Capitulo 2
No la volví a ver hasta casi dos semanas después. Tampoco pensé mucho en ella, pero si es verdad que varias veces, su sonrisa se apoderó de mis sueños. Y siempre que eso pasaba, me despertaba radiante.
Ese día llovía intensamente, y yo me había dedicado a dar un paseo por el bosque. Karin y los demás me habían pedido que nos quedáramos más tiempo, para ellos tomarse un descanso. Accedí sin pensarlo mucho, inconscientemente decidí que yo tambien necesitaba uno.
Siempre tuve un buen sentido de la orientación, pero ese día me falló. Con el cielo completamente negro y mi visión casi borrosa, lo único que podía distinguir era que me encontraba muy adentro en el bosque, debido a que llevaba horas caminando. Tal vez caminaba en círculos y no me daba cuenta de ello.
La casa se alzó 20 minutos después. No era una casa enorme, pero si se veía espaciosa, era de aquellas tradicionales, en las que solían construir en mi clan.
Verla me llenó de nostalgia, y al mismo tiempo me sorprendió. Pues allá en la entrada, se encontraba ella, mirando la lluvia caer.
Me escondí tras de un árbol y la observé. No creo que ella se haya percatado de mi presencia, pues su mirada seguia inmersa en la lluvia torrencial.
Ese dia no me acerqué a su casa, simplemente me quedé observándola de lejos, no me importaba estar totalmente mojado, pues estaba inmerso en ella. Hasta que no entró a su casa, yo no me marché del lugar. Y cuando lo hice, traté de memorizar el camino.
Dejé pasar los dias, uno, tres, cinco, hasta que nuevamente me armé de valor y me adentré al bosque. Mis pies caminaban solos, prácticamente, es como si desde hace mucho tiempo conocieran el camino que me llevaría hasta ella... Por última vez.
Esta era tan solo la tercera ocasión que la vería y ya la concideraba la última. Debido a que, con el equipo, habíamos tomado la desición de irnos de esa aldea, puesto que no habíamos encontrado nada de información relevante, y ya nuestro descaso acababa de concluir. Sin embargo, yo me encontraba aplzando mi partida, debido a que quería ver a aquella chica una última vez.
Me molestaba mucho, debo reconocer, cada vez que me encontraba pensando en ella, o cuando sentía de repente, el impulso de ir a verla a su casa. Lo odiaba con todo mi ser. Se suponía que yo no debía de preocuparme por nadie que no fuera mi equipo o mi persona. Hasta llegué a pensar que había tenido un amor instantáneo por ella, y eso me disgustó aún más. Pero luego me dí cuenta de que no era así, siimplemente consisitia en una especie de impresión que ella habia causado en mi, el día que nos conocimos... O eso me obligué a creer durante años.
Cuando llegué a su casa, ella se encontraba a fuera. Llevaba un vestido de color negro y miraba fijamente hacia el horizonte, nuevamente inmersa en sus pensamienos, siempre me preguntaba que era lo que tanto pensaba.
Mientras me acaercaba, pisé una ramita que causo un sonido estrepitoso, a consecuencia, provocó que ella saliera de su mundo de fantasía. Me miro durante unos largos minutos sin decir nada, pero su cara era todo un poema. A lo mejor no se esperaba para nada encontrame por estos lados.
Sin embargo sonrió, y yo contuve el aliento. Su sonrisa era identica a la de mi madre cada vez que llegaba de la academia, es como si te diera la bienvenida a casa de manera indirecta.
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