CAPÍTULO 1: EL REGRESO
Disfrútenlo muchas gracias!!.
El bus finalmente se había detenido tras varias largas y agotadoras horas, desde la estación en California, hasta la estación en ese pueblo transcurrieron aproximadamente cinco horas.
—Señores pasajeros, hemos llegado a Gravity falls, por favor no olviden revisar bien su equipaje y bajen con cuidado, no queremos que ustedes sufran algún tipo de accidente —dijo el conductor del autobús. Desde hace meses atrás todos los choferes de esa línea de buses, eran obligados a decir aquellas palabras cuando llegaban a las diferentes estaciones, luego de un pequeño inconveniente que tuvieron con unos ancianos, unos adolescentes, y con un cura, váyase a saber usted por qué un cura.
La gran emoción de haber regresado a ese extraño pueblo, se vió reflejado en el rostro de ella cuando escuchó al chófer decir que habían llegado a Gravity falls. Movió a su hermano y le dijo suavemente al oído para despertarlo de su profundo sueño...
—¡¡DIPPER YA LLEGAMOS, DESPIERTA!!.
El tímpano del pobre castaño casi estalla con el "suave" grito de su hermana gemela.
Dipper se despertó de su profundo sueño, con el corazón latiendo fuertemente, y su respiración acelerada.
—¿Rayos Mabel no podías despertarme como una persona normal? —preguntó el jóven castaño, un chico de ahora dieciséis años de edad.
Dipper era alguien totalmente diferente, ya no era ese pequeño niño de doce años inseguro de sí mismo e introvertido, que logró salvar al mundo junto a su hermana y dos tíos, pero que claro, el mismo mundo o mejor dicho, el mismo universo que salvó de un loco genocida interdimensional, jamás se enteró de las acciones de este pobre chico, y nunca se lo recompensaron como se lo merecía, los héroes no tienen el mérito que merecen.
Mabel sonrió alegre, a pesar de tener dieciséis años al igual que su hermano, no había dejado de ser la misma chica de siempre, divertida, amable, alocada, un tanto inmadura, entrometida en cosas que no le conciernen, y que siempre llevaba suéteres llamativos, etc.
—No jamás, Dipper, no jamás... vamos, no quiero que el tío Stan empiece a estafar turistas sin habernos recibido primero —respondió con una amplia sonrisa, misma que dejaba ver qué ya le habían retirado los frenillos.
Mabel agarró su maleta, por desgracia su fiel compañero pato, ese cerdito que ganó en un concurso —y que a día de hoy me sigo preguntando por qué carajos llamar pato a un animal totalmente diferente como lo es un cerdo, es como llamar perro a un simple conejo — no la pudo acompañar, puesto que el autobús no permitía subir con mascotas u otra clase de animales, por lo tanto, pato se quedó en California junto a los padres de Dipper y Mabel.
Ambos hermano bajaron del autobús con el resto de los demás pasajeros, cada quién con sus respectivas maletas.
Nadie los había ido a recibir en la parada del autobús, porque ellos tampoco les avisaron de su visita, mejor dicho, no les contaron a nadie de que iban a pasar ese verano de nuevo en dicho pueblo, era una sorpresa.
Dipper respiró profundamente, nada se podía comparar con el aire fresco que los bosques y campos que rodeaban al pueblo de Gravity falls emanaban siempre, las veinticuatro horas.
—Cielos, como extrañé esto —comentó el castaño, sentía nostalgia, ese pueblo que en un principio detestó, lo extrañó muchísimo luego de su partida, y luego de haber vivido grandes aventuras.
—Vamos Dipper, ya quiero ir a la cabaña —dijo Mabel, empezando a dirigirse hacia la cabaña del misterio.
—Como gustes, pero primero debemos pasar por el pueblo antes de ir a la cabaña —dijo Dipper.
—¿Cruzar todo el pueblo?, Mejor tomemos un atajo y vayamos por el bosque, esa es una idea muy inteligente y responsable —comentó la jóven castaña quién no quería atravesar todo el pueblo para llegar a su destino.
Dipper observó a su hermana unos instantes, y después miró el bosque que Mabel quería tomar como un atajo para llegar más rápido a la cabaña, y pensó que no era una buena idea, quién sabe que criaturas nuevas y extrañas estarían rondando por esos alrededores, y sin el diario, Dipper no sabía exactamente con que se toparía.
—Sí ahmm, no, creo que no, mejor utilicemos la ruta más segura —dijo Dipper y sin más, ambos hermanos empezaron a recorrer todo el pueblo de Gravity falls.
Ese pueblo al que no habían visitado en tres años, no había cambiado en lo absoluto, ningún lugar nuevo o novedoso al cuál visitar, eran solamente las mismas casas, y los mismos negocios, el pueblo no había crecido en lo más mínimo, incluso todavía tenían al mismo alcalde, el alcalde Tayler.
Mientras estos dos hermanos seguían avanzando por el pueblo, alcanzaron a divisar como un personaje conocido por ambos, estaba realizando un baile, de esos que se ven en cines clásicos con personas de sombrero y bastón.
—Ho sí... tuve éxito como el temerario T, así que prepárate Hollywood, que Toby va a conquistarte —decía Toby, mirándose en un espejo de cuerpo completo, dentro de un pequeño taller que enseñaba danza y bailes clásicos.
—¡Ese sueño nunca se cumplirá! ¡Ya olvídalo de una vez Toby es absurdo! —gritó Mabel, con el objetivo de que este individuo se olvide un sueño que, para ser sincero, era algo prácticamente imposible que se cumpla.
—Nunca me apoyan... —dijo Toby, totalmente decaído.
Una vez habiendo dicho eso, y también de haber recorrido todo el pueblo de Gravity falls, los gemelos Pines finalmente se dirigieron por el camino seguro hacia la cabaña donde seguramente su tío estaría estafando nuevamente a turistas ingenuos que no tenían nada mejor que hacer salvo gastar tontamente su dinero.
Mientras estos dos avanzaban, Dipper logró divisar como en cierta parte del bosque había una casa bastante lujosa, lo que le extrañó un poco puesto que, nadie en el pueblo contaba con el suficiente dinero para comprar semejante casa lujosa, al menos nadie que él conozca, el señor Mcgucket no tenía la necesidad de comprar otra casa, ya que había comprado la mansión de los noroeste con el dinero que recaudó de sus inventos vendidos Dicha cabaña se veía de la siguiente manera, bastante lujosa.
En fin, aunque a Dipper le extrañó eso, no le prestó mucha atención.
Tras haber caminado casi diez minutos, finalmente ambos hermanos habían llegado a la cabaña del misterio, lugar dónde un bus turístico se había estacionado, y seguramente el viejo Stan estaba estafando a todo mundo con sus atracciones falsas e historias inventadas.
Una vez estando dentro, a los dos se les ocurrió hacerse pasar también por turistas, mezclándose entre la multitud, para ver cómo su tío aún no había perdido sus habilidades de estafador profesional. Dentro de la cabaña del misterio, el tío Stan era seguido por los turistas que tomaban fotos de las supuestas "atracciones reales" que el lugar tenía.
—Y como pueden ver, esta cabaña tiene atracciones fascinantes, todas y cada una de las cosas que ven han sido traídas desde lugares lejanos como... este... este... este perro de aquí —dijo Stan, quién retiró una pequeña manta y dejó ver a un supuesto perro disecado que tenía pegada (obviamente con pegamento) la cola de un mono, criatura que llamó "el perro enmonado".
Todos los turistas (excepto los gemelos Pines) se sorprendieron, y empezaron a tomar fotos de la supuesta aberración que el estafador les presentó, mientras Stan se reía por dentro de la ingenuidad de los turistas, misma ingenuidad que el aprovechaba para ganar dinero.
—Ho es una criatura fascinante, y se nota claramente que es real —dijo un turista, tomando varias fotos de la criatura.
—Muchas gracias por traerme, papá, siempre quise visitar este lugar —comentó alegremente un pequeño niño, quién fué a visitar la cabaña del misterio en compañía de su padre.
—De nada hijo, tu padre siempre te complacerá en todo lo que pidas... y tengo mucho dinero para probarte lo —el sujeto sacó su billetera repleta de dinero, lo que provocó que las pupilas de Stan tomen forma del signo del dólar y el sonido de una caja registradora, de las grandes, suene dentro de su mente, era una gran oportunidad para el anciano estafador.
Stan no iba a desaprovechar esa oportunidad, por lo que les presentó otra atracción más, la foto real de un supuesto gato siendo devorado por un ratón muy grande, y tomar fotos costaba cincuenta dólares.
Contra todo pronóstico, las personas pagaron la cantidad estipulada, la estafa del viejo Stan realmente funcionaba.
Así el viejo estafador logró robarle a los turistas mucho dinero, presentando atracciones "reales" que las personas pagaban cantidad ridículas de dinero para tomar fotos.
Mientras tanto, aunque no era lo correcto, Dipper y Mabel se aguantaban las ganas de echarse a reír por todas las tonterías que su tío abuelo hacía.
El recorrido terminó luego de casi media hora de estar viendo cosas falsas, criaturas "misteriosas" y fotos que, más que parecer un misterio, parecían fotos de monstruos sacados de alguna película barata de ciencia ficción. Una vez que Stan terminó la estafa... perdón, el recorrido, los turistas empezaron a retirarse, satisfechos por lo que habían visto y contentos porque gastaron su dinero correctamente, según ellos.
Tras quedarse supuestamente solo, Stan estaba muy alegre, contando todo el dinero que había adquirido "legalmente" presentando sus atracciones, sin darse cuenta de la presencia de dos chicos castaños.
—Jeje... montón de idiotas —comentó con voz suave el viejo Stan, contando y oliendo el dinero que había reunido, exactamente 500 dólares—. Cielos... me encanta el olor a dinero fresco, es mucho mejor oler esto que oler la pestilencia del baño jeje.
—Vaya, no has cambiado en nada, sigues siendo el mismo estafador de siempre —dijo Mabel, cruzándose de brazos detrás de su tío abuelo, quién no se percató de la presencia de los gemelos.
—¿He? ¿Quién dijo eso? —preguntó Stan. Se volteó y vió a los dos castaños que estaban mirándolo fijamente—. ¡¿Jóvenes agentes del gobierno?!, ¡Me encontraron de nuevo!... —Stan sacó una pequeña pelota que, en teoría, al chocar contra el suelo, saldría humo, lo suficiente como para "desaparecer"; sin embargo, dicho humo nunca salió—, ho rayos, esto nunca funciona, siempre resulta ser una estafa.
—El estafador resultó estafado, vaya ironía... —comentó graciosamente Dipper.
—¿Tío Stan, no nos reconoces? —preguntó Mabel—, somos nosotros.
—¿Ya te estás quedando ciego? —preguntó Dipper.
—Espera un minuto... —Stan entrecerró los ojos, miró a los jóvenes de arriba a abajo, inspeccionando todo porque esas voces le resultaron muy familiar—, pelo castaño, miradas raras, caras bobas, suéter... extrañamente llamativo, ¿Dipper, Mabel son ustedes?.
—Ding Ding Ding, tenemos un ganador —dijo Dipper, quién procedió a abrazar a su tío abuelo junto con su hermana de manera muy cariñosa, en tanto que Stan estaba sorprendido por lo que había visto.
—Chicos... pero cómo, ¿Cuando?, ¿Dónde?... ¿Cuándo llegaron? —preguntó Stan, quién al ser abrazado por sus sobrinos no pudo evitar dibujar una sonrisa en su rostro.
—Jaja hace solo unos minutos, nos mezclamos entre los turistas para ver si aún tenías tus habilidades de estafador profesional —respondió Mabel con una amplia sonrisa.
—Buen truco chica, no los reconocí jaja, pero enserio... no los reconocí, están muy cambiados, Mabel eres toda una señorita, te has vuelto una chica muy linda en estos tres años.
—Gracias tío Stan —dijo Mabel.
—Y tú Dipper has crecido, y vaya que has crecido hijo, ya no te ves tan ridículo como antes, creo que ahora sí puedo mostrarte algo más de respeto —comentó el anciano.
—¿De verdad? —preguntó Dipper, ansioso porque su tío abuelo le muestre más respeto—. ¿Enserio me vas a respetar y darme el trato que me merezco?.
—Por supuesto que... no, era broma jajajaja —Stan se rió por como su sobrino había caído tan fácilmente en lo que era claramente una broma. Dipper rodó los ojos y procedió a suspirar—. Oigan pero ya enserio, ¿Por qué no avisaron que iban a venir de visita?, No tengo nada preparado, ni siquiera comida, les hubiera tenido una fiesta de bienvenida lista para los dos si hubieran dado aviso.
—¿De verdad nos ibas a organizar una fiesta, tío? —preguntó muy contenta la jóven castaña.
—Pero claro que no, era broma jajajaja... también caiste Mabel, jaja este verano será muy divertido... ¿Van a quedarse o solo es una visita temporal?.
—Claro que nos vamos a quedar tío Stan, venimos a pasar el verano aquí de nuevo, ¿No te pone eso felíz? —preguntó Mabel con ojos sumamente tiernos.
—Ho seguro, seguro jeje... —dijo el anciano. Stan se volteó, sacó rápidamente su celular, marcó un número y empezó a llamar, a los pocos segundos, una voz femenina contestó diciendo su nombre con cierto tono seductor—, Janeth, Margareth, se cancela, se cancela, se cancela, se cancela, se cancela ¡Salgan de mi habitación ahora!.
Stan colgó, guardó su celular lo más rápido que pudo y a los pocos segundos, el sonido de una ventana de cristal rompiéndose llamó la atención de los gemelos Pines.
—¿Acaso eso fué una ventana rompiéndose? —preguntó Dipper.
—¿Qué?, ¿Cuál ventana?, Yo no escuché nada, no es como que si hubiese tenido mujeres esperándome en mi habitación jeje —dijo Stan, tanto Dipper como Mabel entrecerraron sus ojos mirando directamente a su tío abuelo—. Ok chicos, me gustaría atenderlos y darles la bienvenida que se merecen, pero ahora estoy muy ocupado, debo guardar este dinero y registrarlo, estos quinientos dólares son toda una ganancia, vayan a instalarse, ya conocen su habitación.
—¿Tío Stan y dónde está el tío Ford? —preguntó Dipper.
—En el mismo lugar de siempre, he tratado de convencerlo para que me ayude con la cabaña, pero siempre me responde que mis atracciones son una tontería y que tarde o temprano, tendría problemas... jaja, llevo más de treinta años estafando a la gente y nunca me han atrapado.
—Bueno nunca digas nunca, tío, en fin, vamos Dipper, vamos a nuestra habitación... —Mabel terminó por llevarse a su hermano gemelo para poder instalarse en la habitación en dónde antes habían pasado el verano, mientras que Stan seguía contando su dinero, muy felíz de haber reunido una gran cantidad.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top