Babeas mientras duermes
—¿Annabeth? —llamó el señor Brunner a la chica rubia, y nos presentó—. Annabeth cuidó de ti mientras estabas enfermo, Percy. Annabeth, querida, ¿por qué no vas a ver si está lista la litera de Percy? De momento lo pondremos en la cabaña once.
—Claro, Quirón —contestó ella.
Aparentaba mi edad, medio palmo más alta, y desde luego su aspecto era mucho más atlético. Tan morena y con el pelo rizado y rubio, era casi exactamente lo que yo consideraba la típica chica californiana. Pero sus ojos deslucían un poco la imagen: eran de un gris tormenta; bonitos, pero también intimidatorios, como si estuviera analizando la mejor manera de tumbarte en una pelea.
Echó un vistazo a mi cuerno de minotauro y me miró a los ojos. Supuse que iba a decir algo como: «¡Vaya, has matado un minotauro!», o «¡Uau, eres un fenómeno!». Pero sólo dijo:
—Cuando duermes babeas.
Y salió corriendo hacia el campo, con el pelo suelto ondeando a su espalda.
~Percy Jackson y el ladrón del rayo
Oh sí, esa es mi Annie 💙
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