¡Por puta!
—Fue tan mágico... jamás me había sentido así.— dije mientras empujaba el carrito, pues Abby y yo estábamos en el supermercado
Creo que jamás en mi vida había estado tan contenta. Jace es el mejor de todos y no me cansaré de decirlo; incluso hoy en la mañana se encargó de enviarme un gran ramo de flores con dos paquetes de oreos.
Sin duda el mejor regalo de todos...
Amo a mi idiota y no dejaré de decirlo.
—Bueno, primero que todo,— la copia barata de Taylor me miró— de nada por haber llamado a Jace y por haber hecho que dejaran de actuar como dos niños pequeños.
Me detuve y la abracé con emoción— Eres la mejor amiga de todas y te lo agradezco como no tienes idea, bocona.
Sonrió divertida— Por nada, amiga.
—Al estar cerca de él de nuevo, me di cuenta de lo mucho que me hacía falta. Es genial que estemos juntos nuevamente; creo que las relaciones se tratan de poder perdo....
Un gritito de Abby me interrumpió, sobresaltándome. La castaña se detuvo frente a un refrigerador— ¡Bingo!— lo abrió, y de él comenzó a sacar varios helados y los metió en el carrito— Oh, amor mío.— besó uno de ellos antes de ponerlo en el carro, al igual que los otros
La miré raro— Oh, gracias por escuchar mi historia acerca de cómo me siento por volver con Jace...— dije mostrando ironía
—Lo siento, ya sabes que este es el amor de mi vida...— alcanzó a decir antes de que una chica la interrumpiera
—Hola, no quiero sonar entrometida,— se paró frente a nosotras— pero la cosa es que sin querer he estado escuchando su conversación...— me miró— y quería preguntarte... ¿Acaso estás hablando de Jace Anderson?— cuestionó curiosa
Asentí, ignorando su atrevimiento al escuchar mi conversación con mi mejor amiga— ¿Conoces a mi novio?
La pelirroja hizo una mueca— Si, lo conozco, y muy bien... no quiero que pienses que soy chismosa, pero... Pienso que lo correcto sería contarte.— fruncí el ceño— No sé cuánto tiempo lleven juntos pero tengo que decirte que él y yo nos acostamos hace un par de días.— bajó la mirada algo... ¿apenada?
Miré de pies a cabeza a la pelirroja voluptuosa, la cual, para serles sincera, parecía recién salida de un burdel— ¿Por qué me dices esto?, ni siquiera te conozco...
—Simplemente pensé que debía hacer lo correcto, y lo correcto es proteger a cualquier otra chica del imbécil de Jace...
La miré sin creerle— ¿Ok...?, gracias por avisarme.
—No es nada... te recomiendo que te alejes de él. Por tu bien...— peinó su cabello con sus dedos, ¿su cabello?, más bien extensiones.
Abby tomó mi brazo y le regaló una sonrisa falsa— Gracias por ser tan considerada,— dijo con sarcasmo, que no pareció entender la pelirroja
Sonrió de par a par— De nuevo les digo que no es por nada... bueno, debo irme. Adiós.— se despidió con su mano y se alejó de nosotras
—No pensarás en creerle, ¿no?— preguntó Abby
—Siento que esa historia fue más falsa que su cabello, su trasero y sus senos juntos.
***
—¡Scarlett!— me llamó mamá desde el primer piso
Rodé los ojos... no me quiero levantar de mi cama— ¡¿Si?!— grité esperando respuesta de mi creadora— ¡¿Si?!— volví a preguntar— ¡¿Si?!
¡Demonios, no me quiero levantar!
¿No les ha pasado que su madre los llama y ustedes le preguntan que qué se le ofrece y en vez de contestarles, se queda callada?... me exaspera demasiado cuando mi mamá hace eso.
—¡¿Mamá?!— pregunté
No recibí respuesta...
Gruñí y me levanté de la cama. Salí de mi habitación y me dirige hacia la sala, donde se encontraba mi mamá con un ramo de flores. Fruncí el ceño— ¿Otro?— pregunté extrañada mientras me acercaba a ella
—Wow, cariño...— dijo mamá— al parecer Jace amaneció un poco detallista el día de hoy...— me entregó el ramo
Sonreí mirando lo hermoso que estaba el regalo de mi novio— ¿Un poco...?, un poco mucho.
Vuelvo y repito, amo a mi idiota.
No puedo creer que me haya enviado dos ramos de flores el mismo día.
Alguien tocó el timbre y mamá se aproximó a abrir mientras yo seguía admirando el ramo de flores— Oh, hablando del rey de roma... hola, Jace.— lo saludó y lo dejó entrar
—Hola.— Jace saludó a mi mamá y luego me miró a mí
—¿Te dije ya que eres el mejor del mundo?— pregunté con una sonrisa de oreja a oreja
Frunció el ceño— ¿Y esas flores?
—Ay, si, como si no supieras...— rodé los ojos— te amo, idiota.
Se acercó sin cambiar la expresión de confusión de su rostro. Tomó el ramo de flores— No es el ramo que te envié.
Confundida, revisé el ramo y encontré una pequeña tarjeta— "Por favor, perdóname..."
Aaron.— la leí en voz alta
¿Ok...?, juraba que el ramo era de Jace.
—Ya veo que ese chico no se cansa...— dijo Jace con molestia
—Pensaba que me habías enviado otras...
Colocó las flores en la mesa— Las mías estaban más lindas...— se cruzó de brazos— eso tienes que admitirlo... además, si el tonto quiere conquistarte debería haber sabido que tenía que enviarte oreos... pfff, todos lo sabemos.— rodó los ojos— Hasta mi tarjeta estaba mejor.
Su tarjeta decía: "Para la Cachetitos más cachetona del corazón de este idiota."
Reí— Las tuyas estaban mejores, cariño.— pasé mis manos alrededor de su cuello— Gracias, idiota mío.— le di un beso
—Obviamente... tu idiota tiene mejor gusto que ese ignorante.
***
—Jace... esta mañana nos pasó algo extraño a Abby y a mí...
—¿Qué sucedió?— preguntó
Le conté lo de la prostituta... perdón, la pelirroja.
—¿Qué?, eso no es cierto... no le creíste, ¿cierto?
Negué— No... no lo sé, algo en ella me decía que no debía confiar en lo que me decía... la verdad es que confío mucho más en ti.
—Aww, esa es mi Cachetitos...— pellizcó mis mejillas— Si no me equivoco, el nombre de esa chica es Marie. Solía acostarse con Austin... me la encontré en un bar hace un par de día y se me insinuó, pero la rechacé, y no sólo eso... estaba tan borracho que le vomité encima.— sonrió orgulloso
Escupí el jugo de naranja que tenía en mi boca sobre él— ¡¿Qué?!— reí
Me miró mal— Bueno, creo que acabo de recibir mi castigo por vomitarle encima a Marie.— señaló su camiseta llena de jugo
—Perdóname...— traté de dejar de reírme— es que es tan gracioso que le hayas vomitado...— continué riendo
¡Por puta!
¿Ya les dije que amo a mi idiota?
—Se lo merecía... por zorra.— dije
—Así es, por zorra.— Jace asintió
Le choqué los cinco— Ese es mi idiota.— lo miré con orgullo
Sonrió— Gracias por haber confiado en mí...
Esbocé una sonrisa— Bueno, pues le hice una promesa a mi idiota que tengo que cumplir, ¿no?
Me guiñó el ojo nos unió en un beso.
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