Capítulo 12: Ataques
*Vince en la foto
— ¿Y esa cara?
Seguía medio dormido cuando entré a la cocina y Joyce ya estaba preparando el desayuno mientras tarareaba una canción al revolver los huevos con jamón.
— Mejor ni me preguntes. — abrí el refrigerador para sacar la leche, a lo que esta me la quitó.
— Anda a la mesa, está todo ahí. Y la señora Alice te está esperando.
— ¿A mí?
Joyce afirmó, mientras seguía sus tareas, haciéndome señas para que le hiciera caso de una vez, a lo que solté un suspiro llevándome las manos a los ojos para poder despertarme, había dormido peor de lo que pensaba, y los malditos gritos de Nikki con pesadillas en la puerta frente a mi habitación no habían sido de ayuda.
Solo que esta vez ni me digne en ir a ver que le sucedía.
Ya me tenía harto, tener que ganarme su confianza era una cosa, pero otra muy diferente era tener que ser su niñero.
Quizás todas esas pesadillas se debían a la mala persona que era, seguro toda esa maldad la perseguía cuando dormía.
Sonreí al pensarlo.
Entré al comedor donde estaba solo Alice, al parecer Charles estaba hablando por teléfono en la terraza, y no había rastro de Nikki ni Theo.
Al parecer leyó mi mente al instante al hablarme.
— Vino Vale a buscarlos, al parecer tenían que hacer un trabajo con Nikki y debían ir antes de almuerzo al centro por la escuela. Aprovechó de llevarse a Theo.
Asentí, sin saber muy bien que decir y tomé un pan con queso derretido, mientras me servía café.
— Hoy necesito que vengas conmigo Oliver.
— ¿Cómo?
— Sé que no va agradarte la idea, pero Walter te citó a la fiscalía para hablar contigo, y ha estado hablando con el juez y las cosas no van muy bien.
Mierda.
Noté que Alice estaba más nerviosa que yo, ya que jugaba con sus manos las cuales temblaban, y de cierta forma supe que era más grave de lo que estaba diciéndome.
— Van a encerrarme, ¿no?
Se lo pensó un momento observándome a los ojos, para luego llevarse su taza de café a la boca.
— No lo sé.
Charles entró al comedor justo en ese momento, estaba también nervioso, pero sabía que no era por lo que estábamos hablando con Alice.
— Debo irme, llegó un doctor de Estados Unidos a verme para hablar sobre Austin, quizás esta vez sí logremos algo. — agarró de forma rápida un pan y unas galletas, para luego acercarse a Alice y darle un beso rápido en la mejilla. — Ahí te cuento como me va.
— Anda con cuidado cariño. — se despidió ella, pero seguramente ya no la había escuchado, ya que cerró la puerta de entrada de un portazo.
¿Querían curarlo? ¿Pero era posible?
Ya habían pasado dos años, y estaba más que seguro que la condición de Austin era irreparable.
— ¿Podrá volver a ver?
Alice se movió algo incomoda.
— Charles está convencido de que puede ser una posibilidad.
De cierta forma noté cierto enojo en su voz, y de seguro debía ser por el hecho de que su marido estuviera tan adentrado en aquello, y de inmediato recordé una de sus discusiones en las cuales habla estado presente.
Alice también quería ayudar a su hijo, pero la diferencia con Charles es que ella si lo seguía viendo de la misma forma.
🔸🔸🔸
— Aquí esta Oliver. — habló Alice cuando llegamos a la planta donde trabajaba Walter, también era aquí donde Alice trabajaba, ya que pude ver su oficina a lo lejos con su nombre.
Walter estaba hablando con sus compañeros de trabajo, quienes al parecer acababan de tener una reunión importante, y al ver por la puerta de donde salían, debía ser una sala de reuniones, y de inmediato pude ver en la pared varias fotos pegadas, seguro era una investigación.
Y noté de inmediato que se trataba de fotos del Desagüe, pude ver fotos de mi departamento, e incluso noté que había una foto de Vince con un par de los chicos de Marcel.
¿Qué mierda? Me acerqué de inmediato para entrar a la sala, pero Walter me frenó intentando cerrar la puerta.
— ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando? ¡Déjame pasar! — insistí intentando sacármelo de encima, pero Walter con sus compañeros me empujaron hacia atrás, evitando que pudiera entrar. — ¿De eso se trata? ¿Quieres que te ayude con toda esa mierda?
— Oliver no...
— Alice, déjamelo a mí. — interrumpió Walter haciéndome señas para que lo acompañara a su oficina. — Quiero hablar a solas con él.
— Ese no era el trato.
— Es mayor de edad Alice, si quieres que no vuelvan a encerrarlo en la cárcel harás lo que te digo.
Noté que me apretó el brazo en señal de apoyo, para que supiera que ella estaba ahí para mí, y le sonreí agradeciéndole. Debía hacer lo que me pedía y sabía que la Alice iba a ayudarme ante cualquier problema.
Entré en su oficina, y Alice se puso hablar con algunos oficiales que estaban en sus escritorios abiertos en la mitad de la sala.
— Siéntate muchacho. — me soltó Walter mientras cerraba la puerta para darnos privacidad. — Para no quitarte tiempo, o más bien a mí mismo, voy a ser muy claro. Necesito que cooperes con nosotros o vuelves tras las rejas.
Reí.
— Entonces enciérreme. — puse ambas manos arriba de su escritorio ya listo para que me pusieran las esposas de una vez y terminara este circo de mierda.
— ¿A que le tienes tanto miedo?
Desvíe la vista, ya se lo había dicho antes, no entendía porque quería seguir hablando de esto, no iba a darle más información.
— Necesito que me des la dirección exacta de quien controla todo esto. — no respondí, y Walter le pegó a su escritorio con las manos. — ¿No ves que estoy intentando ayudarte? Hay niños, adolescentes, que están siendo usados en ese agujero, han creado su propia ley ahí dentro y hay gente que está muerta a causa de quien sea que está detrás.
— ¿Cómo Greg? Él intentó ayudarlos, y ahora está muerto, ¿acaso me cree tan imbécil?
— Lo dejamos solo, debimos haberlo cuidado, pero contigo podemos hacer las cosas bien.
— Sí, claro.
— ¿No quieres ver a tu familia a salvo? ¿No tienes gente ahí dentro que quieres que esté sufriendo a causa de esta organización?
Negué con la cabeza. Mi familia ya había sido arruinada hace años a causa de Marcel, los únicos que me quedaban era la pandilla, pero destruyendo a Marcel no iba a darles un futuro mejor.
Walter soltó un suspiro, pasándose una mano por el rostro, ese hombre seguro no dormía tranquilo.
— Voy a darte un par de días, pero créeme que tras las rejas no te espera algo mejor.
Terminamos la charla con Walter luego de que siguiera insistiéndome un par de minutos más, pero ante mi negativa terminó maldiciendo y golpeando nuevamente su escritorio, al parecer el ruido alertó a Alice quien entró ahí y me sacó de inmediato insultando a Walter.
— ¿Estás bien? — Alice me llevaba por el estacionamiento aun alterada por lo que acababa de ocurrir. — Walter lleva tantos años en el caso del Desagüe que ya pareciera algo personal.
— ¿Y no lo es?
Alice no respondió, lo cual me pareció extraño, pero de inmediato me hizo subirme al auto, pero en el momento en que ella iba a subir recibió una llamada, que al parecer era urgente.
— Había olvidado que tengo una reunión urgente, me están esperando arriba. — me miró un momento, sin saber muy bien que hacer conmigo. — Sabes conducir, ¿no? — asentí, pero de inmediato negué con la cabeza, pero Alice me pasó sus llaves del auto. — Hoy tienes libre.
— Puedo irme en autobús, Alice prefiero que no...
— Mira, ya debemos empezar a confiar en el otro, sé que extrañas a tus amigos, quizá pueden verse, pero recuerda que no puedes ir....
— Al Desagüe, lo sé, no soy tan estúpido luego de mi conversación con Walter.
— Bien. — sonrío, para luego darse la vuelta sin antes pedirme un favor. — ¿Puedes ir a buscar a Theo a la escuela? No sé cuando termine...
— Claro. Ahí estaré, no te preocupes.
— Mil gracias. — puso ambas manos juntas agradeciéndome con una sonrisa, para luego despedirse.
Me cambié de asiento, y prendí el motor, hace mucho no conducía un auto como este, aunque en realidad, las únicas oportunidades que había tenido eran cuando los habíamos robado.
Llamé de inmediato a Vince, GusGus debía seguir en clases y sabía que si le decía que nos viéramos almorzar iba a buscar una forma de salir de ahí, y en realidad, con él que necesitaba hablar ahora mismo era mi amigo Vince, quien era casi mi hermano.
— ¿Qué sucede Tuerca?
Solté una carcajada, Vince siempre andaba paranoico, lo opuesto a GusGus.
— Quería verte, ¿andas ocupado?
— Justo ando en el centro, ya sabes, haciendo "delivery" de comida rápida.
Claro, comida rápida.
Vince era el que mejor sabia manejar en moto de toda la pandilla y que incluso todos los que trabajan con Marcel, por ello muchas veces le tocaba ser el de los envíos, ¿y qué mejor forma de parecer un repartidor de esas aplicaciones?
— Mándame la dirección, y podemos almorzar por ahí.
— Bien, terminó los pedidos y te llamo.
Dejé el auto en un estacionamiento caro, pensé en dejarlo en unos callejones, pero lo último que podía pasarme ahora sería que me robaran el auto de Alice, así que preferí pagar un lugar seguro.
Compré una gorra que un vendedor ambulante me ofreció en la calle, seguro Walter me andaba siguiendo o había enviado alguno de los hombres que trabajaban con él, y no era tan idiota. Me escabullí de forma rápida dentro del centro comercial en que había quedado con Vince, por supuesto entre a una que otra tienda para que quien estuviera siguiéndome se perdiera entre las personas.
Luego de unos minutos se subir y bajar escaleras de las distintas tiendas estaba más que seguro que los había perdido, y justo recibí un mensaje de Vince quien ya había comprado las hamburguesas en el McDonald's y estaba sentado en una de los cientos de mesas.
Lo localicé enseguida, y me senté de inmediato, alzando la vista para ver al fin a mi amigo.
No hubo abrazos, ni gestos que llamaran la atención, no éramos tan idiotas.
— Me alegro mucho de verte bien Tuerca, te daría un puto abrazo. — soltó sonriéndome, pero sin quitar ese semblante serio que le caracterizaba.
— ¿Ya me extrañas? Pensé que te lo estabas pasando de maravilla con el departamento para ti solo. —le molesté lascivamente, a lo que Vince bufó.
— Ni me lo recuerdes, ya estoy casi superando a Joyce.
— Quien te cree esa.
— Oh vamos, ¿quieres que la supere de una puta vez? Entonces deja de burlarte como un imbécil.
Solté una carcajada, lo extrañaba más de lo que había imaginado.
— ¿Así que me vas a decir que aquella mujer te prestó su auto? — en vez de responderle mientras caminábamos por el estacionamiento lo abrí con las llaves y Vince negó con la cabeza.
— O esa mujer es sumamente estúpida o definitivamente te está escondiendo algo grande.
— ¿Cómo?
— Oh vamos, te salva de ir a la cárcel, te recibe en su casa, te presenta a sus hijos, te da trabajo y ¿ahora te presta su auto? Solo le falta adoptarte legamente y ya serías su linda mascota.
Frené al instante, mientras que Vince me observaba atento.
— A veces creo que sabe la verdad, pero no me entra a la cabeza porque querría tenerme cerca después de todo el dolor que le traje a su familia.
— ¿Hablas de Trevor? A ver... solo te digo que debieras tener más cuidado, no creo que todo esto sea una casualidad y que justo apareció "Santa Teresa de Calcuta" a ayudarte, sabes mejor que yo que la vida no es así de buena con personas como nosotros.
Asentí.
Pero me costaba creerlo, e incluso, quizás una parte de mi lo sabía, pero tenía la esperanza que esta vez si estuviera por primera vez con una persona que buscaba ayudarme sin nada a cambio.
Nos despedimos, y Vince fue a su motocicleta, le dije que nos viéramos algún día todos juntos, pero mi amigo me miró con el ceño fruncido y dijo que iba a pensarlo, quizás era demasiado arriesgado.
Y tenía razón.
Fui a buscar a Theo a la hora acordada que Alice me había enviado por mensaje, me costó un poco encontrar estacionamiento ante tanto coche, pero al fin encontré un lugar luego de abstenerme con todas mis fuerzas de tocar un par de bocinazos a autos enormes con mamas que los dejaban en mitad de la calle mientras recogían a sus hijos, de todas formas, me contuve.
No quería armar un escándalo, y al parecer aquí todo debía ser muy pacifico, no como en el Desagüe en que de seguro hubiera gritado uno que otro insulto.
Alice me había dicho que era mejor bajarme del auto y buscar a Theo, que siempre se quedaba apoyado junto a las escaleras que estaban a la salida. Salí del auto y agradecí que esta vez me había vestido con la ropa que Alice me había comprado, así que de cierta forma no llamaba tanto la atención.
Fui al lugar donde me había dicho que estaría, sin encontrarlo ahí, me extrañó al ver muchos niños corriendo a sus respectivos autos, y por otro lado a adolescentes que salían a la misma hora también encontrándose con sus respectivos padres o caminando a sus casas si estaban cerca.
Era una zona residencial, así que pocos iban a la parada de autobús que estaba en una esquina del colegio. Extrañado decidí volver al auto a ver si quizás Theo lo reconocía, y en el camino noté que igual recibía ciertas miradas de los adolescentes que pasaban, seguramente por mi tatuaje en el cuello que era imposible esconder.
Hubo un grupo que me saludó de forma rápida, no entendí muy bien si las había visto antes, pero al ver desde el auto cuando la rubia de piernas largas salía del colegio, recordé que seguramente debía ser por su fiesta del otro día.
Desvíe la vista de inmediato prendiendo un cigarrillo, no quería que me viera ahí, y más aún, no quería verla, y lo conseguí, al ver pasar a Vale a su auto me escondí a un costado, recargándome al auto de Alice, y esperé unos minutos para que llegara Theo.
Y supe al momento en que escuché aquella voz de que venían hacia el auto.
— Theo entiende de una vez que no puedes ir a molestarme cuando estoy con mis amigas.
— Es que no veía a mamá. — soltó el rubio llevándose una mano al cabello mientras que con la otra arrastraba su mochila en el suelo.
— Debe estar en el auto, mira ahí...— al verme Nikki se detuvo un momento, llevando su mirada a mi cigarrillo volcando los ojos. — Al parecer hoy vino Oliver a recogernos Theo.
El pequeño corrió hacia mí para levantar su mano para chocarla con la mía, al parecer le entusiasmó la idea de verme ahí, lo opuesto a la castaña.
— Ya. — está también me acercó su mano, y me extrañé, pero la castaña de inmediato gruñó. — Las llaves, no voy a dejarte conducir el auto de mi madre.
No iba a hacer una escena frente a los autos con los padres de la mayor parte de su escuela, así que me mordí la lengua y se las entregué.
Theo se subió al auto en los asientos de atrás, y soltando un suspiro me subí al asiento de copiloto.
Cuando Nikki prendió el motor para partir a casa se escucharon unos pasos y luego unos golpes en su ventana, al sacar la vista de mi celular me sorprendí al ver a Vale.
— Gracias a Dios que no te habías ido ya, deje mis llaves del auto en tu...- Vale se calló al momento en que sus ojos se fijaron en mí, y desvié la vista de inmediato.
Eso dejó aún más en evidencia que era un maldito cobarde. ¿Qué me sucedía?
Noté que Nikki se incomodó tanto como yo, lo cual me extrañó.
— Sí, sí, había olvidado que las habías guardado en mi abrigo cuando te lo presté.
Esta buscó de forma rápida atrás de mí, y Theo la ayudó, ya que estaba en los asientos de atrás.
Se las entregó y sin poder evitarlo levanté la mirada hacia su dirección.
Por supuesto Vale ni me prestó atención, sonriéndole a Nikki para luego despedirse tanto de ella como de Theo.
Al parecer esa era su decisión. Yo ya no existía.
🍀🍀🍀
La semana pasó más rápido de lo que pensé, iba a trabajar, almorzaba en el restaurante y aprendía ciertos trucos de Shane, volvía a casa, charlaba con Joyce, luego con Austin, y en la cena Alice siempre me preguntaba durante o después en mi habitación si me sentía cómodo o si necesitaba algo.
En realidad me había sentido muy a gusto, intenté de una y otra forma acercarme a Nikki, pero en realidad esa malcriada era imposible de entablar una conversación.
Ya era viernes y estábamos con Austin charlando en el jardín sobre cualquier estupidez. Ya era tarde, pero luego de insistirle varios minutos en su habitación logré que saliera a la terraza para charlar.
— Ya, ¿acaso me crees estúpido?
— Ah vamos, solo te pregunté cómo se veía.
— Sí claro, bueno siento desilusionarte campeón, pero es inalcanzable para ti.
— Al menos dime alguna actriz a la que se parezca, al menos para hacerme una idea.
— Mmm... una mezcla de Gal Gadot y Megan Fox.
Austin soltó un grito soltando una carcajada, produciendo que me ahogara de la risa.
— ¡No te creo ni una mierda!
Me encogí de hombros.
— Tú preguntaste, yo solo respondí. Si tanta curiosidad te da como es físicamente Joyce anda y pídele tocar su rostro.
— Claro, seguro voy ahora a la cocina y acepta - ironizó. — ¿Cómo no se me ocurrió?
Volví a reír y esta vez Austin se unió conmigo, llevándose a la boca la tercera cerveza de la noche que había robado de la cocina, mientras que yo aún seguía en la primera. .
— Me imagino la cara que te pondría Joyce, seguro sale corriendo.
— Ni me digas.
Debía admitir que quería tomarme cinco o más cervezas, pero debía contenerme, tampoco podía estar de invitado en esta casa emborrachándome con Austin.
Y al parecer el castaño aunque no me veía, leyó mi mente.
— Ya vamos, fue tu idea y seguro deben quedar...— esté llevó su mano al pack tocando las cervezas que quedaban. — ¡Te has tomado solo una! Oliver te obligo a beber conmigo.— este me pasó otra, y no tuve más remedio que aceptar.
— La última.
— Oh vamos, no he tenido una noche así en años, no me lo estropees, seguro en el Desagüe debías de tener fiesta casi todos los días.
— Todos. —le corregí.
— Y ahora estás pasando tu viernes por la noche conmigo, recién en tu segunda cerveza y comparando personas con famosos, ¿genial, no?
— Y con una pésima música. — agregué, a lo que Austin se llevó su celular para cambiarla soltando un bufido. — Ríndete de una vez.
Seguimos charlando de cualquier estupidez, Austin me contaba como habían sido sus años en la escuela, yo le conté un poco de la mía y sobre Joyce, quien era la única persona en común que teníamos.
No le puse atención a la hora, y de un momento a otro se escuchó un portazo en la entrada, y al sentir pasos hacia nosotros desvíe la vista y pude ver a Nikki quien nos observaba con el ceño fruncido.
— Son las tres de la mañana, ¿qué hacen aquí?
Austin de inmediato sonrió, al parecer ya le había hecho efecto la cerveza.
— Ven únete, Oliver me contaba cuando iba a la escuela con Joyce.
Por supuesto los ojos de Nikki me observaron sorprendida.
— ¿Eran compañeros? ¿Joyce también vive en el Desagüe?
Estupendo.
Asentí, llevándome la cerveza a la boca, no quería a Nikki aquí, pero al parecer para Austin la noche se había puesto aún mejor.
— Ella salía con un amigo de Oliver, pero ya rompieron. — pude notar una leve sonrisa en Austin, no pude evitar volcar los ojos.
Pensé que Nikki iba a irse, pero en cambio se sentó con nosotros junto a Austin, sacando una cerveza de la mesa.
— ¿Y dónde andabas?
Nikki lo pensó un momento observándonos, antes de responderle a su hermano, al parecer lo que más quería era que me fuera de ahí, pero no le iba a dar el gusto, le sonreí hipócritamente.
— Dani tenía la casa sola hoy, sus papás se fueron de viaje. Invito a todos los de ultimo año.
— ¿Y estuvo bueno?
— Al principio sí, pero luego todos ya estaban demasiado ebrios, Vale más que nada, hizo todo un show y tuve que cuidarla casi toda la noche.
— No me sorprende, ¿fuiste manejando? — le señaló Austin al escuchar al igual que yo las llaves que tenía Nikki en sus manos.
— Sí, mañana tengo que estudiar temprano.
— Ah, todos borrachos y tu sobria. Ahora entiendo.
Nikki se encogió de hombros, llevándose la cerveza a la boca, se podía notar que estaba muy fastidiada, pero no quería ir a dormir. No dije nada.
— Debimos haber ido Oliver, lo hubiéramos pasado de puta madre.
Me sorprendieron sus palabras, pero sabía que Austin no hubiera ido, solo lo decía porque estaba borracho y luego de hablar tanto de nuestras salidas pasadas sus ganas de ir algún sitio más el alcohol en sus venas era inevitable desear salir de su casa.
Observé a Nikki, quien nos miraba a ambos enarcando una ceja, seguro preguntándose qué maldito espiritismo le había realizado a su hermano.
— Mañana Logan invitó algunos del curso y amigos, si quieres venir Austin...
Noté que el castaño estaba indeciso, sin saber muy bien que decir. Pero respondió luego de unos segundos.
— Si Oliver va conmigo, si no quieres que le rompa el rostro a tu novio...
— Eh, ya basta con eso.
— Solo digo.
— No sé si sea una bue...
Austin dejó la cerveza en la mesa de la terraza con un golpe, interrumpiéndola.
— Oh vamos Nikki, basta ya con esa estupidez.
Ahora la castaña me observaba furiosa, seguro pensaba que había sido mi plan, o algo así, yo desvié la vista, no iba a meterme en su pelea de hermanos. Y menos iba a ayudar a Nikki con alguna excusa de que no podía ir, si Austin quería ir conmigo y bastaba para que saliera de esta casa para mí era más que suficiente.
— Bien, pero tu escúchame bien. — sin ganas me volteé a verla. — No quiero ninguna sorpresa, ni que causes ningún alboroto, ¿entendiste?
Asentí, no iba a responderle con palabras, si había una persona que podía arruinar la noche graciosa que habíamos tenido con Austin era ese demonio.
— Ahora a dormir, los dos, es muy tarde ya. — esta observó su reloj en la muñeca, y al ver que ninguno le hizo caso, se acercó a mi para agarrarme de la chaqueta para que me enderezara.
Le agarré de inmediato el brazo para moverlo a dirección contraria, estaba cansado que me tratara como si fuera un muñeco, Austin luego de decirle una decena de veces que quería quedarse ahí, terminó cediendo, si algo tenía razón esa malcriada era que, si nos habíamos pasado con la hora, y no quería despertar a nadie.
Acompañé a Austin a su habitación, a lo que este sonreía hablándome de cualquier estupidez.
— Mañana podemos darle una golpiza a Logan, ese maldito hijo de...
— Ya Austin. — solté una carcajada, pero intenté que el castaño se metiera a la cama. — Mañana planeamos la golpiza que le daremos, ¿bien?
Este me sonrío cerrando los ojos al adentrarse en su cama, balbuceando cosas sin sentido, y me encaminé a la puerta.
— Oliver. — me da la vuelta hacia su dirección. — Mañana podríamos invitar a Joyce.
Me mordí la lengua para no reírme, al parecer estaba muy borracho.
— Claro Austin, buenas noches.
Cerré la puerta y me recargué en ella un instante, aun no podía creer que me estaba encariñando con él, pero al mismo tiempo la culpabilidad me invadía en cada parte de mi cuerpo. Caminé por el pasillo a mi habitación, y al llegar sentí un ruido en la habitación de Nikki que estaba abierta, y a pesar de que tenía unas ganas enormes de irme a dormir, me asusté al escuchar el ruido de algo impactando al suelo, quebrándose.
Entré sin saber muy bien lo que hacía, y no vi a Nikki en su habitación, pero la luz del baño de su habitación estaba prendida, por lo que me acerqué y sin pensarlo abrí la puerta.
Nikki estaba hecha un ovillo en el suelo junto a el inodoro, había vomitado dentro y un poco afuera, recordé lo que había ocurrido la semana que había llegado a esta casa, y de cierta forma no supe que hacer, al parecer se le había caído un vaso de agua que tenía junto al lavamanos.
Ella no había notado mi presencia, estaba con los ojos cerrados y con la respiración agitada, lagrimas caían por sus mejillas y parecía estar teniendo un ataque de ansiedad.
Lo había visto antes, incluso en mis propios amigos, Tony en ciertas ocasiones le había ocurrido, y nos costaba mucho calmarlo, pero esta vez ver a Nikki, la chica que se mostraba fuerte y amenazadora, parecía una niña pequeña escondida entre sus brazos y piernas.
Acerqué mi mano a su espalda desnuda, parecía que había ido al baño a ponerse el pijama, pero había quedado en bragas y sujetador cuando empezó a vomitar, intenté no asustarla, pero al momento de colocar mi mano en su espalda abrió los ojos de inmediato, dando un salto.
Supe que iba a comenzar a gritar cuando abriera la boca, y de inmediato coloqué mi mano en ella.
— No grites, eh escúchame, solo quiero ayudarte. — esta negaba con la cabeza intentando salir de mi agarre. — Nikki, eh, solo quiero ayudarte, voy a sacar la mano, pero no despiertes a toda la casa. — le susurré acercándome a ella, a lo que por un momento en que ambos son observamos fijamente, esta asintió.
Saqué mi mano de su boca, y esta empezó a respirar muy agitada, y noté que le estaba costando mucho poder calmarse, intentó enderezarse, pero se tropezó mareada. La agarré del brazo y el costado de su cintura, y cuando quizá salir de mi agarre la tomé con ambas manos de los brazos para que no lo intentara sola nuevamente.
Escuchaba su respiración agitada, le estaba costando mucho respirar, y se estaba ahogando.
— Mírame. Nikki, respira. Tranquila, ya he visto esto antes, por favor, respira tranquila. Intenta calmar tu respiración. — dudaba si hacerme caso, intentando zafarse nuevamente, pero finalmente cedió. — Bien, no voy hacerte nada, solo cálmate, piensa un lugar feliz, hazme caso Nikki. Cierra los ojos e imagínate en ese lugar, intenta respirar, uno... dos... tres... cuatro... vas bien, sigue así... — iba enumerando, a lo que esta cedió, contando conmigo mientras respiraba.
Poco a poco Nikki fue relajándose, los temblores fueron apagándose y la castaña luego de unos largos minutos fue entreabriendo los ojos para observarme fijamente.
— ¿Quieres que vaya por Alice? — le pregunté aun sin soltarla, a lo que negó de inmediato desviando la vista de mi para soltar un largo suspiro, evitando mi mirada. — Voy a soltarte, pero si estas mareada me dices.
Le solté los brazos, a lo que Nikki se apoyó en la pared del baño, quedándose ahí un momento, para luego bajar los ojos al desastre que tenía en la habitación, y noté como empezó a volver sus temblores.
— Yo limpio esto, sal de aquí. — antes de que pudiera siquiera protestar la saqué del baño encaminándonos a su cama, Nikki por primera vez no dijo nada.
Fui al primer piso de la casa a buscar una pala y una escoba, al volver a la habitación Nikki me estaba dando la espalda en la cama, al parecer ya estaba dormida, entré al baño limpiando los vidrios rotos, y luego con papel higiénico fui intentando limpiar el resto de vomito que quedaba, sabía que no me correspondía hacerlo, pero de cierta forma sentí que Nikki si volvía al baño y veía esto podía volver a reaccionar con un ataque y ya con Tony me había quedado más que claro que no era una buena opción.
Al terminar salí del baño a la habitación de Nikki, y sin poder evitarlo le eché un vistazo a la pizarra, pero está en vez de tener mi nombre ahí, ahora estaba vacía, al parecer lo había borrado.
No era tan estúpida.
Me acerqué a ella para ver si estaba durmiendo, tomando el edredón de color blanco para taparla bien, y antes de irme le dejé en la cómoda esos yogurts que siempre la veía comiendo, quizás con todo lo que había vomitado después le diera hambre.
Cuando ya estaba por salir no pude evitar darme la vuelta a su dirección.
— Sé que estas despierta. — no dijo nada, y no pude evitar volcar los ojos. — Sé que mañana actuaras como si esto nunca hubiera pasado, pero necesitas ayuda. — en ese momento iba a decirle que hablara con Alice, pero vi una oportunidad. — Sé que no confías en mí, pero he visto esto antes en el... ya sabes, "del puto hoyo de mierda de dónde vengo". — ironicé. — Si necesitas algo estoy en la puerta de al frente.
Pensé que iba a decirme algo, quizás insultarme, o arrojarme el maldito yogurt, o quizás simplemente un "gracias", pero por supuesto Nikki Hamilton era imposible de leer, y no dijo absolutamente nada, ni siquiera se movió.
Pero estaba más que seguro que me había oído, y más allá de las palabras que le dije, no era eso lo que la impidió responderme, estaba avergonzada, verse frágil frente a mí, ella había estado jugando conmigo a ser la típica niñata malcriada de piedra, y ahora me había dado cuenta de que el problema no era que no tenía sentimientos, sino que, al revés, y estos, la estaban superando a un punto de estar llevándola al límite.
Pero, ¿por qué?
Quizás esa era la única forma de acercarme a ella, descubriendo sus miedos y lo que escondía. Sonaba feo, pero simular preocuparme por ella quizás era la única forma de que Nikki confiara en mí, y de una vez por todas dejara de intentar arruinarme la vida.
Y la invitación de mañana a la casa de su novio era un buen comienzo para descubrir lo que le sucedía.
Iba adentrarme a mi habitación, pero el sonido de un mensaje en mi celular me dejó extrañado rebuscandolo en mi pantalon, ¿quién me escribiría a estas horas?
Effy:
Tuerca por favor llamame, sé que no quieres saber nada de él, pero Trevor te necesita. Quiere verte.
Me quedé congelado, ¿mi hermano? Ya habían pasado dos malditos años en que le había dejado muy claro que no quería saber nada de él nunca más en mi vida.
Parecía grave, quizás tenía que ver el mensaje que me había dejado hace unas semanas de que saliera de esa casa, que no estaba a salvo.
¿Pero de quién? ¿Marcel? ¿Alice?
🍀🍀🍀
Hola, ¿qué les pareció? Sé que muchas novelas aquí en Wattpad todo pasa muy rápido, pero como ya ven, yo no soy así, me gusta ir de a poco introduciendo a los personajes, y la trama, pero obviamente ya vienen muchas sorpresas.
No olviden en votar y comentar!!
Estuve muchos años fuera de Wattpad, y de a poco voy aprendiendo a entender mejor las nuevas funciones, por ello les dejó aqui el TRAILER oficial de la novela, el problema es que en algunos celulares deja ver, a mi en Youtube por mi celular si me deja cuando busco "Mi Injusticia soy yo", pero por Wattpad no, si no les funcionan pueden buscarlo en youtube, espero que les guste.
https://youtu.be/QkiC5zoE5Uk
Saludos y cuídense mucho.
J. Rosewell
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