CAPÍTULO 20: Y SERÁN TRES LARGOS DÍAS, EMPEZANDO DESDE AHORA

Disfrútenlo muchas gracias!!.

Dipper, el sirviente personal de Pacífica, el chico que por mala suerte derramó una taza de chocolate encima de toda la ropa costosa de la jóven rubia, el chico que, para evitar una demanda caprichosa "accedió voluntariamente" a servirle el resto del verano; no le apartó la mirada a Ethan Southwest, un jóven millonario de su misma edad, amigo de la familia Northwest, hijo de uno de los socios y amigos de Preston.

Ethan desde que conoció a Pacífica estuvo interesado en ella, él fué fiel testigo de como los Northwest empezaron a recuperarse poco a poco de la gran miseria y ruina en la que se encontraban. Él creía que tarde o temprano Pacífica caería rendida ante sus pies, ¡Hum!, Qué equivocado estaba, ahora que sabía de la existencia de Dipper, debía ponerle más atención al asunto.

Estos dos continuaron mirándose directamente a los ojos, no lo admitieron, pero en el momento que se conocieron no se agradaron, y ahora, mucho menos. No obstante, esa mirada poco amistosa fué cortada por alguien quién, de repente, apareció en la sala...

—¿Luc estás seguro que no dejé nada importante? —preguntó Preston. Con sus manos tanteaba su lujoso traje, detrás suyo uno de los sirvientes, el señor Luc, cargaba unas maletas. El hombre millonario se iba de viaje.

—No señor Preston, no se le queda nada —respondió Luc.

—Eso espero, no me gustaría regresarme a medio viaje solo por algún documento u otra cosa que olvidé —dijo Preston.

—¡Hola señor Preston! ¡Ostia pero qué gusto volver a verlo! —dijo Natty, casi gritando, ella siempre saludaba con voz alta a las personas que no había visto en mucho tiempo. Preston se llevó una sorpresa al ver a los amigos de su hija en la sala, y él no sabía nada al respecto.

—¡Wow chicos pero que sorpresa!, Enserio que sorpresa, ¿Por qué no me avisaron?, ¿Luc por qué no me avisaste?, Les hubiera tenido algo preparado a los amigos de mi hija.

—No se preocupe señor Preston, no es para tanto, queríamos que fuera una sorpresa... ¡Sorpresa! Jaja —dijo Melissa, sentada a lado de Pacífica.

Y vaya sorpresa —pensó Pacífica.

Preston se percató que también se encontraba Ethan en la sala, el hijo de uno de sus socios y amigos, Norman Southwest, persona que invirtió muchísimo dinero en los negocios de los Northwest, y el resto de socios.

—Ethan, muchacho, que gusto volver a verte —Preston le dió la mano al jóven, lo cual era algo raro, ya que él solo le daba la mano a quiénes él consideraba importantes, tanto en los negocios como en su vida.

—El gustó es mío señor Preston —Ethan le estrechó fuertemente la mano al hombre millonario—, hacía tiempo que no lo veía, ya me preguntaba cómo le estaba iendo a un hombre de negocios tan importante como usted, por cierto, los amigos de mí papá quedaron muy satisfechos con el negocio que hicieron, fué una muy excelente idea renovar el parque automotriz de la empresa, y con ese descuento que ofreció quedaron muy satisfechos.

—De eso se trata Ethan, negocios son negocios; y recuerda esto muchacho, siempre busca lo mejor al mejor precio... para tú bolsillo claro jajaja.

—Jaja muy buen consejo señor Preston.

Por su parte, Dipper no entendió el porqué de las risas, seguramente eran de esos "chistes" refinados que solo los millonarios entendían.

—¿Y díganme cuánto tiempo piensan quedarse?, Nuestra casa es su casa chicos, no lo olviden.

—Pues teníamos pensado quedarnos un par de días aquí señor Preston, tres días para ser más específico, claro si vosotros estáis de acuerdo —respondió Natty a la pregunta del hombre exitoso y millonario.

—¿Por qué Natty está hablando así con ese acento español tan forzado? —preguntó Preston, cerca de Ethan.

Ethan suspiró y le respondió su pregunta...

—Natty viajó a España a visitar a sus familiares, y regresó hablando así, y lo peor es que no quiere darse cuenta o no quiere entender que se escucha y se ve ridícula hablando así.

—Oh ya veo... —comentó Preston—, ustedes lo jóvenes y sus cosas locas jaja.

Pacífica se dió cuenta que Preston estaba saliendo con unas maletas, al parecer el hombre tendría que salir, y por el tamaño de las maletas serían unos cuantos días. Le dió un sorbo a su taza con té y le preguntó a su papá sobre esas maletas.

—¿Papá acaso vas a salir? —preguntó Pacífica.

—Sí hija —dijo, con uno ligeros aires de tristeza—, sé que te prometí, a tí y a tú mamá que todo esté verano la pasaría aquí en casa, pero me acabaron de llamar diciéndome que unos inversionistas desean aportar con un gran capital para la construcción de un centro comercial en Miami, y... tengo que viajar para allá.

Pacífica abrió sus ojos como dos grandes platos. No se esperaba eso, a pesar del dinero que tenía ahora, y su antigua fortuna, eran contadas las veces que viajó a Miami con su familia, pero eso no era el problema, el problema era que su padre, de nuevo, debía abandonar la casa para atender sus "importantes" negocios familiares.

—¿Espera qué?, ¿Miami?, Pero papá se supone que ibas a pasar el verano aquí, en casa, dijiste que no ibas a salir por nada, ¿Y ahora dices que tienes que irte?, ¿Y mamá ya lo sabe?

—Sí, sé que dije eso pero tengo que irme, y no te preocupes, tú mamá ya lo sabe, le dejé avisando antes de irme —contestó Preston.

—¿Se irá a Miami señor Preston?, ¡Pero qué guay!, ¿Y no nos va a invitar?.

—Natty... —dijo Melissa.

—¿Qué?, ¿Venga chicos a qué no os gustaría a vosotros echarse un viajecito para allá? —preguntó Natty, mirando a todos sus amigos.

—No voy de tour, voy por negocios, y tal vez los invitemos a ustedes más adelante, para la inauguración del centro comercial.

—Es un trato señor Preston —dijo Natty, sumamente emocionada, ni siquiera se había empezado la construcción y ya se imaginaba toda la ropa y joyería costosa que se compraría en ese dichoso centro comercial.

Preston se acercó a su hija para despedirse rápido, tenía apuro, le dió la mano a su hija, luego de eso le dió un abrazo. El hombre en realidad tenía apuro.

—No quisiera irme, pero debo hacerlo, cuando seas grande Pacífica, comprenderás la importancia de los negocios, después de todo... eres una Northwest.

—Lo sé —ella suspiró, de nuevo debía pasar varios días sin ver a su padre—, cuídate mucho papá, por favor cuando llegues allá nos llamas ¿De acuerdo? —dijo Pacífica, un tanto triste, a pesar de tenerlo todo, no tenía mucha atención de su padre, todo por los benditos negocios, solo para tener más dinero.

—Sí hija, no te preocupes —dijo Preston. Se volvió para ver a los hijos de su amiga para decirles lo siguiente—, muy bien chicos siéntanse como en su casa, es una pena que ustedes van llegando y yo voy saliendo, no vayan a pensar mal ¿Eh?, Jaja.

—No se preocupe señor Preston, mí papá también es así —dijo Ethan.

Preston por último se acercó a Dipper, debía decirle unas cuantas cosas...

—Muy bien Dipper yo me ausentaré por un par de días, espero que no suceda nada malo durante mi ausencia, recuerda muchacho, buena actitud y conducta impecable, sobre todo ahora que tenemos visitas ¿De acuerdo?.

—Sí señor Preston, no se preocupe, le prometo no que pasará nada malo —dijo Dipper, usando un tono formal y educado, tal y como le gustaba a Preston.

—Así me gusta, y por cierto Dipper... —él se acercó al oído del castaño para susurrarle un par de cositas que debía tener muy presente—, ¿Ya conociste a Natty, verdad?.

—Ahmm, sí, ¿Por qué? —preguntó Dipper, un tanto confundido.

—Solo quería decirte que ella es un poco alocada, aunque es amiga de mi hija a veces suele tener un comportamiento algo cuestionable en comparación con el resto. Ten cuidado, ella en ocasiones puede actuar sin pensar en las consecuencias, solo ten cuidado, ¿Si?.

—Sí señor Preston, tendré cuidado con ella —respondió el castaño—. Ya me imagino las cosas que esa chica puede llegar a hacer.

Preston sin más, se despidió de todos y se marchó rápidamente de la casa, siendo seguido por Luc, quien llevaba las maletas del hombre. Se le hacía tarde, sus socios no podían esperarle mucho tiempo, debía viajar y llegar allá lo más pronto posible. El hombre finalmente abandonó la mansión, Pacífica nuevamente volvió a suspirar, por un lado estaba muy cómoda y tranquila con todo el dinero que poseía, pero por otro lado, a pesar de todas las cosas malas que hizo, seguía siendo su padre, lo quería y lo extrañaba, casi no pasaba tiempo con ella y todo, vuelvo y repito, por el trabajo y los negocios.

Dipper por su lado, se acercó a su ama, se inclinó un poco hacia adelante para preguntarle, usando un tono de voz formal y educado, como le había enseñado su ama.

—Señorita Pacífica si no me necesita en estos momentos, ¿Puedo ausentarme unos cuantos minutos para ir con Sasha y ayudarle con la limpieza?.

—Este... yo creo que sí, claro, puedes ir no hay problema, para cuando termines regresa lo más pronto posible Dipper, tal vez ya estaremos necesitando de tus servicios.

—Muy bien, con su permiso, me retiro —dijo. Inclinó un poco su rostro y se retiró de la sala, dejando sola a su ama con sus amigos.

Dipper se retiró de la sala. Por su lado, Natty lo observó hasta que se perdió de vista, se mordió el labio inferior, en verdad el castaño le resultaba sumamente atractivo.

—¿Oye Pas me puedes decir de dónde lo sacaste?.

—¿Saqué que cosa? —preguntó Pacífica.

—¿Pues a quién más?, A Dipper, quiero saber de qué escuela de sirvientes/mayordomos lo sacaste, necesito saberlo para ver si yo también me consigo uno que... satisfaga mis... necesidades personales —eso último lo dijo con un tono pícaro y muy coqueto.

—¿Podrías dejar tus tonterías a un lado, Natty? —dijo Ethan, un tanto enojado y también celoso por cómo su amiga se expresaba del castaño, ni siquiera se refería así de él, Ethan se consideraba a sí mismo un chico muy atractivo—, es solo un simple... sirviente, ¿Por qué hablas de esa manera?.

—¿Bromeas?, Es un papucho, su cara parece tallada por los mismo ángeles —dijo Natty, con pequeños corazones en sus ojos, imaginadose al castaño en diferentes situaciones, algunas románticas, y otras... un tanto subidas de tono. Ella miró a sus amigas para hacerles una pregunta —. ¿Oigan chicas vosotras creéis que él sea ateo?.

—No lo sé, ¿Por qué? —preguntó Pacífica.

—Porque no está como Dios lo mandó... está como ¡Él! Quiere estar —volvió a morderse el labio, y con una sonrisa muy pervertida, ya colmando le la paciencia a sus amigas y al mismo Ethan.

—¡Ay por favor Natty! —Ethan ya cansado se levantó del mueble, escuchar a su amiga hablar así de un simple sirviente lo llenaba de rabia.

—A veces me preguntó por qué seguimos siendo tus amigos —dijo Melissa, levantándose del mueble y alejándose de su amiga.

—Jaja, ya vengan, no seáis así conmigo —dijo Natty—. ¿Por cierto Pas la piscina está lista?.

—La piscina siempre está lista todos los días, ¿Por qué? —preguntó ella.

—Porque se me ocurrió no sé, que tal vez, ¿Podríamos darnos una zambullida?.

—Por fin se te ocurre una buena idea, ¿Qué dices Pacífica?, ¿Será que podemos relajarnos todos en la piscina? —preguntó Melissa, mirando a su amiga.

—Yo también opino lo mismo, luego de un largo y agotador viaje nada cae mejor que una zambullida en una piscina.

Pacífica miró a los tres, suspiró, al parecer sus planes de relajarse SOLA en su PROPIA piscina en un día tranquilo de verano, se fueron por el caño. Bueno, como la buena anfitriona que era y también para complacer a sus amigos, no le quedó de otra que aceptar la petición, era eso o tener que soportar sus tonterías el resto de la mañana.

—De acuerdo, de todos modos tenía planeado pasar un par de horas en la piscina.

—¡Genial! ¡Muchas gracias Pas! venga tía cuánto te quiero —dijo Natty, dando un salto, para después abrazar a su amiga fuertemente.

—D-De nada, p-pero por favor, Natty... no me dejas... respirar —dijo, con dificultad, gracias al abrazo de Natty el aire se le cortó de repente.

—Te quiero Pas... —dijo Natty, abrazando a su amiga sin siquiera soltarla un poco.

Varios minutos más tarde...

Al cambiar la escena, se podía ver cómo Pacífica y sus amigos se encontraban en la piscina de la mansión Northwest, mejor dicho, Ethan era el que estaba nadando libremente en la piscina, mientras las chicas yacían recostadas en una sillas reclinables que se encontraban cerca de la piscina, ya vestidas con trajes de baño que, a decir verdad, seguramente y tal vez exagerando solo un poco, eran más costosos que una estadía de una noche en un hotel promedio de Estados Unidos.

Ethan se asomó por el borde de la piscina, para observar a sus amigas, ya que supuestamente ella también iban a ingresar, pero no lo hacían.

—¿Oigan que no tienen pensado entrar?.

—Sí Ethan, pero luego, sigue nadando y gastando tus energías ¿Quieres?, Tienes mucha energía acumulada —comentó Melissa, recostada en su silla reclinable, mirando su celular, mientras se reía un poco al ver la expresión que dibujó Ethan al escucharla.

—Que aburrida eres Melissa, ¿Cuando dejarás a un lado ese celular?, ¿Y tú Pacífica?, ¿No deseas ingresar? —preguntó Ethan.

Ethan por unos pocos segundos recorrió con su mirada la esbelta figura que su amiga millonaria se cargaba. El traje de baño que tenía Pacífica constaba de dos piezas, ambas de color púrpura con detalles de color negro. Habían un par de cosas que resaltaban muy bien, esas piernas esbeltas que tenía a pesar de solo tener dieciséis años, sus muslos, esa cintura que seguramente volvería loco a cualquiera que la observe. Pacífica le respondió a Ethan, con algo de desánimo...

—No, no por ahora, paso —dijo Pacífica, mientras tenía sus ojos cerrados, recostada igualmente en su silla reclinable, bajo la fresca sombre que los árboles próximos a la piscina le brindaban.

—¿Qué sucede?, ¿Te sientes mal? —preguntó Ethan.

—No Ethan, es solo que no tengo muchos deseos de entrar ahora —respondió Pacífica.

Ethan sin más se devolvió a seguir nadando, dejando solas a sus amigas. Melissa mirando su celular, Pacífica recostada con sus ojos cerrados, y Natty recostada igualmente. Ethan salió unos momentos de la piscina, se subió al trampolín que recientemente habían instalado en la piscina, saltó y se echó un clavado, parecía un profesional el jóven rubio. Melissa levantó la mirada unos momentos para verlo a Ethan salir de la piscina nuevamente, volverse a subir al trampolín y repetir el mismo procedimiento.

—Es lindo... —dijo Melissa.

—¿Quién es lindo? —preguntó Pacífica.

—Ethan, ¿No les parece que Ethan es muy atractivo?.

—En lo personal, sí tiene lo suyo, pero no... siento que no es de mí tipo —dijo Pacífica, manteniendo sus ojos cerrados—, ¿Por qué no aprovechas Melissa?, Ethan es un buen partido para tí, para cualquier chica mejor dicho.

—... —Melissa suspiró—, no lo sé, Ethan solo me ve como una amiga, no creo que pueda sentir otra cosa, y tampoco quiero arruinar nuestra amistad.

—Pero quién sabe Melissa, tal vez tengas suerte y terminen siendo novios, haz la prueba, si no arriesgas no ganas —comentó Pacífica.

—Lo dices como si fuera tan fácil —comentó Melissa, abrazando sus piernas—, no quiero que las cosas se pongan incómodas entre los dos, además... tal vez sea mejor seguir así, siendo amigos.

—La típica zona de amigos, por lo general son los chicos quién tienen miedo de salir de esa zona.

—Que bueno que tú ya saliste de esa zona, ¿Verdad Pacífica?.

Pacífica abrió sus ojos y observó a su amiga, no entendió a qué se refería Natty.

—¿Qué quieres decir con eso, eh?.

—Pacífica, es muy obvio, teniendo a semejante bombón como sirviente puedo apostar toda fortuna de mi familia a que los dos se traen algo, ¡Qué envidia me das!.

—¿Qué?, ¿De qué rayos hablas? —preguntó Pacífica, muy confundida.

—Venga Pacífica, ¿Acaso no has tenido algo de acción con Dipper? —preguntó Natty, dibujando una sonrisa pervertida en su rostro.

—¿Acción? —preguntó Pacífica, más confundida aún.

—Sí, acción, no vengáis a hacerte la mojigata conmigo Pacífica ¿Quieres?.

—Natty enserio no entendemos lo que quieres decir —dijo Melissa.

—¡Ay por favor!, Pacífica lo que quiero saber es si ya te has follado a ese lindo pimpollito que tienes de sirviente.

Tanto Melissa como Pacífica se pusieron rojas, se sintió tan incómodo escuchar la pregunta de Natty, puesto que ella preguntó eso como si fuera una pregunta que puedes hacerle a cualquier persona.

—O-Oye Natty, ¿Qué rayos te pasa?, ¿Cómo se te ocurre preguntar esas cosas?.

—¿Entonces no han follado? —siguió insistiendo Natty.

—¡NO! —gritó Pacífica, roja como un tomate.

—¿Pero quieres hacerlo, verdad?, Jajajaja.

Pacífica tomó el bloqueador solar que se encontraba cerca de su silla reclinable y se lo arrojó a su amiga, quién logró agarrarlo con su mano derecha. Natty se reía a carcajadas, creía que su pregunta fué muy graciosa.

—¡Por supuesto que no!, Dipper es solo mi sirviente, y jamás haría algo tan pervertido como eso, además solo somos eso, la única relación que nos une es solo la de trabajador- empleadora, ¿Qué te pasa, eh?, ¿Por qué rayos me preguntas eso?.

—Jaja, solo sentía curiosidad, no te enojes Pas —respondió Natty—, entonces no han follado ¿Eh?, Tal vez tenga una oportunidad... —pensó Natty—, no quería hacerte enojar... venga Pas Dipper es muy apuesto, ¿No crees?.

Pacífica se recostó en su silla reclinable, mirando hacia el cielo, aún seguía sonrojada por la pregunta tan incómoda de su amiga. Cerró sus ojos, e intentó calmarse, sin duda alguna Natty le había jugado una buena broma.

Follar... ¡¿Pero qué rayos le pasa?!, Jamás... haría algo como eso, aunque Dipper es atractivo, ¡No!, Vamos... Natty en realidad sabe cómo irritarme tan rápido.

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top