CAPÍTULO 50: ¿CÓMO CONSIGUERON SU FORTUNA? (PARTE 2)
Disfrútenlo muchas gracias!!.
Pacífica siguió contándole a Dipper cómo obtuvieron su fortuna nuevamente, contrario a lo que piensan, los Northwest no la obtuvieron tan rápido, tuvo que pasar el tiempo para puedan volver a ser los mismo millonarios egocéntricos y que al parecer, no aprendieron nada de haber vivido como personas normales, más o menos.
El "amigo" de Preston, Walter, lo llamó para ofrecerle un negocio de bienes raíces. Preston estuvo a punto de decirle que no tenía dinero, pero el sujeto colgó. Preston quedó demasiado confundido, y lo consultó con su familia, aunque ellas también no tenían idea de que hacer. El señor Julián les aconsejó ir, quién sabe, tal vez podrían obtener algún beneficio, y conociendo a a nuestro gran amigo Preston, de seguro iba a salirse con la suya.
Dicho y hecho, al día siguiente un auto muy lujoso llegó al pueblo de Gravity falls, todos los pueblerinos no pudieron evitar ver ese auto tan lujoso recorrer las calles del pueblo. Preston tuvo que esperar ese auto desde temprano porque no le había dicho a Walter en que parte del pueblo los podía recoger. Una vez localizada la familia Northwest, el chófer de Walter los llevó hasta donde el los esperaba, una de las ciudad más cercanas al alejado pueblo.
Luego de algunas horas de estar viajando, finalmente llegaron a su destino. Un edificio, dónde laboraba el regordete amigo de Preston. La familia Northwest fué llevada hasta el despacho de Walter, ahí adentro lo estaba esperando el sujeto junto con otro tipo, alguien que no era conocido de Preston. Cuando la familia Northwest entró en el despacho, Walter no pudo evitar reírse del aspecto que tenían, ropa humilde, aspecto humilde, pero muy humillante para ellos.
—Vaya, vaya, vaya, ¿La familia Northwest?, Jajaja ¿Realmente son ustedes?, Sabía que les había ido mal, pero no creí que en serio estuvieran tan mal jajaja Dios me hicieron el día jajaja.
—¿Para eso nos llamó? —preguntó una jovencita Pacífica, ya con ganas de golpear al tipo regordete.
—Solo querías burlarte de nosotros, ¿No es sí, Walter? —preguntó Preston.
—Si solo nos llamaste para burlarte de nosotros, entonces nos vamos, no tenemos por qué soportar tus tonterías —dijo Priscila, también enojada con el hombre regordete.
—Jaja tranquila Priscila, tranquila, solo, me divertí un momento pero ya, no lo volveré a hacer —dijo. Walter por unos momentos se puso serio, pero volvió a ver el aspecto de los Northwest y se echó a reír fuertemente— ¡Dios que ridículos se ven!.
—¡Walter eres un hijo de...! —dijo Preston, acercándose a su "amigo" pero fué detenido por el otro sujeto que también estaba dentro de esa oficina.
—Cálmate Preston, no frente a tú hija.
Preston estaba que se lo llevaba el mismísimo lucifer, quería golpearlos tan duro hasta que le duelan los puños, pero por un momento recordó lo que el señor Julián le dijo, que se necesitaban dos idiotas para pelear. Respiró profundo, y por instantes, se calmó.
—Muy bien Walter, ¿Qué quieres de nosostros?.
—Realmente de ustedes, nada, solo deseo esa inteligencia que tienes, pero al parecer creo que no la has estado utilizando correctamente —se refirió al aspecto que tenían—. Cómo sea, te mencioné que el negocio se trataba de bienes raíces, y siendo sincero no estoy muy seguro de esto, necesitaba a alguien que me despeje todas las dudas que tengo, y tú Preston eres el hombre indicado para eso.
—¿Qué clase de dudas? —preguntó Preston.
—En la inmobiliaria, no quiero que me hagan alguna jugada sucia de 60/40 o 70/30, ¿Me entiendes?, Quiero invertir y al mismo tiempo, asegurarme de obtener una buena ganancia. Vamos a comprar unos departamentos y después revenderlos a una mayor cifra, eso sí, haciendo uno que otro cambio mínimo en la infraestructura pero que ayude a aumentar su costo, ya sabes, alguna pared por aquí, otro mesón por allá, algunas baldosas más por acá, etc.
—Walter, sabes bien que adquirir un departamento y después venderlo es un negocio de doble filo, o lo inviertes todo y lo pierdes todo, o lo inviertes todo y ganas más, personalmente la compra y venta de inmuebles, bienes raíces no es de mi agrado, y tampoco sé cómo se encuentra actualmente el mercado, la plusvalía, la ubicación de esos departamentos y demás cosas. Sabes bien que hasta el detalle más insignificante hace la diferencia entre ganar o perder dinero.
—¿Preston Northwest le teme a ganar dinero? —preguntó Walter con una sonrisa burlona.
—¡Yo no le tengo miedo!... —se volvió a calmar—, yo nunca le eh tenido miedo a eso, adoro el dinero, todos lo adoramos, pero a diferencia de ti Walter, si inviertes dinero y no lo recuperas, no te va a afectar tanto, pero a nosotros con nuestra situación actual, sería más que devastador.
—Sino arriesgas no ganas, ¿Con cuánto dinero cuentas horita? —preguntó Walter.
Preston miró a su familia, vió el estado en el que se encontraban, esas vestimentas humildes y su aspecto, y no estaba tan seguro de si entrar o no. Volvió a mirar a su amigo y le respondió, increíblemente con la verdad.
—Con el trabajo que tengo ahora, y si dejamos de comer, y... con algún extra por ahí, un aproximado de solo 120 dólares —dijo Preston, agachando la cabeza, sabía que Walter se iba a reír.
—¿Qué? ¡Puff jajajaja!, Preston no puede ser, eso es... nada, ni siquiera es lo que valdría pasar una noche en estos departamentos que queremos comprar y después vender, enserio solo eso, ¿120 dólares es lo único con lo que puedes aportar?.
—Pues únicamente es con lo que contamos, con lo mínimo para sobrevivir, parecemos una familia de latinoamérica —dijo Pacífica, molesta.
Walter rodó los ojos, ya actuando enserio, esa cantidad realmente no es mucho, casi nada, pero Walter necesitaba a Preston, con su conocimiento en la compra y venta, visión a futuro y ganancias sería un éxito la compra de esos departamentos y su posterior venta.
Suspiró un poco, y después miró a Preston a los ojos.
—Bien, ¿Solo 120, eh?, Peor sería nada —dijo Walter.
—Creo que esos 120 se podría conseguir unas que otras baldosas y, algo de pintura, no sé... solo es una idea —dijo el otro tipo que estaba en esa oficina.
—Muy bien Preston, tus 120 dólares serán recibidos, entras en este negocio, debes rezar para que todo salga bien y así ganar más dinero, y con eso poder salir de la situación en la que te encuentras actualmente.
—¿Enserio?, ¿Me vas a dejar entrar en ese negocio?.
—Pero, con una condición —dijo Walter, eh ahí el pequeño detalle de todo esto.
—¿Condición? —preguntó Preston.
—Quiero que te disculpes —respondió Walter.
—¿Disculparme de qué o sobre qué?.
—¿No lo recuerdas?, Alguna vez en el pasado dijiste que tenías tanto dinero que podrías comprarme la risa tres veces, que jamás ibas a necesitar la ayuda de otros, que eras alguien superior en todo aspecto económico y social y que el resto solo somos, normales. Una vez me dijiste que si algún día me quedaba sin dinero que no recurra a tú ayuda, pero al parecer las cosas cambiaron. Preston, eras alguien tan orgulloso, tan arrogante, tan "superior" que jamás admitirías que te equivocaste, jamás.
—¡Pero eso era verdad! ¡Nosostros éramos más ricos y poderosos que el resto de gente mediocre que venía de visita a nuestra antigua mansión!. ¡Teníamos más dinero y prestigio! ¿Por qué mi padre tiene que pedirle disculpas?, ¡Yo creo que únicamente usted quiere seguir burlándose de nosostros! —dijo Pacífica, saliendo a defender a su "perfecto" padre enfrente de todos.
—¿Burlarme?, Claro que no, solo... quiero que Preston se disculpe, ¿Tan difícil es pedir una disculpa por haber sido alguien tan arrogante y grosero? —preguntó Walter mientras observaba a Pacífica con superioridad.
—Nosotros no necesitamos disculparnos, papá vámonos de aquí, este tipo solo quiere burlar... —la jóven rubia fué silenciada por su padre.
—Pacífica cállate —dijo Preston, con la cabeza agachada.
—Pero papá.
—Walter... —suspiró el ex millonario—, Walter tiene razón.
Pacífica abrió sus ojos como dos platos cuando escuchó que su padre, el gran Preston, el orgulloso y "perfecto" Preston Northwest, un hombre rico, famoso, egocéntrico, adinerado, que siempre veía a los demás por debajo de sus hombros, le dió la razón a otro que no sea él o su familia. Preston en esos instantes dejó a un lado su orgullo que no le sirvió para nada, y recordó lo que él señor Julián le dijo hace tiempo.
"Vale más dejar el orgullo a un lado, que sufrir por el"
Flashback capitulo 26: Un valioso consejo.
Dentro de la bodega, Preston tomó su gorra y la arrojó contra el suelo, al hombre estaba que lo llevaba los mil demonios. Su furia en realidad era tan grande que, sin medir sus palabras, insultó a diestra y siniestra, confirmando así ese dicho que dice que en los momentos más difíciles es donde verdaderamente se conoce a las personas.
—¡Estúpido Stan!, ¡Maldito anciano me las pagarás!, Tú y tú mugrosa familia me las pagarán!.
—Preston...
—¡¿QUÉ?! ¡¿QUÉ QUIERE?!, ¿QUÉ ACASO NO VÉ COMO ESTOY AHORA?!, ¡NO QUIERO HABLAR CON NADIE!.
—Pues que pena contigo, muchacho, tendrás que escucharme te guste o no, ¿Por qué estás actuando de esa manera tan absurda?.
—¡¿Absurda?, ¿Absurda?, ¿Acaso no escuchó cómo me dije ese anciano imbécil?.
—Creo que alcancé a escuchar que te llamó payaso, y perdedor.
—¡Exacto!, Me dijo perdedor a mí, a mí, el gran, orgullo y honorable Preston Northwest, uno de los... hombres más... millonarios de este... país —con eso último que mencionó, el señor Julián alcanzó a escuchar como se le quebró un poco la voz a Preston—. ¿Qué hice yo para merecer semejante castigo, eh?, ¿A quién traté mal para que la vida me castigue de esta manera?.
—¿Oye Preston y solamente por lo que te dijo ese sujeto ya estás así?, Ustedes los ricos se alteran muy rápido cuando alguien los trata mal, tal vez será porque no están acostumbrados a lidiar con este tipo de personas.
—¿Quiere que le diga algo señor Julián?, No importa cuánto tiempo me tome, un año, cinco años o diez años, volveré a tener toda la fortuna que alguna vez tuve y cuando eso suceda, ya lo verá... Ya lo verá, derribaré la cabaña que tiene Stan, lo dejaré de patitas en la calle que rogará, me suplicará de rodillas que no siga destruyendo su vida.
El anciano solo escuchaba todo lo que Preston decía. Un suspiro salió de su boca y le dijo lo siguiente...
—Olvídalo, Preston.
—¿Olvidar?, ¿Olvidar qué?, ¿Las palabras de Stan?.
—Preston, ya deja esos deseos de venganza, tú quieres demandar a cualquier persona que te trata mal. ¿Quieres que te diga algo?, Aquí el verdadero idiota eres tú, esa es la realidad.
—¡¿Qué?!.
—Sí, eres un idiota por dejar que las palabras de otras personas te ofendan, no dejes que esos comentarios te afecten, ¿Dime algo tú buscas trabajo para sobrevivir o para volver a tener dinero y demandar a cualquier persona que te hable mal?.
—Pues... para ambas cosas.
—Y sigues con eso —el anciano suspiró—, mira, no sé cómo tus padres te habrás criado, pero seguramente su método de crianza fué más que mediocre. Preston, el orgullo no es bueno, no lleva a ningún lado.
—¿Quién dice que el orgullo no es bueno?, El orgullo es bueno, mis padres me dijeron que debo tener orgullo, vivir con la frente en alto y no dejarme humillar y pisotear por nadie, si alguien me ofende, debo demandarlo, nadie puede humillar el apellido Northwest
—Una cosa es no dejarse humillar o pisotear como dices, y otra cosa muy distinta es ser un estúpido arrogante, alguien soberbio, alguien que nunca se atrevería a agachar su cabeza y pedir disculpas, alguien que jamás admitiría que se equivocó. Preston, te voy a dar un consejo, ya es tú problema si lo sigues o no —dijo el señor Julián—. Vale más dejar el orgullo a un lado, que sufrir por el.
Preston se rió un poco ante las palabras del anciano.
—Ríete si quieres, ya veremos más adelante si mi consejo te sirve o no.
Fin del flashback...
Preston respiró profundo, y dijo...
—Yo, Preston Northwest, me disculpo contigo, Walter. Me disculpo por todas las... tonterías que dije en el pasado, me disculpo si alguna vez te traté como alguien inferior a mí, si alguna vez te ofendí con mi absurda superioridad, algo que evidentemente no tengo ahora. Perdóname si dije que jamás iba a necesitar de tu ayuda, y perdóname si te incomodé con mis palabras.
—Papá... —dijo Pacífica, estupefacta.
—Yo, Preston Northwest, me equivoqué, y actúe como un idiota —decir eso se sintió como si estuviera vomitando hojas de afeitar (el que entendió esa referencia, tiene mi respeto)— y te juro que nunca volverá a suceder, por favor, ayúdame amigo, ya no queremos seguir viviendo de esta forma.
Walter solo sonrió con las palabras que dijo Preston.
—Wow, si alguien tan arrogante y orgulloso como Preston admite que se equivocó y pidió disculpas, ya nada más me puede sorprender —dijo Walter—, bien amigo, acepto tus disculpas, ahora ven, hablemos únicamente de negocios.
Preston sonrió sutilmente y se acercó dónde su amigo para tratar el tema de esos departamentos. Por su lado, Pacífica quedó estupefacta de lo que sucedió, su padre pidió disculpas, eso era increíble para ella.
Fin del flashback...
Dipper, al igual que Pacífica en ese tiempo, quedó sorprendida de lo que había hecho Preston.
—Y así fué como surgieron las cosas, papá me explicó que el señor Julián le dijo que el orgullo no era bueno, y no sé que más tonterías de ancianos exagerados, después de entregar todo ese dinero que teníamos y que difícilmente conseguimos, vinieron días difíciles, papá estaba muy preocupado, casi no quería comer porque pensaba el dinero que invertimos se perdió, que la venta fracasó, mamá también creyó eso y por ultimo hasta yo misma.
—¿Y qué pasó después?.
Pacífica comenzó a sonreír poco a poco.
—Después de eso, lo llamaron a papá y le avisaron que los departamentos se vendieron a muy buenos precios, y nos entregaron las ganancias, y fué magnífico ver de nuevo tanto dinero, a pesar de que papá no invirtió casi nada, Walter fué considerado con nosotros y nos entregó una muy buena parte del negocio.
—¿Enserio?.
—Después papá invirtió una parte de ese dinero en otro departamento que él vió que sería excelente comprar y después venderlo, y así, después de un tiempo, llegaron más ganancias, y más, y más, y siguió comprando y vendiendo, lo bueno era que el mercado y la plusvalía estaban por los cielos en ese tiempo.
—Espera un momento, ¿Osea que volvieron a tener toda la fortuna que tienen ahora a base de compra y venta? —preguntó Dipper.
—No, claro que no, eso solo nos ayudó a estabilizarnos económicamente, y fué de mucha ayuda. Después, no quisimos seguir molestando al señor Julián y salimos de su hogar, le agradecimos por todo lo buena persona que fué con nosostros y aunque papá quería darle algo de dinero y ayudarlo, el anciano no quiso, después nos fuimos a vivir a un departamento que papá compró, no era el departamento más lujoso del mundo, pero ya estábamos mejor. Luego de un tiempo papá conoció... al padre de Ethan, y yo también conocí a ese idiota —dijo Pacífica.
Flashback capítulo 35: ¿Por qué no puede ser mía?
Ethan cerró los ojos por unos momentos, sentía tanto aburrimiento que hasta podía quedarse dormido en la posición que se encontraba. Sin embargo, el ya conocido sonido de la puerta chocando con la campana cuando alguien la abre hizo que Ethan los abriera inmediatamente.
—Mira, ahí llegó Preston —comentó el padre de Ethan, mirando como en esa cafetería había llegado Preston Northwest, el hombre que lo iba a ayudar con el negocio que tenía en mente y a despejar todas sus dudas.
—Por fin, si no llegaba ya me iba a volver... —dijo Ethan mirando a Preston, sin embargo, por unos instantes quedaría hipnotizado, boquiabierto, sorprendido al ver que, detrás de Preston, e ingresando también en esa cafetería, cierta jovencita de lindos cabellos rubios, de ojos preciosos, de mirada aunque algo seria pero encantadora lo estaba acompañando. Aquella señorita de cabellos rubios se veía encantadora, ese caminar tan elegante que tenía le combinaba perfectamente con la vestimenta que cargaba.
Tanto Preston como Pacífica se acercaron a la mesa donde estaban estos dos sujetos.
—Hola, disculpen por la tardanza pero, me equivoqué de dirección y terminé por confundir las calles.
—No te preocupes Preston, suele suceder —dijo Norman, el padre de Ethan— tomen asiento, no creo que les guste quedarse de pie ¿Cierto?.
—Muchas gracias —dijo Preston. Tanto él como su hija se sentaron enfrente de Ethan y su padre, Preston justo enfrente de Norman, y Pacífica enfrente de Ethan. Cabe mencionar que Pacífica guardaba silencio, bueno no es como que si en realidad tuviera algo relevante que decir, solo estaba acompañando a su padre.
—Muy bien primeramente debo presentarme, me llamo Norman Southwest, colega y socio de Walter el sujeto que me mencionó en una reunión que tuvimos que eras alguien estupendo para los negocios Preston, y él, —giró un poco su mirada para ver a su jóven acompañante—, es mi hijo Ethan.
—Gusto en conocerlos —dijo Ethan, dando una sonrisa encantadora, como diciéndole a todo mundo que era una chico dulce, amable, y para resumir, una buena persona.
—El gusto es mío, soy Preston Northwest, también soy colega y amigo de Walter, él fué quién me contó algo sobre tí, y me avisó que querías hablar conmigo. Disculpen el traje que llevo puesto ahora, es que recién nos comenzamos a levantar de nuevo luego de tantos problemas que tuvimos.
—No te preocupes por eso, los trajes solo son un adorno, lo realmente importante es el cerebro, escuché una vez que un sujeto había asistido a una reunión de trabajo muy mal vestido, con manchas de pintura sobre su cuerpo y aún así le dieron el empleo. Por cierto escuché que la familia Northwest había quedado en bancarrota, ¿Eso es verdad, Preston? —preguntó Norman, levantando una ceja y apoyando su mentón sobre su mano derecha.
—Exacto, es una larga historia que de seguro se las contaré en otro momento —dijo Preston mirando tanto a Norman como a Ethan—, ella es mí hija Pacífica, perdón por no haberse las presentado antes.
—Gusto en... conocerlos —dijo Pacífica, con cierto tono serio, en realidad las palabras "gusto en conocerlos" solo lo dijo por educación, no porque en realidad lo sintiera.
—Ella sí que es linda —pensó Ethan, mientras miraba a Pacífica e inspeccionaba cada milímetro de su rostro, y es que sus facciones eran perfectas, y si en esta vida absolutamente nada es perfecto, pues entonces estaban cerca de la perfección. Luchó por no perderse en los ojos de ella, los cuales combinados con el tono de su piel resaltaban enormemente.
—¿Y Norman por qué escogiste una cafetería en lugar de... no sé, un bar, un restaurante, o algún otro sitio?.
—Porque estos lugares me parecen tranquilos, te lo digo por experiencia propia, Preston, no es buena idea combinar el alcohol y los negocios, mucho menos cuando vas a adquirir algo, y sobre eso es de lo que quiero hablar contigo.
—Eso tiene sentido.
—Pues bien, no me gusta hablar de negocios con el estómago vacío —mencionó Norman a todo los presentes—, ¿Qué desean comer?, No sé preocupen yo los invito, pueden pedir todo lo que gusten.
—Jaja muchas gracias por la invitación pero, debo decir que no —dijo Preston. En realidad no sentía apetito en esos momentos.
—¿Pero qué pasó Preston?, Un verdadero caballero jamás rechazaría la invitación de alguien con quién va a hablar de negocios —dijo Norman, tomándose la respuesta de Preston con mucha gracia.
—Jeje tienes razón, está bien Norman acepto la invitación, solo un café bien cargado, ¿Y tú Pacífica que deseas beber o comer? —le preguntó a su hija que seguía a su lado.
—Ahm, solo té, nada más —respondió Pacífica, acomodando su cabello detrás de su oreja, en tanto que su mirada permanecía baja.
—Bueno creo que no quieren romper la dieta jaja —dijo Norman, con gracia, al ver que solo pidieron cosas pequeñas a pesar de que los invitó y que él pagaría lo que consumieran—. ¿Y tú Ethan qué vas a pedir?.
—Creo que unos panqueques con té estaría bien —respondió Ethan, con una sutil sonrisa, en tanto que volvía a mirar a Pacífica.
Pacífica levantó su mirada por unos momentos, y se percató que Ethan la estaba mirando; sin embargo, ella no le dió mayor importancia. Norman llamó a una de las chicas que atendía a los clientes y tomaban su pedido. Una de esas chicas, vestida con un delantal blanco y vestido rosado, se les acercó y les preguntó que iban a ordenar, a lo que Norman le respondió diciendo que les traiga un café bien cargado, dos tazas de té, unos panqueques tanto para él como para su hijo. La chica tomó la orden y se retiró inmediatamente.
—Bueno, ahora sí, hablemos un poco sobre lo que tengo en mente.
—Te escucho, Norman —respondió Preston, prestando total atención a las palabras de Norman.
—Hace unos días, cuando estuve libando con un amigo, adquirí un... pequeño terreno abandonado que era de su propiedad, siendo sincero no recuerdo porqué hice eso, solo lo adquirí y cuando fuí a verlo, bueno, la verdad no sé que hacer con él. No quiero pensar que desperdicié mi dinero, por lo que quiero convertir ese terreno en un buen negocio, algún local, o algo que genere ingresos, y me ayude a recuperar ese dinero que perdí.
—Bien —dijo Preston—, lo primero que quiero saber es, ¿Cuánto te costó ese terreno?
—Quince mil dólares —respondió Norman.
—Uhm, no es cualquier cosa —mencionó Preston—. ¿Qué tan grande es ese terreno?.
—No recuerdo exactamente las medidas, pero si gustas podemos ir para allá cuando terminemos de desayunar.
—Me parece buena idea, ¿Y en dónde se encuentra ubicado?.
—Precisamente a unas cuantas calles de aquí, es por eso que escogí esta cafetería, y no un bar cerca del lugar, ya lo verás con tu propios ojos y me podrás decir algo que se te ocurra. Y no me vayas a decir el típico, no inviertas, es mejor venderlo.
—Tranquilo, no soy de esos tipos —dijo Preston.
A los pocos minutos la chica que tomó sus pedidos regresó y les entregó a cada uno lo que decidieron consumir. Tanto a Ethan como a Norman les entregó su panqueques y a Preston y a Pacífica les entregó su café cargado y su té. Preston y Norman siguieron hablando sobre eso del terreno, y también para conocerse mejor. Pacífica por su lado se tomó rápido el té y, sin que su padre se diera cuenta, se apartó de esa mesa y fué a sentarse a otra. En realidad escuchar sobre negocios no le parecía para nada divertido, o algo interesante. Ethan dejó a un lado su comida e inmediatamente fué a dónde estaba Pacífica.
—¿Puedo sentarme? —preguntó el jóven rubio, con una sutil sonrisa.
—Adelante... —respondió Pacífica, sin mostrar mucho interés al respecto, al igual que el autor de esta historia que ya no tiene mucho interés en continuarla.
Ethan se sentó justo enfrente de ella. En tanto que Pacífica solo miraba por la ventana como los autos pasaban, en como las personas caminaban de un lado a otro, etc.
—¿El té estuvo muy bueno? —preguntó Ethan.
—Sí —respondió.
—¿Y dime por qué acompañaste a tú papá?, Si te soy sincero no te veo muy interesada en los negocios.
—Tuve que acompañarlo porque no tuve otra opción, no quería quedarme en el departamento donde estamos viviendo ahora.
—¿Acaso el departamento es malo? Jeje.
—Veo que eres un chico muy curioso —comentó Pacífica, con cierto tono serio en su voz.
—Oh vaya, lo siento, no era mi intención incomodarte o hacerte sentir mal —dijo Ethan, desviando sutilmente su mirada.
Pacífica suspiró un poco y se volteó para estar frente a frente con él.
—Disculpa la actitud, es que últimamente hemos estado pasando por cosas difíciles y, mi cabeza no está bien centrada, lo lamento.
—No te preocupes, creo que sí estuviera en tú lugar también me comportaría de esa forma. Los millonarios no siempre andamos felices ¿Cierto?.
—Tienes razón —dijo ella, pintando una sutil sonrisa en su cara.
—Y bueno cuéntame algo sobre tí —preguntó Ethan.
—¿Qué quieres saber? —preguntó Pacífica, con una mirada curiosa.
—No lo sé, tal vez podríamos comenzar por tú número de teléfono —dijo Ethan, apoyando su cabeza sobre su mano izquierda.
—Jeje... ese es un tema de conversación para otra ocasión, Ethan ¿Cierto?.
—Sí, Ethan Southwest, me parece curioso que nuestros apellidos se parezcan un poco, digo, eres Northwest y yo un Southwest, fácilmente podríamos ser los protagonistas de alguna historia trágica, ya sabes, familias opuestas de apellidos similares y esas cosas.
—Sí jeje, es un poco curioso eso —dijo Pacífica.
—¿Tal vez el destino hizo que nos conociéramos en este lugar no lo crees?.
—No podría afirmar o negar eso, pero quién sabe —dijo ella.
—¿Qué harás después?.
—Aún no lo sé, ¿Por qué lo preguntas?, ¿Todavía quieres mi número de teléfono?.
—Que quede claro que yo no lo dije, fuiste tú —dijo Ethan.
Fin del flashback...
—¿Y así conociste a ese tipo? —preguntó Dipper, mientras tomaba la mano de su novia, solo recordar a ese tipo y recordar sus objetivos le hizo querer proteger más a su novia, ¿Quién sabe?, Tal vez Dipper terminé por enfrentarse contra Ethan en algún futuro, quién sabe.
—Así lo conocí, después de eso, Ethan me dijo para estudiar juntos en un internado, no estaba muy segura y le dije que lo iba a pensar, pero a papá le mencionaron sobre ese lugar, supongo que debieron pintarlo de estrellas así como Ethan me lo pintó a mí y lo convencieron. Me mandaron a estudiar allá y aunque al principio no me agradó mucho, después me pareció genial, aparte mis padres pudieron recuperarse rápidamente y volver a tener la fortuna que alguna vez tuvieron, y en el internado fué divertido, porque ahí también conocí a Melissa y... —suspiró pesadamente— a la pesada de Natty, por desgracia.
Flashback capitulo 37: ¿Por qué no puede ser mía? (Parte 3)
Por otra parte, cierto día Ethan le preguntó a Pacífica si ya había pensado en dónde iba a seguir estudiando, y Pacífica le respondió que no lo había pensado aún; por lo tanto, Ethan aprovechó la oportunidad para comentarle sobre el internado, le dijo un sin fin de cualidades positivas del lugar, prácticamente le dijo que era el lugar ideal para estudiar.
Pacífica se mostró algo dudosa, la idea de estudiar en un internado no le terminaba de convencer, pero Ethan continuó idealizando ese lugar a más no poder. Su respuesta fué que lo pensaría.
Ethan no se quedó de brazos cruzados, por lo que le pidió a su papá que le diga a Preston sobre el dichoso internado. Norman accedió, más que nada para ayudar a su hijo en su "conquista" y cierta noche cuando estaba reunido con Preston para revisar el avance del negocio de ambos, Norman le comentó a Preston sobre el internado.
Usó prácticamente las mismas palabras de Ethan, al internado lo pintó como el mejor lugar para estudiar, y Preston, se mostró muy interesado en eso, ya que quería que su hija estudie en un buen lugar. Luego de eso, Preston tuvo una plática con su hija, en dónde básicamente el tema fué el lugar de estudio.
Al final de todo, Pacífica fué convencida de estudiar en ese lugar. En ese internado. "Cuando Ethan quería algo, sea como sea, haciendo hasta lo imposible, lo conseguía".
Pacífica fué inscrita en ese internado, para Preston fué una buena idea, ya que al tener a Pacífica estudiando en un internado, él y su esposa podrían organizarse mejor y recuperar la vida que tuvieron antes.
Claro que también Preston lo aprovechó para otras cosas, que dejaban mucho que desear.
En el primer día de clases, Pacífica e Ethan se encontraban iendo rumbo a clases, todo parecía ser normal de no ser por cierta chica que venía corriendo detrás de ellos. A toda velocidad cierta jovencita pelirroja corría tan rápido que dejaba una estela de humo detrás suyo, y, por el apuro que tenía, ni siquiera s había arreglado bien el uniforme, dejando ver parte de su escote, no tenía bien abrochados los botones.
—¡No puede ser me quedé dormida y ya es muy tarde!.
Ethan y Pacífica iban conversando y caminando tranquilos y sin ningún apuro. Pero, sucedería que esta chica pelirroja pasó tan rápido a lado de ellos que despeinó a Pacífica —un peinado que le tomó varios minutos hacerse— y a Ethan le llenó el uniforme de polvo.
Metros más adelante terminó por chocar contra una piedra y estrellarse de cara al suelo.
—Eso... dolió... mucho —dijo ella. Con pequeñas lágrimas asomándose por los rabillos de sus ojos.
—¿Oye qué rayos te pasa por qué estás corriendo como una demente? —preguntó Ethan, sacudiendo su uniforme y limpiando todo el polvo que tenía encima.
—¿Cómo qué por qué?, ¡Ya es tarde, son las ocho y media y ustedes también deberían estar corriendo como unos dementes!, primer día y voy a llegar tarde —respondió desde el suelo.
—¿Ocho y media?, Oye... son las siete y media de la mañana, faltan treinta minutos para que empiecen las clases —dijo Pacífica, intentando inútilmente acomodar su cabello.
—¿Eh? —ella metió su mano en la falda de su bolsillo y extrajo del mismo su celular, lo encendió y observó la hora—. Miren, son las ocho y media —dejando a un lado el hecho de que tenía como fondo de celular una foto de ella misma con ropa costosa pero con un sombrero estúpidamente ridículo, le mostró que eran las ocho y media de la mañana.
—No, estás equivocada, son las siete y media —dijo Ethan, mirando el reloj que llevaba consigo.
—Son las ocho y media —siguió insistiendo la pelirroja.
—¡Las siete y media! —levantó un poco la voz Pacífica, de manera graciosa.
—¡Son las ocho y media! —levantó la voz de forma cómica.
—¡Son las siete y media, niña! —Ethan también levantó la voz de forma cómica.
—¡Son las ocho y media!.
—¡Qué son las siete y media con un demonio!
—¡¿Y entonces por qué estoy corriendo como loca?!.
—¡¿Y yo como diablos voy a saberlo?! —preguntó Ethan con una cara muy graciosa.
—Celular estúpido, no volveré a comprarle celulares a los desconocidos en la calle —dijo ella.
Ethan le extendió la mano y ayudó a levantar a esa chica. Si uniforme también quedó bañado en polvo, por lo que tuvo que sacudirlo para que se vea decente.
—Por cierto, perdón por la mala educación, me llamo Natty Chambers, gusto en conocerlos... Ahm...
—Ethan Southwest.
—Pacífica Northwest.
—¿Ustedes son primos o algo así?.
—No —dijeron los dos al mismo tiempo.
—De acuerdo —dijo Natty.
—Mira como dejaste mi cabello, ¿Cómo piensas arreglar esto? —preguntó Pacífica, señalando su cabello.
—Déjame peinarte, así podré remediar un poco lo que hice.
Ahora se podía ver cómo Natty se encontraba rodeando a Pacífica intentando hacer una especie de peinado rápido, en tanto que Ethan solo observaba la situación. Cuando terminó, de alguna manera inexplicable, terminó por dejarle el cabello a Pacífica con forma de arbusto.
—¡Llamas a esto un peinado! —gritó Pacífica señalando su cabello y prácticamente echado fuego por sus ojos.
—Lo siento, lo siento, no soy muy buena con estas cosas —dijo Natty, colocando sus manos delante de ella para detener cualquier ataque que Pacífica le haga.
—¿Sabes qué?, Olvídalo —dijo Pacífica, mientras caminaba e intentaba arreglar el desastre que Natty le hizo a su cabello.
Ethan la siguió y al final también Natty. Descubrieron que los tres le tocó estudiar en el mismo salón, y para sorpresa de Ethan, en el mismo salón también estaba Melissa, su amiga. Ethan le presentó a Melissa su nueva amiga, Pacífica, y también le presentó a Natty, esta última formando parte del grupo recientemente.
Fin del flashback...
—Que historia, pero es magnífico ver cómo ustedes volvieron a tener su dinero.
—Así es, fué muy difícil, pero volvimos a ser lo de antes —dijo Pacífica. Esta se dió cuenta que el chófer estaba distraído y le dió a Dipper un beso en los labios—. ¿Tienes alguna duda más?.
—Sí, algunas dudas más jeje —dijo el castaño—. Me parece increíble que Preston se haya disculpado y aceptó que se equivocó, todo para sacar a su familia de esa situación, eso me da a entender que realmente los ama, ¿Pero entonces si tanto ama a su familia por qué le fué infiel a su esposa?, Preston, ¿Qué rayos te pasó?.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top