CAPÍTULO 13: EL SECUESTRO (PARTE 2)
Disfrútenlo muchas gracias!!
Dipper se dirigió a toda prisa hacia la mansión Northwest, ya era muy tarde y seguramente Pacífica le haría la vida imposible este día —y el resto del verano les puedo asegurar—. El pobre castaño ya podía imaginarse todo lo que su ama sería capaz de decirle, y los castigos que sería capaz de imponerle, desde limpiar los baños, pasando por el sótano, la terraza; tender, destender y volver a tender su cama, arreglar su habitación, etc, etc, etc.
Cuando finalmente llegó a la mansión Northwest, se presentó primeramente ante el sujeto que abría la puerta de la mansión...
—Alto, identifíquese —dijo, a través del aparato de comunicación que estaba instalado a lado del portón.
—Dipper Pines, reportándose —respondió Dipper.
—¿Dipper?, Pensé que ya no iba a venir a trabajar jóven Pines, su hora de entrada fué hace más de dos horas —comentó—, pero bueno no lo detengo más, adelante... —acto seguido, abrió el portón dándole paso al castaño, no sin antes, desearle la mejor de todas las suertes, ya que Pacífica seguramente estaría furiosa, tanto que la ira de un volcán se quedaría corto ante la ira de dicha jóven.
Dipper tragó saliva ante las palabras del tipo, respiró profundo e ingresó.
Caminó rápidamente por el jardín delantero de la mansión, el jardinero de la familia estaba podando los arbustos que yacían a un lado del camino principal del jardín dándoles la forma del apellido de la familia "Northwest" seguido de la palabra "Family".
Él jardinero terminó de darle los últimos "retoques" a uno de los arbustos del jardín, más específicamente a la letra F, cuando vió a Dipper caminar a toda prisa dirigiéndose a la mansión.
—Dipper, buenos días —saludó el jardinero, un tipo de pelo negro y largo, sujeto con una cinta, algo de barba y de un físico que si bien, no era el de un físico culturista, se acercaba bastante, ya que mantener ese jardín impecable (y como los Northwest querían) no era un trabajo tan sencillo como aparenta serlo.
—Buenos días señor Jason —saludó Dipper.
—Pensé que la señorita Pacífica te había despedido muchacho, como siempre llegas temprano a esta mansión y no te había visto pensé que te habían despedido, ¿Se te quedaron pegadas las sábanas, muchacho? —preguntó el hombre, seguido de una pequeña risa.
—Jeje... algo así, nos vemos luego, debo irme a presentar frente a la señorita Pacífica —acto seguido, Dipper continúo su camino sin detenerse en lo más mínimo.
—Mucha suerte muchacho, la necesitarás jeje —secándose el sudor de su frente, el jardinero volvió a seguir podando los arbustos, ahora tenía que darle forma que digan cosas como "la familia Northwest era la mejor", y también el símbolo del dólar $, etc.
Dipper ingresó finalmente en dicha mansión, la cual era increíble ver como en menos de tres años construyeron un lugar tan lujoso como ese.
Al estar dentro de la nueva mansión Northwest —puesto que la anterior la compró el "loco" del pueblo— logró un sonido de un piano, una dulce melodía, Pacífica nuevamente estaba en sus clases. Dicha Melodía hizo pensar a nuestro castaño que, tal vez, y solo tal vez, Pacífica no estaba tan molesta en esos momentos. Cuando llegó a la sala, efectivamente su ama estaba tocando el piano, terminando de tocar esa melodía y cambiando la partitura para entonar una nueva...
Cuando terminó, el profesor la felicitó por su avance, por los sentimientos que sabía transmitir con cada tecla que sus manos tocaban. Él profesor recogió sus cosas, guardó las partituras, se despidió de su prodigiosa alumna y se marchó, no sin antes darle un saludo–despedida al castaño, quién esperaba las órdenes de su jefa. Dipper se paró firme, y caminó hacia dónde estaba su ama.
—Buenos días señorita Pacífica —saludó Dipper a su ama. Pacífica al verlo ahí de pie frente a ella, empezó...
—¡¿SE PUEDE SABER POR QUÉ RAYOS LLEGASTE TAN TARDE?! —gritó. Finalmente descargó su ira en nuestro inocente Dipper, quién no tenía la culpa.
—S-Señorita Pacífica... —Dipper fué callado por las palabras de su ama, más bien sus gritos.
—ESTUVE ESPERÁNDOTE HACE MÁS DE DOS HORAS DIPPER, QUERÍA QUE LIMPIES ESTE PIANO ANTES DE MIS CLASES PERO NO LLEGASTE, YO MISMA TUVE QUE LIMPIARLO PARA QUE SE VEA PRESENTABLE ANTE PROFESOR —volvió a levantar fuertemente su voz.
—Señorita Pacífica, yo...
—¿POR QUÉ LLEGASTE TARDE? —volvió a levantar la voz—, ¡¿Acaso no leíste el contrato?!, Por cada hora que llegues tarde se te aumentarán más horas extras ese mismo día, o el último día del verano —dijo—, ¿Acaso no sabes que a una dama no se la deja esperando?, Ya deberías saber estas cosas, por algo eres el sirviente de Pacífica Northwest, yo no puedo estar detrás tuyo toda la vida, creo que eres lo suficientemente inteligente como para memorizar mis palabras, ¿Verdad?. ¡NO TE COMPORTES COMO UN IDIOTA O UN INÚTIL!, ¿O acaso ser un idiota ya es de familia?, Conociendo a tú hermana y a tú tío no me extrañaría eso...
—¡Un momento señorita Pacífica, yo no tengo por qué soportar sus insultos y tonterías! —Dipper ya empezó a enojarse con la jóven que estaba enfrente suyo—, si llegué tarde fué porque estaba cansado por haberla acompañado y por haber cargado sus cosas, no me culpe, ¡Y dejé de meterse con mi familia! ¿Me entendió?, ¡Mi familia no tiene nada que ver aquí! —Dipper le levantó la voz a su ama.
—¡A mí no me levantas la voz! —dijo ella—, ¿Se te olvidó que soy tú dueña?.
—¿Sabe qué?... ¡Usted no es mi dueña!, usted no es más que una grandísima...
—¡¿SOY QUÉ?! ¡DILO!... ¡DILO! —las cosas empezaron a ponerse feas entre ambos, incluso los gritos llamaron la atención de Sasha quién, como alma que lleva el diablo, bajó rápidamente las escaleras de la mansión para averiguar qué estaba pasando.
Llegó a la sala y vió como los dos jóvenes estaban enojados el uno con el otro, echando fuego por sus ojos, miradas asesinas que darían miedo hasta el más valiente.
—¿Señorita Pacífica está todo bien? —preguntó Sasha—, ¿Por qué los gritos?.
—Sí Sasha, todo está bien, no pasa nada malo —dijo Pacífica, mirando fijamente a Dipper a los ojos, ambos jóvenes se miraban intimidantemente—, Dipper solo vino... algo cansado, pero ya se retira inmediatamente a limpiar la piscina, hay una cuantas hojas que deben ser recogidas, o mejor dicho... tendrá que drenar completamente el agua y limpiarla exhaustivamente, sí, Dipper hará eso sin quejarse, ¿Bueno?.
Dipper suspiró, y sin decir absolutamente nada se retiró de la presencia de la jóven rubia millonaria a limpiar dicha piscina. Cuando se retiró Dipper, Sasha se acercó a Pacífica para tratar de averiguar qué había ocurrido...
—¿Señorita Pacífica ocurrió algo con Dipper?.
—No Sasha, Dipper solo llegó cansado por el viaje de ayer a Portland, y por eso llegó tarde, pero no pasó nada de lo que debas preocuparte, ¿Ya limpiaste la biblioteca de mi madre? —preguntó Pacífica.
—Aún no, me dirigía hacia allá cuando escuché los gritos, pero ya me dirijo inmediatamente a limpiarla, con su permiso... me retiro —ella se inclinó un poco, bajó también su rostro lo suficiente como para no verle el rostro a su ama, y se retiró.
Pacífica se quedó sola en la sala de la mansión, mientras sus sirvientes se fueron a hacer sus respectivas tareas, Sasha a limpiar la biblioteca de Priscila Northwest, y Dipper a drenaje y a limpiar la piscina de la familia. Pacífica se calmó, y se retiró a su habitación pensando en que si esos gritos hubieran ocurrido en algún lugar público, la reputación de la familia Northwest se hubiera ido al caño nuevamente.
Horas más tarde...
Dipper vació completamente la piscina de la mansión Northwest, toda el agua fué drenada tal y como Pacífica lo había ordenado. Se puede ver cómo Dipper bajo un sol abrasador la limpiaba con un trapeador —o como lo conozcas— en tanto que se cuestionaba el porqué debía seguir soportando las estupideces de Pacífica...
—Ella no tiene ningún derecho a tratarme de idiota o de inútil, ni tampoco tiene porqué meterse con mi familia, y mucho menos decirle idiota a Mabel, ¡Hum!, Si no fuera por esa estúpida demanda ya hubiera renunciado hace tiempo, ¿Ella cree que es la única que puede demandar?, Yo también puedo demandarla por maltrato laboral, el problema está en que sería difícil encontrar un abogado con las bolas bien grandes para enfrentarse al ejército de abogados que seguramente tiene esta familia de mentiroso y embusteros —comentaba Dipper para sí mismo, el problema está en que Dipper no tenía cuidado con lo que decía, y cualquiera podría escucharlo, y así fué...
—Sí, los señores Northwest cuentan con muy buenos abogados, y dan miedo solo de verlos —comentó una voz femenina. Era Sasha, Dipper soltó el trapeador por haberla escuchado repentinamente, llevándose un buen susto.
—Sasha... no sentí cuando llegaste —comentó Dipper—, me diste un gran susto, creí que era...
—¿La señorita Pacífica?, No te preocupes, ella está en su habitación, desde la mañana está ahí encerrada y no ha querido salir para nada, ni siquiera para venir y ver cómo vas con el trabajo —dijo Sasha, mirando a Dipper que aún seguía dentro de la piscina vacía—. ¿Se puede saber por qué se gritaron?.
—Por... tonterías —respondió.
—¿Tonterías?, Con lo que se dijeron era más que suficiente para que la señorita Pacífica te echara a patadas de esta mansión y tal vez meterte una demanda por maltrato verbal o algo así.
—Sí, ella a todo le quiere meter una demanda, sino le mete una demanda a su trasero es porque lo necesita —comentó Dipper.
—Jajaja oye, no digas esas cosas, si te llegan a escuchar serían capaces de meterte en la cárcel jaja —dichas palabras causaron la risa de la jóven castaña.
—Jeje sí, serían capaces de hacer eso —dijo Dipper—, en fin, creo que tal vez debo ir a "disculparme" con la señorita Pacífica por haberle levantado la voz, antes de que se invente cualquier tontería y me haga la vida imposible el resto del verano.
—Creo que eso sería lo más conveniente. ¿Pero dime por qué los gritos? La señorita Pacífica me dijo que estabas cansado por lo del viaje de ayer, ¿Eso es cierto?.
—Sí, llegué tarde porque me quedé dormido y también porque me quedé compartiendo un momento de calidad con mi hermana anoche, casi no hablo con ella desde que empecé a trabajar aquí, pero por haber llegado tarde no le da el derecho de tratarme como un idiota y mucho menos de insultar a mi familia, ¿No te parece?.
—Bueno nadie tiene el derecho de insultar y/o humillar a nadie, pero hay algo que se llama ética, Dipper. Si la señorita Pacífica... con todo respeto hacia su persona, se comportó de una manera inadecuada y altanera, tú debiste guardar silencio, no decir nada, recuerda que se necesitan dos idiotas para pelear, tú debiste ser más inteligente y pedir perdón, ella solita se hubiera calmado y no pasaba nada más.
—Pero es que, no me gusta para nada que insulten a mí familia, o que insulten a mí hermana —dijo Dipper, molesto con Pacífica al recordar las palabras que dijo.
—Lo entiendo Dipper, pero recuerda lo que dije, se necesitan dos idiotas para pelear, debes cuidar tú imagen y nunca te olvides de la ética, ya que un sirviente debe verse y comportarse de manera impecable. En algún momento la señorita puede llevarte a algún lugar con otras personas de su misma clase, ¿Qué crees que pasaría si se hiciera una escena como la de esta mañana pero en alguno de esos lugares?. La reputación de esta familia se vería manchada.
—Por favor, la reputación de los Northwest me importa un carajo, no me importa para nada lo que suceda con esta familia o con esa... tonta de Pacífica, la reputación de los Northwest está manchada desde hace años, si sigo aquí es para evitar esa absurda demanda —pensó Dipper.
—Así que lo mejor será que vayas a disculparte con la señorita Pacífica, le prometas que no volverás a llegar tarde y mucho menos levantarle la voz, ¿De acuerdo?.
—¿Tras que me insulta debo pedirle disculpas? —pensó—, de acuerdo, iré en cuando termine de limpiar esta piscina.
—Es lo mejor —Sasha sonrió dulcemente, lo que provocó un ligero sonrojo en las mejillas del castaño, ya que ella se veía muy linda.
—P-Por cierto Sasha... ahm, ¿C-Cuándo tienes libre?.
—¿Libre?, ¿Te refieres a un día libre?.
—Sí —respondió Dipper.
—¿Para qué? —preguntó Sasha, seguido de una risa un tanto burlona, ya que sabía perfectamente las intenciones del castaño.
—Ehm... digo no sé, para saber sí te gustaría ir a la cafetería del pueblo o al lago, escuché por ahí que han hecho unos panqueques muy buenos y que el lago en el verano es espectacular, por eso quería saber cuándo tenías libre.
—Jajaja... ¿Acaso me estás invitando a una cita, Dipper? —preguntó Sasha.
—¡¿Qué?! —Dipper se sonrojó notoriamente—. N-No, no pienses eso, solo preguntaba sí te gustaría salir uno de estos días, en buen plan, para divertirnos, ¿Qué dices?.
—¿Y por qué me quieres invitar a salir? —preguntó, mirando a Dipper de una forma que enamoraría a cualquiera—. Quieres tener una cita porque lo veo.
—Porque, bueno, seremos compañeros todo este verano y creo que sería una buena idea conocernos mejor ¿No lo crees?.
—Jeje, bueno no es una cita entonces, ¿he? Jaja, está bien, no sé cuándo me darán un día libre, pero cuando me lo notifiquen te lo diré, ¿De acuerdo?, Aunque no creo que la señorita Pacífica también te dé el mismo día libre que a mí.
—Pero en caso de que así sea, te invito a salir por ahí al pueblo o al lago, o a dónde sea, ¿Sí?.
—claro, bueno yo me retiro Dipper, debo ir a limpiar las cortinas o a ver si el señor Luc no se ha quedado dormido por ahí en alguna parte del jardín, nos vemos luego.
Sasha se despidió del castaño y se retiró hacia el interior de la mansión, en tanto que Dipper volvía a lo suyo, a seguir limpiando la piscina, con una sutil sonrisa por lo que le había dicho a la castaña.
—Salir con Sasha... Jeje, hum, eso será interesante —pensó Dipper, volviendo a recordar la dulce sonrisa de aquella chica.
CONTINUARÁ...
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