Capítulo 31.


—No sabía que te estabas quedando en la aldea— la voz de Sakura tras mío, me hizo sentir un poco incómodo.

—Volví hace unos días, necesitaba un descanso del viaje— mentí.

—Ya veo. ¿Te quedas por mucho tiempo más?, tal vez podríamor ir a tomar algo, cuando esté libre— terminé de retirarme mi calzado, para encender las luces del apartamento.

—No sé cuando vaya a partir de nuevo, pero te aseguro que será muy pronto— caminé hasta la puerta que conducía a la habitación, donde había llevado mis cosas y las de ___.

No mentía con mi último comentario. Desde que ___ recibiera el visto bueno de Tsunade para salir del hospital, me la llevaría a la casa del bosque tan rápido como pudiera, y la obligaría a descansar por el resto de su estado de gestación. Por su bien, y por el de la bebé.

Ya ansiaba estar nuevamente en casa, ahí donde podríamos estar tranquilos los tres.

—Sasuke-kun... ¿Por qué hay bolsas de pañales?— me detuve ante su pregunta, y miré de soslayo las bolsas que se encontraban en el taburete. Salí a relucir una con pañales que nos habían obsequiado Kakashi y Naruto.

—Naruto dejó esas bolsas aquí, no le des importancia.

—Sí, pero... ¿Por qué hay ropa de niña?, Naruto va a tener un niño— me frustré un poco al ver como ella revisaba descaradamente las fundas con los regalos para Sarada.

—Al inicio pensó que era niña— murmuré, tratando de quitármela de encima.

—No, que yo sepa siempre han sabido que esperan un niño— me estaba hartando de lo mismo. —Además, ¿por qué te lo dejaría a tí?, no es como si fueras a ser padre como él. Ni siquiera tienes pareja— sonreí de lado.

Oh Sakura, no sabes cuan equivocada estás.

Me permití pasar por alto su comentario, haciendo como si no escuché absolutamente nada. Luego de eso, salí a la pequeña salita y di una vista por encima. Le faltaba algo de limpieza. Debería hacerla antes de que le dieran de alta a mi esposa.

—¿Sasuke-kun?— ya me encontraba colocándome el calzado. Había visto lo que tenía que ver.

—Ya nos vamos. Gracias por la compañía— la pelirosa echó un vistazo a la casa, una última vez.

—Parece... Un lugar acogedor para que vivan dos personas— miré una última vez mi apartamento.

—Lo increíble es que vivirán tres...— susurré, sin percatarme bien de ello.

—¿Dijiste algo, Sasuke-kun?— negué, y la invité a salir de mi morada de una vez por todas.

.

.

.

—___ es una chica muy agradable, me sorprende que haya terminado casada con un hombre como tú— con mi orgullo algo herido, traté de ignorar el rudo comentario de la 5ta, mientras ayudaba a mi esposa a sentarse.

—Estoy bien, tranquilo— ___ se terminó de sentar sola, antes de mirar a Tsunade —¿Por qué todos dicen eso?.

—Bueno, no es que el teme sea una persona agradable a primeras vistas— ___ soltó una risita juguetona, mientras yo permanecía de pie a su lado.

—La primera vez que lo ví, su cuerpo estaba aquí, pero su cabeza en las nubes— mi esposa me hizo un lado, para sentarme junto a ella.

Y así lo hice.

—¿De verdad?, ¿cómo le conociste?— gruñí, tratando de cortar ahí la conversación. Pero al parecer mi esposa tenía en mente todo lo contrario.

—En unas escaleras— sonrió y acarició su vientre, mientras hacia una pequeña mueca de dolor.

—¿Está pateando?— cuestionó la rubia presente, mientras se acercaba a nosotros.

—Se está movie-... Ugh— la vi contraerse un poco.

—¿Todo bien?— cuestioné, mientras colocaba mi mano en su vientre, sobre la de ella.

—Se está acomodando y creo que me ha pateado una costilla— ___ colocó una mano en la cama y se apoyó en esta, mientras, con la mano libre, sostenía su vientre. —Sarada por amor a tu padr- ¡ay!— los dos rubios presentes comenzaron a reir. —No se rían, me está pateando las costillas— ante otro gemido de su parte, acerqué mi rostro a su vientre.

—Sarada— llamé con voz firme. —Estás lastimando a tu madre.

—Oye teme no seas tan rudo con la pequeña, solo está tratando de acomodarse— Naruto se acercó más a nosotros.

—Si está pateando las costillas puede indicar que todo va bien... ¿Me aclaras cuántos meses tienes?— ___ se acomodaba contra mí, mientras miraba a Tsunade.

—Estoy en el último trimestre, entrando al octavo mes.

—Bien, se está acomodando correctamente— anunció la rubia.

—¿A qué te refieres con eso?— cuestioné.

Ella me sonrió ligeramente, antes de responder.

—Sarada se está acomodando correctamente para el parto. La cabeza tiene que estar por aquí, ya— señaló el vientre bajo de ___. —Las cosas serán más fáciles así, solo tendrás que pujar lo necesario. Deberías quedarte aquí en Konoha, para poder atender tu parto yo misma.

___ y yo nos miramos. Sabíamos que se apróximaba tema delicado.

Mi esposa soltó un suspiro.

—No me gusta la forma en que hizo eso— los tres lo miramos — ya saben, eso que acaba de hacer— imitó el suspiro de ___ y las chicas presentes no pudieron evitar reír.

—Se llama suspiro, Naruto... Y... No tendremos a Sarada aquí en Konoha. Lo haremos probablemente en nuestro hogar, en Kirigakure— ambos rubios asintieron.

—Ya veo...— murmuró Tsunade.

—Pero si quiero que atiendas al parto, me sentiría un poco más segura... ¿Cómo sabré que el día se aproxima?— cuestionó ___, y noté cierto nerviosismo en su voz.

—No he tenido hijos para contarte a ciencia cierta y por experiencia propia, pero las embarazadas que he llegado a atender, dicen que el cuerpo te lo indica. Y como me contaste anteriormente que fue tu cuerpo el que te hizo sospechar de que estabas embarazada, entonces será fácil para tí saber el día que ocurrirá. Aunque bueno, no siempre se de así— mi esposa asintió.

—Podemos hacer lo siguiente— ambas me miraron— cuando entre en el octavo mes, me encargaré de contactar contigo, Tsunade, por medio de Naruto, te avisaré si nos vamos a movilizar y nuestra posición, además de los síntomas que presente ___ — la 5ta asintió, y así cerramos nuestro trato.

Más tarde, ya solos y con mi esposa permitiéndose tener el torso desnudo, para que estuvieramos piel con piel, planeamos cada detalle de lo que sería el nacimiento de nuestra pequeña bebé.

O al menos como nos gustaría que fuera.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top