Prueba de afecto
Milo pensaba en los sucesos esa mañana, puesto aquello lo había hecho inconsistente mente así que sería complicado.
—¡Milo! —exclamó Aioria.
—¡Eh! ¿Que pasa? —preguntó el heleno saliendo de sus pensamientos.
—Vaya Milo, sí que estás en la luna —se burló Aioria. —¿Quien te hizo esto? —pregunto curioso.
—Solo pienso en lo de esta mañana... —quedó en silencio —... acerca de mi padre, no se cuando vaya a venir —se excusó.
—Siempre he sabido que Mystoria le gusta andar de arriba y abajo —hablo Kanon. —¡O! ¿Acaso es alguien más? —preguntó con una sonrisa.
—No, no, es solo que estuve pensando en ciertas cosas, sobre todo en la situación con Luc —hablo.
—¿Seguro? —preguntó Aioria —Te veías muy concentrado, era como si tuvieras pensando en alguien que no me gustaría mencionar —prosiguió.
Milo quedó en silencio, no sabía si aquellas palabras podrían ser acertadas, no quería darle ese lujos a sus amigos, ya que no sabía bien si realmente eran esos extraños sentimientos, descartar toda idea loca de sus pensamientos y se dedicó a seguir trabajando, escuchando a ambos acerca de los movimientos de la empresa.
—Bien tenemos todo listo para las siguiente semana —hablo Kanon acomodando los papeles.
—Espero que esta vez Saga vea que esto es un buen negocio —hablo Milo algo cansado.
—Entiendo que estés así, pero sabes que Saga lo hace por la familia, mi padre lo dejo a cargo para que pudiera ayudar a tu padre en esta empresa —habló el gemelo.
Iba a mencionar algo más, pero silencio cuando Shoko había abierto la puerta.
—Señor, tiene una llamada en la línea 3, es su padre Mystoria —dijo la chica con nervios.
—Entendido Shoko, gracias —dijo el heleno y miro que la chica cerró.
—Supongo que nosotros nos vamos, queras tener mucha privacidad —habló el gemelo.
—¡¿Que?! —exclamó —Yo quería saber lo que le decía el señor Mystoria a Milo —habló el castaño fastidiado.
—Déjate de idioteces vamonos —hablo tomándolo del antebrazo y llevárselo.
Una vez que salieron, Milo tomó el teléfono, escuchando la voz de su padre.
Estaba escuchando la voz de un emocionado hombre. No entendía aquello, simplemente podía escuchar la emoción de su padre.
—Entonces... —silencio.
Separo un poco la bocina de su oído, escuchando aquel pequeño grito. Pero antes de que prosiguiera escucho a alguien más, parecía que alguien más había tomado el teléfono.
—Cardinale, ya estás en casa —hablo el heleno. —Ya entiendo la emoción de papá —pensó.
Nuevamente prosiguió a escuchar un poco, aunque pronto se volvió a cambiar retomando a su padre Mystoria.
....
La casa estaba siendo invadida.
Un rubio miraba con cierta tranquilidad y una pequeña sonrisa al francés. El francés tenía un poco de nervios, un sonrojo se había mostrado, debido que aquel hombre realmente era bello.
—Tu eres el niñero del nieto de Mystoria —hablo calmado.
—Si... —hablo.
—¿Verdad que es lindo? —pregunto Mystoria quien se colocó a lado del rubio. —Será un excelente niñero, Luc debe de estar encantado —dijo emocionado.
—Es lindo, no mentiré —dijo Cardinale.
—Me disculpo pero necesito un poco de agua —se excusó el francés.
—Anda ve, cuidaré muy bien al pequeño Luc —dijo el mayor.
Una vez que el francés se fue, Mystoria colocó al pequeño niño enfrente de su amigo rubio.
—¡Mira lo lindo que se ve! —dijo emocionado.
—Si, es lindo —dijo de manera tranquila mientras sonreía.
El pequeño miraba curioso, aunque pronto sus ojos se cristalizaron, sus labios se tensaron.
—Mystoria, algo no saldrá bien de esto —dijo Cardinale quien le intentaba señalar al pequeño.
—¿Por qué? —pregunto curioso.
Había terminado de formular aquella pregunta, cuando el pequeño termino por llorar, pronto Mystoria lo giro y lo apego, pudo notar como el pequeño se escondía en el cuello de su abuelo. Cardinale simplemente dio un suspiro resignado, los niños no eran de su agrado, a menos no era el único niño que había hecho eso, puesto también había pasado con el nieto de su amigo, Shijima.
—Ya, ya, calma pequeño, el no te hará nada, el es un buen abuelito —hablo el peli celeste.
—Mystoria, ese término no queda conmigo a decir verdad —dijo intentando hacer reaccionar a su amigo.
—¡Te equivocas Cardinale! —replicó. —Esto cabe en tu menor idea, así que no quiero ningún reproche, porque mi nieto tambien es tu nieto —habló el peli celeste con cierto toque de seriedad.
—... —no dijo nada, simplemente lo miro, miro al pequeño que seguía oculto en el cuello del peli celeste. —Creo que será mejor que regrese. Esto quedará propuesto hasta que ese niño esté más grande —hablo el rubio con cierto toque de incomodidad.
—¿Porque? ¡No! —intento detener. —Realmente quiero que te quedes, quiero que Luc conozca al abuelo Cardinale —sonrió un poco.
—Mystoria, ya estoy viejo, podré soportar un tiempo mas, aparte fue bueno visitarte, me saludas a Milo de mi parte —dijo quien separó su mano de la de Mystoria.
Mystoria simplemente quedó ahí, mirando como el rubio se encaminaba hacia la entrada principal, desde que lo conoció en uno de sus viajes para dar a conocer su empresa, pero nunca se había imaginado que había quedado solo.
Mystoria había sabido que ese hombre tenia una relacion, que pronto se formalizará, mas jamas conocio a la prometida, nunca representó un sumo interés en aquella relación, sin embargo detonaba mucho carisma hacia personas, la única persona que hablaba con calma era Shijima, quien parecía tenerle un enorme aprecio a ese hombre pelirrojo, para Mystoria aquello había sido muy complicado, había podido conocer un poco al rubio, más aún no era suficiente.
Hasta que con el pasar de los meses logró entablar una pequeña amistad, que a final de cuenta se hizo más fuerte, con aquello el terrible suceso de su amada esposa que pereció en la muerte dejando al pequeño Milo. Al igual que Luc, Milo había llorado ante la presencia de Cardinale, era lo más extraño, pero entendía que su amigo no estaba hecho para fomentar una familia, a menos eso cree Cardinale, aunque para el peli celeste piensa diferente.
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La noche habia llegado, Milo habia llegado puntual, cuando llego miro a todos lados, un silencio, el único que lo había recibido había sido el mayordomo, quien le notificó todos lo ocurrido.
—Entiendo, pasa a retirarse —ordenó el heleno quien se encaminaba hacia la sala. Bajando aquella preocupación que ya comenzaba a ser notoria.
El hombre obedeció. Cuando Milo llegó a la entrada de la sala, miró a su padre, conversar muy animado con el francés, este último sostenía al pequeño en brazos, el menor ya estaba dormido cosa que hacía la conversación más interesante.
—Buenas noches —saludó el heleno quien se quedó detrás del francés, o sea detrás del mueble en donde estaba sentando el francés.
—Buenas noches hijo, Cardinale se ha ido, pero me dijo que estaría gustoso por verte —hablo Mystoria con calma.
—Me imagine que se quedaría por unos dias —hablo el heleno quien tomó asiento a lado del francés. Para pronto aflojar su corbata.
—Si eso mismo pense... —interrumpido.
—Pero no quiso porque sentía nervios del pequeño Luc —continuo Camus.
Mystoria miró con nerviosismos a su hijo, pensando que se enojaria, pero este simplemente quedó en silencio, mirando como el pequeño dormida. Pronto una sonrisa se representó en el rostro del heleno y hablo.
—Lo sé, él le tiene miedo a los niños por el simple hecho de que lloran en su presencia —habló con cierto toque de burla.
—Deberían entender a Cardinale —defendió Mystoria.
—Yo lo entiendo, pero debió haberse quedado para que conociera un poco más a Luc y el pequeño lo conociera más a él. —habló Camus con calma.
Mystoria quedó en silencio, tenía razón el francés, mas no quería hacer alterar a su amigo.
—Bien, dejare a Luc en su habitación, con permiso —se disculpó y salió de la sala dejando a Mystoria y Milo solos.
—Realmente me preocupa que Cardinale no haya tenido familia —habló de golpe.
—... —lo miro confuso.
—Nunca he sabido que tenga familia, Shijima siempre menciona que era feliz estando solo, puesto tenía a la gente alabando su personalidad y belleza —sonrió un poco —Pero no hay nadie que lo haga sentir tranquilo —hablo.
—Debe de tener motivos, debe de tener a alguien quien realmente le importe, mas no quiere dañarlo, simplemente espera el momento adecuado —habló Milo quien miro con atención a su padre.
—¿Como? Conozco todo de él —hablo.
—Papá eso es algo que no se, el dia que el encuentre a alguien te lo dirá, sino te darás cuenta, simplemente se alejara poco a poco, a veces pienso que él te quiere demasiado —hablo el heleno.
Mystoria quedó en silencio, realmente aquello podría ser cierto, si había duda que era un hermano, pero no siempre recibe la atención que quería, ya que cada vez que era alejado de su persona, Cardinale terminaba por recompensar todo lo que había pasado.
Se sentía bastante mal, saber que su amigo tendría a alguien mas, que no tuviera nuevamente aquella atención que solía tener de parte de él, más aquello terminó por quitarse de sus pensamientos, debía dejar que su amigo fuera feliz.
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Camus había salido de la habitación del pequeño, una leve sonrisa se representaba en su rostro, realmente era lindo ver como el pequeño dormida, sin soltar el picaporte de la puerta quedó pensando, realmente seria feliz formando una familia, pero ninguno de los dos podían concebir, ambos eran hombres. Surt jamas habia mencionado nada de familia, debido que iban iniciando su relación y a decir verdad, Camus suele ser una persona de mente abierta. Aquello podría ser algo bueno o por lo menos que le enseñara que el amor no importaba si eran del mismo sexo.
—¿En que piensas? —pregunto.
Esa voz hizo reaccionar al francés, haciendo que se girara rápidamente hacia el heleno quien estaba enfrente de él, la mirada relajada y la melena algo alborotada, daba un semblante ciertamente siniestra, aunque pronto se relajó al notar la sonrisa de este.
—Di algo, te haces ver... —silencio.
—Nada, solo en Luc, eso es todo —dijo el francés.
—Bueno, entonces ¿está durmiendo bien? —pregunto acercandose mas al galo.
—Si quedo dormido, de seguro despertará... —intentaba sostener su voz firme, pero la cercanía del mayor le provocaba cierto toque de nerviosismos y no entendía los motivos.
—No me refería a Luc, pero con eso puedo tolerar bien la situación —dijo de golpe quien se separó del francés. —En fin, me retiro, descansa nos vemos mañana —hablo quien prosiguió su camino hacia su habitación.
—¡Oiga! ¡Espere! —exclamó Camus, haciendo que Milo se detuviera.
—¿Si? ¿Que pasa? —preguntó girándose.
—Necesito que me de el dia de mañana, es para algo importante —hablo.
—¿Algo importante? —pregunto curioso. —¿Más importante que mi hijo? —trato de sonar sorprendido.
—No caeré en su chantaje. —se cruzó de brazos. —Si, necesito pedir mañana porque tengo una cita y por lo menos quiero salir con mi pareja —hablo.
¿Cita? ¿Pareja?
Esas palabras habían hecho eco en la mente del heleno, le hacían estar molesto, miro con cierto toque de seriedad. Aunque pronto se relajó,había meditado. Y finalmente habló.
—Está bien, aunque su regreso está impreso en el contrato, así que debe cumplirla —hablo serio.
Eso había sido todo, Milo se encaminó a su habitación, encerrándose y así no salir por toda la noche. A menos que su niño llamara.
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Hola.
Hoy vengo a dejarle este siguiente capítulo. Disfrutenlo demasiado.
Gracias por sus apoyos.
Los quiero demasiados. En serio.
<3
-AntaresLaks
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