Capítulo 1
Segunda actualización del dia ❤
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Jungkook suspiró al llegar a la fila de la sede donde le tocaba reclamar comida. La fila estaba algo larga, pero era lo de siempre, tendría que esperar un poco bajo el sol para poder recibir algo que poner en su estómago. Siempre era lo mismo, a veces se preguntaba por qué no pudo nacer en una familia normal.
Para comenzar su madre Alfa era soltera, su mamá Omega al parecer falleció a causa del parto. Un motivo más para que Jungkook odiara ésta vida. Pero aparte de eso, su madre Alfa no tenía un trabajo normal, no, ella tenía que ser defensora de las razas. ¿Qué había de malo con las típicas carreras? Pudo haber sido abogada y él no habría tenido problema con eso, los abogados también defendían a los lobos, ¿No?
Se llenó de alivio cuando la fila comenzó a avanzar y pronto tuvo en sus manos el pequeño cartón de dulce leche y una manzana. Se apresuró a llegar a casa para poder comerlo tranquilo, sin embargo se impresionó cuando encontró las luces de la casa encendidas. Vivían en una sencilla casa, según entendía, asignada a su madre por la organización.
Era raro para él llegar a casa y encontrar allí a alguien, pues su madre solía a veces pasar las noches afuera siendo parte de alguna protesta, pero ese día cuando abrió la puerta de su casa escuchó muchas voces.
─ Oh, Jungkookie. ─ Su madre le sonrió y el menor no pudo evitar que su corazón se aceleraba. Su lobo veneraba a su madre, aunque Jungkook sintiera que era una mala madre.
Jungkook pensaba que su madre era una inepta, se preocupaba por defender desconocidos mientras su propio cachorro aguantaba hambre.
─ Hola, ma. ─ Saludó y se sonrojó cuando la mujer le dió un abrazo, pues estaba seguro que apestaba a cigarrillo.
La mujer suspiró sin decir nada al principio y cuando Jungkook se iba a retirar ella lo detuvo.
─ Jungkookie, será mejor que no vengas a la sala. ─ Le indicó. ─ Los miembros de la organización estan aquí porque hubo un pequeño atentado en las oficinas, nada de lo que debas preocuparte, pero estaremos viendo algunos contenidos un poco fuertes para ti. ─ Jungkook miró a su madre algo extrañado. ─ Son algunas evidencias para el proyecto de la liberación de las vacas, tenemos una presentación mañana frente al lider de la manada así que estaremos trabajando en eso. Si necesitas algo puedes llamarme y yo iré, pero prefiero que no vengas a la sala.
El Alfa asintió con cierta curiosidad. ¿Acaso las madres olvidaban que en la adolescencia cuando alguien te dice que no hagas algo te dan más ganas de hacerlo?
─ Si, mamá. Estaré en mi habitación. ─ Dijo Jungkook mostrándole a su madre el pequeño cartón de leche de banano y la manzana.
La mujer suspiró al ver la leche pero no dijo nada, porque no quería iniciar una pelea, no con sus demás compañeros de trabajo en casa. No sería la primera vez que discutieran sobre dejar de consumir la leche, entonces Jungkook le reclamaría por no comprar comida y ella tendría que volver a explicar que no hacía suficiente dinero y sentía mucho pesar por su situación, pero ella se sentía parte de algo más grande, pues para ella la organización era algo grande.
─ No salgas. ─ Le dijo ella. ─ Si escuchas... cosas... probablemente sean las grabaciones. ─ Le explicó. ─ No vayas a asustarte.
─ Aja...─ Le dijo el menor girando para ir hacia la habitación, pero lo que realmente hizo fue esconderse en el pasillo contrario que también daba a la sala, se sentó en el suelo observando a los demás lobos reunidos en aquella sala mientras hablaban idioteces a los oídos de Jungkook.
Abrió su cartón de leche y le dio una suave mordida a la manzana, no quería ser escuchado.
─ Entonces, observaremos los videos que nuestro infiltrado logró conseguir. ─ Dijo a quien Jungkook reconocía como el jefe de la organización, su madre los había presentado múltiples veces. ─ El contenido es muy fuerte y aún no hemos borrado los rostros por lo que les pediremos mucha discreción. En la versión que presentaremos mañana al líder intentaremos tener los rostros borrados, pero si no conseguimos quién lo haga tendrá que ser así. ─ Comentó con pesar.
Jungkook dió un trago a su leche y relamió sus labios saboreando el dulzor. Las luces fueron apagadas por lo que él pudo acomodarse mejor, dejando su temor de ser descubierto.
La grabación comenzó a ser transmitida a través de un proyector, se notaba que era una cámara colocada en alguna zona extraña del cuerpo de la persona "infiltrada" como la habían llamado. Toda la primera parte de la grabación tenía aburrido a Jungkook, un simple recorrido por la fábrica, mostrando los establos donde las vacas dormían y los pastos que éstas comían, como si eso fuera algo malo. Luego un avance por las instalaciones y hasta llegar a una zona con cierta maquinaria que su cerebro no lograba procesar hasta que la pudo ver en acción.
Había muchas vacas en su forma animal de pie en unos extraños cubículos y aquellas extrañas máquinas estaban conectadas a lo que Jungkook reconocía como las ubres de las vacas. No le costó deducir que eran succionadores y en la grabación solamente se escuchaban algunos muídos, el chico se encogió de hombros y pensó que su madre realmente era estúpida, en toda la grabación Jungkook no había visto nada extraño y concluyó que sus amigos tenía razón sobre su madre y la organización.
Ciertamente eran unos imbéciles.
Estaba a punto de levantarse para ir a su habitación cuando la voz en la pantalla llamó de nuevo su atención.
─ Esto es lo que siempre muestran a los visitantes. ─ Mencionó aquella voz en un susurró y Jungkook volvió a acomodarse en su sitió. La voz de la persona se escuchaba agitada como si quisiera si estuviera siendo seguida.
Prontó atravesó una puerta a una zona con una maquinaria diferente.
─ ¡Apurate, maldita sea! ─ Gritó un hombre y Jungkook le dió otra mordida a su manzana.
En los cubículos no habían vacas o tal ves si eran vacas... pero en su forma humana.
─ Puto número 37. ─ Había dicho aquel hombre. ─ Apúrate a ayudarme. Esa maldita vaca tiene días sin cubrir su cuota.
─ S-Sí señor. ─ Mencionó el infiltrado y caminaron directo a un cubículo, el lugar estaba lleno de quejas y gritos, gritos de auxilio.
Jungkook se olvidó de su comida al ver en la pantalla a un chico desnudo en el suelo de uno de los extraños cubículos. El chico se miraba golpeado y se encontraba boca abajo.
─ ¡Levantenlo! ─ Pidió aquel hombre.
─ Y- Yo prepararé la máquina. ─ Dijo el infiltrado.
─ ¡37! ─ Gritó el hombre y aquel chico apenas abrió los ojos y comenzó a llorar.
─ P-Por favor... ─ Rogó en un susurro.
─ Hijo de puta. No cumpliste con tu cuota otra vez. ─Le dijo aquel tipo.
─ No puedo, no puedo... ─ Dijo el chico al borde del colapso.
─ ¡Si puedes! ─ Le gritó el hombre. ─ No aprendes, 37, no quieres volver a tu forma animal, no entiendes con golpes. No me dejas otra opción. ¿No entiendes que eres una puta vaca? Solo sirves para dar leche, si no das leche entonces eres maldita basura. ─ Le dijo dándole un golpe en el rostro.
─ Por favor... ─ Rogó el chico llorando.
Mantuvieron al chico de pie, la imagen exhibiendo todo su cuerpo desnudo, delgado y maltratado.
─ ¡Estimulenlo! ¡¿Qué esperan?! No hay tiempo que perder, hay que ir con los otros. ─ Dijo el hombre.
Los que sostenían a 37 comenzaron a acariciar el cuerpo del chico mientras éste comenzaba a temblar y a llorar. Jungkook tragó saliva, sus ojos muy abiertos al ver al chico terminar entre gemidos y lloriqueos.
─ ¡Conectenlo! ¡Mierda, ustedes también son unos inútiles! ─ Se quejó el hombre dando las indicaciones. ─ Escucha 37, no tenemos tiempo para tus mierdas, tenemos que alimentar a muchos lobos y tu eres una estúpida vaca.
El chico mantenía el ceño fruncido con una mueca de dolor mientras le ataban las manos y lo dejaban de rodillas en el suelo del cubículo, se apresuraron a colocar aquellas extrañas ampollas en las tetillas del chico y luego la máquina comenzó a succionar. El chico se retorció en el suelo gritando después de algunos segundos, luego el video avanzó a una velocidad más rápida.
Deteniéndose después de haber pasado una cantidad considerable de tiempo. El cuerpo del chico se contraía en el suelo del cubículo, como si estuviera teniendo un ataque. El infiltrado apaga la máquina y se acerca al chico para liberarlo, observando inconsciente en el suelo del cubículo. Cuando está cerca Jungkook nota que el chico lleva un extraño arito en su oreja con un número 37 y un collar en el cuello con una campana.
─ ¡Rápido! ─ Gritó aquella voz conocida y el infiltrado se apresura a salir del cubículo dejando a aquel chico en el suelo apenas respirando.
Jungkook soltó el aire que no sabía que había comenzado a contener y luego tomó un trago de su dulce leche. La luz se encendió por lo que se apresuró a esconderse en el pasillo y luego mejor se dirigió a su habitación. Las imágenes se reproducían en su cabeza, pero de cierta forma se sentía inafectado.
No conocía al chico y la verdad le valía una mierda. Se sentó en su cama y le dio otra mordida a su manzana y un trago a su cartón de leche. El hombre tenía razón, era una vaca y si no daba leche, entonces, ¿De qué servía? No entendía a su madre, por qué insistía en "liberar" a las vacas de lo que habían nacido para hacer.
La imagen del chico volvió a su mente, pero no podía sentir empatía, no cuando se acabó el cartón de leche y su manzana, y su estómago aún seguía vacío. Era simple supervivencia, los lobos eran la raza, y debían sobrevivir porque eran los más fuertes, las demás especies estaban para servirlos, ¿No había sido siempre así? Jungkook incluso sabía que por mucho tiempo, incluso los lobos betas fueron esclavos, por ser una casta más débil. Por qué seguían insistiendo en ir en contra de la naturaleza.
El problema es que no había nada de natural en las máquinas que usaban para la explotación de los vacunos. Jungkook no lo comprendía, ni tampoco lo quería comprender, no le importaba, solamente le importaba que había aguantado hambre toda su vida.
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─ El líder tiene una reunión con la OPR. ─ Dijo Minho mientras fumaban a la mañana siguiente. ─ Está en todas las noticias, muchos creen que el líder va a estar a favor de la organización, porque supuestamente encontraron pruebas de que las fábricas maltratan a las vacas.
Jungkook quiso evitar que las imágenes vinieran a su mente, pero fue en vano, era como cuando te decían que no imaginaras a un elefante rosado y tu mente lo hacía automáticamente.
─ ¿Sabes si es cierto? ─ Le preguntó Jisoo a Jungkook.
El Alfa se giró a la chica.
─ Puede ser cierto, pero, ¿Importa? ─ Preguntó Jungkook. ─ ¿No le debería de importar al líder su propia manada? ─ Continuó. ─ Las vacas no son parte de nuestra manada, somos lobos.
Los demás asintieron ante la respuesta de Jungkook.
─ Somos una manada de lobos, el líder debería pensar más en nosotros que en otras especies. ¿Qué importa si maltratan a las vacas? ─ Continuó el Alfa.
─ ¿Entonces es cierto? ─ Preguntó Eunwoo. ─ Es cierto que las maltratan.
Jungkook bufó.
─ ¿Y qué si es así? ─ Le preguntó Jungkook observando como el omega tragaba saliva.
─ N-No lo sé. ─ Dijo el Omega. ─ Es solo que... N-Nada...
Jungkook bufó y aplastó su cigarrillo sin haberlo acabado, estaba molesto. Caminó hacia el colegio dejando atrás a sus "amigos" y entró al establecimiento. Adentro el chico se robaba muchas miradas, pues a pesar de su delgada complexión por su malnutrición, era muy atractivo, su cabello era como el chocolate oscuro y sus ojos grandes y expresivos. Cualquiera pasaría por alto que era un hijo de puta. Pues Jungkook era así, duro, no le importaban mucho los demás, solamente quería alcanzar la edad para poder trabajar y dejar de comer de las migajas del gobierno de su manada. Lo demás no le importaba, a su edad su mundo era pequeño y no quería saber más de las personas que lo dejaban morir de hambre.
Siempre usaba ropa vieja, conseguida en las donaciones de la alta sociedad, que tiraban su ropa después de haberla usado una sola vez y sus materiales escolares eran reutilizables, dados por el colegio público al que él y muchos más asistían.
Su aroma se había vuelto pesado por la molestia de la situación, provocando que todos se alejaran de su camino para no molestarlo, pues nadie quería terminar recibiendo su enojo. Porque Jungkook era ese tipo de persona, no le importaba desquitar su frustración con los demás, así fue siempre. Había golpeado a otros y hecho muchas cosas de las que cualquiera podría arrepentirse. Pero a él le valía sin con eso podía desquitar un poco de su frustración.
Así como él no le importaba a la sociedad, la sociedad no le importaba a él. Esa era su filosofía de vida. Cosa que chocaba bastante con la filosofía de su benevolente madre Alfa.
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