CAPÍTULO 54: Y A LO LEJOS SE ESCUCHAN CAMPANAS DE BODA (PARTE 2)
Disfrútenlo muchas gracias!!.
Luego de un largo viaje de cinco horas desde Portland hasta Gravity falls, finalmente nuestros protagonistas llegaron al dichoso pueblo, siendo prácticamente ya de noche, cerca de las 8:00 de la noche, aproximadamente. Dipper ayudó a su novia a acomodar todas las cosas que habían comprado, ropa, calzado, prendas, etc.
Hubiese sido un día espectacular para los dos de no ser porque cierta chica pelirroja les arruinó la tarde, bajo una amenaza muy inmadura de que sino asistían a una fiesta, la foto que les tomó besándose iba a terminar en manos de Preston Northwest, hombre que seguramente iba a armar un escándalo. Dipper después de ayudar a su novia, se despidió con un largo beso, en su habitación claramente.
Pacífica le comentó que el chófer podría llevarlo hasta la cabaña del misterio, pero ya el señor Flynn seguramente estaría cansado luego de un largo viaje de ida y vuelta. Ambos novios se despidieron y quedaron verse al día siguiente, algo curioso puesto que Dipper ya no tenía la obligación de ir a esa mansión y atender a su novia y/o a sus padres, pero él lo hacía para poder pasar tiempo con ella, durante lo que restaba del verano.
Ahora se podía ver cómo Dipper estaba llegando a la cabaña del misterio, a pie, desde la mansión Northwest. Cuando llegó y entró, se llevó una enorme sorpresa al ver lo que estaba sucediendo. Todos estaban reunidos en la sala, incluso una persona muy conocida por el castaño.
—¡Dipper que bueno que llegaste! —dijo Mabel, quién estaba sentada en el suelo; mas sin embargo al ver al castaño entrar, dió un salto y corrió a abrazarlo, como siempre, exageradamente fuerte.
—Ma-Mabel, ¿Es necesario que me abraces así de fuerte cada vez que me ves? —preguntó, sintiendo como el aire se le cortaba de un momento a otro.
—Lo siento —dijo la castaña, para después soltarlo y dejar que respire. Dipper dió una gran bocanada de aire para recuperar todo el que perdió—. Mira Dipper, quién está de visita en la cabaña.
Mabel señaló al mueble, dónde estaba sentado Soos, y a su lado, su novia Melody, quién viajó desde Portland al Medio día para llegar en la tarde a Gravity falls, fué una sorpresa para todos, ni siquiera el mismo Soos se lo esperaba.
—Hola Dipper, mucho gusto verte otra vez —saludó Melody.
—Hola Melody, a mí también me da mucho gusto verte, ¿Qué curioso que estés aquí, sabes?, Casualmente hoy fuí con mi no... —dijo Dipper, pero se detuvo un instante, solo le había dicho a Mabel que Pacífica era su novia, ni tampoco a Ford o a Wendy, mucho menos a Stan, porque si Stan lo sabía seguramente iba a pedirle algún "favorcito" al castaño. No obstante, no le importó eso y lo dijo a todo el mundo—. Fuí con mi novia, a Portland, a realizar unas compras.
—¿Eres novio de Pacífica, Dipper? —preguntó Soos.
—¡¿Eres novio de Pacífica Northwest?! —preguntó Stan escupiendo el café que tenía en su boca, debido a la sorpresa—. ¿Por qué no me lo habías dicho?.
—Porque te conozco tío Stan, y de una vez te lo dejo claro, no le pediré dinero a Pacífica, la amo por lo que ella es, no por su dinero, ¡Y baja esa calculadora! ¿Quieres? —dijo Dipper, al darse cuenta que su tío Stan ya estaba con una calculadora en la mano, seguramente iba a sacar cuentas de cuánto costaría algunos "detalles" nuevos en la cabaña.
—Oh rayos, solo es una inversión, se los devolveré tarde o temprano.
—Ni siquiera tú te crees eso, Stanley, y en cuanto a tí Dipper, felicidades, no conozco realmente a esas personas, pero felicidades —dijo Ford, con una sutil sonrisa hacia su sobrino.
—Gracias, tío.
—¿Así que te fuiste a Portland a solas con Pacífica, eh? —preguntó Mabel, golpeando con su codo el brazo de su hermano.
—Solo fuimos a hacer compras, no pienses mal, Mabel —dijo Dipper, mientras le miraba directamente a los ojos, y que no se haga ideas pervertidas sobre el castaño—. Y por cierto, Melody, cuando fuí a Portland pasé por esa cafetería donde estabas trabajando, quería saber cómo estabas pero me dijeron que pediste un tiempo libre, ¿Es verdad?, ¿No te echaron?.
—No, por supuesto que no, yo pedí libre para poder venir acá a Gravity falls y... bueno, estar con Soos. Me tocó trabajar mucho, y tuve que ahorrar también lo que ganaba junto a las propinas, dejar de comprarme cosas que me gustaban para juntarlo todo y, jeje, cumplir nuestro sueño.
—Me parece genial que hayas hecho todo eso solo para venir a verme —dijo Soos, tomando su mano.
—Si tan solo supieras todo lo que tuve que trabajar desde que fuí a Portland, y todo para un solo objetivo, y el motivo por el cual estoy esta noche aquí contigo, y también con... tus amigos, familia prácticamente jeje.
—Sí, el señor Stan es como un padre para mí —dijo Soos mientras observaba al tío Stan como si fuera una figura paterna. Algo tierno a decir verdad sabiendo que Soos desde hace ya muchos años perdió todo contacto con su padre. Sin embargo, Stan tuvo que arruinar el momento, como siempre.
—No te voy a subir el sueldo, Soos —dijo Stan muy frío.
—¡Tío Stan! —levantó la voz Mabel.
—¿Qué?, Es la verdad.
—Soos, ¿Cuántos años tenemos juntos? —preguntó Melody.
—Si mis cálculos no me fallan, aproximadamente, tres años —dijo Soos, empleando gran parte de su capacidad cerebral para recordar el tiempo que ah estado junto a su novia.
—Tres años, correcto, mucho tiempo siendo novios, y más aún la distancia que nos separaba, y es muy hermoso que todavía sigamos siendo novios a pesar de eso.
—Es verdad, nuestra relación a distancia ah durado mucho.
—¿Y no crees que ya es hora de... la siguiente base? —preguntó Melody, tomando la mano derecha de Soos.
Todos, a excepción de Stan (obviamente) pintaron una sonrisa en su rostro, ya con solo escuchar esa pregunta se imaginaron lo que iba a pasar a partir de ese momento. Soos, por su lado, no comprendió muy bien las palabras de su novia.
—¿Segunda base?, ¿Hablas de las bases del baseball? —preguntó Soos—. ¿Cuando vamos a jugar un partido?.
—No, no me refiero a eso, me refiero a... —Melody se detuvo unos momentos, explicarle todo a Soos sería una perdida de tiempo, ya que al parecer él no tenía la iniciativa de hacerlo. Miró a Dipper por unos instantes, y el castaño solo le asintió, que lo haga.
Melody metió su mano a su bolsillo, y de ahí sacó una pequeña cajita roja. Soos, tan despistado como siempre, ni siquiera se imaginó lo que ella iba a hacer. Melody lo miró a los ojos y le sonrió.
—Soos, a pesar de ciertos inconvenientes como la distancia que nos separó, la larga relación de novios que tuvimos, a pesar de que no tomaste la iniciativa primero, aunque eso no es un problema y no te juzgo por eso y tampoco estoy molesta contigo, te amo y es por eso que yo lo haré entonces por los dos... —ella le mostró a Soos la cajita roja que sacó, y lentamente la abrió entre sus ojos revelando un par de hermosísimos anillos de matrimonio.
—¿Soos te casarías conmigo? —preguntó ella, desbordando una amplia sonrisa en su rostro.
Casi boquiabiertos quedaron todos ante la pregunta de Melody, esperando con el corazón en la mano la respuesta del hombre regordete. Por su parte, Soos, al ver los anillos también quedó boquiabierto, no era realmente la reacción que Melody esperaba pero, peor era salir corriendo, ¿Verdad?, ¿Verdad gente?. ¿No?.
—Ah, y-yo... ¿Casarnos? —preguntó Soos.
—Sí... —su sonrisa se fué desvaneciendo lentamente—, ¿No quieres casarte conmigo?.
—No, ¡Quiero decir sí!, Osea, espera un momento, ¿Veniste desde otra ciudad, trabajando muy duro durante tres años, para poder comprar estos anillos y pedirme matrimonio? —preguntó Soos.
—Exacto —respondió ella.
Soos miró a su amigo Dipper, y este, simplemente con la mirada le dijo todo lo IDIOTA que fué al preguntar eso. Le asintió muy claramente con la cabeza. Soos volvió a mirar a Melody, y tomó su mano para darle su respuesta.
—Pues, sí, si quiero casarme contigo —respondió Soos. Melody al escuchar esa respuesta no pudo evitar que se le salieran unas cuantas lágrimas, pensó por un momento que diría que no, pero era Soos, era de esperarse algo así. Lo abrazó muy fuerte y no quiso soltarlo.
—¡SOOS Y MELODY SE VAN A CASAR! —gritó Mabel tan fuerte y dando un tremendo salto que casi llegaba al techo. Casi los deja sordos a todos.
—Wow, Soos se va a casar, quién lo diría —comentó Stan.
—Felicidades, enserio, me alegro por ustedes dos —les dijo Ford a los dos observándolos.
—¡¿Y cuando será la boda?!, ¡¿Ya pensaron en los invitados?!, ¿En la iglesia?, ¿En la luna de miel?, ¡¿Necesitan ayuda para organizar todo?!, ¡Ay! ¡¿PUEDO AYUDARLOS?! —preguntó Mabel, tan contenta que desbordaba alegría, era tanta su felicidad que hasta era un poco extraño.
—Ah, jeje, no, no hemos pensado eso, Mabel pero si apenas le pedí matrimonio, es por eso que pedí un tiempo libre en mi trabajo, para poder casarme con Soos, primero hay que organizar todo, no precisamente tiene que ser una gran boda, con muchos invitados.
—Supongo que sí, debe ser algo más pequeño.
—Claro, algo más, pequeño esa es la palabra, porque, aunque haya ahorrado mucho para este momento, tampoco cuento con una gran cantidad de dinero.
—De eso no te preocupes Melody, lo que haga falta mi tío Stan lo puede cubrir, él quiere mucho a Soos, ¿Verdad tío Stan? —preguntó Mabel.
Stan de nuevo escupió lo que estaba bebiendo.
—¿Espera qué?.
—Tío Stan, por favor... es la boda de Soos, de nuestro Soos —dijo Mabel, poniendo unos ojitos de cachorro, los más tiernos que podía hacer, esa era su arma secreta, y la más poderosa que cargaba en todo su arsenal, lo demás eran abrazos fuertes, pasteles de fresa, y su mirada de cachorro.
—Pero Mabel, yo no tengo...
—Ganaste hoy día casi mil dólares con los turistas, a mí me consta, por favor tío dí que sí —Mabel intensificó esa mirada hasta su máximo poder. La tacañería de Stan no podía resistir tanta ternura.
En un hombro derecho de Stan apareció un pequeño Stan que le dijo al oído.
—¡No la mires!, ¡No te dejes engañar por su ternura!.
Mabel utilizó hasta un power up rotisimo con algunas lágrimas empezando a salir de sus ojos y una mirada de cachorro suplicante. El pequeño Stan que estaba en el hombro del viejo no pudo soportarlo.
—¡Ah el poder es demasiado no puedo resistirlo! —dijo antes de esfumarse haciendo un "puff".
Stan miró a Soos, y esté último le hizo una señal con la mano que usaban los Hippies, la famosa seña de "amor y paz". Y ante la insistencia de Mabel, tuvo que aceptar.
—Oh bueno, de acuerdo, supongo que puedo, sacar algunos billetes de la caja fuerte, ¡Hum! —dijo Stan a todos los presentes, aceptando ayudar a su empleado.
—¡Sí! ¿Oigan escuchan eso? —preguntó Mabel de repente.
—¿Qué cosa, Mabel? —preguntó Dipper.
—¿No lo escuchas?, ¡A lo lejos se escuchan campanas de boda! —les dijo a todos los presentes mientras señalaba hacía la nada, pero muy contenta de la boda de Soos, y quién sabe, posiblemente les ayude a organizar esa boda. Prepárense porque Mabel ayudando en una boda es todo un caos completo.
Continuará...
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