CAPÍTULO 47: UNA PEQUEÑA... PETICIÓN
Disfrútenlo muchas gracias!!.
Ahora se podía ver cómo Dipper estaba caminando rumbo a la sala principal de la mansión, en dónde su ama seguramente lo estaba esperando; mas sin embargo a su llegada no había nadie, que extraño, todo el mundo había quedado en ese lugar, y ahora no había nadie. Ni corto ni perezoso se dirigió a la habitación de su ama, tal vez se encuentre ahí.
Subió las escaleras al siguiente piso, caminó por el pasillo y llegó a la habitación de su novia, golpeó la puerta y efectivamente, se encontraba ahí adentro. Pacífica le dijo que podía pasar y Dipper ingresó. Una vez dentro de la habitación, le puso seguro a la puerta, pero Pacífica no se encontraba, es decir, le estaba hablando desde el baño.
—¿Dipper todo bien con papá? —preguntó desde el baño la jóven rubia.
—Sí, todo bien, como me lo pidió le hice un resumen de las cosas que pasaron los días que estuvo afuera —contestó el castaño, mientras se sentaba en el borde de la cama de Pacífica. Tuvo que mentir, otra vez, y seguramente lo seguirá haciendo hasta posiblemente el último día de su vida.
—¿Y no preguntó por Ethan? —preguntó Pacífica, quién aún seguía en el baño—. Me imagino que ese idiota debió ir con la novedad a su papá de que lo corrimos de esta casa.
—No me preguntó nada de eso, creo que Ethan no abrió la boca e hizo un escándalo cuando llegó a su casa —le respondió su novio.
Mientras Dipper le respondía cada pregunta a su novia sobre la "breve reunión" que tuvo con Preston, el castaño logró sentir con el talón que una pequeña cajita se encontraba debajo de la cama. Dipper levantó una ceja, ya que anteriormente había limpiado esa habitación y nunca se había percatado de dicha cajita. Cuando se arrodilló para sacarla de a debajo de la cama, se llevó una enorme sorpresa cuando la abrió.
Por su lado, Pacífica abrió la puerta del baño y observó cómo Dipper estaba de rodillas y con esa cajita en sus manos. Pacífica se sonrojó enormemente.
—Cariño, entiendo que te gusta estar conmigo y que yo te atienda como es mi deber hacerlo, pero —Dipper introdujo su mano en dicha cajita y sacó una foto, una foto de él, y en dicha foto se podía ver al castaño con su primer traje de sirviente, y con una mancha de lápiz labial cerca de su rostro—. ¿No crees que esto es un poquito exagerado?, Digo, me ves todos los días.
—¡¿Se puede saber por qué estás revisando mis cosas?! —preguntó Pacífica tan roja como un tomate al ver cómo su pequeño tesoro, fué descubierto, y menos mal que fué su novio el que lo descubrió, tendría problemas si hubiera sido otra persona.
—¿Y se puede saber por qué tienes una foto mía en esta cajita y con una mancha de lápiz labial? —preguntó Dipper, con un ligero sonrojo y una sonrisa burlona.
—Eso... —desvió su mirada—, eso fué porque, iba a molestarte los primeros días, no recuerdo que broma iba a hacerte pero estoy segura que era una buena; no obstante me enamoré de ti y me la quedé, ¡Y no tienes que preguntar por esa mancha labial es tan obvio que resulta incómodo!.
Dipper volvió a guardar esa foto en la cajita y la dejó debajo de la cama, dónde era su lugar. Luego de eso se acercó a su novia y la abrazó.
—No es necesario que guardes así una foto, me ves todos los días y casi todo el día —dijo Dipper—. Pero oye, no sabía que me amabas de semejante manera jaja.
—Eres un tonto —dijo ella. Acto seguido el castaño le dió un beso en los labios.
—¿Supongo que ya no vamos a realizar las compras que querías hacer, verdad?.
—Ya no, papá llegó a casa y sería de muy mala educación que me vaya de compras sabiendo que el llegó de su viaje de negocios.
—Si claro... negocios —pensó Dipper, desviando sutilmente su mirada hacia la izquierda.
—¿Qué te parece si vamos otro día, eh? —preguntó ella.
—Como gustes —le respondió el castaño—. Solo espero que en esta ocasión no vayamos a gastar más dinero de lo que realmente se necesita gastar.
—¿Aun sigues preocupándote por cosas triviales?, A veces no sé si eres o muy bueno, o muy ingenuo. Cualquier otro chico en tú lugar aprovecharía para gastar y gastar sin parar, comprando todo lo que quisiera y lo que se le venga en gana.
—Ya te dije que no me enamoré de tí por tu dinero, sino porque en realidad eres una buena chica —respondió Dipper. Pacífica sonrió y después abrazó muy fuerte a su novio.
—Lo sé, y es por eso mismo que me enamoré de tí también —dijo Pacífica, con una notoria alegría.
—Bueno, no me puedo quedar mucho tiempo en tú habitación o sino pensarán que algo está ocurriendo, ¿Tienes alguna tarea que quieres que realice? —preguntó Dipper.
—Me gustaría darte la tarea de que te quedes todo el día conmigo en mi habitación, pero evidentemente no se puede hacer eso —dijo Pacífica—. Veamos, ¿Ya fuiste a limpiar las cortinas?.
—Sasha se encargó de eso —contestó Dipper.
—¿El baño de la habitación de huéspedes? —preguntó Pacífica.
—Eso ya está listo.
—¿La librería de mamá? —preguntó ella.
—Eso no eh ido a hacerle limpieza.
—Listo, ya tienes una tarea, tómate el tiempo que gustes pero has una excelente limpieza, yo iré con papá, quiero que me cuente todo absolutamente todo sobre su viaje —dijo Pacífica.
Dicho y hecho, el castaño se dirigió a la librería de Priscila para hacerle una debida limpieza —aunque aquí entre nosostros esa librería se limpia muy a menudo, pero así son los millonarios, ¿Qué se le puede hacer?— y antes de salir de la habitación, Pacífica tomó al castaño por la mejilla y le dió un largo beso.
Dipper salió de la habitación, y después Pacífica, no se veía a nadie por los pasillos así que cada quién se dirigió a su destino. Pacífica bajó las escaleras y se dirigió a la oficina privada de Preston y por su parte, el castaño se dirigió a la librería.
Ahora con Preston. Nuestro querido y respetado amigo Preston se encontraba bebiendo algo de alcohol, un poco de ron, en su oficina tenía algunas botellas de licor de excelentes marcas. En el escritorio seguía la hoja donde estaban escritas las palabras que armarían un infierno dentro de esa casa.
Preston se acabó rápidamente todo el licor que tenía en su vaso old fashioné y se levantó para servirse un poco más. No obstante, Preston alcanzó a escuchar como alguien golpeó su puerta al mismo tiempo que giraba la perilla. Tan rápido como el rayo Preston agarró esa hoja y la colocó detrás suyo (no tuvo tiempo de guardarla) al mismo tiempo que Pacífica ingresaba en la oficina.
—¡Papá!.
—Hija, que agradable sorpresa jeje —dijo Preston, actuando muy nervioso—, ¿Q-Qué vienes a hacer?.
—¿Pero qué clase de pregunta es esa?, Vine para que me cuentes todo lo que sucedió en ese viaje —se sentó enfrente de su padre sin dejar de mirarlo—, cuéntame todo, absolutamente todo, no dejes ni un solo detalle fuera de lugar.
—Jeje sí, sí prometí contarte todo —Preston no sabía como escaparse de esa situación ya que esa carta no la ocultó a tiempo, y Pacífica podría darse cuenta que algo estaba ocultando.
—Pues adelante, ¿Cómo estuvo el viaje? —le preguntó su amada hija. Preston arrugó la carta y mientras se sentaba intentó guardarla en el bolsillo derecho de su pantalón. Estaba actuando muy nervioso.
—Bien, digamos que al principio se volvió algo tedioso porque salir de este pueblo e ir a Portland que está bastante lejos fué terrible —dijo Preston—. Pero antes de continuar, ¿En dónde está tu mamá?.
—Ella dijo que iría con los cocineros para preparar una excelente cena para esta noche pero, no sé dónde estará ahora, tal vez está seleccionando adecuadamente el menú, ya sabes como es ella, le gusta siempre lo mejor.
—Me consta —pensó Preston—. Ya veo, es que en realidad no me siento muy bien contándote todo a tí sola, es mejor estar todos juntos y así poder contarlo todo con lujos y detalles, ¿No te parece?, ¿No crees que es mejor estar todos juntos en la cena y así contar todo?.
—Pero faltan algunas horas para la cena, y la curiosidad me está matando, ¿No puedes darme siquiera un pequeño adelanto?.
—No, no lo haré, no sería justo para tú madre, Pacífica, mejor esperar a que todos estemos presente —dijo Preston. Pacífica suspiró muy pesadamente; no obstante, había algo que Preston si podía contarle—. Pero, te puedo contar más o menos como será ese centro comercial, y las tiendas con ropas muy bonitas que se venderán ahí, tal vez encuentres la ropa que te gusta hija.
Pacífica se le formaron estrellas en los ojos, cuando se trataba de hablar de ropa, maquillaje, y moda, ella era todo oídos.
Por su parte, mientras Dipper se dirigía a la librería de Priscila, en el camino se topó con el señor Luc, quién después de dejar las cosas de Preston en su habitación, y de dejar la ropa sucia en la lavandería, iba a regresar con su amo para ver qué es lo que harían ahora con el castaño. Dipper alcanzó a ver qué venía desde el otro extremo del pasillo en dirección hacia él.
Dipper frunció el seño al ver al mayordomo. Luc también frunció un poco el seño al verlo. Cuando ambos se cruzaron, Luc detuvo al castaño.
—¿Entonces aún sigues trabajando aquí?.
—Así es, a Preston no le conviene echarme de esta mansión.
—Para tí es el señor Preston, muchacho, habla con respeto cuando te refieras a él.
—Créame señor Luc, perdí el respeto por Preston desde hace mucho, solo... pensé que había cambiado, pero sigue siendo en el mismo tipo de siempre, la misma rata.
Luc agarró el brazo de Dipper y le ejerció presión.
—¿Crees que esto es un juego?, Escúchame muy bien muchacho, no creas que por ser el sirviente de la señorita Pacífica ya estás a salvo, te lo advierto Dipper, abres la boca y todo esto se acabó, ¿Entiendes de lo que estoy hablando?, Todo se acabó, mi empleo, el de Sasha, el pobre jardinero, ¡Todo!.
—¿Acaso me está amenazando?.
—No es un amenaza, es solo una... pequeña petición, Dipper, solo espero que tengas consideración con la señorita Pacífica, y con Sasha, ¿Entendido?.
—Eso no tiene que repetirlo porque ya lo sé, y lo que lo dije a Preston se lo diré a usted también, mi boca no será la que destruya a esta familia, ¿Le quedó claro?.
Luc solo entrecerró los ojos y soltó al castaño, el agarre fué considerablemente fuerte, pero eso no le interesó a Dipper en lo más mínimo. Luc solo lo miró de mala forma y se retiró del lugar. Dipper solo suspiró y continuó con su camino, rumbo a la librería de la mansión Northwest. Ahora que Preston estaba en la casa, las cosas serían más incómodas para el castaño, seguramente lo estarían vigilando en todo momento, asegurándose de que no vaya a abrir la boca, quién sabe, tal vez eso afecte negativamente la relación de Dipper y Pacífica.
•••Arco 3 finalizado•••
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