CAPÍTULO 34: ¿POR QUÉ NO PUEDE SER MÍA? (PARTE 1)

Disfrútenlo muchas gracias!!.

Dejando a un lado a la familia Northwest y a nuestro amigo Dipper, nos trasladamos rápidamente a Portland, la ciudad más cercana al pueblo de Gravity falls. En esta gran ciudad se encontraba ubicada una lujosa mansión, la mansión de la familia Southwest, ¿Recuerdan ese apellido?, Exacto, esta familia de millonarios son amigos de los Northwest, más concretamente entre los varones, Preston Northwest y Norman Southwest.
En una de las lujosas habitaciones de esta mansión cierto chico rubio y sumamente atractivo se encontraba acostado en su cama, boca arriba, mirando su celular pero lo curioso era que en sus ojos podían verse claramente molestia, desespero, furia, impotencia, y demás cosas.

Ethan revisaba sus redes sociales tanto Facebook como WhatsApp y se daba cuenta que Pacífica aún no lo había desbloqueado, no había respondido sus mensajes ni audios de voz pidiendo disculpas y diciendo que estaba arrepentido del comportamiento tan estúpido e inmaduro que había tenido esa noche —obviamente todo fingido ya que él aún sentía rabia hacia a Dipper y jamás se iba a arrepentir de lo que hizo— Mas sin embargo la chica que deseaba con todo su corazón, la chica que anhelaba conquistar, flechar, enamorar y tener a su lado como su novia y en un futuro no muy distante como su esposa le seguía ignorando completamente.

Muy frustrante era todo esto para Ethan, un chico que desde muy jóven creció teniéndolo todo, y si algo no tenía, no pasaba mucho tiempo en que lo conseguía en un instante.

Ethan gruñó cual bestia enfurecida, la gota que derramó el vaso fué ver qué Pacífica lo había bloqueado en todas las redes sociales, perfíl que él creaba, perfíl que Pacífica bloqueaba.

Furioso lanzó su costoso celular contra la pared provocando en el acto la total invalidez del móvil, siendo que los restos del mismo se esparcieron por todo el suelo, un móvilcidio ocurrió en unos segundos.

Pacífica, ¿Por qué sigues con esto?, ¿Qué rayos le ves a ese mugroso e ignorante pueblerino?, ¿Acaso no te das cuenta que yo soy diez... no, cien vez mejor que ese imbécil? —pensó Ethan, mirando frustrado el techo.

No tardó mucho tiempo en hacer su aparición dentro de la habitación un jóven de cabellos rubios, de una tonalidad meramente más oscura que Ethan, con ojos color avellana, mirada encantadora, bien parecido, más alto que Ethan y vestido a la moda, seguramente todas sus prendas juntas superaba un par de miles de dólares.

El típico estereotipo de jóven millonario y egocéntrico.

Este tipo miró el suelo, más específico los pedazos de lo que en el pasado fué un costoso móvil y después miró el chico que estaba acostado en la cama.

—¿Cuántos van en este mes?, ¿Cinco?... ¿Seis?, Si continúas rompiendo los celulares dudo mucho que vuelvan a comprarte otro, Ethan —comentó el tipo. Si Pacífica antes de darle a Dipper un mejor trato y de sentir algo por él tenía un tono de voz formal, arrogante, elegante y refinado, pues dejen decirles que nuestra Pacífica era una chica agradable y dulce a lado de este individuo.

—Vaya, Mike, tú siempre tan a la moda ¿No es así, hermano? —preguntó Ethan, tratando de pintar en su bello rostro una sonrisa.

—Touché... —dijo mientras se acomodaba las mangas de su suéter color negro—, Ya te lo eh dicho Ethan, a mí siempre me ha gustado no solo vestirme sino verme bien, a diferencia de tí, que solo te vistes con trapos viejos.

—¿Trapos viejos?, ¡¿Sabes cuánto cuesta mi ropa? —preguntó Ethan, enojado.

—Mucho menos que la mía, obviamente —respondió Mike. A Ethan casi le aparece una vena palpitante en su sien.

—¿Acaso viniste a molestarme o qué? —preguntó Ethan—, porque déjame decirte que no estoy de humor para eso.

—Por favor, ¿Crees que perdería mí valioso tiempo en eso?, Claro que no, tengo mejores cosas que hacer, como llevar a una amiga a un restaurante, ya tengo listas la reservación —respondió Mike Southwest.

—¿Y después a la cama? —Ethan no se veía muy contento ante la pregunta que hizo.

—Touché —sonrió ante la pregunta de su hermano—, ¿Qué alimentos ingieres para tener ese don de adivinar?.

—Por favor Mike, es muy obvio todo esto, tú siempre haces lo mismo, conoces a una chica, la enamoras con ese magnífico encanto que no sé de dónde rayos sacaste o de quién lo heredaste y pronto ya la tienes en la cama, y al cabo de un tiempo te olvidas completamente de ella.

—Para eso sirven... —respondió Mike, con la sonrisa más arrogante que un ser humano puede dibujar en su rostro.

—¡Hum!, Eres un idiota —dijo Ethan.

—Aquí el idiota eres tú, Ethan, eres un idiota por dejarte quitar la chica que te gusta, y para hacerlo más humillante todavía, te la quitó un y cito tus propias palabras "mugroso pueblerino", ¿Y te haces llamar Southwest?, Por favor, si fuera tú, Pacífica ya hubiera caído rendida a mis pies.

—Yo no soy como tú, Mike, yo realmente quiero tener una relación seria con Pacífica, tú... tú solo te acuestas con ellas y las abandonas, nada más —comentó Ethan.

—Soy un tipo libre, hago lo que quiero —respondió—. Ethan ya te eh dicho que si lo deseas, puedo darte unos consejos para que Pacífica caiga a tus pies, y también puedas llevártela a la cama en muy poco tiempo, tal vez unas horas si captas muy bien mis palabras.

—Mike realmente eres un bastardo arrogante —comentó Ethan mientras entrecerraba sus ojos y observaba atentamente a su hermano.

—¡Ja! ¿Arrogante?, ¿Y lo dice el señor Ególatra "soy diez... no, cien veces mejor que todos los demás"?, Por favor Ethan, no vengas a hablarme de moral o de ética porque eres la persona menos indicada para decírmelo.

—Bueno en fin, ¿A qué has venido a mí habitación? —preguntó Ethan.

—Vine porque quería decirte que voy a salir, no regreso en un par de horas, no entres en mí habitación, a menos que quieras ganarte una buena paliza, ¿Entendido? —Mike lo preguntó muy seriamente.

—Tranquilo, no voy a entrar para nada —respondió Ethan.

—¿Y por cierto Ethan cuando vas a hacer esa dichosa fiesta que tanto presumes hacer? —preguntó Mike.

—No lo sé, con todo esto que pasó con Pacífica no eh tenido tiempo para pensar en esa fiesta, ni siquiera eh comenzado con los preparativos, ni tampoco la lista de invitados.

—Pues espero que sea pronto, y también espero que invites a chicas lindas, de preferencia que tengan una figura envidiable, esas son mis favoritas y las que más me gusta llevar a la cama.

—Sí, como digas, ¿Oye no llegarás tarde a tú cita?, ¡Adiós! —dijo Ethan.

Mike solo se bufó de las palabras de su hermano. Salió de la habitación dejando solo a Ethan. Mike no llegó a mejorar el ánimo de Ethan al contrario, con eso de "un mugroso pueblerino te quitó a la chica que te gusta" solo hizo sentir un gran enojo pero también un gran vacío dentro del rubio. Ethan volvió a mirar el techo de su habitación, suspiró pesadamente, el hecho de no tener a Pacífica a su lado como su novia le estaba afectando, y como comenté antes Ethan estaba acostumbrado a tener todo lo que deseaba.

Pacífica... ¿Por qué no puede ser mía? —se preguntó a sí mismo el jóven rubio.

Cerró sus ojos, incluso al cerrar sus ojos pudo verla, verla sonriendo, esa sonrisa lo flechó desde el primer día que la conoció, en esa cafetería en la misma ciudad de Portland, hace unos pocos años atrás...

Continuará...

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