Capitulo 21
―P-Papá... ―la voz de Kyungsoo tiembla. Esta nervioso de alguna forma gracias a lo que minutos atrás estuvo a punto de hacer con su tío.
―Ve alistando tus maletas. Iré por ustedes en el transcurso de esta semana ―la llamada a comenzado y ha terminado tan rápido.
― ¿Q-Qué? ―ahora son sus manos las que tiemblan con el celular aun entre ellas. La gemela se acerca por detrás y toca suavemente su hombro.
―Soo...
― É-Él vendrá por nosotros ―su hermana, al igual que KyungSoo, abre sus ojos como platos.
―¿Qué?.
―Lo que has escuchado. Él viene por nosotros. P-Pero... ¿Por qué? ―los ojos de pelinegro comienzan a cristalizarse.
―No lo sé. Algo debió de haber sucedido, quizá...-la gemela intenta pensar en algo. Tal vez el trabajo lo ha arreglado antes de lo esperado, pero es muy poco probable.
―SeHun ―suelta KyungSoo.
― ¿Qué pasa con SeHun?
―SeHun. Él le ha dicho a papá que... ―KyungSoo se calla inmediatamente consiente de lo que está apunto de revelarle a su gemela.
― ¿Qué, KyungSoo? ¿Qué le ha dicho a papá? ―presiona su hermana.
―KyungMin, hay algo que debo decirte, y-yo... ―mo sabe cómo continuar y solo baja su vista a punto de estallar en lágrimas.
―Es sobre la relación del tío contigo, ¿no es cierto? ―su gemelo le mira boquiabierto. ¿Cómo sabe ella de eso? ¿Cómo lo supo? Son preguntas que se formulan en su mente―. KyungSoo, yo lo sé todo. Creo que lo supe desde mucho antes que tú ― lo toma del mentón para que así su hermano levante su vista cristalina del suelo―. El tío fue un verdadero patán desde que llegamos. No soy tonta y sé que tu frustración, tu aborrecimiento, tu odio, tu desprecio,... tus lágrimas, no eran por recordar a madre, a ella la hemos superado juntos, ni eran por extrañar a papá,.. Eran por él, pero de algo estoy segura, él te ama ―ambos cruzan miradas. Esas miradas que dicen más de lo que se habla―. No sé su historia, ni como comenzó, pero de algo estoy segura, pase lo que pase, y sí, me refiero a tu pérdida de memoria, lagunas o como le quieras llamar, ustedes seguirán amándose ―eso bastó para que KyungSoo soltara en llanto en brazos de su hermana quien de inmediato comenzó a consolarlo con palabras y leves palmaditas en su espalda.
―Lo amo, no sabes cuánto. Es cierto, lo odié, lo detesté, lo repugné, pero eso solo eran sentimientos de mi pérdida de memoria, eran confusos, en realidad era todo lo contrario, le amaba y le amo intensa y enormemente ―KyungMIn sonríe enternecida. Su hermano es un romántico de primera.
―Y yo te amo a ti, mi niño hermoso ―la voz grave de Jongin hace abrir los ojos como platos de ambos hermanos. KyungSoo se separa del abrazo y mira en dirección al pasillo donde se encuentra su tío, observándolo solo a él―. Jugar contigo fue algo inmaduro y absurdo. Eras mi juguete, pero eras mi preferido, con el que más gusto me daba jugar, eras mi juguete de oro ―KyungSoo sonríe con timidez mientras lo mira de igual forma.
―"Era", ¿o sea que ya no lo es? ―la voz de la gemela suena burlonamente.
―Siempre he dicho que eres muy entrometida, ¿no crees, KyungMin? ―ambos sueltan en carcajadas. KyungSoo solo sonríe por lo bajo. Algo de alegría, en una gran tormenta de dolor que está a punto de llegar―. Y sí, KyungSoo, ya no es más Mi juguete o mi sobrino, él solo es y será siempre, lo que yo más quiero ―el nombrado quita la vista del pecho de Jongin y ahora conecta con sus ojos.
― ¿Qué? ―logra pronunciar incrédulo.
―Sí, KyungSoo, te amo. Estoy dejando atrás todas mis dudas, mi rencor, mi confusión y solo te amare intensamente como debí hacerlo desde que llegaste en lugar de jugar contigo. Fue estúpido y absurdo. Lo siento ―Jongin no se lo espera. El menor corre a sus brazos estrechándolo fuerte por la cintura.
―Te amo y no sabes cuánto ―las lágrimas del menor fluyen humedeciendo un poco la playera del mayor.
― ¡Ayyy, pero que melosos! Eso es algo que jamás escucharía decir o salir de boca de ninguno de los dos; un empresario playboy y un niñato obstinado y terco ―KyungMin sale del pasillo dejándolos a solas.
― ¿Por qué has llorado antes de que yo llegara? ―cuestiona el mayor. Su aliento golpea en la cabeza del menor.
―M-Me iré... ―las palabras dichas por el menor viajan lentamente hacia la mente de Jongin hasta hacer un "Click".
― ¿Qué? ―pregunta incrédulo.
―Papá vendrá por nosotros en el transcurso de esta semana. No sé lo que ha sucedido, pero me hago una idea―KyungSoo levanta su mirada para conectarla con el mayor―. Jongin, no me quiero ir, no otra vez ―el nombrado lo estrecha más fuerte contra su cuerpo.
―No permitiré que te vayas, no dejare que te arrebaten de mi lado, no otra vez ―jura. Son palabras que salen desde el fondo del corazón, del alma.
―Pero―Jongin no le deja seguir.
―Hablare con Yesung. No importa que, tú no te vas. Tú eres mío, para sostener, para proteger, para amar ―y lo sella con la conexión de ambos labios que hacen un vaivén suave y lleno de emociones.
***
―Hola, Jongin, ¿ha pasado algo? No te he visto casi en estos días ―Luhan le sorprende recién entra a su despacho.
―No ―responde el moreno. Su mirada es fría, pero preocupante. Su caminata es rápida, apresurada. Algo va mal.
―Eso no me lo dice tu voz, tus movimientos, ni tu mirada. Algo está mal, ¿qué es?-el castaño sigue caminando detrás de Jongin. Se detiene en el momento que el moreno lo hace, para así, tomar su teléfono.
―He venido a la oficina para arreglar cosas pendientes, las cuales Chen y tú se harán cargo ―le explica―. Jessica, quiero que solicites el helicóptero, salgo en una hora máximo ―dice por medio del teléfono de oficina a su secretaria quien solo le contesta con un "Si, Sr. Kim, en unos minutos estará listo" para después colgar.
― ¿Qué? ¿Cómo? ¿Helicóptero? ¿Te vas? ―el castaño pregunta confundido.
―Sí. Salgo a Madrid ―el moreno camina por su despacho juntando y buscando documentos.
― ¿Madrid? ¿Qué harás allá? ¿Acaso cerraras algún negocio? ―Luhan no sale de su confusión. Esto es tan repentino.
―Si no fueras chino y mi sobrina no fuera hija de mi hermano mayor, juraría que es tuya ―su amigo no comprende nada.
―Espera ―Luhan detiene sus ojos color avellana en un punto fijo: Jongin, quien se ha detenido, por fin al frente de su escritorio, hurgando en su cajón―. ¿Acaso Madrid no es donde Yesung está cerrando contrato con los inversionistas de allí, para la empresa de Londres una vez acabar con los de New York? ―el castaño recuerda cuando Jongin se lo ha mencionado hace una semana.
―Eres listo, Luhan ―el moreno sigue perdido en sus papeles, tomándole poca importancia al descubrimiento de su amigo.
― ¿Qué harás con él? ¿Tendrán una reunión de empresario a empresario, de jefe a jefe o de hermano a hermano? No entiendo nada ―el moreno deja de hacer lo que hacía y posa sus penetrantes ojos sobre aquellos curiosos que ahora le observan algo temeroso.
―Reclamarle lo que es mío. Esa persona que me arrebato ―Luhan no puede evitar abrir los ojos como plato.
― ¿Qué? Jongin no estarás hablando de... ―el moreno sonríe ladino.
― Sí, Luhan. Estoy hablando de KyungSoo. Es mío, me pertenece. Siempre lo ha hecho ―Luhan niega incrédulo.
― No, Jongin, ¿cuántas veces debo decirte que lo que haces está mal? KyungSoo te odia, tu sobrino te desprecia ―las palabras son duras, pero es por el bien de su amigo.
― Estas completamente equivocado. KyungSoo me ama tanto como yo lo amo a él. Y sabes, nadie impedirá lo nuestro, ni en esta vida ni en las muchas más que tengamos. KyungSoo recuperó por completo su memoria. ¡KyungSoo me recuerda! ―el peli naranja no puede salir de su sorpresa.
― ¿Qué has dicho?
― KyungSoo me acepta. Él me quiere.
― ¡Mierda, Jongin, esto es una putada!
― Lo es, hermano, lo es.
― Jongin, esto, tú sabes lo que pienso de esta relación. Primero jugaste con él, haciéndole daño y ahora piensas que todo estará bien. Soy tu amigo y por eso soy duro contigo. Para que entres en razón ―el moreno deja su lugar y camina hasta estar frente a Luhan.
―Se lo que he hecho mal. Sé que lo he lastimado como nunca nadie lo ha hecho, sé que esto está mal, que es prohibido, pero también sé que no puedo alejarme de él, que lo amo más que a nada en este mundo. Él es mi oxígeno, él es mi vida, él es mi todo. Y tu opinión me vale mierda y la de todos aquellos que juzguen esta relación ―el aire ha abandonado los pulmones del pelinaranja. La persona que ha dicho todo eso no es su amigo, ese no es Jongin el egoísta, ególatra, playboy, superficial, que solo ve por sí mismo y nadie más, éste es otro―. Lo que yo sienta y haga, es mi puta vida. Si me voy al infierno, estaré feliz, porque fui feliz con la persona que amo. Ahora sí, nadie me separara de él, LuHan, escúchalo bien. N A D I E ―el aliento a menta de Jongin choca contra la nariz de Luhan―. Y lamento mucho que tú no estés de mi lado en estos momentos, y quizá, jamás lo vuelvas a estar, pero eso no será motivo para detenerme y retroceder ―con esto, Jongin le saca la vuelta. Se dirige hacia la puerta para salir de la oficina. Lo poco que queda, unos cuantos documentos, se los encargara a Jessica.
― ¡Jongin! ―llama su amigo sorpresivamente, haciendo que detenga su paso pero no se gire―. Mierda, hermano, quiero que le enseñes a Yesung que tu mandas y que KyungSoo es más tuyo que de él mismo Dios ―una sonrisa completa aparece en el rostro de Jongin y la muestra cuando se gira para encarar a LuHan―. Y en serio, Kim Jongin, si me entero que has hecho llorar nuevamente al niño, juro que yo mismo te descuartizo ―ambos sueltan una risadota―. Otra cosa, cuentas conmigo para todo. Y que Dios nos perdone.
― No, no creo que nos perdone, pero quizá a ti sí. Con ese rostro de ángel, engañas a quien quieras ―con esto último, Jongin sale de la oficina sabiendo que sus mejores amigos están con él, en su locura, en las buenas y en las malas. Porque claro, Chen también lo apoyara en todo y Chanyeol, ni se diga.
― ¡Oh! ―Luhan recuerda la llamada que ha recibido esta mañana de parte de la Sra. Lee, aquella mujer que ha sido rechazada muchas veces por Jongin y que recientemente le ha cancelado la cita que tenían, esta vez ha sonado demasiado molesta que hasta lo ha amenazado―. Jongin, Jongin ―sale corriendo en busca de su amigo sin importarle como los trabajadores le miran correr.
***
Lee Hyoyeon, o mejor dicho, Kim Hyoyeon esta vez no se quedara de brazos cruzados. Ha sido rechazada innumerables veces por Kim Jongin, y ahora le ha cancelado su tan esperada cita, una que tanto le costó obtener. Ni con llevar el apellido de su esposo le ha ayudado a acercarse a Jongin. Pero esta vez ella lleva la de ganar, su querido y adorado sobrino, aquel ser hermoso que desprende pureza e inocencia, está en sus manos. Si Jongin no es de ella, él no lo tendrá a él.
Sus investigaciones sobre Kim Jongin la han llevado hasta la conclusión de que aquel ser precioso, KyungSoo, es lo más preciado para Kim, su obsesión. Así como se deshará de la tan Minzy, hará lo mismo con aquel hermoso chico. Ambos sufrirán. Ella, por ser lo que ella siempre deseó; su amante y mayor confidente. Él, por ser lo que nunca nadie podrá; el amor de su vida.
Kang Minzy y Do KyungSoo.
―Kim Jongin, si tú no eres mío, no serás de nadie más ―aquella hermosa mujer, llena de venganza y odio, arrepentimiento y desprecio, Kim Hyoyeon, la única tráumate que destrozo la niñez y pureza de Kim Jongin, ahora obsesionada con el mismo, capaz de hacer lo que sea con tal de volver a hacer suyo al niño que ahora es el gran hombre cotizado, Kim Jongin.
Años detrás de él, después de saber en el hombre que se ha convertido. Lo cotizado, lo millonario, lo guapo, lo hermoso, lo Kim, ese hombre la ha capturado por completo.
Kim Jongin, la obsesión de Kim Hyoyeon.
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