CAPÍTULO 19: VISITAS INESPERADAS (PARTE 2)
Disfrútenlo muchas gracias!!.
Dipper lo miró a los ojos, serio, ¿Qué rayos había sido eso?, Un completo desconocido le dió una orden y de una manera muy poco educada, obviamente Dipper no iba a obedecer esa orden, únicamente obedecía órdenes de Pacífica o de sus padres, de ahí, a nadie más.
El castaño le respondió, con una voz seria...
—Jóven yo estoy aquí únicamente para atender las necesidades de la señorita Pacífica. A menos que la señorita Pacífica me ordene atenderlos, sus necesidades no son problema mío... En pocas palabras, no me interesan, lo lamento...
Todas las chicas se sorprendieron con la respuesta del castaño, sobre todo Pacífica, ninguno de sus sirvientes había tratado así a Ethan, un viejo amigo de la familia Northwest, ni siquiera como una broma.
Ethan se enojó enormemente, ¿Un simple sirviente le respondió así como si nada?, ¿Ahora qué los pájaros le disparan a las escopetas?.
—¡¿Pero qué?! —dijo Ethan—, ¿Cómo te atreves?, ¿Quién te crees que eres tú para responderme de esa manera, he?, Pedazo de...
Las cosas repentinamente se calentaron, era momento de interferir.
—¡Ya basta! —interrumpió Pacífica, tanto a su sirviente como a su amigo de la secundaria—, no vayan a empezar una escena aquí, ¿Quieren?, ¿Qué rayos les ocurre?.
—Pero Pacífica, ¿Acaso no escuchaste como este inepto me respondió?, ¿Quién se cree que es? —volvió a mirar a Dipper a los ojos—. ¿Ahora los pájaros les disparan a las escopetas?, ¿Qué seguirá después?, ¿Qué latinoamérica se convierta en un continente próspero?.
—Yo solo dije la verdad —comentó Dipper.
—Aparte de atrevido eres muy maleducado, ¿Qué clase de gentuza eres tú, eh?.
—Dije basta, Ethan... por favor, por sino te has dado cuenta estás en mi casa, y tú no vas a venir a insultar o tratar mal a mis sirvientes ¿Me entendiste?, Dipper es ¡Mi! Sirviente y responde a ¡Mis! órdenes, tú no puedes ordenarle algo y exigirle que obedezca sin mi consentimiento.
—Pero Pacífica...
—Sin peros, no vuelvas a tratar mal a mí sirviente, ¿Está claro?.
El ambiente por unos momentos se volvió tenso, hace poco era un ambiente tranquilo de cierta manera, pero ahora era todo lo contrario. Dipper observó atento a su ama, se sorprendió un poco al ver su actitud repentina, ya antes la había visto enojada, pero esta vez era diferente. ¿Lo estaba defendiendo?, Por un momento esa idea cruzó su mente.
El castaño sonrió, no obstante, un llamado de atención también fué para él...
—Y para tí Dipper, a pesar de que hayas dicho la verdad, creo que el tono de voz con el que dijiste esas palabras no fué el adecuado, hasta a mí me sorprendió eso, ellos son... invitados, por lo tanto, hay que tratarlos bien, a partir de ahora cualquier cosa que te pidan, deberás atenderlos ¿Quedó claro?.
—Sí señorita Pacífica —dijo Dipper, bajando un poco su rostro. Miró después a Ethan, debía "disculparse"—. Jóven Ethan, le ruego me disculpe, no debí hablarle de esa manera, lo lamento.
Ethan lo miró de reojo, sin decirle absolutamente nada regresó a su lugar, pero aún seguía muy molesto con el castaño, ahora que Pacífica prácticamente lo defendió sus celos aumentaron considerablemente.
—Idiota —pensó Dipper—. ¿Desea usted también algo de beber señorita Pacífica?.
—No... —ella se sentó en el mueble, dando un suspiro—, no se me antoja nada, gracias Dipper.
—Muy bien —observó al resto de chicas—, ¿Señorita Melissa que desea tomar usted?.
—Mmm, ¿Sabes qué?, Tráeme un jugo de naranja también, que no sea tan cargado y con poca azúcar por favor ¿Sí?.
—De acuerdo —ahora era turno de preguntarle a Natty, quién en todo momento no le apartó la mirada de encima al castaño, no pudiendo evitar morderse los labios de vez en cuando; puesto que, según ella, el castaño se veía tan atractivo, tan apuesto—. ¿Qué desea tomar usted señorita Natty?.
—Venga Dipper, ¿Será que a mí me puedes dar algo de... leche? —le sonrió, pero no una sonrisa normal que digamos.
—Por supuesto, ¿La desea con chocolate?, ¿Café?, ¿Saborizada?, ¿O algún pastelito para acompañar?.
—No Dipper jajaja, creo que no me has entendido, ¿Puedes darme... leche?, ¡Leche!.
—Por eso le pregunté si la desea con chocolate o con café —comentó el castaño, un tanto confundido.
Pacífica entrecerró sus ojos un poco al escuchar el pedido de su amiga, a diferencia de Dipper, ella entendió muy bien lo que ella intentaba decirle ¡Tan obviamente!.
Natty suspiró, se dió por vencida.
—Tan lindo y tan tonto —pensó Natty—, ¿Sabes qué?, Olvídalo, tráeme un jugo de mora, Dipper.
—Ahm, ok, enseguida les traeré lo que pidieron —dijo—, Qué chica tan rara —pensó el castaño mirando a Natty. Dipper hizo una pequeña reverencia ante los presentes, se dió la media vuelta, y se retiró.
Antes de salir completamente de la sala, Dipper miró de reojo a Ethan, quién también le miraba. Tanto Dipper como Ethan cruzaron miradas, de manera molesta, ninguno le había agradado al otro. Sin más, Dipper se retiró de la sala.
Por su lado, Ethan, sentado en el mueble, no pensaba bien sobre el sirviente personal de la chica que estaba interesado, Pacífica Northwest.
—Ese idiota no me agrada, y mucho menos que esté tanto tiempo a lado de Pacífica, tendré que deshacerme de él, será fácil... es solo un simple y pobretón sirviente, además, esta familia tiene mucha confianza en mí, ¿Pero qué puedo hacer para que lo pongan de patitas en la calle?.
—Menuda escena, ¿No lo creen chicas? —preguntó Natty—, ese Dipper o es un tontuelo, o es muy valiente, pero... —se mordió los labios—, está muy bueno.
—¿Valiente?, Yo diría que ese idiota es un completo maleducado —interrumpió Ethan.
—¡Ethan ya basta! —Pacífica ya se estaba poniendo más enojada con su invitado—. Una más, y te irás de mi casa.
—¿Por qué defiendes tanto a ese tipo?, Es solo un simple sirviente, ¿Aprecias más a ese tipo que a un amigo? —preguntó Ethan.
—Dipper no es un simple sirviente, es mí sirviente, si lo contraté fué porque lo conozco, y tienes cierta razón no debió emplear ese tono de voz contigo, pero en primer lugar, no debiste tratarlo así, y mucho menos decirle inepto.
—Por favor, si las cosas continúan así nosotros seremos los que le sirvan a los sirvientes, ¡Debo deshacerme de ese idiota ahora mismo!.
Dejando a un lado esto, en la sala dónde se encontraba este grupo particular de amigos, apareció otra de las sirvientes de la mansión Northwest, la sirvienta con más confianza para Pacífica, Sasha.
—Señorita Pacífica, ¿Está todo bien?, Me pareció escuchar gritos provenientes de la sala.
—¡Sasha! —Natty dió un salto del mueble y corrió lo más rápido que pudo para abrazar a Sasha, ya que se alegraba de verla—, ¡¿Cómo estás?!, Venga tía ha pasado muchísimo tiempo desde la última vez que nos vimos.
—Señorita Natty, a mí también me alegra verla —dijo Sasha—, ¿Por qué habla como una española?.
—Una larga historia, Sasha —dijo Ethan.
—Jóven Ethan, mucho gusto, hacía mucho tiempo que no lo veía por estos lares, nos alegra y nos honra que esté en esta casa.
—Vamos Sasha, sabes muy bien que con nosotras no debes ser tan formal, te conocemos desde que llegaste a esta casa y eso fué hace un par de años —dijo Melissa.
—Jaja, aún así debo ser muy respetuosa con ustedes, y también me alegro de verla señorita Melissa.
—Por cierto Sasha, sigues tan linda y hermosa como siempre —dijo Natty, halagando a la chica que tenía a su lado. Tomó uno de los mechones del cabello de Sasha—, y tú cabello es muy bonito, y además huele muy bien.
—Sí, Sasha sigue viéndose tan linda como el primer día que la conocimos —dijo Ethan, con una sonrisa aparentemente amable y tranquila. No obstante, el rubio también clavó, por unos momentos, su mirada en los pechos de aquella chica, puesto que Sasha tenía grandes atributos delanteros—, y sí que se ven bien, si Sasha no fuera sirvienta de los Northwest, ya la hubiera tenido en mi cama hace mucho.
—Bueno, por favor no distraigan más a Sasha, ella tiene cosas que hacer, ¿Verdad, Sasha?.
—Sí señorita Pacífica, no me demoró más, con su permiso, me retiro —Sasha hizo una pequeña reverencia y se retiró del lugar.
Ethan nuevamente no pudo evitar mirar tanto las piernas como el trasero de la jóven sirvienta que hasta hace no mucho había halagado. En la mente de este chico rico y mimado pasaron varias cosas, tantas cosas que le podría hacer a Sasha si la tuviera aunque sea una hora en su cama. No obstante, el "pequeño" momento en dónde Ethan pensaba en esas cosas, se vió abruptamente interrumpido por la siguiente escena.
Dipper ingresó en la sala, trayendo consigo lo que pidieron los amigos de Pacífica.
—Hola Dipper —saludó Sasha, con una gran y muy linda sonrisa.
—Hola Sasha —saludó el castaño, pasando rápidamente a lado de su compañera, sin embargo, ella lo tomó del brazo, deteniendolo.
—¿Dipper después de que termines me podrías ayudar con algo? En el sótano hay unas cosas que deben limpiarse y necesito tu ayuda ¿Qué dices?.
—Por supuesto, primero terminaré aquí e iré a ayudarte, Sasha.
—Muchas gracias, Dipper.
Ambos se dieron una sonrisa, puesto que eran buenos amigos y eso es algo muy común; sin embargo, que estos dos se estén llevando muy bien, fué motivos suficientes para generarle a Ethan un montón de celos, fastidio para con el castaño, y mucha molestia.
—¿Qué rayos le ven a ese idiota maleducado para que lo traten bien? —pensó Ethan— un poco más y será el dueño de esta casa, de esta familia.
Dipper fué entregándole a cada uno de los presentes lo que pidieron. Tanto a Ethan como a Melissa les dió su tan querido jugo de naranja, a Natty le dió el jugo de mora que pidió —es una pena que no le haya dado su tan amada leche— y, para su ama, le trajo una taza de té.
—Pero Dipper, no te pedí esto —dijo Pacífica, recibiendo el té que su sirviente le trajo.
—No lo hizo, pero sé que el té de manzanilla con miel es su favorito, y... —miró al resto de chicos—, como tendrá una larga conversación, creo que lo mejor es que usted también beba algo, y qué mejor cosa que su té favorito ¿Cierto?.
—Bien, de acuerdo, gracias Dipper, eres muy amable —ella le sonrió, dándole las gracias.
Dipper también le sonrió a su ama, acto seguido, alzó su mirada y observó directamente a Ethan, quién lo miraba sumamente molesto, ya que, poco a poco, algo estaba empezando a surgir entre Dipper y Pacífica, y eso era algo que Ethan no podía permitir.
—¿Qué te pareció eso eh?, niñito mimado —pensó el castaño, dándole una sonrisa de victoria. Se paró firme detrás de su ama, sin apartarle la mirada al rubio.
—Sí... definitivamente voy a hacer que lo corran de aquí —pensó Ethan—, ¿Te crees muy genial, no?, Patán maleducado, ya veremos quién sonríe al final.
Continuará...
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