Capítulo 14.
Especial.
Debo aclarar que en esta narración, Sasuke tiene 32 años y por cuestiones que solo Kaguya entiende, se ha topado con la ___ actual, en sueños.
Veamos como reaccionan 💕.
Me encontraba sentado en medio de una cueva oscura. La sensación de desesperación en mi pecho crecía a cada respiración mía, y no encontraba forma de calmarme.
Respiré profundo y casi me ahogo, al sentir un peso enorme en mi pecho. Figuras distorsionadas se movían tetricamente a mi alrededor. Era como si la oscuridad hubiera vuelto a mí.
Miré a mi izquierda por instinto, y me pareció ver a mi padre mirándome con rudeza, y junto a él, mi madre negando decepcionada.
Y luego todos los que ahora consideraba amigos, me mantuve firme, y afronté la situación, hasta el que pensé sería mu último suspiro.
La opresión en mi pecho era fuerte y contínua, mi visión estaba empezando a empañarse, no me dí cuenta en que momento las lágrimas se alzaron.
Los gritos y lamentos, incluso palabras decepcionantes resonaban en mi cabeza. Cerré los ojos casi al instante, no me sentía con la suficiente fuerza para afrontar toda mi oscuridad.
Unos pequeños llantos se escuchaban a la lejanía. Provenían de un bebé.
Cuando fuí capaz de reaccionar, me di la vuelta, y al final de la densa oscuridad, había un pequeño punto de luz.
Los llantos cambiaron a risas, mientras avanzaba a paso lento, risas juguetonas.
—¡Papá!— me detuve en seco.
Gemí al escuchar esa voz.
Inmediatamente comencé a correr, ya no me importaba la oscuridad tras mío, o a mi alrededor. Me importaba mi bebé.
Mi bebé... Mi esposa.
—Te amo, mi amor— la voz de mi amada resonó por todo el lugar, y aquel pequeño punto de luz se agrandó.
—Te quiero mucho, papá...— cerré los ojos ante la fuerza con la que me azotaba la claridad.
Me encontré jadeando, frente a una castaña que jugaba con las flores de un pequeño claro.
—¡___!— grité con todas mis fuerzas, y ella se dió la vuelta casi al instante.
Corrí hasta su persona, y me arrodillé a su lado, la sorpresa me vino de impulso, en cuanto reconocí que aquella jóven sí era ___, pero más jóven.
Mi corazón se estrujó.
Yo había cambiado mucho con el paso de los años, y probablemente ella no me reconocería, no con la apariencia que tengo ahora, ya de 32 años.
Por su aspecto y su largo pelo, calculé que debería estar rondando por los 19 años.
Mi garganta se secó, al pensar la serie de sucesos que nos acarreó el tener 19 años. Nuestra vida cambió para siempre.
Mi vida... Mire de manera indiscreta su vientre, ¿estará ya embarazada?.
—Sasuke...— me sorprendí al ver lo rápido que se le hizo reconocerme. —Oh por Kaguya... Mírate, estás... Dioses— su mirada me recorría de arriba a abajo.
—Hmph... Me sorprende que me reconozcas— estiré dubitativo mi mano, hasta su mejilla. —¿Qué... Qué edad tienes?— su mirada seguía puesta en mí, aún cuando mi mano acarició su suave mejilla.
—Acabo de cumplir los 19 años— me permití sonreir un poco.
Mis cálculos no habían fallado. Entonces mi yo pasado, que la acompaña, debe de tener la misma edad.
Sin embargo ella aún no estaba embarazada.
—Comienzo a sospechar que pronto lo estaré— respondió, casi como si pudiera leer mis pensamientos.
—¿Cómo sabes que...?— ella se ruborizó.
—Hemos estado... Haciendo el amor de forma desenfrenada últimamente... Siento mi cuerpo cambiar, es como si se adaptara para la llegada de ese algo.
Sonreí al recordar esos momentos. No estaba embarazada, pero su cuerpo estaba ya preparándose para ello. Y años después descubrí que el mío también se preparaba para la llegada de...
—¿Puedes contarme como fue?— negué y me acomodé mejor a su lado.
—¿Por qué no tratas de vivirlo sin que yo te diga?— asintió, apesadumbrada.
—¿Qué edad tienes?— cuestionó.
—32.
—Oh...—no podía dejar de mirarla, se veía tan frágil... Sentía un enorme deseo por abrazarla con fuerza.
—___— llamé su atención —¿Estás bien con la idea de que... Pronto...?— ella hizo un movimiento con la mano, como restándole importancia a mi pregunta.
Me callé unis segundos, y recordé su abultado vientre. Lo feliz e infeliz que fui durante todos esos meses de espera.
Lo preocupado que estuve, por ser un "buen padre". Esos fueron los meses más caóticos de mi vida.
Y aún así ___ siempre encontraba la forma de alivianar todo ese peso.
Y las pequeñas patadas provenientes de su vientre también.
Todavía recordaba el día que nos enteramos de que, ya era verdad... Aunque yo... Yo lo sentía de antes, así como ella en silencio sentía los cambios de su cuerpo, que no se atrevió a contarme hasta después.
Pero no la culpaba, debía de estar asustada, buscando comprender que era lo que sucedía con ella...Mi hermosa castaña...
La claridad a nuestro alrededor se había tornado casi como una bruma que resultaba muy espesa para los ojos.
Su mano buscó la mía.
—Te amo— murmuró, mientras se acercaba a mi, y sus labios acariciaban los míos.
—Yo también te amo, y mucho— su nariz rozó con la mía.
La bruma se hacía mas espesa, se me metía en los pulmones y me costaba respirar, pero debía ser fuerte, quería ver esa versión de ella lo más que pudiera.
—Sasuke...— susurró.
—Aquí estoy amor, no temas— su agarre a mi mano se afianzó.
Intente agudizar mi vista, pero solo alcanzaba a distinguir nuestras manos tomadas con fuerza.
Arrastré su cuerpo al mío, y alcancé a ver por los pelos sus labios, rápidamente los apresé con los míos, siendo mi beso correspondido.
Lo último que ví, fue el resplandeciente brillo de su anillo de compromiso, junto al mío de matrimonio...
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