CAPÍTULO 30: ¿ROBO? (PARTE 2)
Disfrútenlo muchas gracias!!.
Ethan estaba realmente molesto, la palabras de Natty lograron hacer que se enfureciera en gran medida, pero no era como que iba a armar un escándalo de proporciones bíblicas ahí, en el comedor, no, ya Pacífica le había dicho que si volvía a meterse con alguno de sus sirvientes, lo echaría inmediatamente de su casa. Así que, debía hacer algo que sea lo suficientemente convincente, meter a Dipper en serios problemas sin que señalen a Ethan como el que inició el problema.
Mientras Dipper recogía los platos de la mesa mientras caminaba alrededor de la misma, Ethan no dejaba de mirarle, tramando un plan que, a pesar de que era simple, le iba a ayudar bastante para deshacerse del castaño, ya que no soportó más la idea de que un "pueblerino mugroso" esté enamorando a la chica que le gustaba.
Cuando Dipper llegó dónde Ethan, le preguntó si podía levantar el plato. Ethan solo asintió. Dipper procedió a levantar el plato; sin embargo, el rubio miró de reojo el pantalón del castaño, siendo más específico, el bolsillo izquierdo. Cuando Dipper terminó de recoger todos los platos, se retiró del comedor dejando solos a este particular grupo de amigos.
Ethan observó a sus amigas, y se percató que estas estaban distraídas hablando sobre algo que Natty mencionó, que Pacífica y Dipper se gustaban pero no querían aceptarlo. Pacífica negaba todo, Natty seguía insistiendo con lo mismo y Melissa solo observaba la situación.
Ethan bajó su brazo derecho primero, lo ocultó debajo del mantel que colgaba por el borde de la mesa, luego bajó su otro brazo y sin perder mucho tiempo, soltó el seguro de su reloj y lo retiró de su muñeca, para posteriormente guardarlo en su bolsillo. El reloj que Ethan guardó era uno costoso, él no tuvo que gastar nada, ya que su padre se lo regaló cuando cumplió los dieciséis años, lo que más resaltaba de dicho reloj, es que había sido bañado en oro, y era de excelente marca.
Cuando guardó el dichoso reloj, volvió a mirar a sus amigas las cuales, seguían tratando el mismo tema, sobre Pacífica y Dipper.
—Te apuesto diez dólares a que tienes ganas de estar con él —mencionó Natty, con una sonrisa divertida pintada sobre su rostro.
—Natty, ¿Qué acaso tienes algún defecto mental o tú coeficiente intelectual es menor al de una hormiga?, Ya te dije mil veces que Dipper no me gusta.
—Pero yo no mencioné a Dipper, solo dije "él" ¿Te das cuenta cómo tú mente piensa en tú lindo y sensual sirviente?, Jaja.
Pacífica se sonrojó un poco, había caído tontamente en otra de las tonterías de su amiga. Natty comenzó a reírse de su amiga, a este punto la pelirroja no iba a parar de molestar a Pacífica hasta que ella no acepte que en realidad le gustaba Dipper. Ethan empujó sutilmente la silla donde estaba sentado y se puso de pie.
—¿Ya te retiras, Ethan? —preguntó Melissa, siendo la primera en sentir como el rubio se levantó de la mesa.
—No, iré al baño, regreso en unos minutos —respondió el jóven rubio.
—¿Acaso irás a hacer trabajo manual, Ethan? —preguntó Natty, pintando una sonrisa pervertida en su rostro. Obviamente lo hacía solo para molestarlo. Se echó a reír por lo que dijo, en realidad la pelirroja tenía un sentido del humor bastante raro.
—Ni que estuviera tan desesperado como tú —respondió Ethan, empleando un tono de voz serio.
El rubio comenzó a alejarse de sus amigas en dirección del baño. Metió la mano en el bolsillo dónde había guardado el reloj y sonrió. Lo que tenía planeado, según él, iba funcionar. Dentro del baño lo único que hizo fué lavarse las manos, en realidad necesitaba una excusa para levantarse de la mesa. Cuando salió, volvió a caminar hacia el comedor, cuando estuvo cerca de entrar, se dió cuenta que Dipper aún no había regresado para recoger y llevarse los cubiertos que faltaban y las copas de agua. Perfecto. Ethan llevó su mano al bolsillo y sacó su reloj, lo mantuvo en la mano.
Se dirigió a la cocina, en el trayecto, observó como Dipper volvía. Cuando el castaño observó que Ethan se acercaba a él, no pudo evitar dibujar una expresión de fastidio, verle la cara a semejante idiota arrogante podría amargarle la vida a cualquiera. Agachó un poco su rostro, era mejor caminar con la cabeza baja que observarlo a los ojos. Fué ahí cuando Ethan aprovechó.
Aceleró el paso, y cuando los dos estuvieron a punto de caminar justo al lado del otro, Ethan terminó por chocarse fuertemente contra Dipper. Rápidamente y con una habilidad increíble, como si de algún ladrón profesional se tratase, logró introducir su costoso reloj en uno de los bolsillos del castaño. El reloj no pesaba mucho, su peso podía pasar desapercibido.
—¡Auch! —exclamó Ethan—. Casi me ensucias los zapatos grandísimo inútil, fíjate por dónde caminas estúpido.
—¿Oiga qué le pasa? —Dipper se alejó de Ethan—. ¿Por qué se chocó conmigo?.
—¿Yo?, Eres tú quien se chocó conmigo, ¿Por qué caminabas con la cabeza agachada?, Debes fijarte por dónde caminas, yo pudo haber cargado conmigo algún líquido caliente, o algo corto punzante y pudiste haberme lastimado, si fuera Pacífica ya te hubiera echado en este preciso momento.
—Sí, seguro —dijo Dipper, con ciertos aires de sarcasmo en sus palabras—. Tendré más "cuidado" la próxima vez, no se preocupe, y lo lamento —esa disculpa fué más falsa que las promesas de los presidentes de latinoamérica. Las ganas de darle un puñetazo no se iban, en realidad Ethan se lo merecía.
Dipper continuó caminando hacia el comedor, llevándose consigo sin saber el reloj de Ethan. El rubio sonrió, su plan había resultado, ahora solo faltaba esperar un poco para que comience el espectáculo.
La escena cambia, y ahora se podía ver cómo Ethan regresaba al comedor donde sus amigas aún seguían conversando. Con una sutil sonrisa pintada en su rostro, Ethan se sentó en su lugar, manteniendo los brazos abajo, ocultos debajo del mantel.
—Te tardaste, al parecer creo que el trabajo manual demoró más de lo que debía, ¿No es así Ethan? —preguntó Natty, seguido de una pequeña risa.
—Ya te lo dije, yo no soy un cochino degenerado como tú —fué lo único que dijo Ethan.
—Ay ajá —dijo Natty.
—Oigan chicos, miren esto, Elizabeth subió una foto a su facebook y tiene miles de likes y cientos de comentarios —comentó Melissa revisando su celular, como siempre.
—¿Enserio tenías que mencionar a esa estúpida arrogante?, Venga, la cena ya me estaba haciendo provecho, pero ahora la has arruinado —dijo Natty.
—Solo es un comentario. Ethan espero que no vayas a invitarla a la fiesta.
—¿Y por qué no?, Elizabeth me agrada.
—No, claro que no, no lo vas a invitar, ella de seguro va a criticar nuestras prendas de ropa, ya me imagino diciendo algo como, si no compras en este centro comercial donde yo compro, eres una pordiosera, o algo así. Por lo tanto, ella queda fuera de la fiesta.
—¿Fiesta?, ¿Cuál fiesta? —preguntó una curiosa Pacífica.
—Cierto, no te lo habíamos dicho, Ethan planea hacer una fiesta en su casa, una fiesta a lo grande, quiere tirar la casa por la ventana —dijo Melissa.
—¿Y eso por qué?.
—Porque hace mucho tiempo que no hacía una, le comenté a mi padre sobre eso y me dió su aprobación, solo debo guardar ciertos cuadros y jarrones costosos. Ya tengo casi todo planeado, solo debo pensar quiénes irán a la fiesta, obviamente ustedes tres están invitadas.
—¡Eso sí que mola un montón! —levantó la voz Natty—, venga tío, me gustan las fiestas, la vamos a pasar super guay, a ver si consigo algún chico por ahí.
—¿Y cuando será esa fiesta? —preguntó Pacífica.
—Dentro de unas semanas, de todas formas yo les aviso con un día de anticipación, solo espero que no vayan a faltar.
—Cuenta conmigo, Ethan —dijo Natty.
—Perfecto Natty, necesitaba a una persona que se quede en la puerta atendiendo a los invitados, eres la indicada para ese trabajo, nadie más que tú podría hacerlo.
—¡Oye!, Eres muy cruel conmigo —respondió Natty, inflando un poco sus mejillas con una expresión de enojo.
—¿Qué dices Pacífica?, ¿Te apuntas? —preguntó Ethan.
—Aún no lo sé, lo voy a consultar con mi almohada.
—Vamos Pas, sin tí no será lo mismo —dijo Natty.
—Ya les dije que lo pensaré, les daré mi respuesta pronto.
Los minutos transcurrieron sin mayor novedad, salvo por un pequeño detalle, Dipper no regresaba al comedor. Ethan comenzaba a desesperarse, no iba a servir de nada lo que planeó si el castaño no hacia acto de presencia en el comedor, porque él era el principal protagonista del show que Ethan iba a hacer.
Las ganas de ponerse de pie e ir a buscarlo eran inmensas. Estuvo a punto de hacerlo pero para su suerte, Dipper ingresó al comedor. Se acercó dónde estaba su ama.
—¿Desea que le traiga algún té, señorita Pacífica? —preguntó Dipper, empleando ese tono de voz educado que tanto le agradaba a Pacífica.
—No Dipper, muchas gracias, dentro de poco planeo irme a mí habitación —respondió Pacífica.
—En ese caso, creo que ya puedo retirarme.
—¿Ya terminaron tus horas el día de hoy?.
—Faltan veinte minutos, pero ya hice todas las tareas que debo hacer, no tengo nada más que realizar, por eso le estoy pidiendo retirarme.
—Bueno, sino tienes nada más que hacer, creo que sí, puedes retirarte Dipper.
—Muchas gracias, señorita Pacífica.
No obstante, Ethan se levantó abruptamente de la mesa, haciendo que la silla donde estaba sentado hago un horrible chillido.
—¿Oye Ethan que ocurre?, ¿Por qué te levantas de esa manera? —preguntó Melissa.
Ethan comenzó a tocar sus bolsillos, luego pasó las manos por su ropa, fingiendo buscar algo con desespero, volvió a introducir las manos en sus bolsillos, después revisó sus mangas pero no "encontró" nada.
—¡¿Dónde está?! —supo fingir muy bien.
—¿Dónde está qué cosa? —preguntó Natty.
—Mi reloj, el reloj que mi papá me dió como regalo, no está —miró la mesa, su preocupación la sabía fingir absolutamente bien.
—¿No lo habrás dejado en tú habitación? —preguntó Pacífica.
—No, yo lo cargaba conmigo hace un momento, pero ya no está —miró a Natty—, muy bien Natty, déjate de bromas y devuélveme mi reloj, sabes que ese reloj es muy valioso para mí.
—¿Te volviste loco?, Yo no tomé tu reloj, ¿Por qué haría eso?.
—No lo sé, solo quiero que me lo devuelvas.
—Que yo no lo tengo, no lo agarré —respondió Natty.
—¡¿Entonces si no fuiste tú quién lo hizo?!, ¿Melissa?.
—A mí no me mires, yo no lo tomé tampoco —respondió la pelinegra.
En cuanto a Dipper, el solo se dió la media vuelta con la intención de marcharse del lugar. Ese fué un grave error. Ethan miró como el castaño se estaba retirando y lo llamó.
—¡Espera un momento Dipper! Nadie se va de este lugar hasta que no aparezca mi reloj.
—Yo no tomé su reloj, jóven Ethan —respondió Dipper—. Además mi turno ya terminó, ya debo retirarme.
—No, claro que no, quiero que revises tus bolsillos.
—¡¿Oye Ethan acaso estás tratando de decir que Dipper lo robó?! —preguntó Pacífica, un poco molesta.
—No lo sé, si Dipper no lo agarró entonces no tiene nada que temer, además se me hace muy raro que Dipper quiera retirarse justo ahora que mi reloj desapareció.
—Jóven Ethan...
—¡Revisa tus bolsillos! —levantó la voz el jóven rubio.
—¿Esto es enserio? —preguntó Dipper.
—Hazlo —dijo Ethan. Por dentro estaba sonriendo, ahora que había captado la atención de todos, su plan parecía que no iba fallar, que era perfecto.
Dipper suspiró, rodó sus ojos y llevó primeramente sus manos a los bolsillos de su traje, introdujo ambas manos en ambos bolsillos y no sacó nada. Luego de eso, su mano la llevó a un bolsillo que había en su pantalón e igualmente, no sacó nada.
—¿Si ve jóven Ethan?, No tengo nada —comentó Dipper.
—El otro bolsillo, revisa el otro bolsillo —dijo. Jaque mate para Dipper.
Dipper volvió a suspirar, e introdujo su mano en el bolsillo; sin embargo, la expresión de Dipper cambió radicalmente. Casi se pone pálido, sintió como su corazón se detuvo por unos segundos, como su alma abandonó su cuerpo por unos instantes. Él había tocado algo, algo había en su bolsillo.
—¿Dipper? —preguntó Pacífica al ver cómo su sirviente cambió su expresión.
Dipper poco a poco retiró la mano de su bolsillo, y eh ahí, sacó el dichoso reloj de Ethan. Tanto Natty como Melissa quedaron boquiabiertas cuando miraron el reloj de Ethan salir del bolsillo del castaño. Pacífica también por unos momentos. Ethan, por unos segundos dibujó una sutil sonrisa, lo había logrado.
—¡¿CÓMO TE ATREVES?! —El jóven rubio se acercó casi que corriendo hacia Dipper, le arrancó el reloj de la mano y le dió un fuerte empujón—. ¡¿QUÉ RAYOS TE OCURRE?! ¡¿POR QUÉ AGARRASTE MI RELOJ?!.
—P-Pero yo... n-no lo hice.
—¿Y ESTO QUÉ SIGNIFICA? —gritó Ethan— ¡ERES UN LADRÓN!. SABIA QUE ALGUIEN COMO TÚ SERÍA CAPAZ DE HACER ALGO COMO ESTO ¡ERES UN LADRÓN!.
—Dipper no me imaginé que serías capaz de hacer eso —comentó Natty.
—¡¿PACÍFICA ESTA ES LA GENTUZA QUE CONTRATASTE PARA QUE TE SIRVAN?!.
Dipper observó a su dueña, y con voz temblorosa le dijo que no era verdad, que él no había tomado ese reloj. Ethan por su parte, no paraba de gritar, sobre actuando en gran manera.
—¡VOY A LLAMAR A LA POLICÍA EN ESTE PRECISO MOMENTO! Dipper... ¡NO TIENE IDEA DE CON QUIÉN TE HAS METIDO!.
Continuará...
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