capitulo 82

Albie no ha podido procesar el hecho de que la persona que le gustaba era nada menos que su sobrino, eso fue un shock y sumándole la verdad tras la muerte de su madre lo termino por dejarlo en el limbo.

‹Me enamoré a primera vista de mi...› Ni siquiera podía terminar la frase, se sintió sucio y cuando recordó lo hablado con su padre (de que quería a Alan para él sin portar que fuera familia) solo provocó mas asco.

Después de todo si era importante el hecho de que son sobrino y tío por lo que solo quiere vomitar. Albie no estaba tan podrido como su padre, ¿quizás?

‹Ni siquiera puedo dormir, cuando cierro los ojos solo puedo ver la cabeza del mayordomo, esos ojos cual pescado muerto... horrible.›

Tres días habían pasado desde que Mateo volvió a mirar cara a cara a su padre, enfrentado sus miedos y por fin tener el coraje de decirle lo mucho que lo desprecia, que ya no le teme y mucho menos va a caer ante sus amenazas, trampa.

Damasón seguía con la mirada perdida mirando los fríos ojos de su fiel mayordomo, queriendo no recodar aquel hombre de ojos lila, la única persona que lo comprendía y lo apoyaba ciegamente en todo lo que hacía. Ese hombre que cuidaba su espalda, su sombra. La única persona que de verdad quiso pero que gracias a sus ambiciones lo termino perdiendo.

El alfa creía que su fil guardaespaldas era muy fuerte, que no tenía rival cuando de pelear se trataba, y no era mentira. Era muy bueno pero había alguien que rivalizaba con él, y ese era nada menos que Alejandro Castillo.

Damasón creía que Alejandro solo era un chiquillo mimado, que obtenía todo lo que sus padres le daban. Confiando eso mando a su fiel guardaespaldas en busca de Mateo, (al enterarse que seguía con vida) estuvo a punto de llevarse a Mateo devuelta con los Reyes, sin embargo Alejandro llegó justo a tiempo.

Se desató un lucha entre los dos alfas como dos bestias salvajes, nadie podía acercarse porque a su alrededor había una explosión de feromonas queriendo ahogar al contrario mientras se debaten a puño limpió. (El guardaespaldas en nigún momento quiso jugar sucio, lucho limpiamente) pero el vencedor fue Alejandro tras desgarrarle la garganta. Y como advertencia envío lo que mas le gustaba a Damasón, la cabeza.

‹No puede ser posible que se haya dejado vencer tan fácil, mi mayordomo no era tan débil para caer así de rápido. ¿Había algún topó en mi gente o solo subestime a mí nieto? Aun así no debería de haber sucedido eso, mi mayordomo debió de enviarle un mensaje a Mateo con respecto a que teníamos el cuerpo de su madre. ¿Entonces por qué?›

Mateo mucho tiempo que se despidió de su madre y le perdonó por verlo atraído al mundo, a sufrir cuando sabía la clase de persona que era el hombre del cual se enamoró. Por lo tanto era imposible que cayera en la trampa de Damasón, tampoco tenía pensado recuperar un cuerpo que posiblemente está echo jirones.

Mateo no quiere ver de esa manera el cuerpo de su madre, tampoco tiene los ánimos de tratar con su padre. Él solo quiere descansar de todo esto, poder arrancar la página y quemarla para sacarlo de su vida. Pese a eso, lo iba hacer. Él sería quién eliminaría a su padre, pero Alan no se lo permitió porque sabía que Mateo solo quería olvidar.

Alan le dijo a su papá que sería el quien se encargará de todo, junto a su amado Nick. Las dos personas que mas han sufrido a causa de Damasón, tenían que desatar toda su frustración y enojo con él.

—¿Qué está pasando?—Preguntó entre susurros.

No entiendo esto y ya pasaron tres días pero sigo sin entender nada, esa persona llamado Mateo es mi hermano mayor. Sin embargo, ni siquiera me dio una mirada cálida, nada. Me tenía más odió que sorpresa por saber de mi existencia, ¿ya sabía de mi existencia?

¿Qué le hizo mi padre para que le tenga tanto odió? Él no ha querido decirme nada, desde que vió lo último que quedó del mayordomo mi padre se quedó en transe.

—¡¿Qué hiciste para que nos odie de esa manera?!—Mira fijamente a su padre.—¡¿También causastes la muerte de su madre y lo camuflajeastes como un accidente?!—Gritó e impaciente.

‹¡¿En serio mi padre hizo algo como eso?! ¿Por qué? ¿Por qué me engaño todo estos años? He odiado a mí mamá cuando su único pecado era querer llevarme lejos.› Albie se ha estado autoengañando estos últimos días, queriendo creer únicamente en su padre.

Que todo lo que dijo Mateo era solamente un gran mentira para ponerlo encontra de su padre, pero hoy ese autoengaño no pudo mas y solo le toca aceptar que su padre nunca fue lo que lo mostró y posiblemente nunca lo a amado.

—¡Respóndeme, papá!—Sus ojos se vuelven un mar de lágrimas.

—Albie, tranquilo.—No quiero verlo así, él es mi orgullo y a sus ojos no puedo verme como un ser despreciable.

No me deshice de todo lo que lo hace débil como para que termine de está manera, él no debe de mostrar sus sentimientos y mucho menos dejar ver lo que piensa, siente. Él tiene que seguir actuando tal y como lo hago yo, por eso somos iguales. Hechos a la semejanza del otro.

—Padre...—Toma fuerza para preguntar lo siguente y prepararse para la respuesta.

Ya ni siquiera debería de decirle padre, no se lo merece pero sigo queriendo creer que yo no soy igual a mis hermanos mayores. Que por mí aunque sea un poco pero siente cariño, no importa si es una miseria.

—¿Alguna vez me has visto como tú hijo?—Agarra con fuerza los barrotes de la jaula.—¿Me quieres aunque sea un poco por lo menos?

—¡Eres mi hijo!—En este punto dejo de preocuparse de que alguien esté escuchando, no podía permitir que su hijo lo malinterprete.

Sino le había querido decir nada es porque no quería que Alan, se desquite con Albie para ejercerle dolor a él. Es por eso que prefería callar, sin embargo ver a su hijo en ese estado lo pudo ansioso. Terminando por decir que sí.

—Te quiero, ¡claro que te quiero!—Exclamó.—¡Eres mi pequeño Albie!

Albie es muy diferente a todo mis hijos, desde el momento en ví sus ojos supe que era especial. Él nació para ser una existencia mas que solo excepcional, era igual que yo en todo los aspectos.

Me puse feliz de por fin encontrar alguien idéntico a yo, alguien que cuando creció no le importaba nada mas que solo sus intereses, es por eso que tuve que endurecer su corazón con la muerte de su madre. No podía permitir que a mí pequeño que iba a crecer a mi semejanza se volviera alguien débil. Tenía que volverlo fuerte como yo, que no le importará ni anhelara amor familiar eso es solo una estupidez.

Mi Albie es quién me iba ayudar a cumplir mis objetivos y así fue; su belleza es tan cautivadora al igual que sus feromonas que todos caían a sus pies, y yo obtenía lo que quería de esas personas. Eso sí, jamás permitiría que uno de esos cerdos lo tocaran, eso sí que no.

—No es así padre.—Sonrio tristemente.—Lo que tú vez en mi es un especial objeto, una cajita mágica que te da todo lo que quieres.—Gotas de aguas mojan sus piernas, sollozando amargamente.—Seamos sinceros, a tus ojos nunca he sido un hijo...y sino tuviera alguna utilidad me hubieras tirado al igual que mis hermanos...que Mateo...

—¡No, créeme que no es así!—Exclamo.—Eres mi hijo, en serio eres mi hijo...solo espera, ¿sí?—Su voz casi se rompe a medió camino.

A su manera retorcida pero sí, Damasón veía a Albie cómo su hijo, lo quiere a pesar de ser imposible pero lo hacía. Después de todo es al único hijo que crío desde pequeño, cuidó y cambio sus pañales.

Por lo que a Damasón las palabras y expresión de dolor en Albie, le están causando un agobiante dolor. Una enorme impotencia por no poder arrullarlo en sus brazos y decirle que en verdad lo quiere, que es su pequeño.

—Te explicaré todo cuando salgamos de aquí solo no caigas en sus provocaciones.

—¡¿Crees que vemo a salir de aquí?!—Una sonrisa burlesca adorno sus labios ya maltratados por tanto morderse.—¡No saldremos de aquí!—Exclamó.

‹Es obvio que este será nuestro fin, lo vi en los ojos de Alan. Él me miró sin emociones en sus ojos, pero sabía que quería sacarme los ojos e incluso cortar mis manos por querer tocar a su hombre.› Se abraza asimismo con terror al recodar esa mirada, el olor de esas penetrantes feromonas rompiendo su piel y garganta.

Su cuerpo tiembla descontrolado de solo pensar lo que le llegarán hacer, no quería volver a olor las feromonas de Alan. Sus piernas se vuelven flácidas de solo pensarlo.

—Ellos nunca nos dejarán salir, lo ví en sus ojos...¡¡Ellos te quieren ver completamente destruido!!—Lo golpeó con la dura realidad.—Y ahora yo también quedé envuelto en todo esto.—El brilló en sus ojos se va apagando.—¿Por qué me sorprendo? Debí de verlo venir desde el momento en que empecé hacer lo que hacía para ti.—Mira su padre.—¡Me haz enviando al matadero!—Sonríe.—¡Ese es tu amor por tu hijo, padre!

—¡Albie...!

—Muy conmovedor su charla entre padre e hijo.— Limpia sus “lagrimas” con el pañuelo que le entrego Nick.—¿Verdad, cariño?

—Sí.—Abraza por la espalda a Alan.—Es como estar viendo una película, una de mala calidad por supuesto.—Besa la mejilla de Alan mientras mirá fríamente a Albie.—Alan es solamente mío y si aún no te saco los ojos, extirpo tu cerebro es porque mi hombre tiene algo mucho mejor preparado para ti.—Declaró entre gruñidos, mostrando sus filosos colmillos.

—Tranquilo, no gastes energías con cosas tan e insignificantes.—Acaricia la cabeza de Nick.

—Sí.—Como buen perro se emociono y movió la cola al sentir los mimos de su amado.—Dejemos esto y solo llevemos al anciano a su nuevo hogar.—Su expresión cambio totalmente para poner una sádica al igual que la de Alan.

—¿A dónde llevarán a mi padre?

—No veo nada malo en decírtelo.—Ve fijamente a Albie.—A tu padre le encanta hacer investigaciones, escuchar los gritos de sus sujetos de investigación.—Ahora lleva su mirada hacía Damasón.—Vamos cumplir sus sueños.—Una gran sonrisa sádica y maquiavélica se plasmó en sus seductores labios.—Él será quién de a luz todos los alfas con los que ya soñado.

—¡Solo mátame!—No era tan estúpido como para no entender lo que estaba diciendo Alan.—Prefiero morir antes de ser un inmundo Omega.—Ya su racionalidad se fue por el caño.—¡Solo mátame!

—Cállate.

—¡Agh!—Gime de dolor al sentir como su piel es quemada.

—¿Es que no lo entiendes “abuelo”?—Niega con la cabeza.—Tú ya no tienes ni voz ni boto aquí.—Ese amarillo brillo despiadado.—Aceptaras con felicidad todo lo que te hagamos.

—Si mi Alan dice que serás un Omega, es por qué lo serás punto y final.

Nick ya me construyó mi propia sala de investigación, también contrató a los mejores para que me guíen en lo que estaré haciendo. Vamos experimentar con la sangre de nosotros tres y veremos cual de las tres lo vuelve un omega, aunque aun estamos contemplando la idea de usar la de nuestro pequeño. No queremos que ese desgraciado la llevé.

—¡Sí llegas hacer eso Mateo nunca sabrá donde están sus hermanos!—Exclamó.—Lo sabes, ¿verdad?—Mira con superioridad a Alan.—Sabes que Mateo les tiene aprecio así no se lleven del todo bien.—Lo cual fue su culpa por hacerles creer que quería a Mateo.—Él... ¿Qué es tan gracioso?

—Tus estupidezes eso es gracioso.—Limpia la humedad en las esquinas de sus ojos.—¿Quién crees que dio las ideas para torturar y hacer hablar fácilmente a tu mayordomo?—Sonríe al ver la expresión de Damasón.—Sí, es lo que estás pensando. Fueron ideas de Nick y mías.

—Hemos estado tres pasos adelante de usted, “abuelo.”—Hay mucha burla en sus palabras.

Solo entonces Damasón se dio cuenta que desde un principio todo fue una trampa, y él como una polilla voló hacia donde yacía la más flamante luz. Quemándose mucho antes de poder tocar esa luz.

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