Capítulo 39

No se sentía bien en cierta manera, el vacío seguía allí, ¿Acaso esa era la única solución viable? ¿Expulsar a todas las personas que no estuvieran de acuerdo con nuestros ideales? No estaba seguro si lo que pensaba era lo correcto porque estuvo toda su vida encerrado en una fábrica, pero tampoco sentía que lo fuera.

Era un extraño presentimiento que no lo dejaba sentirse completamente feliz, saber que todas estas personas se fueron de sus hogares tan solo por el odio que sentían hacia él, no estaba bien. Después observaba a Jimin y se preguntaba cómo pudieron hacerle aquello, ¿Cómo pudieron hacerle esto a su raza?

Se preguntaba si no estaba siendo un soñador al pensar que habría otra solución que no fuera el exilio.

─ ¿Hoseok? ─ Su Alfa lo llamaba con preocupación, porque podía sentir su inseguridad a través del nuevo vínculo que los unía.

Suspiró.

─ Todo está mal. ─ Le dijo la vaquita.

─ ¿Qué quieres decir?─ Le preguntó Jungkook sintiéndose un poco confundido. Sabía que Hoseok se sentiría mal por Jimin a pesar de que el Omega no haya sido un ángel con él, pero ¿decir que todo estaba mal? Era algo muy distinto.

Hoseok parecía batallar en encontrar las palabras correctas para poder explicarle, quería decirle que no se sentía bien.

─ ¿Chicos? ─ Seokjin se asomó por la puerta, afortunadamente habían logrado trasladar a Jimin a un hospital. ─ Despertó. ─ Les dijo limpiando las lágrimas con las mangas de su camisa.

Ellos sonrieron y aceptaron la invitación de Seokjin para poder entrar a la habitación del hospital. El Omega los miró con un rostro bastante arrepentido.

─ Hoseok... ─ Dijo con voz un poco quebradiza y no era necesario que dijera más para que la vaquita entendiera su triste mirada.

─ No tienes que volver. ─ Le dijo la vaquita, pues ese había sido su consuelo en todo ese tiempo. ─ No tienes que volver a la fábrica.

─ Ellos dijeron que vendrían por mí. ─ Les dijo Jimin, volviendo a llorar a pesar de sentirse débil. ─ Mi papá... ese monstruo dijo que volvería y que yo debía tenerle una vaquita, quieren venir por las vaquitas que quedaron.

─ Le diremos al líder. ─ Le dijo Seokjin. ─ Vamos a hablar con él.

─ ¿Él querrá hablar conmigo? ─Preguntó el Omega en la camilla. ─ ¿Después de todo lo que mi familia ha hecho?

─ Él lo hará. ─ Aseguró Seokjin. ─ Estoy seguro que querrá saber otras cosas.

─ No recuerdo mucho, aún me siento confundido. ─ Confesó Jimin.

Se mantuvieron unos minutos en silencio mientras cada uno se sumergía en sus propios pensamientos. Jimin pronto volvió a quedarse dormido y entonces se despidieron de Seokjin para que éste pudiera descansar también.

El día en el que todo debía volver a la normalidad se convirtió simplemente en otro día más de locura. Los menores caminaron a la salida y allí el profesor Namjoon los esperaba. Su rostro los recibía con comprensión, no necesitaban explicar exactamente cómo se sentían. Al acercarse, Hoseok se lanzó entre sus brazos, sorprendiendo al mayor, pero no tardó en devolver el abrazo.

─ ¿Estás bien? ─ Le preguntó Namjoon.

─ No lo sé. ─ Confesó la vaquita. ─ ¿Es normal no saber?

─ Es normal. ─ Afirmó Namjoon, éste levantó la mirada a Jungkook y supo que tenía las manos llenas con ambos chicos.

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Jungkook se encontraba sentado en la mesa de la cocina mientras Hoseok descansaba en el cuarto, no estaba seguro de por qué no había podido dormir, pero pensaba que tenía que ver también con la aparición de Jimin. En el pasado habría dicho que no le importaba, que no le afectaba. Pero, ahora se daba cuenta que eso fue simplemente una máscara de negligencia para evitar ser herido.

Se había ocultado tras toneladas de indiferencia para protegerse, siempre lo hizo. Pensó que así podría evitar sentir dolor, podría evitar sentir su propia soledad. Si decía que no le importaba, entonces se libraba de toda carga. Pero él sabía lo que se sentía ver a alguien esa posición, recordaba a Hoseok en sus primeros días, lo débil que estaba. Y, aún en el momento, él temía de que las cosas salieran mal y el Omega muriera.

A pesar de sentir que Hoseok estaba más feliz, aún así no era tan fácil liberarse de ese temor.

Por eso no podía decir que no le importaba lo que Jimin estaba pasando, porque lo entendía. Sentía que lo entendía en un nivel tan profundo que finalmente dolía.

─ Oh, Jungkook. ─ El Alfa levantó la mirada y notó al profesor entrar a la cocina con una pequeña sonrisa en el rostro. ─ ¿No lograste dormir?

─ Aún no tengo sueño. ─ Confesó el Alfa.

Namjoon se apresuró a tomar un vaso y llenarlo con agua, luego caminó a la mesa y se sentó a un lado del Alfa.

─ ¿Quieres contarme por qué?

El menor suspiró.

─ ¿De verdad quiere saber? ─ Preguntó con un poco de desconfianza.

─ Si no quisiera, no preguntaría. ─ Afirmó el mayor. ─ Pero si te es difícil comenzar, puedo darte un pequeño empujón.

─ Eso sería de gran ayuda. ─ Dijo el Alfa.

─ Jungkook, desde que te conocí, siempre pensé que eras un poco salvaje. ─ Confesó el Omega. ─ Un Alfa enojado, indiferente, testarudo... Pero últimamente he conocido un lado tuyo muy diferente. Me doy cuenta que las personas no tienen una sola cara o tal vez esconden su rostro tras una máscara.

─ Es normal que haya pensado eso, hasta yo lo pensaba.

─ ¿Te sientes diferente ahora?

─ Me siento... muy cansado. ─ Confesó el Alfa. ─ Toda mi vida esperé a que mi madre pudiera darme aunque fuera una pizca de atención. Aunque fuera un poco, al final terminé entendiendo que nunca me amó, no como yo a ella. Ni siquiera sé si me amó aunque fuera un poco. Lo he estado pensando y no recuerdo aunque sea una vez en la que me haya dicho que me amaba.

─ Me hizo sentir mal por tantas cosas que al final decidí que sería mejor ser todo lo que ella esperaba que yo fuera. Ella esperaba que yo fuera una persona mala, un hijo inepto al que le fuera fácil odiar. Ahora lo sé. Pero después de tantos años, me siento cansado de haber fingido ser algo que no quería ser en un principio.

─ ¿Qué querías ser?

─ Quería ser el consentido de mi madre. ─ Confesó el Alfa dejando algunas lágrimas caer. ─ Quería que ella me amara como todos aman a sus hijos. Pero al final no pudo ser así. Podía notar en los últimos momentos que compartimos juntos lo mucho que le estorbaba darse cuenta que yo no era tan malo como ella esperaba.

─ Podía notar lo extraño que se sentía cuando era bueno con Hoseok, cuando yo no era malo con él como ella creía. Cuando no fué que yo robé la campana sino que Hoseok fue quien me la regaló, ella ni siquiera podía entenderlo. ─ Confesó el Alfa. ─ Para ella siempre fui alguien malo, alguien que tenía que soportar.

─ No conozco mucho tu pasado y no puedo decirte que no ames a tu madre, porque sé que un hijo siempre va a querer a sus padres. Aunque sean malos.

─ Esa es la peor parte. ─ Le dijo Jungkook. ─ De eso es que me siento tan cansado, ¿Por qué no puedo dejarla ir?

─ Tomará tiempo. ─ Le dijo el Omega. ─ A veces hay que dejar ir a las personas que nos hacen daño, para poder notar que a nuestro alrededor hay muchas personas que están dispuestas a darnos lo que no recibimos en el pasado.

─ ¿Es así? ─ Preguntó Jungkook. ─ ¿Puede prometerme que éste vacío no se quedará aquí para siempre?

─ En algún momento se irá. ─ Le dijo Namjoon. ─ En algún momento todo se convertirá en un recuerdo lejano de llanto y risas. Entonces sabrás que por fín ese vacío se ha quedado en el pasado.

─ Gracias, profesor. ─ Le dijo Jungkook. ─ Sé que nos recibió en su casa más por Hoseok que por mí, pero aún así se lo agradezco.

─ No seas tonto. ─ Le dijo Namjoon. ─Tampoco quería dejarte sólo, después de todo yo sé mucho sobre estar sólo también.

Jungkook le mostró una pequeña sonrisa y por fin pudo sentir que su corazón estaba un poco más ligero.

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El líder suspiró mientras bajaba del vehículo y observaba frente a él la entrada del hospital. Sabía que su sobrino estaba allí, su familia estaba ciertamente escandalizada por ello. Pero Taehyung les dijo que dejaran al menor en paz, pues él recordaba a su sobrino pidiéndole ayuda para salvar al Omega que ahora se encontraba internado en ese lugar.

Se apresuró a entrar, Bogum lo seguía de cerca y no tardaron en indicarle a donde se encontraban los menores.

Su segundo al mando tocó la puerta y pronto ésta fue abierta por su sobrino.

─ Líder. ─ Dijo con asombro.

─ Hola, Seokjin. ─ Saludó, éste se quitó del camino y dejó entrar a ambos Alfas.

Jimin se acomodó rápidamente en la camilla, logrando sentarse. Agachó el rostro sintiéndose bastante nervioso de tener al líder frente a él, pero los ojos del Alfa fueron directo al nuevo arete que adornaba cruelmente la oreja del Omega.

─ Me alegra saber que pudiste volver a casa. ─ Le dijo el líder y Jimin levantó el rostro con sus ojos llorosos.

Aún era parte de la manada, aún después de lo que su familia dijo.

─ L-Líder. ─ Fue todo lo que pudo decir antes de empezar a sollozar bajito.

Seokjin tampoco pudo evitar llorar, había llorado mucho, pues de un momento a otro le habían arrebatado a su mejor amigo, y ahora éste por fin se encontraba de regreso.

─ Gracias por venir. ─ Le dijo a su tío.

─ Tenía que venir. ─ Dijo Taehyung suspirando y se giró para ver a Bogum. ─ Tenemos algunas preguntas que queríamos hacerle en persona, para evitar que se pierda información en el camino.

Jimin limpió su rostro con sus manos y asintió al líder.

─ ¿Sabes dónde están ocultos?

El Omega negó con la cabeza.

─ Prefiero contarles todo lo que sucedió y lo que puedo recordar. ─ Les dijo, observando a Seokjin primero.

El líder asintió y Jimin comenzó a contarles todo lo que sabía, desde el principio. Contó que ellos estaban armados, también le dijo que había llevado a las vaquitas a lo que parecía ser una fábrica de leche improvisada y que planeaban ir a otra manada para poder volver a recuperar su estatus. Planeaban llevar a cabo el plan del antiguo líder Kim de esclavizar a las demás razas para resaltar a los lobos.

─ No podemos permitirlo. ─ Dijo Bogum sintiéndose demasiado molesto, suficiente había sido con que su propia manada se desviara por ese mal camino. No deseaba que otras manadas siguieran el mismo camino torcido. ─ Si dejamos esparcir el plan, entonces otras manadas seguirán nuestro mismo camino, se harán racistas.

─ Tiene que haber una forma de encontrarlos. ─ Dijo Taehyung.

─ Lamento no poder ser de más ayuda, líder. ─ Se excusó Jimin.

El mayor le mostró una pequeña sonrisa.

─ Por ahora solamente debes preocuparte por recuperarte. ─ Le respondió y el Omega asintió, volvió a recostarse y logró sentirse más tranquilo.

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