Capítulo 11

Tarde, pero llegué 🥰

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Cuando Jungkook le dijo a Eunwoo que pasaría su celo con él se olvidó de un pequeño detalle. Tenía que cuidar de su linda vaquita, Hoseok. Ambos se encontraban de pie en la acera, algo lejos ya de la casa, pero sin un destino en específico. Jungkook observaba al pelinegro intentando decidir qué hacer, o mejor dicho, intentando encontrar una salida a lo que ya sabía que no podía evitar. Mientras tanto, Hoseok observaba hacia abajo intentando no notar que el contrario lo estaba mirando.

─ Y una mierda... ─ Susurró Jungkook. ─ Eunwoo me va a matar si no lo ayudo como le prometí. ─ Dijo en voz alta.

─ No entiendo. ¿Por qué no vas a ayudarlo? ─ Preguntó Hoseok algo sorprendido.

─ Hay dos opciones. ─ Le dijo el Alfa. ─ O voy contigo al colegio, a cuidar de que no te molesten los salvajes y dejo a Eunwoo solo; o te vas al colegio solo y voy a ayudar a Eunwoo.

Hoseok tragó saliva, una parte de él le decía que ese día no iría muy bien para él.

─ ¿N-No puedo ir contigo? ─ Preguntó la vaquita. ─ Puedo... quiero decir, no tengo que entrar, puedo esperar afuera.

─ ¿Todo el día?

─ De todas formas estoy acostumbrado. ─ Le dijo el pelinegro. ─ Ya estoy acostumbrado a esperar en un solo lugar por mucho tiempo.

Ambos desviaron la mirada cuando entendieron que Hoseok acababa de mencionar algo sobre su estadía en la fábrica.

─ No necesitaba saberlo. ─ Susurró Jungkook.

─ L-Lo siento. ─ El Alfa suspiró.

─ Escucha, no quiero que pases todo el día afuera. ¿Qué tal si... esperamos a que mamá se vaya? Puedo llevarte de regreso a la casa, estarás tranquilo allí, puedes descansar. ─ Le dijo Jungkook. ─ Así yo puedo ir a ayudar a Eunwoo sin preocuparme porque te suceda nada.

─ ¿Preocuparte? ─ Preguntó Hoseok en un susurro que en realidad no estaba destinado a salir de su boca.

El Alfa sintió sus mejillas algo calientes ante aquello.

─ Si... ya sabes, por nuestro trato. ─ Le dijo intentando aclarar la situación.

─ Ya lo sé. ─ Le dijo Hoseok.

─ ¿Aceptas? Es mejor eso a cualquiera de las otras opciones. ─ Insistió Jungkook.

Hoseok asintió y se giró para caminar de regreso a la casa. El Alfa fue tras de él alcanzandolo hasta caminar a su lado.

─ ¿Cuándo volverás? ─ Preguntó Hoseok.

─ No lo sé... tal vez tarde en la noche. ─ Le dijo. ─ Tal vez vuelva hasta mañana. ─ El Omega sintió sus mejillas sonrojar.

─ Será mucho tiempo... ─ Le dijo Hoseok.

─ ¿Que dices? ¿Vas a extrañarme, vaquita? No es como que he sido un encanto contigo para que me extrañes. ─ Jungkook rió. ─ Deberías estar aliviado de que no estaré para molestarte y para... ─ El Alfa relamió sus labios y Hoseok sintió sus mejillas más calientes.

─ No digo que vaya a extrañarte. ─ Le dijo la vaquita. ─ Solamente... estoy acostumbrado.

Jungkook rió un poco.

─ ¿Te gusta mi aroma? ─ Le preguntó mirando al Omega por un segundo.

─ ¿Tu aroma? ─ Dijo confundido.

─ Si, dices que estás acostumbrado, tal vez sea por mi aroma. La casa huele a mi y a mi madre, puede que eso te guste. ─ Le dijo Jungkook.

─ Nosotros no nos guiamos tanto por el aroma. ─ Le dijo Hoseok. ─ Si siento tu aroma, pero no es tan especial como lo describes.

─ Oh, olvidé que no eres un lobo. ─ Dijo el Alfa.

─ Vaya cosa tan peculiar para olvidar. ─ El omega rió un poco y Jungkook se sintió algo avergonzado.

─ Si no es por aroma, ¿Qué es lo que le gusta a tu vaquita? ─ Preguntó Jungkook. ─ ¿Qué es lo que la hace sentir en casa?

Hoseok lo miró con cierto asombro, pues el Alfa estaba preguntando sobre él. No sabía por qué exactamente, pero lo había sorprendido de nuevo.

─ Ummm... ¿Qué nos hace sentir en casa? ─ Pensó Hoseok y entonces tuvo un vago recuerdo de cuando era muy pequeño, antes de ir a la fábrica en el criadero, donde aprendió lo poco que sabía sobre escritura y otras cosas. Era muy pequeño en aquel entonces... y lo que lo hacía sentir en casa resonó en el fondo de su memoria y lo hizo sonreír. ─ La campana. ─ Respondió y ambos miraron hacia el frente.

Acababan de llegar a casa.

Jungkook tragó saliva pensando en la respuesta, ¿De verdad quería saber? Tenía curiosidad pero no quería saber, no debía saber. Mierda, él no tenía que saber nada sobre Hoseok, no le debería interesar la vaquita. En lugar de eso debería estar odiando, pero Hoseok le daba de su leche y no podía odiarlo con eso, al menos no como quisiera, porque se sentía bien... se sentía bien la forma en la que el Omega le daba de su leche.

─ Ya debo irme. ─ Le dijo intentando huir de ello.

─ E-Esta bien. ─ Le dijo Hoseok.

El Alfa se giró para irse pero se detuvo. Se giró de nuevo maldiciendo.

─ ¿La campana de quién? ─ Preguntó y Hoseok levantó la mirada, ambos se miraron a los ojos.

─ La campana de mi madre. ─ Le dijo la vaquita, soltó un suspiro negando con la cabeza. ─ Sonaba muy bonito. ─ Le dijo y llevó una mano a su propia campana.

─ Ya veo. ─ Dijo Jungkook pensando en ello, pensando en si preguntar más. ─ Entonces... Nos vemos.

─ Adiós.─ Le dijo Hoseok y observó al Alfa irse antes de entrar a casa.

Entró hasta llegar a su habitación y cerrar la puerta. Allí sintió las lágrimas caer porque... extrañaba como sonaba la campana de su madre.

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─ Líder. El profesor Kim Namjoon.─ El líder asintió y se aflojó la corbata, odiaba un poco tener que vestirse formal para las reuniones.

La puerta se abrió y se cerró.

─ ¿Qué tal tu día? ─ Preguntó el Omega.

─ Fatal... fatal... La liberación de las vacas ha sido complicada, Namjoon. ─ Le dijo girando para ver la sonrisa mortal en el rostro de aquel Omega.

Namjoon no era como muchos Omegas, tenía músculos, pero tenía la sonrisa más dulce, su piel no era blanca como algunos lobos preferían, era un poco más morena, pero hermosa. En sus mejillas, al sonreír se dibujaba hermosos hoyuelos y ni hablar de las estrellas que brillaban en sus ojos. Pero ese Omega... no podía ser suyo... porque era de baja categoría, era pobre.

─ Nada de lo bueno en esta vida es fácil, Taehyung. ─ Dijo el Omega.

─ Lo sé, no creas que no lo sé. ─ Confesó. ─ Quiero encarcelar a todos los lobos que trabajaron en la fábrica, encubriendo los métodos que estaban utilizando solo para que el gobierno siguiera financiandolos. Pero no es sencillo, porque muchos aún no apoyan a las vacas.

─ Es porque no les das un sustituto. ─ Le dijo Namjoon. ─ Si encuentras algo que reemplace lo que has perdido...

─ Así como pretendes que te reemplace a ti.─ El Omega guardó silencio y lo miró a los ojos.

─ Si... de esa misma forma. ─ Respondió. ─ Consigue algo que sea mejor y pronto se olvidarán de la leche.

Taehyung rió un poco y negó con la cabeza.

─ Es más fácil decirlo que hacerlo y no tengo suficiente tiempo para lograrlo. Lo intento, intento pasar tiempo en ello, pero entonces un problema surge, una reunión urgente, un algo más que hacer. No tengo suficiente tiempo para pensar. ─ Dijo el Alfa.

─ Si tuvieras a un Omega éste podría ayudarte.

─ Basta Namjoon, no quiero otro Omega. ─ Le dijo.

─ Sabes que jamás van a aceptarme. ─ Respondió el moreno y observó al Alfa.

Kim Namjoon, tuvo la mala suerte de enamorarse de su líder. Su cabello era castaño, su piel tostada, había sido criticado por ello, pero era hermoso. Su perfil era perfecto, tenía los ojos almendrados más grandes y expresivos que hubiera visto.

─ ¿Entonces por qué sigues viniendo? ─ Le preguntó Taehyung. ─ Me torturas, con tu aroma.

─ Lo lamento.─ Le dijo el Omega.

─ No lo haces.

─ Está bien, es cierto, vengo porque quiero verte y el día que me reemplaces... vas a romper mi corazón, pero sé que no se puede evitar. Soy un simple maestro en un colegio público. ─Le dijo. ─ Solo quiero saber que estás bien y quería agradecerte.

─ No lo digas. ─ El líder respondió.

─ Jamás creí que fueras a escucharme, creí que...

─ Eres la persona más inteligente que conozco, Namjoon, si tú me dices que debo inquirir en algo... voy a hacerlo y tenías razón con la OPR. Las fábricas realmente estaban maltratando a una raza bajo mis narices. ─ Dijo el Alfa. ─ ¿Cuántas razas más estarán sufriendo así sin que me dé cuenta?

─De todas formas, gracias por escucharme y liberarlas...

─ Lo haría mil veces, si me lo pides. ─ Le dijo el Alfa.

─ No lo hagas solo por mí. ─ Pidió Namjoon con sus mejillas sonrojadas. ─ Sabes... Tengo una vaquita en mi clase.

─ ¿Sí? ─ Preguntó el líder relajándose y Namjoon se acercó a sentarse en una de las sillas de la oficina.

─ Si, se llama Jung Hoseok.

─ ¿Cómo está funcionando eso? ─ Preguntó el Alfa.

─ El primer día le metieron la cabeza en el retrete y una Omega lo mordió. ─ Le dijo Namjoon.

─¡¿Qué?! ─Taehyung relamió sus labios, ofendido por lo sucedido.

─ Pero ahora parece que ha encontrado un guardián. ─ Le dijo. ─ Deberías verlos, es muy adorable.

─ ¿A sí? ¿Por qué?

─ Porque pareciera que el Alfa no lo sabe. ─ Dijo Namjoon. Taehyung sonrió y levantó la mirada al Omega.

─ ¿Que no sabe?

─ ¿Tú qué crees? ─ El Omega sonrió.

─Eres muy perspicaz. ─ Le dijo Taehyung. ─ Los Alfas somos unos cabezas duras.

─ Puede que sea así, pero ese Alfa casi le arranca la oreja a otro por haberle jalado el arete a la vaquita. ─ Dijo.─ Pudo simplemente golpearlo, ¿Por qué le jalaría la oreja también?

─ Es un justiciero. ─ Dijo el Alfa con cierto orgullo.

─ Justiciero mis nalgas. ─ Taehyung lo miró asombrado. ─ Ese chico es un salvaje, pero parece que tiene un lado suave por esa vaquita.

─ ¿Vendrás a contarme que sucede? ─ Preguntó Taehyung.

─ Mientras sigas dejando que me dejen entrar a tu oficina, seguiré viniendo. ─ Le dijo.

─ A torturarme.

─ Alfa masoquista. ─ Le dijo Namjoon riendo.

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Jungkook esperaba sentado en una acera, no sabía exactamente qué hacía allí, era tarde de noche y sabía que el clima no le haría bien a la tos que apenas comenzaba a mejorar. Su lobo solamente necesitaba sentir el aroma de un Omega para excitarse, ni siquiera le iba a importar mucho con quien se metiera.

Pero su mente estuvo en otro lado.

No había podido olvidar cierta conversación con Hoseok. No sabía por qué. Quería olvidarla porque no quería que Hoseok significara nada para él. Nada más que su fuente de leche, nada más que una... una raza inferior.

Pero no podía, no podía verlo así ya.

Estaba molesto por ello.

La campana.

Lo había dicho con tanta dulzura y nostalgia, su mirada parecía haber estado a años de distancia en algún otro lugar. No era la mirada descolocada que él conocía y que incluso él causó en su momento en el Omega. Había sido distinto, todo lo era.

Suspiró y se puso de pie, estaba sudado y su cuerpo apestaba a aquel Omega que había ayudado en su celo. Solamente quería llegar a casa y bañarse, tenía mucha hambre, mucha, pero no podría ir por comida hasta el día siguiente.

Llegó frente a su casa y observó las luces apagadas, eso quería decir que su madre probablemente no había llegado. Su mente divagaba en sí Hoseok se habría sentido solo.

Abrió la puerta de la casa y giró el rostro al escuchar los toques de aquella campana. Se apresuró a seguirla hacia la cocina. Encendió la luz y miró alrededor.

─ ¡Hoseok! ─ Gritó al ver al Omega en el suelo con los ojos cerrados. ─ ¡Hoseok! ─ Se apresuró a su lado y lo tomó en brazos.

─ ¿J-Jungkook? ─ Preguntó Hoseok algo confundido.

─ ¿Estás bien? ¿Qué sucedió? ─ Preguntó.

─ Mj... N-No lo sé. ─ Le dijo el Omega. ─ N-No estoy seguro.

Jungkook se inclinó sobre él y comenzó a olfatearlo, su cuello, su piel, su cabello. Olía dulce, un poco más de lo normal. Se estresó un poco al no sentir las mismas feromonas que un Omega lobo, no sabía si la vaquita estaba bien.

─ M-Me haces cosquillas. ─ Se quejó Hoseok sonriendo cansado.

─ No te rías, estoy preocupado. ─ Confesó el Alfa. ─ Te llevaré a tu cama.

El Alfa cargó a la vaquita sintiéndola tan liviana, no se había fijado en lo delgado que Hoseok continuaba siendo. Así caminó con él entre sus brazos hasta llegar a la habitación. Lo cargó hasta colocarlo en la cama, no sabía cuánto tiempo el Omega había estado en el suelo, las luces estaban apagadas eso quería decir que desde hace mucho tiempo.

─ ¿Qué pasó? ¿Recuerdas algo? ¿Te dolió algo? ─ Preguntó Jungkook.

El Omega relamió sus labios, un poco abrumado con la preocupación del Alfa.

─ Y-Yo... solamente... no sé. ─ Dijo al no encontrar las palabras para expresarse. ─ Creo que mi vaquita se enojó conmigo.

─ ¿Tú vaquita? ─ Preguntó.

Hoseok desvió la mirada sin saber si debería decirle o no a Jungkook lo que había sentido. Hace tanto que no sentía a su vaquita, de repente sintió mucho enojo y se desmayó. ¿Era eso algo ridículo?

─ N-No tienes que decirme. ─ Le dijo Jungkook al notar la indecisión en Hoseok.

─ Está dormida. ─ Le dijo el Omega. ─ Mi vaquita.

─¿Dormida?

─ Si, no la siento, pero dijeron que... ellos dijeron que sigue allí. ─ Explicó.

─ ¿Ellos? ─Jungkook relamió su labio. ─ ¿Hace cuanto?

─ N-No lo sé...─ Le confesó con pesar pues realmente era muy borroso para saberlo, solo sabía que había sido mucho tiempo.

─ Y...¿La sentiste enojada? ─ Preguntó entonces el Alfa.

─ Conmigo. ─ Insistió Hoseok. ─ Se enojó conmigo. ─ Dijo, pero una sonrisa se dibujó en su rostro. ─ Pero ya no la siento.

─ No te alegres de que se haya enojado contigo. ─ Le recriminó Jungkook. ─ Tal vez hiciste algo que la hizo enojar, mientras estuviste aquí.

─ P-Pero... desde que te fuiste no hice nada. ─ Le dijo el Omega. ─ Solo iba por agua.

─ ¿No hiciste absolutamente nada?

Hoseok lo pensó un poco, aunque comenzaba a sentir sueño pues era realmente tarde.

─ Solo... lloré un poco por el recuerdo de mi madre.─ Confesó el Omega. ─ Después de que te fuiste a ayudar a otro Omega.

Jungkook relamió sus labios.

Observó al Omega mirarse algo cansado, pero le daba miedo dejarlo solo.

─ Duerme. ─ Le dijo. ─ Voy a quedarme aquí mientras te duermes.

El Omega lo miró algo confundido.

─ Y...

─ ¿Si?

─ Lamento que hayas llorado solo. ─ Le dijo.

El Omega sintió las mejillas sonrojar.

─ Estoy bien.─ Le dijo.

Jungkook desvió la mirada y pronto las respiraciones del Omega se hicieron suaves. Estaba muy cansado y hambriento... pero aún así se quedó varias horas más solo para ver que el Omega estuviera realmente bien.

Luego fue a su cuarto a bañarse, ya no soportaba oler a otro Omega.

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