ese ruido que inundaba todo el lugar.
—¿Cómo cuál? —preguntó Pacífica, tomando la mano de su novio y mirándole a los ojos, sonriendo.
—Música clásica, todo tranquilo, como supuestamente debería ser la fiesta de los ricos, ¿O me equivoco? —le dijo Dipper.
—Eso ya es del pasado, estás en una fiesta de jóvenes millonarios, solo mira como es todo esto —le respondió mientras le hacía mirar todo a los alrededores.
La música bajó un poco de volumen, y el Dj tomó el micrófono que tenía cerca suyo y comenzó a decirles a todos los presentes... "No se duerman chicos, porque se viene una buena esta noche", dicho y hecho, cambio el ritmo de la música a una aún más frenética y más electrónica, y todos los jóvenes comenzaron a gritar con euforia, y a celebrar como si no hubiera un mañana. El ruido era tan alto que Dipper se tapó los oídos, incluso a Pacífica le molesto ese volumen tan exagerado.
Tomó a su novio y lo sacó de ese lugar, era insoportable el ruido ahí dentro. Caminó entre todos las personas que estaban alocadas y alborotadas por el excelente trabajo del Dj, caminó y caminó hasta salir de ahí, y sin conocer la casa de Ethan buscó algún lugar tranquilo, y ese lugar era el exterior, uno de los jardines, el cual curiosamente no estaba tan decorado como la sala principal o el resto de la mansión, quién sabe, tal vez a Ethan se le ocurrió dejar ese lugar para aquellos que no les gustara estar tanto tiempo en el bullicio.
Cuando llegaron, se sintieron aliviados, por fin salieron de ese escándalo. Unos pocos chicos estaban en ese lugar sentados en los muebles que yacían ahí afuera, otros estaban de pie conversando, etc. Pacífica dijo que ahí podría estar bien por ahora, ya que el objetivo de la rubia era encontrar a Natty y hacer que cumpla su parte del trato.
No obstante, Dipper se dió cuenta que no cargaba consigo el reloj que su dueña le dió, lo había dejado dentro del auto. Tuvo que regresar a buscarlo, aunque fué detenido por su novia quién les dijo que no era necesario; pero el castaño insistió en que debía ir a buscarlo, ya que el traje no estaría completo si ese dichoso reloj. Dicho y hecho, fué al auto, y le dijo a su novia que lo espere ahí, y ella aceptó.
Pacífica se quedó a esperarlo, sentada en uno de los muebles del lugar. Un jóven mesero pasó por ahí repartiendo bocados y bebidas a los presentes, pero ella no aceptó, no sentía apetito, ni tampoco quería beber nada. Esperó pacientemente a su novio.
TIENE QUE CUMPLIR SU PARTE DEL TRATO (66)
El castaño tuvo que pasar por toda esa jungla de ruidos altos, celebración alocada, y demás cosas típicas de una fiesta de adolescentes millonarios para poder llegar al jardín principal y dar con el auto de los Northwest, el cual no sería nada difícil encontrar entre tantos autos llamativos y lujosos.
¿Cuántos jóvenes millonarios habían no solo en esa ciudad sino también en el resto del país?, Ethan o era muy popular e invitó a todos los amigos, y conocidos no solo de su secundaria sino de otros lugares, o mandó invitaciones a diestra y siniestra. Entre más bulto haya, más llamativo se ve.
Por su parte, Pacífica lo esperó ahí sentada en ese lado de la mansión, y cuando llegue su novio, juntos irían a buscar a Natty para que borre esa dichosa foto. Sin embargo, eso ya no sería necesario, debido a que detrás de Pacífica, un grito bastante familiar llamó su atención...
—¡PACÍFICA! —aquella voz tan familiar hizo que la jóven rubia se diera la vuelta, y observara a la persona por la cual estaba en esa mansión.
Natty, vestida con un precioso vestido rojo, el cual dejaba los hombros al descubierto, se acercó rápido a su "amiga" y le dió un fuerte abrazo, y también estaba Melissa, quién vestía con un vestido corto que resaltaba bastante las bellas piernas que poseía. Ella llegó después de Natty, vuelvo y repito, de este particular grupo de amigas, Melissa era la más normal, no era arrogante, ni manipuladora, ni mucho menos egocéntrica, su único defecto era la adición a su celular y a su facebook. Tal vez en un futuro su piel le pase factura por ese uso excesivo —y ustedes también ya dejen de usar tanto el celular—.
Natty le decía que se alegraba de verla, y que le parecía increíble que haya asistido a esa fiesta. Por su parte Pacífica no la abrazó, es más, se mostró muy seria; y cuando Natty la miró a los ojos la rubia le dijo que la suelte, que estaba haciendo unos esfuerzos titánicos por no darle ahí mismo una paliza por haberla obligado a venir a esa fiesta.
Melissa le preguntó a Natty de qué estaba hablando Pacífica, y Natty le dijo que tal vez obligó a Pacífica a venir a esa fiesta, pero solo un poquito, ni que hubiera hecho algo malo, lo dijo usando ese tono burlesco que solo enojaba más a Pacífica y era casi incontenible el deseo de golpearla por estar jodiendole la vida.
Más temprano que tarde Pacífica le dijo que cumpla con su parte del trato, pero Natty le dijo que aún no, que ella no solo debía asistir a esa fiesta, sino que también divertirse y pasarla bien. Ese era el trato a cumplir.
Natty solo buscaba su propia diversión y felicidad, y en el fondo no le importaba en lo más mínimo el resto, ni siquiera sus supuestas amigas, a las que decía querer como si fueran hermanas, tal vez la falta de atención paternal y maternal le obligaron a hacer este tipo de cosas para encontrar algo con qué entretenerse, o tal vez por su egocentrismo nacido de poseer una gran fortuna y creerse superior al resto solo por ser bella, inteligente y millonaria le hacen comportarse así. Quién sabe.
Sucedería que Natty dejaría de hablar al darse cuenta de quién se acercaba, y su reacción no fué exagerada. Dipper había llegado nuevamente, logró dar con el auto y regresar rápido. A Natty se le formaron pequeños corazones en los ojos al ver al castaño, ya que en realidad se veía bastante atractivo usando ese traje, y su forma de caminar, incluso a Melissa le apareció un ligero sonrojo, aunque ella seguía prefiriendo a Ethan.
El castaño llegó con su novia, y le tomó de la mano, y al darse cuenta que Natty estaba presente, se mostró serio, aunque Natty le sonreía coqueta, tal vez repetir lo que pasó esa vez en el baño de la mansión Northwest no estaría mal, según ella. Melissa se dió cuenta de que Dipper le estaba tomando la mano a Pacífica, por lo que ella preguntó lo que era evidente, a lo que la susodicha pelirroja respondió su pregunta con un "Sí, son novios". Melissa se sorprendió de eso, ya que ella no lo sabía, ni Pacífica ni Natty se lo habían dicho.
Pacífica le contó lo sucedido y también el hecho de que ahora era novia de Dipper, y que lo trajo a la fiesta para que a Ethan le quede claro todo y deje de hacerse ideas y sueños que jamás, ni en esta vida ni en la otra, iban a cumplirse.
Pacífica preguntó por Ethan, pero no supieron decirle dónde estaba. Natty se ofreció a ir a buscarlo, y sin que le dijeran un sí o un no, se fué como alma que lleva el diablo, dejando a los tres solos en ese lugar. Natty mientras caminaba por la mansión, y pasando por todos los presentes, comenzó a sonreír de manera muy maliciosa, algo ya estaba tramando, algo en su mente ya se estaba formando y de seguro, no era nada bueno.
Continuó buscando a Ethan o a su hermano mayor, Mike, él también podría darle información al respecto, pero tampoco lo encontraba por ninguna parte, ¿En dónde se habían metido los hermanos Southwest?.
¿Saben?, Alguien está faltando en la ecuación, y ese alguien finalmente llegó a la fiesta. Afuera de la mansión, una limusina de color blanco estaba llegando, y se detuvo justo en la puerta. El guardia se acercó y preguntó si tenían invitación; no obstante, el vidrio de una de las ventanas se abrió revelando quién estaba ahí adentro. Una hermosa, lo digo enserio, una hermosa chica rubia, con un mechón de color azul marino, ojos claros, de mirada que flecha y facciones perfectas lo observó a los ojos.
El guardia solo con verla ya sabía quién era, y no había necesidad siquiera de preguntarle si tenía invitación, porque Ethan ya había autorizado también que la dejen entrar. La limusina entró en la mansión, y buscó un lugar donde poder estacionarse. Lo encontró, a lado de un auto que se le hizo extrañamente conocido a la chica.
Elizabeth ya había llegado, y su forma de bajar de la limusina derrochaba elegancia, diablos si hasta para salir de un vehículo lo hacía con esa finura, no me imagino haciendo cualquier otro tipo de actividad cielos.
—Ethan enserio se tomó esto de hacer una fiesta, muy enserio —comentó observando los autos a su alrededor, y logrando escuchar la música que emanaba del interior de la mansión. El chófer de la limusina se bajó del auto para hablarle a la chica.
—Señorita Cavendish, ¿Desea que la espere o vengo a recogerla más tarde?.
—Yo te llamo luego, André, puedes retirarte —ordenó la chica millonaria. Acto seguido, el chófer de la limusina asintió con la cabeza y volvió a ingresar en el vehículo, le dió marcha atrás, y comenzó a moverse dejando sola a la chica.
Elizabeth observó todo a su alrededor, y de un momento a otro le entraron ganas de divertirse en esa fiesta, y por diversión no solo me refiero a molestar y humillar a Pacífica, sino también pasarla bien esa noche.
—Muy bien Natty, ya estoy aquí, veamos cómo nos divertimos esta noche.
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