Capitulo 9: Por mi

En la foto Austin Hamilton antes del accidente.


Los días pasaron en la casa de los Hamilton sin nada nuevo, Austin no salió de su habitación ni intentó buscarme, yo tampoco lo hice, y era que quería que por sí mismo cayera en cuenta de que estar encerrado en su habitación no iba a solucionar ni cambiar su situación, al contrario.

Por otro lado pude ver como el trabajo de Alice era agotador, salía muy temprano y volvía muy tarde, lo que claramente enfadaba a Nikki y Theo por su parte no la dejaba en paz cuando volvía del trabajo, abrazándola a cada momento que tuviera la oportunidad.

Y hablando de la castaña, su humor no cambió, cada vez la encontraba más irritante, más soberbia, mas orgullosa, y más infantil e inmadura.

Charles Hamilton evidenció claramente lo poco que estaba en casa, cada día que me pasó a buscar después del trabajo, me dejaba en casa, y en vez de bajarme tenía otros asuntos de los cuales encargarse, algo extraño, pero no lo pensaba demasiado.

Y era que ser el dueño de una de las empresas más importantes del país debía usar mucho de su tiempo.

Hablé con los chicos por mensajes, GusGus me llamó un día borracho en la Chimba gritándome que iba a seducir a una de su clase, pero al parecer todo terminó en él vomitando fuera del local, Tony dándole una reprimenda, y Vince llevándolo a su casa claramente molesto.

Así que nada nuevo.

Ya era viernes, y estaba almorzando en el restorán al lado de la tienda, donde cada día me pedía algo distinto, y era que interesaba bastante el tema gastronómico.

― ¿Y lo hacen en el horno o al sartén? - le pregunté a Shane, uno de los cinco chef del local que era unos diez años mayor que yo, provenía de Irlanda y había estudiado Gastronomía en una Universidad europea.

― En el sartén con aceite de oliva, un par de condimentos, aliños, y zanahorias con cebolla frita. - me señaló en el plato, a lo que yo asentí memorizando en mi mente. - Es fácil de hacer, puedo enseñártelo en la cocina uno de estos días cuando alguien lo pida.

― Seria genial. - respondí agradecido.

Desde que había comenzado a almorzar aquí por el trabajo me había quedado pasmado por los buenos platos que preparaban, y al ver día a día a Shane tomarse un descanso de la cocina al mismo tiempo que yo almorzaba, un día para mi sorpresa se acercó a mí para preguntarme como era trabajar en la tienda de chocolates - al ver mi uniforme. - Y aproveché la oportunidad para hacerle un par de preguntas sobre los platos, las cuales el respondió encantado.

― ¿Por qué tanto el interés? ¿Te gusta cocinar? - me preguntó luego de que me explicara algunas dudas que tenía sobre los ingredientes.

Asentí, sin ir más a fondo.

― ¿Has cocinado en algún local?

― Cuando tenía quince cocine en un local de comida del Desagüe, y también ese mismo año me dedique a cocinar todos los sábados y domingos por la noche en un albergue que quedaba a unas cuadras de donde vivía.

― ¿Y luego?

No quería hablar sobre como mi vida se había ido a la mierda después de ese año, así que decidí encogerme de hombros.

― Tenía otras preocupaciones en la cabeza, lo dejé de lado.

Shane se llevó una mano a su cabeza calva, recién afeitada por una apuesta de futbol la cual había perdido.

Iba a decirme algo, pero la voz de uno de sus compañeros llamó nuestra atención.

― ¡Shane! Se acabó el descanso, a la cocina.- y así fue como nuestra charla acabó, de despidió de mí, y yo me enderecé para volver al trabajo.

Observé un momento la cocina, la cual pude ver en plena acción cuando uno de los garzones abría la puerta.

Recuerdos volaron en mi cabeza, y volví el rostro hacia la salida para dejarlos de lado.

Al acabar el turno de hoy noté que Charles no apareció a la hora acordada, y al despedirme de Devora y abrir la puerta de la tienda para salir, me encontré con nada menos que Nikki Hamilton, la cual estaba en el coche de nada menos que la rubia de piernas largas.

Vale.

― Eh guapo, entra al coche. - soltó esta última adentrada en su uniforme escolar, sonriéndome.

Entré a su coche de inmediato, mientras que Nikki ni se percató de mi presencia, o más bien lo fingió así.

― No tenía idea que trabajabas aquí. - esta me miró por el espejo retrovisor prendiendo el motor, para luego dirigirse a la castaña. - Nikki ¿Por qué no me lo dijiste?

― ¿Ah?

― Nada, tu sigue hablando con Logan. - le respondió Vale volcando los ojos echando una mirada hacia atrás para retroceder y salir así del estacionamiento. - Así que Oliver, ¿No vas a la universidad aquí?

No supe que responder, por lo que esperé que Nikki lo hiciera por mí, pero esta vez no recibí su ayuda.

Así que me las arregle por mi cuenta diciendo la verdad.

― No, no estoy estudiando.

― Wow, ¿Año sabático? Bueno, de estudios en realidad, porque igual estas trabajando... - no esperó una respuesta de mi parte, soltando un suspiro. - Cuanto daría por estar en tu lugar.

Si tan solo supiera. - me dije interiormente.

El resto del camino Vale subió el volumen de la música y comenzó cantar en voz alta muy animada, y yo desde el asiento de atrás la observaba cautivado.

Pasaron los minutos y aún no llegábamos a casa, lo que me extrañó, ya que la tienda no quedaba tan lejos, y el camino que estábamos llevando no era el mismo de siempre.

No fue hasta que Nikki Hamilton se diera cuenta para asegurarme que estaba en lo correcto.

― Vale vamos a mi casa, ¿Recuerdas?

― Oh, pero recuerda que vamos a cenar en mi casa, invité a varios de la escuela. - esta me echó una mirada por el espejo guiñándome un ojo. - ¡Te caerán genial Oliver!

Noté como Nikki estaba claramente molesta, donde le susurró a Vale para que no escuchara, pero lo hice de todos modos.

― Quedamos en que iríamos a dejarlo a mi casa, y ahí nos iríamos, ya sabes...

― ¿Pero qué tiene? Se va a quedar ocho meses, no puedes evitar que salga a divertirse. Y tu tranquila, yo te lo cuido, tu puedes pasarlo bien con Logan.

Sonreí internamente, Vale tenía una forma de ser tan peculiar que de cierta forma me intrigaba, y más aún cuando hacia rabiar a Nikki de esa forma, sin siquiera darse cuenta.

Al parecer esta noche iba a ser interesante.

Al llegar a casa de Vale ya había cinco coches en el estacionamiento, en los cuales iban saliendo chicos y chicas ya cambiados de ropa con varias botellas, cajas de pizza, y bolsas de locales de comida rápida.

― ¿Algunos del curso? Aquí está toda la escuela. - soltó Nikki con un tono de voz irritado.

― Ups, al parecer se corrió la voz. - Vale apagó el motor del coche para abrir la puerta soltando gritos de saludos a quienes iban entrando. - ¿Vienes Oliver?

Asentí saliendo del coche observando a mí alrededor, Nikki le dio un portazo a la puerta.

― Tienes suerte que tengo algo de ropa mía para cambiarme en tu armario.

La rubia se colgó en Nikki soltando una risa, animándola, diciéndole que iba a ser una pasada y que tenía que aflojar y dejar de ser tan aburrida.

Yo por mi parte observé la casa de Vale, claramente dos veces más grande que la casa de los Hamilton, algo que no me cabía en la cabeza.

Y al ya estar dentro caí en cuenta que era aún más grande de lo que podía apreciarse desde fuera. Vale y Nikki me dijeron que iban a cambiarse, que volvían enseguida.

Así que seguí a las personas que iban entrando por un pasillo amplio, que llevaba al jardín y a una sala de tamaño descomunal.

La música ya la habían prendido, y la mayoría de todos los presentes se estaban pasando vasos con alcohol desde un barril que un chico rubio estaba sirviendo, riendo con un par de amigos.

Sin siquiera darme cuenta un vaso llegó a mis manos, y al observarlo un momento y caer en la cuenta que no tomaba desde hace justo dos semanas, no dude en llevármelo a la boca de un solo trago.

Un par de chicas se acercaron a hablarme, las cuales fueron directo al grano, me preguntaron si era el chico que venía de Europa que estaba alojando donde los Hamilton, y al afirmárselos, la siguiente pregunta fue si tenía novia, la cual negué, y pude notar como ambas se observaron soltando una risa.

Me quedé con ellas hablando, ambas eran de último año de la escuela, y estaban encantadas con el tema europeo, pero sinceramente sentía que fingir ser quien creía que era me hacía recordar cuando con Trevor lo hacíamos para conseguir dinero fácil.

Y me fastidiada.

― ¿Quieres bailar? - preguntó una de las dos, la cual me sonrío coquetamente, y antes de que pudiera decir algo, la voz de Vale se escuchó por detrás.

― Lo siento chicas, pero este guapo ya tiene dueña.

Y al enarcar una ceja a su dirección, esta me tomó de la mano para salir de ahí, dejando a ambas chicas atrás.

Le eché una mirada a la rubia, llevaba una camisa negra con la espalda descubierta, una falta de vaquero unos dedos más arriba de la rodilla y unas botas negras.

Se veía increíble.

Esta me soltó de su agarre al llegar junto al barril de cerveza, el cual esta pidió un vaso al rubio que seguía ahí.

Y al llenarlo me lo pasó, y agarró el mío vacío para llenarlo también.

― Listo, ¿Quieres ir afuera? - me propuso llevándose el vaso a sus labios rojizos, a lo que asentí.

― Claro.

Al salir de la casa, el jardín también había varias personas, pero por supuesto, no conocía a nadie. Vale me presentó a quienes se acercaban, por supuesto al escuchar que venía de Europa y que estaba alojando donde los Hamilton, el rostro se les ampliaba en una sonrisa, y empezaban a comentarme todos los países a los cuales habían visitado de ese continente, lo que verificaba cada vez más lo tan adinerados que eran cada uno de ellos.

Y al ya estar solos, Vale me sonrío.

― Oliver, eres la persona más extraña que he conocido.

Fruncí el ceño.

― ¿Por qué?

― No lo sé, desde lejos pareces tan seguro, pero de cerca eres lo contrario. Pero tengo la teoría que es porque como eres nuevo aquí, andas nervioso y algo corto. - esta le dio un trago a su bebida. - ¿O me equivoco?

Me lo pensé un momento.

Y por primera vez en toda la noche dije algo completamente cierto de mí.

― Me cuesta ser yo mismo con las personas que no les tengo entera confianza.

Noté como Vale la sonrisa se volvía una línea recta, observándome fijamente a los ojos, para luego parpadear y desviar la vista un momento.

― Te entiendo, también me sucede. - habló apoyando su espalda a una de las paredes que tenía detrás de ella. Y notó mi reacción ante sus palabras de inmediato, soltando una risa. - Sé que puede resultarte poco creíble porque no te conozco para nada y pareciera que te trato como una persona que conociera toda mi vida. - asentí sonriendo, a lo que esta volcó los ojos haciendo un puchero. - Es solo que tú... mira, sé que te puede sonar una locura, pero estoy más que segura que he estado contigo antes, y... no lo sé, no siento que seas un desconocido.

No supe que decir, ella de cierta forma recordaba haberme visto antes, solo que no recordaba cuando ni dónde.

Pensé en decírselo, pero me arriesgaba a que cayera en cuenta que había sido la misma noche del accidente del hermano de su mejor amiga, y no podía arriesgarme.

Pero al ver sus ojos claros esperando una respuesta de mi parte, decidí darle credibilidad.

― No voy a mentirte, yo también siento lo mismo de ti. - pude decir, donde provoque en ella un entusiasmo evidente.

― Qué alivio, Oliver realmente he creído que me estaba volviendo loca. - esta soltó una carcajada, llevándose la bebida nuevamente a la boca, a lo que yo la imité, riendo también. - Deberías reír más seguido, te ves aún más guapo así.

Su declaración me pilló por sorpresa, a lo que está al notar mi expresión volvió a explotar a carcajadas.

― Lo siento, a veces no puedo evitar mantener la boca cerrada.

Iba a decirle algo, pero se escuchó un par de voces que la llamaban desde adentro, así que Vale tomándome de la mano nuevamente, me arrastró con ella hacia dentro de la casa, en la cual fuimos esquivando a las personas que estaban bailando en mitad de la sala, y nos acercamos a la mesa del comedor, no sin antes tomar otro vaso olvidado en una de las mesas cercanas, y llevármelo a la boca.

Poco a poco iba sintiendo el efecto del alcohol en mi cuerpo, lo cual me reconfortaba de cierta forma, me hacía olvidar todo lo que estaba pasando realmente en mi vida, y me concentraba solamente en la mano de Vale en la mía, y su cuerpo frente al mío, el cual recorría de arriba abajo.

Llegamos finalmente a nuestro destino, donde Vale me hizo sentar en una de las sillas desocupadas, y al ver quienes estaban en la mesa, eran puros desconocidos, Nikki ni su novio estaban ahí.

Pero al centrar mi vista en una pelirroja que estaba unas sillas a mi derecha, caí en cuenta que se trataba de la chica que había visto el martes con Austin en el parque.

Esta desvió la vista de inmediato al caer en cuenta de mis ojos sobre ella, así que decidí no decirle nada, quedándome en mi lugar.

― El juego es simple, la botella apunta a uno, y tiene que tomarse el vaso por completo y luego besar a quien quiera de la mesa, y ese alguien también debe tomarse su vaso al terminar el beso. ¿Entendido? - habló una rubia de pelo corto, la cual tenía la botella vacía en la mano.

Todos los presentes soltaron a vítores, tanto hombres como mujeres, y Vale, se colocó a un lado de mí, la cual me preguntó si había entendido, y yo asentí.

El juego comenzó, primero le tocó a un chico, el cual luego de tomarse el alcohol del vaso de un trago, se abalanzó sobre la pelirroja, la cual no puso objeción en ello, para luego tomarse la bebida de su vaso también.

La botella ahora apuntó a la chica que había comenzado introduciendo el juego, esta le dio una repasada a la mesa, y al colocar sus ojos en mi me apuntó con su vaso, y luego de tomárselo sin siquiera caer en cuenta lo que venía, estampó sus labios en los míos, y por la sorpresa ni siquiera me moví, y esta por su parte estaba muy borracha, así que terminó de inmediato soltando una carcajada.

― El vaso, debes tomártelo por completo. - me soltó Vale, la cual me lo señaló, y yo aun sin haber salido de la sorpresa, le hice caso sin decir nada.

Y ahí caí en cuenta lo borracho que me encontraba.

Cuando estaban girando la botella para seguir el juego, la botella apuntó ahora a Vale, la cual en vez de tomarse su vaso, se enderezó.

― Eh, ¿Dónde vas? Te toca Vale. - habló uno de los chicos del juego, pero esta negó.

― Sigan sin mí. - y con ello sin siquiera echarme una mirada salió del comedor, dejándome ahí sentado sin saber que pensar ni hacer.

Terminé saliendo el juego también, levantándome del asiento y a pesar de algunas insistencias de los presentes, salí de ahí en busca de Vale.

La busqué por la sala sin éxito, la luz estaba apagada, y veía muy poco entre las parejas que estaban bailando al ritmo de la música, y afuera, al salir solo vi a Nikki con su novio besándose en una silla, así que Vale claramente no estaba con ellos.

Pero al ir al baño, escuché una pelea en la entrada de la casa.

― ¡Sal de aquí Will! No te he invitado. - la voz era claramente Vale, y parecía molesta.

― Oh vamos bebé, no seas mala....

Me fui acercando al sonido de sus voces, donde al finalizar el pasillo pude verlos, Vale estaba sosteniendo la puerta de entrada abierta de par en par, y ese tal Will estaba ya dentro de la casa, observándola.

― No voy a decírtelo dos veces, te vas ahora mismo.

En vez de decirle algo, este se acercó hacia ella son una sonrisa.

― Te ves tan sexy enojada. - le habló en su oreja, donde pude ver como colocaba una mano en su cintura, acariciándola.

Vale intentó sacárselo de encima, pero fue en vano.

― Suéltame Will o vas a lamentarlo.

― Tú también lo quieres bebe, no te hagas la difícil.

Y con solo escuchar la respuesta del rubio ante lo dicho por Vale, no dude en salir de donde estaba para ponerlo en su sitio.

― ¡Eh, déjala en paz! - solté apretando los puños, en donde noté como ese tal Will me echaba una mirada de arriba abajo, sin moverse.

― ¿Y tú eres...?

― El que te romperá el rostro si no la sueltas en uno... - dije mirándolo amenazadoramente, de la misma forma en la que llevaba haciéndolo estos últimos años en las cientos de peleas en las que me había metido. - Dos... - estaba cada vez más cerca de él y Vale.

No tuve que decir tres, porque al ya estar a menos de un metro de él, el rubio cayó en cuenta que no tenía posibilidad alguna, y echó dos pasos hacia atrás de Vale levantando las manos.

― Eh, tranquilo amigo. - soltó con una sonrisa, claramente más borracho de lo que yo estaba.

― No soy tu amigo.

― Bien, pero no hay porque ponerse así, solo estábamos hablando, ¿No bebé? - está en respuesta frunció el ceño enfurecida, pero este ni lo notó, girándose ahora hacia mí. - ¿Lo ves? Está todo bien.

Pero Vale fue la que respondió.

― Fuera de mi casa Will, ahora mismo.

Este le echó un vistazo a ella, y luego me miró a mí.

― Ya la escuchaste, lárgate.

Y sin siquiera recurrir a los golpes como estaba acostumbrado, el rubio se dirigió a la puerta soltando una carcajada.

― Ya me las pagaras imbécil, y tu bebé, sigues siendo igual de zorra que antes, ya no me sorprende. - y al terminar de hablar de inmediato me acerqué a él para partirle el rostro, pero Vale se interpuso en mi camino dejándolo salir.

― Ya, no vale la pena Oliver, déjalo ir. - me susurró en el oído, y lo siguiente que se escuchó fue la puerta de entrada cerrarse de un golpe.

Me quedé entre sus brazos un momento, se sentía bien y de cierta forma me tranquilizaba, luego de haber escuchado las estupideces de ese imbécil.

― Voy a matarlo. - pude decir.

― Créeme que lo haré yo antes, que no te quepa duda. - Esta soltó una risa, a lo que yo también lo hice, claramente por el efecto del alcohol.

― ¿Saliste con él? - pregunté soltándome de su agarre para mirarla a los ojos.

― Fuimos novios, pero acabó hace dos años. - noté como al terminar de hablar Vale fijó su vista a mis labios.

Pero antes de que sucediera algo, una voz a nuestras espaldas llamó nuestra atención.

― ¡Vale! ¿Has visto a....? - no terminó la frase, y era que al girarnos, Nikki Hamilton se quedó quieta desde su lugar. - Ah, ahí estas.

Vale enarcó una ceja, carraspeando.

― ¿Sucede algo?

― Mi madre me llamó hace unos minutos preguntándome por Oliver, y ya está afuera esperándolo para llevarlo a casa.

― No, ¿Hablas enserio? - respondió automáticamente Vale, frunciendo el ceño. - ¿Y eso porque? Aún es temprano. - esta levantó su mano, para observar su reloj dorado.

Nikki, quien me echó una mirada sin saber muy bien que decir, terminó soltando un suspiro.

― Es que en realidad yo también quería irme Vale, me ha dado sueño y Logan anda muy borracho, así que... ¿Mañana nos vemos?

Noté que Vale no se lo tragaba del todo, observando a Nikki sin decir nada al respecto, hasta que finalmente abrió la boca.

― Pero si tú quieres irte, yo después puedo ir a dejar a Oliver, no tengo problema.

― Estas borracha Vale, de ninguna forma eso va a ocurrir.

Nikki al llegar junto a mí, me echó una mirada para que nos fuéramos ya, a lo que me giré hacia Vale para despedirme.

― Vamos, quédate, no seas aburrido. - me hizo un puchero, llevándose ambas manos juntas, rogándome, a lo que yo sonreí.

― Lo siento, lo dejamos para otro día.

Esta volcó los ojos, observándonos a ambos un momento, y luego sin decir nada, nos dio la espalda, claramente molesta al respecto.

― ¡Ni creas que no voy a cobrártela Oliver! - señaló mientras iba desapareciendo por el pasillo, dejándonos solos en la entrada de la casa.

Sonreí ante lo último que había dicho.

Pero la voz de Nikki a mi lado desvió mi atención.

― Ni se te ocurra, es mi mejor amiga y no voy a permitir que salga con un delincuente como tú. - antes de que pudiera decir algo o asimilar sus palabras, esta abrió la puerta y salió al estacionamiento.

La seguí por detrás.

― ¿Realmente crees que voy a acaparar tus órdenes?

La castaña se dio la vuelta, molesta.

― Todo esto que estás viviendo ahora va a acabar, y al final de año vas a volver al agujero del cual provienes. Si Vale supiera quien realmente eres... - esta soltó un bufido, llevándose una mano a su dije en forma de serpiente. - créeme, ni siquiera te echaría una mirada.

― Eres una...

― Si, vamos, insúltame, pero sabes que es cierto. Yo solo te digo la verdad. -esta miró el estacionamiento, soltando un bufido. - Fantástico, mamá me dice que está afuera y todavía ni ha llegado.

Aproveché la oportunidad para preguntarle lo que desde que la conocí rondaba en mi cabeza.

― ¿Por qué me odias?

Noté como Nikki fruncía el ceño, abrió la boca para decir algo, pero la volvió a cerrar, negando con la cabeza.

― No es asunto tuyo.

Me acerqué a ella, y claro, Nikki ni se movió de su lugar, cruzándose de brazos, manteniéndose firme.

― No porque no tuve la suerte de haber nacido en una familia rica y acomodada como tu significa que estas por encima de mí y puedes tratarme como se te antoje. - esta soltó un bufido.

― Claro. - ironizó.

Estaba a poco de colmarme la paciencia.

― Eres despreciable.

― No sabes nada de mí.

Frente a frente su rostro con el mío, la observé fijamente.

― Oh claro que lo sé. - bufé. - Eres arrogante, superficial, infantil, inmadura, irritable, egoísta, insopor...

Un dolor fuerte en mi mejilla no me dejó terminar, donde la mano de Nikki había impactado con velocidad sin verla venir.

Me llevé una mano a la zona adolorida, observándola con sorpresa, cayendo en cuenta que la castaña tenía los ojos brillantes, pero al mismo tiempo fulminantes hacia mí.

― Te repito imbécil, no sabes ni una mierda de mí.

Iba a responderle, pero la luz de un coche apuntándonos llamó nuestra atención, y Nikki de inmediato se acercó a este, abriendo la puerta de copiloto, mientras que yo me adentré en los asientos de atrás.

No puse atención a lo que Alice nos preguntaba en el coche, ni mucho menos me percaté en el camino a la casa de los Hamilton. Mi cabeza estaba en otra cosa, y era sobre lo último dicho por Nikki, ¿tanto le habían afectado mis palabras? La princesa de hielo sin emociones había dejado ver claramente que no era tan frívola como pensaba.

No tenía idea si me había excedido con el alchol, pero al final mi mente dejó de lado ese asunto, concentrándose en la rubia de piernas largas, sobre como el simple hecho de que si supiera todo sobre mi, seguramente su actitud conmigo sería muy distinta.

Vale me atraía, de eso no me cabía duda, era una chica distinta a las que conocía y de cierta forma me intrigaba y divertía estar junto a ella.

Pero al final de todo, el cuento de hadas iba a acabar y hasta ahí llegaría.

Un mensaje de un número desconocido llamó mi atención, abriéndolo de inmediato.

No te agradecí lo que hiciste por mi hoy, siento mi actitud de al final, pero me fastidie al saber que te ibas tan temprano. Lo pasé genial contigo hoy, y bueno... ¿Cuándo nos vemos de nuevo? Vale :)

Sonreí automáticamente, pero antes de responder, me llegó otro mensaje.

No te estoy pidiendo una cita ni mucho menos si es lo que pensaste, es más bien para volvernos a ver, y ya. Porque ya sabes, tampoco nos conocemos mucho y sería... raro, claro, si tú lo ves así, no es que yo lo vea de esa manera, pero igual puede que tu sientas que... Ya, estoy empezando a complicarme, así que mejor no respondas, que el destino se encargue de ello, mas emociónate, ¿no?

Al terminar de leer me mordí el labio para no reír, y al releerlo unas cuantas veces, aun no sabía si ella quería que le respondiera o que no lo hiciera.

Pero otro lado, también estaban las preguntas que no salían de mi cabeza: ¿Sería correcto hacerlo? ¿Saldría algo bueno al final de todo esto?

Y por primera vez en mi vida decidí tomar la decisión por mí mismo, no por mi familia, ni por mis amigos, ni por las personas que quiero.

Por mí.

Donde debía admitir que al enviarle una respuesta a Vale, se sintió mejor de lo que imaginé.



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Bueno, aquí está el capítulo que les prometí que subiría hoy J

Espero que les haya gustado la pequeña maratón jajajaja, y no olviden en votar y comentar ambos capítulos, realmente significa mucho para mi poder ver si les va gustando o no la novela.

¿Qué tal les parece Oliver y los demás personajes? ¿Vale? ¿Austin? ¿Joyce? ¿Nikki?

¿Qué creen que pasará en la novela?

En fin, espero poder publicar nuevo cap pronto, ando con muchas cosas encima estas próximas semanas, pero intentaré de hacer mi mayor esfuerzo.

Los tengo muy presentes, no lo olviden.

NO OLVIDEN EN VOTAR SI LES HA GUSTADO!!

Ya, me voy a dormir que mañana tengo clases y ya es tarde aquí en Chile.

Un saludo enorme, cuídense.

J. Rosewell.



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