capitulo 86
Al cumplir su objetivo y castigar por unos cuantos días más al que un vez se creyó el mas indestructible alfa, las pareja de alfas se encargo de llevar Dámaso Reyes a un instituto donde solo habitan alfas los cuáles se encuentran cumpliendo diferentes condenas, se podría que Dámaso se encargará de aliviar el rut de ellos ya que, se convirtió en lo que mas odiaba, en un Omega. Tal vez es un castigó demasiado fuerte pero se lo merecía por todo lo que hizo y no pensaba tenerle compasión a los enemigos.
Lo mismo iba para Albie no le hicieron cosas feas porque no llego a lograr su cometido, pero no por eso lo iban a dejar libre y darle la oportunidad de hacer algo contra ellos por lo que le dieron escojer, "Vivir encerrado en una estrecha habitación o irse a un diferente mas específica al otro lado del mundo." El prefirió marcharse aún cuando sabía que sería a una pequeña islas, tendría que sobrevivir a base de sus esfuerzos porque en ese lugar ninguno de los habitantes le darán las cosas gratis como estaba acostumbrado.
De igual manera Alan y Nick tenían pensado enviar varías personas en cubierto para que vigilen sus pasos, medía cosa sospechosa que haga y será eliminado porque si ambos mostraron un poco de compasión por Albie fue gracias a Mateo. Él le comentó que Albie fue también víctima de Dámaso y aunque mostrará una similitud con su padre aun estaba a tiempo de enderezar, por eso les pidió que lo enviaran lejos donde no tuviera la oportunidad de usar su cuerpo para lograr las cosas. Y, así fue.
Con respecto a los demás hermanos de Mateos eso fueron liberados de la casa (prisión) donde sus padres los mantenía alejados del mundo enteró porque al ser Omegas no iba a permitir que sus cuerpos fueran profanados. Fue Mateo el que se encargó de explicarles las cosas y advertirles que les pasará si siguen el mismo caminó de su padre.
Los mayores le pidieron perdón de rodillas a Mateo, el solo los vió diciéndoles los siguente; "No tengo nigún sentimientos hacia a ustedes y sigamos viviendo como lo hemos hecho estos últimos años, que estoy muerto. No tengo ni quiero relacionarme con ustedes solo vivan para ustedes mismos como lo estoy haciendo yo." Dicho eso se marchó. Desde entonces ya paso bastante tiempo y no se han vuelto a ver y ninguno de ellos a intentado contactar a Mateo, saben que no deben de ser egoísta, tampoco lo merecen.
Cada uno de los hermanos de Mateo se quitó el apellido Reyes y se pusieron el de sus madres, nadie sabían cómo eran los hijos de Dámaso a excepción de Albie. Dando las gracias porque de esa manera podrían integrarse a la sociedad sin que los reconocerán como hijos de Dámaso Reyes.
Fue así como la paz y felicidad volvió a la familia Castillo, Davies, siguen sin bajar la guardia pero desde entonces todo se siente muy liviano y relajante para ellos. Alan y Nick ya no podía sentir a nadie asechando sus pasos, al principio no entendían del porque esos agentes del destino no volvieron a mostrarse luego de acabar con Dámaso.
La pareja de alfas no sabían ni se enteraron de lo que pasó en la sala donde estuvo Dámaso, sobre lo que el pequeño pez le hizo a ese agente del destino que causó todo ese caos, tomándose libertades que no le correspondía solo porque el bisabuelo (Dios que creo el destino todo lo que tenga que ver con ello) de Jackson se encontraba durmiendo mientras recuperaba las energías que había perdido por retroceder en el tiempo.
Fue el bisabuelo de Jackson el que fue por ese agente del destino y le prometió a Jackson no interferir con nigún otro humano, que el destino iba estar solo que no iba a forzar a nadie aceptarlo. Si mas de alguno lo rechazaba él iba a respetar esa decisión, también le prometió liberar el alma de su abuelo para que reencarne y se encuentre con su amado, en otra vida los padres de Nick si podrá ser feliz. Con respecto a Michael, a él también se le iba a dar esa oportunidad solo que al reencarnar lo hará sin nigún recuerdo y cabía la posibilidad de que no lo haría en este mundo.
—¡Kory. Mirá, lo que me encontré!—Llama la atención del contrario mientras sostiene en sus manos una esfera de nieve con dos pingüinos dentro.
Ellos dos habían acompañado a Alan y a Nick ha comprar todo lo que tenga que ver con las decoraciones navideñas, la pareja de alfa no tenía pensado traer a Kory pero este siempre solía llegar justo a tiempo, no podían rechazar la petición de su pequeño pez de ojos brillantes mientras les pide que dejen que Kory les acompañe.
—Bonito, ¿verdad?—Sonríe ampliamente con su mirada fija en esa esfera.
Como última cosa el bisabuelo de Jackson también tomó los recuerdos dolosos del pequeño, creyó que no era justo que Jackson tuviera que vivir mucho menos seguir siendo tan maduro, en esta vida tiene que comportarse y actuar solo como el niño que es.
—Sí.—Sus ojos se encuentra fijos en el rostro sonrojado de Jackson a causa del frío, anda bien arropado que lo único que podías observar eran sus mejillas regordetas.—Verdaderamente hermoso.
‹Vestido de esa manera se igual que esos pingüinos dentro de la esfera, tan bonito que dan ganas de pellizcar sus mejillas y darle un beso en su pequeña nariz.› Kory miro a todos lados viendo que la pareja de alfas como los demás no estén mirando a su dirección.
—¿Kory?—No comprendía del porque de un segundo a otro el mencionado puso sus manos sobre su rostro, acariciando sus mejillas.
‹Esta muy cerca de mi rostro al grado de ver un poco de blanco en sus pestañas a causa de los copos de nieve cayendo, tan cerca que su respiración roza mis heladas mejillas dándoles un poco de calor.› Jackson mantiene un cálido contacto visual con Kory.
—¿Sucede algo?
—No, nada.—Responde Kory.—Solo quería hacer esto.—Besa la nariz de Jackson, cambiándole el color de sus ojos.
‹¡É-Él me beso! Aunque no haya sido en los labios sino que en la nariz pero sigue siendo un beso, ¿verdad? Yo, fui besado por un chico y no cualquier chico sino que Kory.› Los latidos de su corazón eran tan fuertes que podía escucharlos en sus oídos, sus mejillas ardían tanto que le preocupaba que las manos de Kory se quemarán.
—¿Quién te dió permiso de hacer algo como eso?—Lo agarra del cuello de la camisa.
—Yo...—Se puso muy nervioso al ver la seriedad en el rostro de Jackson.—No quería incomodarte ni mucho menos asustarte, yo...
—Si vas hacer algo entonces hazlo bien.—Suavemente sus labios caen sobre los del contrario, dejando a Kory perplejo y con el corazón latiendo a mil por horas.—Ya estás marcado con mi saliva, o, ¿debería orinarte como los perros al marcar su territorio?—Sonríe tiernamente.
Si Alan y Nick escucharán tales palabras se morirían o enviarían a Kory a una Isla desierta, seguramente también a Oliver porque sería el primero en quien sospecharía con respecto a enséñarle ese tipo de cosas; equivocados no estarían porque es muy propio de Oliver el hablar antes de pensar.
—Solo ten en cuenta que eres mío.—Sale huyendo con sus mejillas rojas, rojas, sin dejar de sonreír. tímidamente mientras pega pequeños saltitos.
—¿Qué?—Frota sus dedos sobre sus labios que aun se sienten tibios por ese puro beso.
Kory sigue en la luna sin saber que tan real es lo que acaba de suceder, el regalo de santa claus se lo habían dado una semana antes de que llegue tal día festivo.
—Pequeño pez, espérame.—Solo entonces reaccionó y corrió detrás de Jackson.
Alcanzo a Jackson solo para detenerse de golpe y encontrarse con las miradas intensas del par de alfas, como si intuyen lo que sucedió no hace menos de un minuto.
—Papá, padre, miren.—Les muestra la esfera para que dejen de apuñalar con su mirada a Kory.—¿Puedo tenerla?—Pregunta.
—Puedes tener todo lo que te guste de este lugar.—Le entregan una tarjeta negra.—No hay límite en ella.—Ambos besan las mejillas de su pequeño.
—Entonces le compraré algo a Kory también.—Guarda la tarjeta en su billetera que es en forma de sol, no tenía ni una sino que como cinco que se las han dado sus abuelos, tío, primos, bisabuelos.
—¿Quieres algún regaló, Kory?—Interrogan los dos alfas al pobre Kory.—No, ¿verdad?—Sonríe lo cual no se puede considerar una sonrisa.
—Si es de Jackson entonces sí, si lo quiero.—Sonrío aunque por dentro gritaba y ni podía tragar correctamente su saliva mientras evita las asesinas miradas de los dos alfas.
—Sus regalos ya los compré, papá, padre.—Extiende sus bracitos para que sus padres lo levanten.—Mi tío Oliver me ayudó a escogerlos desde hace una semana.—Besa la mejilla de sus padres.
—Ya escuchaste.—Expresa al unísono todos orgullosos.—Somos los primeros en el corazón de nuestro pequeño.
Kory mejor se guardo para si mismo lo que pensaba y lo que le gustaría decir, porque si lo decía en voz alta entonces corría el riesgo de no pasar navidad con Jackson y todo menos eso. Por lo que prefirió no contradecir a esos dos alfas solo por hoy, solo está vez planeaba ser vencido por Alan y Nick. Aparte, él ya había recibido un obsequio mucho más dulces.
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