Capítulo 7

Al día siguiente...

Me pasé toda la mañana encerrada en mi habitación. No me atrevía a salir y tampoco tenía el coraje de mirarlo a la cara.

Desconcentrada, no podía escribir, y exasperada, miré la máquina de coser. Pensé que ya era tiempo de fabricarme un nuevo vestido.

Con los ojos pesados, no había dormido en toda la noche y agotado y un poco irritable, deseó pasar por mi puerta para al menos oír lo que yo hacía, o escuchar mi voz.

_ Es increíble que haga esto...

Dijo para sí mismo y de pronto escuchó andar la máquina de coser.

Concentrada en mi nuevo vestido, cosía su corpiño y mangas elasticadas. Amaba los vestidos tiernos y con muchos detalles.

Sin imaginármelo, él estaba tras mi puerta y yo anhelando ya usar mi nuevo vestido, preparé nuevamente el hilo y eché otra vez a andar la máquina.

Ansiaba verme y saber cómo me encontraba y no aguantó más y abrió de un impulso la puerta.

Me giré abruptamente, sin sacar el dedo de la aguja, que aún seguía andando. Joey me miró y yo anonadada de verlo parado en mi puerta, los nervios me abordaron y la aguja me hirió el dedo.

Solté un grito y lo saqué rápidamente, pero mi dedo comenzó a sangran sin parar.

Joey preocupado, se me acercó; me miró y yo me apreté el dedo con dolor.

_ Déjame ver...

Me pidió y yo a punto de llorar, se lo mostré y él tomó con cuidado y cariño mi mano.

Se sintió culpable y me miró con preocupación.

_ Lo siento tanto, esto te pasó por culpa mía.

_...

_ Ven, vamos a curarte eso.

_... Me duele mucho.

_ Lo sé, pero si no te curo ahora, se te puede infectar. Vamos, tengo un botiquín de primeros auxilios.

Sin oponerme, me levanté, y él atento y tierno, me apoyó de él y yo con mucha molestia, mi dedo sangraba y sangraba.

Joey me miró y yo con los ojos llenos de lágrimas, lo miré y él me miró sereno. Se moría de amor por dentro.

Me sentó en el sofá y yo llorando, él anheló abrazarme y pasar su mano en mi mejilla.

Se encuclilló frente a mí.

_ Tranquila. Traigo de inmediato el botiquín – le dije un sí con la cabeza y él corrió a buscarlo.

De pronto, me sentí tranquila y maravillosa. Nerviosa igual al ver a Joey volver con el botiquín y ser él quien me curaría.

La ansiedad me volvió y con el corazón pegado en la garganta, solo pensé en él y esperé expectante a que regresará.

Mi corazón y pulso se aceleraron más y Joey me miró con ternura y destellos.

Igual de nervioso que yo, volvió a mirarme.

_ Dame tu mano para limpiarte la herida primero.

_ Si...

Solo coordiné a decirle y le extendí la mano.

La mano me tembló al sentir el suave contacto de la suya, y más nerviosa, él me miró y luego con cuidado empezó a limpiarme la herida.

Me ardió un poco y solté un quejido. Joey volvió a mirarme.

_ Lo siento.

_... Descuida.

_ De verdad siento mucho esto. Nunca fue mi intención que te lastimarás...

Muy apenada, levanté la mirada y contemplé sus ojos celestes, los que me atraparon al instante.

_ Tranquilo, ya pasó...

_... Pasa que, quería verte. Saber cómo habías amanecido.

_...

_ Y me acerqué a tu puerta y escuché la máquina de coser – le sonreí.

_ Si, era mi máquina. Estaba cosiendo un vestido – me sonrió con destellos.

_ ¿Un vestido? – le devolví la sonrisa.

_ Si.

_ Que dulce.

Lo miré sorprendida por su comentario y él me miró perdidamente enamorado.

Terminó de curarme y me colocó con cuidado un parche en mi dedo. De pronto, descubrí lo tan bueno, atento y tierno que era y el corazón me latió fuerte y contento.

_ Perdóname. Perdóname por lo de la demanda, por haber leído tu libro y por esto.

_...

_ Siento en verdad todas esas cosas, pero de lo que no estoy arrepentido es que estés aquí en mi casa y de leer tú libro de nuestra tierna historia.

_...

Lo miré sin aliento y con el corazón pegado en la garganta, las mejillas se me enrojecieron y Joey me miró todo enamorado.

Con vergüenza le pregunté:

_... ¿De verdad te gusta mi libro?

_ Si. Escribes con mucha ternura. Eres muy romántica.

_...

Bajé la vista con vergüenza y él por impulso se aproximó más a mí.

Me miró todo tierno y con gallardía.

_ ¿En serio sientes todas esas cosas bonitas que escribiste en esas páginas? – volví a mirarlo a sus ojos.

_... ¿Y qué si fuera así? – sus ojos brillaron.

_ Sería maravilloso.

_... ¿Por qué sería maravilloso?

Sin resistirse más acarició mi mejilla y yo quedé perpleja. Lo miré idiotizada y él me miró inmensamente enamorado.

Se acercó a mis labios y yo sin negarme, Joey me besó.

Fue el beso más mágico e inolvidable para mí. Me hizo tocar el cielo y amándolo con todo mi ser, le correspondí.

Besándonos, nos abrazamos fuerte. Pretendimos conservar aquel beso en el tiempo.

De pronto, algo me hizo reaccionar y me separé de sus labios.

_ ¿Qué ocurre? – acarició mi mejilla.

_ Esto no puede ser. Tu solo quieres aprovecharte de mí – me sostuvo ambas mejillas en sus manos.

_ No niña mía. Yo no quiero aprovecharme de ti. Ya te lo dije, y jamás lo haré ¿Sabes por qué?

_ ¿Por qué?

_ Porque te amo. Estoy locamente enamorado de ti, Constanza.

Lo miré anonadada y me derretí por completo. Mi alma y corazón brincaron de emoción y de amor.

_ No es posible.

_ Sí que lo es. He llevado muchos años amándote, mi hermosa Constanza. Cuando supe que eras tú la que había escrito el libro me quise morir. No lo podía creer. Fue entonces que ideé a cambio del dinero, que quizás no podrías pagarme, te quedarás a vivir conmigo. Es lo que más deseaba, que vivieras aquí conmigo.

Impresionada, lo miré y abrí la boca y en mi mente solo se repetía una y otra vez:

<< Joey, me ama >>

<< Joey, me ama >>

Él inquieto frente a mi silencio, temió y se preocupó de mi reacción.

_ Constanza ¿Estás bien?

Le sonreí, conteniéndome la alegría que sentía y le di vuelta la espalda. Caminé unos centímetros y él me siguió...

_... Sí, estoy bien, es que siento que estoy soñando. Ahora lo entiendo todo - él se me acercó.

_ Tú para mí sí que eres un sueño. Nunca creí tenerte aquí conmigo, y ahora lo estas – lo miré perdidamente enamorada.

_ Joey – me sonrió con ternura.

_ Te amo.

_ Y yo a ti.

Me miró embelesado, muy contento y volvió a besarme.

Nos sonreímos plenos y con emoción.

Joey feliz, y realizado, tomó mi mentón con cariño.

_ ¿Cómo sigue tú dedo? ¿Aún te duele?

_ No, ya no.

_ Qué bueno ¿Quieres salir a caminar un rato conmigo por el parque?

_ Sí, me encantaría.

Me tomó de la mano, sin ahora reprimirse, y yo feliz de que lo hiciera, nos sonreímos con ilusión.

_ No sé si deba preguntar pero ¿Qué pasará ahora con lo de esa deuda y con el acuerdo, que habíamos llegado de yo vivir aquí por un año? – me sonrió aún más pleno y realizado.

_ Olvídate de todo eso. Ya es pasado. Ahora estamos juntos.

_ ¿Juntos?

_ Así es niña mía ¿Aceptas ser mi pareja?

Me llevé las manos a la boca de la emoción y lo miré con dicha. Aún me parecía un sueño.

_ Si. Siempre he querido ser tu novia, tu pareja, todo Joey.

_ Y yo ser tuyo siempre niña mía. Te amo con todo mi corazón.

_ Y yo te amo ti mi Joey – me sonrió tierno.

_ Mi Joey, como me decías en tu libro.

_ Si.

Le dije con un poco de vergüenza y él acarició mi mejilla y nos besamos.

_ Quiero que te quedes aquí conmigo, siempre – besé su mano con cariño y lo miré amándolo con mi alma.

_ No me iré. Te lo prometo.

_ Te amo. No me canso de decírtelo.

_ Ni yo de oírlo.

_ Quiero ver ese tierno vestido que estás cociendo y todos los otros – le sonreí.

_ Ya lo tengo casi listo. Estuve toda la noche cociéndolo, es que no podía dormir.

_ Te entiendo. A propósito de anoche, mi prima me llamó.

_ Lo sé. Los oí sin querer. Quería pedirte disculpas por cómo me había portado y vi que estabas ocupado y regresé a mi dormitorio – volvió a sonreírme.

_ Bueno, mi prima, Camila, vendrá de visita hoy en la tarde. Me encantaría presentarte a ella como mi pareja – le sonreí.

_ ¿En serio?

_ Si. Será a la primera que conozcas. Luego te presentaré, más adelante, a mis amigos y familiares ¿Qué te parece?

_ Me parece genial.

Volvió a sonreírme con destellos y más que feliz, y agradecido, me cargó en sus brazos y me dio vueltas. Los dos nos reímos con ilusiones y enamorados.

Con mi nuevo vestido, fui al living a mostrárselo a mi Joey...

En cuanto me vio con el puesto, me miró deslumbrado, perdidamente enamorado.

_ Qué bonita. Estás muy bella.

_ ¿En serio te agrada? ¿No te parece muy anticuado?

_ Para nada. Ese vestido te hace lucir aún más hermosa y dulce de lo que ya eres – me derretí por completo.

_ Oh mi Joey.

Sin evitarlo corrí a sus brazos, y él fascinado, me recibió y rodeó en ellos con todo su amor y cariño.

_ Anhelo siempre que estés así en mis brazos. Te amo mucho mi bella Constanza... 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top