CAPÍTULO 17: GRACIAS

Disfrútenlo muchas gracias!!.

Todos los gnomos quedaron boquiabiertos al ver cómo su líder, el gnomo más jóven de todos, Jeff, había sido lanzado cuál pelota de tenis por Dipper Pines, mismo muchacho que intentaron detener "atacando lo" como mejor podía. Incluso Pacífica quedó sorprendida ante la actitud del castaño.

Dipper dió un fuerte pisotón en el suelo, llamando la atención de todos los gnomos, quiénes temblaron inmediatamente al verlo muy enojado.

—¡Dije largo! —él señaló el bosque, lugar dónde supuestamente ellos jamás deberían salir—, ¡Largo!.

Los gnomos salieron corriendo, algunos en dos patas y los demás a cuatro patas como si fueran animales. Más vale era decir aquí corrió que aquí murió. No obstante, un gnomo intentó hacerse el héroe, mejor dicho, quiso atacar a Dipper arrojándose a su cara, pero Pacífica logró agarrarlo de la barba antes de que pueda hacerle daño a su sirviente.

—¡Escúchame bien pequeño mugroso, si ustedes me vuelven a molestar les meteré una demanda tan colosal que preferirían estar muertos! ¡¿Me oíste?!, ¡Dile a tus amigos que no se vuelvan a acercar a mi casa o yo misma les daré una paliza!.

Pacífica arrugó al gnomo como si una bola de papel se tratase. Lo soltó y le propinó una fuerte patada en el trasero y lo mandó a volar, tal cual balón de fútbol. Dipper se sorprendió por la actitud que tuvo Pacífica.

—Wow... qué mujer —comentó. Prontamente el castaño cayó de rodillas al suelo al sentir como su espalda y sus brazos le ardían por los rasguños y los mordiscos que esos gnomos le dieron.

Su ama se acercó a él de inmediato, con la intención de ayudarlo.

—¿Dipper estás bien? —Pacífica se vió preocupada por el castaño, eso no era algo propio de su actitud.

—Sí, no se preocupe, esto no es nada —intentó mostrarse fuerte y valiente—, además ya antes me había enfrentado con esos chiquillos, aunque espero que ninguno de ellos tenga rabia o sino tendrán que ponerme inyecciones, y detesto las inyecciones.

—¿Puedes ponerte de pie? —preguntó ella.

—Eso creo —respondió. Dipper nuevamente se puso de pie, el pecho le dolía producto del golpe que recibió por parte del gnomo gigante que le arrojó el puño hecho de gnomos. Dipper se percató que su traje de sirviente estaba hecho un desastre—, lo lamento mucho señorita Pacífica, el costoso traje de sirviente que usted me dió, está arruinado, creo que...

—Eso no me importa ahora, el que me importa eres tú —dijo ella. Eso provocó el sonrojo del castaño, y posterior a eso, también el sonrojo de ella—. ¡Osea!, Me refiero a que me importa el estado en el que te encuentras, acabaste de pelear con esas pulgas, y quedaste lastimado, el traje... eso, no importa, eso se puede solucionar luego.

—D-De acuerdo —dijo el castaño, mientras se rascaba su mejilla derecha.

—Creo que lo mejor será regresar a mí casa, tal vez esos gnomos no aprendieron la lección y regresen por más —dijo Pacífica—, ¿Puedes caminar solo?, ¿Necesitas ayuda?.

—No se preocupe, puedo caminar solo, me duelen las heridas pero no es nada grave —respondió Dipper—. Es muy extraño que Pacífica se esté comportando así, tan preocupada por mí y me esté tratando bien, tal vez haberla rescatado no fué mala idea después de todo.

Sin más, ambos no tuvieron más remedio que regresar a la mansión Northwest, dentro de poco iba a anochecer y quedarse en ese bosque sería peligroso, sobre todo en la noche.

Al cambiar la escena se podía ver cómo Dipper y Pacífica se encontraban llegando a la mansión Northwest, Pacífica estaba ayudando a Dipper a caminar, puesto que al parecer los rasguños y mordidas que tenía el castaño le impedía caminar bien.

—Y al final tuvo que ayudarme —comentó Dipper.

—Por eso te pregunté si podías caminar solo, ¿Qué tiene de malo que una chica ayude a un chico? —preguntó la jóven rubia, mirándole a los ojos.

—No tiene nada de malo, solo no quería causarle más problemas de los que ya tiene —dijo Dipper, caminando con algo de dificultad.

—No me causas problemas —dijo ella.

Ambos jóvenes llegaron al Portón de la mansión Northwest, el sujeto que vigiliba el portón se percató de la presencia los dos, y al ver cómo estaban se llevó un susto, ya que podía verlos a través de la pequeña camara que estaba instalada a un lado del portón.

—¡¿Señorita Pacífica, jóven Dipper qué les ocurrió?! —el tipo en realidad se escuchaba asustado—. ¿Se encuentran bien?, ¿Llamo a sus padres señorita Pacífica?.

—¡Por supuesto que no! —respondió ella—, Dipper y yo, tuvimos un pequeño incidente, nada grave, abre el portón rápido y ni se te ocurra decirle a mis padres ni una sola palabra de lo que viste, o sino te despido y te pondré de patitas en la calle ¿Me escuchaste? —su voz fué muy seria, sorprendiendo al castaño.

Qué mujer... —pensó Dipper.

—S-Seguro señorita Pacífica, enseguida les abro, pero por favor no me despida, tengo unos hijo que alimentar —suplicó el sujeto.

Poco después del portón se abrió, e inmediatamente Pacífica ingresó junto con su sirviente, ayudándole a caminar.

Ambos cruzaron el jardín principal, por fortuna el jardinero de la familia Northwest, el señor Jason, no se encontraba cerca —Ya que ese jardinero tenía mucha confianza con los padres de Pacífica, y él podía informarles lo que vió— por lo tanto, ambos ingresaron a la mansión sin ningún problema. Cuando ingresaron en el interior de la mansión, Sasha se encontraba limpiando los muy lujosos muebles cuando miró como Dipper y su ama Pacífica habían llegado.

—¡¿Señorita Pacífica está bien?!, ¡¿Qué le ocurrió a Dipper?!.

—Cálmate Sasha, no te asustes —dijo Pacífica—. Dipper está bien, lo que pasa es que... —tuvo que decir una mentira, ya que era muy fantasioso decir que unos pequeños seres llamados gnomos la secuestraron y la querían convertir en su reina, y que luego de eso llegó Dipper y tuvieron un encuentro complicado. Aunque era la verdad, Sasha no era originaria de Gravity falls, por lo tanto, no sabía de todo lo que ocurrió hace algunos años—, salí a... dar un paseo, Dipper me acompañó y, unos tipos intentaron... asaltarnos, Dipper me defendió pero, fué en vano, de todas maneras se llevaron un collar de perlas que llevaba.

—Sí, lo que ella dijo —comentó Dipper.

—¿Salió a dar un paseo? —preguntó Sasha, algo confundida por esa respuesta—, ¿Cuándo y a qué hora salió?, Y lo más importante ¿Salió al pueblo sola con Dipper?, Y si los asaltaron creo que debería ir inmediatamente a la comisaría a poner una denuncia, esto no se puede quedar así.

—No, no es necesario Sasha —dijo el castaño—, estoy bien, no te preocupes por mí, soy un chico muy fuerte jaja, estás heridas no son nada.

Que presumido —pensó Pacífica.

—Además, no creo que sea una buena idea ir a poner una denuncia, si alguien llega a ver qué la señorita Pacífica va a la comisaría... seguramente las personas que la vean comenzarán con los rumores, y no sería bueno que haya rumores por ahí acerca de la familia Northwest, ¿Verdad?.

—Bueno... esta familia tiene una reputación que cuidar, pero aún así yo creo que... —Sasha fué interrumpida.

—Sasha ya no hagas más preguntas, llevaré a Dipper a mí habitación y ni una sola palabra de lo que viste a mis padres, ¿De acuerdo?, Ellos ya tienen suficientes problemas con sus negocios, por favor, guarda silencio, ¿Está bien?.

—Ahm... s-seguro, señorita Pacífica no diré nada.

Ante la afirmación de su sirvienta, Pacífica llevó a Dipper a su habitación, mientras Sasha veía como subían las escaleras, preguntándose por la actitud tan extraña que tuvo su ama para con su persona. Dado que fué una orden directa, Sasha guardó el secreto, además Pacífica le tenía mucha confianza, era su sirvienta más fiel, no sería una buena idea perder esa confianza.

Ambos llegaron a la habitación, cuando ingresaron Pacífica le puso seguro a la puerta, nadie debía entrar ahí.

—¿Usted cree que Sasha guardará el secreto?.

—Claro que lo hará, confío en ella —respondió—, hay que curarte esas heridas, por fortuna tengo algo de alcohol y una banditas guardadas.

—Por favor no se moleste, ya le dije que estoy...

—Dipper por favor, lo mínimo que puedo hacer por tí y curarte, ¿O acaso quieres que te obligue a trabajar así como estás? —ella se cruzó de brazos.

—No, la verdad no —respondió el castaño.

—Entonces siéntate y déjame ayudarte, ¿De acuerdo?.

Dipper obedeció la orden de su ama. Se sentó en uno de los pequeños muebles que estaban cerca de la cama. Pacífica sacó de uno de los cajones algo de alcohol, algodón y unas cuantas banditas. Debía dar gracias que su sirviente no tenía huesos rotos. Se sentó a lado de él, usó un pequeño pedazo de algodón el cual empapó con alcohol, y usando unas pequeñas piensas comenzó a limpiarle las heridas que tenía en el rostro, unos rasguños pequeños.

—¡Ouch!, Eso duele —Dipper alejó su rostro lo más lejos que pudo del algodón y el alcohol.

—Pero si apenas te toqué —dijo ella.

—Pero me dolió.

—¿Y no dijiste que no te dolía?.

—Antes, pero ahora sí —respondió.

—Pues que pena, tendrás que aguantar el dolor.

Dipper cerró sus ojos y aguantó el dolor como todo el chico valiente y fuerte que había dicho que era. No eran muchos rasguños, por lo tanto curar sus heridas no tardó mucho. Pacífica usó algunas banditas en el rostro del castaño. Luego de colocarle la última justo arriba de su ceja izquierda, empezó a decirle unas cuantas palabras.

—Por cierto Dipper... gracias —su tono de voz fué sereno, apacible, realmente ella estaba agradecida con su sirviente.

—¿Gracias?.

—Gracias por rescatarme de esos gnomos odiosos, cuando comenzaste a decirles que yo... te trataba mal, que no te respetaba y no te daba el trato que te merecías, y que te enojaba que insulte a tú familia, por un momento pensé que tú te ibas a vengar de lo que te había hecho y dicho y, les ibas a permitir que me lleven a lo más profundo del bosque, pensé que... ibas a abandonarme, a dejarme a mí suerte, pero no fué así, y por eso, muchas gracias.

—No fué nada, creo que era mi obligación. Aunque en el contrato no decía nada sobre rescate o luchar contra gnomos.

—Creo que tal vez debería incluir ese pequeño detalle en el contrato jeje —ella sonrió un poco—, como sea, gracias Dipper, y si te he tratado mal, te he humillado, lo lamento, discúlpame, te prometo que no volveré a comportarme así contigo, te daré el trato que como mí sirviente... te mereces.

Que Pacífica sé esté disculpando y me esté agradeciendo no tiene precio, nada en este mundo puede compararse con escuchar a esta arrogante chica ser agradecida, Bill ya no quiero que vuelvas a hacer el raromagedón —pensaba Dipper, por dentro tenía la sonrisa más grande que haya hecho en toda su vida.

—¿Entonces me perdonas? —preguntó ella, con unos pequeños brillos en sus ojos.

Dipper sonrió, la miró a los ojos y le dió su respuesta.

—No

—¡¿Qué?! ¡¿Qué qué?! —Pacífica quedó boquiabierta ante la respuesta.

—Jajaja debió ver su cara jajajaja la hubiera usado para un buen meme  —el castaño se reía a carcajadas, ver la reacción de su ama fué muy graciosa. Pacífica se molestó con Dipper, ella disculpándose de verdad y Dipper saliendo con sus tonterías. Se iba a vengar.

—¡Eres un!... —ella empapó un pedazo de algodón y lo colocó en una pequeña herida que Dipper tenía en su brazo. El castaño saltó ya que Pacífica había usado mucho alcohol por lo tanto, el ardor que le provocó fué mucho.

—¡Auch eso duele! —dijo Dipper.

—¡Pues prepárate porque haré que te duela más!.

Prontamente lo que era una escena bonita y memorable de Pacífica disculpándose con su sirviente por haberlo tratado mal todos todos estos días, se convirtió en una... particular y graciosa escena de ella persiguiendo al castaño por toda la habitación mientras sostenía un pedazo de algodón con las pinzas, y Dipper esquivando como podía ese pedazo de algodón con alcohol.

—¡Quédate quieto Dipper!.

—¡Oblígueme!.

—¡Es una orden!.

—¿No dijo que iba a tratarme bien?.

—Y lo haré... ¡Pero después de darte tú merecido!.

—La lógica femenina no tiene sentido jajaja.

Al final de tanto andar correteando por la habitación, Pacífica terminó por atrapar a Dipper y "darle su merecido" por haberse burlado de ella. Después de todo, la relación de estos empezó a mejorar, y pronto iban a empezar a sentir algo por el otro.

···•Arco 1 finalizado•···

Próximo capítulo: (ARCO 2) VISITAS INESPERADAS.




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