capitulo 71
Del Jet privado yacía un hombre de estatura promedio, bajado con elegancia. Parecía tener unos 24 años. Su cuerpo sensual y muy esbelto lleva puesta una ropa entre sexy y sofisticado porque no podía perder su glamour.
Tras esos lentes de sol, oscuros, se esconden unos coquetos ojos azules. Los cuales miran con desdén todo a su alrededor, le causa repulsión estar respirando aire de un país como este, [el que acaba de pisar] no se parecía nada a Inglaterra dónde estuvo anteriormente.
Si vino a este lugar fue porque así lo ordenó su padre, si no fuera así a él nunca se le hubiese ocurrido pisar un país como este. Se las da de un ser superior al restó solo por ver sido criado con lujos y obtenido todo lo que quiere con solo mostrar sus dulce sonrisa.
Hasta el momento nadie a podido ignorar sus belleza, esa piel pálida y tan suave como la de un bebé, llama mucha la atención a dónde quiera que vaya. Y él sabía como aprovechar eso a su favor, sin embargo cuando se aburría de la persona que lo cortejaba, lo terminaba liquidando. [Así de loco está como su padre] no podía permitir que alguien mas tocará o obtuviera lo que ya había sido tocado por sus manos.
No por nada es la luz del viejo Damasón Reyes, es igual de psicópata que él. Mas de alguno de sus hijos tenía que salir con su retorcida personalidad.
—¿Dónde está mi papá?—Preguntó con molestia.
—Él se encuentra ocupado por lo que no pudo venir por usted, séptimo joven maestro.—Informó en mayordomo.
Damasón tenía 7 hijos en total e incluyendo a Mateo [quién es el tercero de todos ellos] a ninguno de sus hijos les ha permitido casarse o alejarse de él. Cómo padre lunático les ha prohibido que traigan hijos al mundo o se enamoren porque el día que lo hagan, los va a matar.
No soporta que sus hijos Omegas sean pisoteados por alguien mas, que no sea él mismo. Damasón creé que como padre es el único que puede tratar como mierda a sus otros hijos.
Y el solo saber que Mateo, su tercer hijo, es feliz le hierve la sangre todo porque es hijo de esa persona que tanto odia, pero también detesta la felicidad de su hijo porque tuvo un hijo alfa y no un omega inútil.
El simple hecho de que Alan sea alfa es suficiente para tener el respeto de Damasón, [algo que nadie pidió] está ansiando el momento en que tendrá cerca a Alan, de poner sus manos sobre su cuello y ver si es especial como lo era sus abuela.
—¿Sabés para que me llamó?—Subió al auto.
Aunque me lo puedo e imaginar, a de querer que vuelva loco por mí, alguna persona. Solo espero que está vez sea alguien joven y que llamé mi atención de esa manera será menos aburrido, desagradable. Estoy cansado de deducir a puros hombres de 45 años. No eran feos, pero de igual manera no eran mi tipo.
Quiero alguien radiante, que ejerza presión con solo ser nombrado. Una persona que mire al mundo como lo que es, insignificante como lo son todas las personas.
—Al parecer está vez lo quiere comprometer con un joven maestro.
—¡¿Qué?!—Frunce el ceño.—¿No será que solo quiere que lo vuelva loco por mí y así poder tomar todo su dinero?—Juega con los mechones rubios de cabello.
—Ese es su objetivo pero tal vez a usted no le desagrade la idea de casarse luego de que lo conozca, ese joven maestro es el heredero del patrimonio de una de las familias mas prestigiosas de este país.
—¿Cuánto años tiene?—Si el mayordomo dice eso, es porque de verdad es alguien sumamente importante.
—Creo que tiene 26 años.—Informó.—Le aseguró que su belleza no se podría comparar con ninguna de las personas que haya conocido antes.
—Muy joven.—Sonrió.
Ya tengo muchas ganas por conocerlo, ¿cómo será? ¿En serio es un ser extraordinario? Si es así, no me importaría casarme con él y ser su esposa para siempre. Le diré a mi padre que es momento que me conceda un deseo de cumpleaños.
—Eso es mucho mejor porque no quería lidiar con un viejo.—El asco en su rostro lo dice todo.
Aunque nunca se ha dejado tocar más allá de las manos o algún roce en su piel, beso, solo es lo único que permite cuándo está seduciendo a alguien por órdenes de su padre.
—Detente aquí.
—¿A dónde irá?—Preguntó desconcertado.
—Solo iré por un un café a ese lugar.—Señalo la cafetería.
—No es necesario, iré yo por algo tan simple como eso.—Expresa el mayordomo.
No quería que alguien hiciera molestar a su séptimo joven maestro, eso sería un desastre porque el Omega sin importar nada dejaría medió muerto al que lo irrite. Tiene que hacerse lo que él pide.
—Deja de poner esa maldita expresión.—Abre la puerta.—No haré nada que haga sentir humillado o avergonzado a mí padre.—Bajo del auto.—No soy un niño, sé cuándo debo de comportarme.—Caminó hacia la cafetería.
Sonrió y saco su pecho como pavo real al sentir todas las miradas en él, le encantaba ser el centro de atención. Qué las personas con parejas no logran resistirse a sus encantos aunque no hiciera absolutamente nada.
‹No hay nada más gratificante que robar miradas, es divertido ver las expresiones de las parejas de los sujetos que me miran, limpiado la baba de su boca.
Para que se den cuenta que el amor es una ilusión, porque si estuviera en verdad enamorados sus parejas, en nigún momento me mirarían de esa manera tan desvergonzadas, como sí quisieran comerme.›
—Un café de avellana.—Pidió.
Su dulce sonrisa puso nerviosa a la chica que estaba preparando el café, tuvo que controlar sus nervios para poder dibujar una flor en el vaso.
—Aquí está.—Es tan hermoso, es como ver un ángel hasta puedo ver ese resplandeciente brillo a su alrededor...Así son todos los extranjeros, porque parece ser extranjero.
—Gracias.—Deslizo su tarjeta, el montó fue cobrado.
—Que le vaya bien.
El Omega solo sonrió antes de salir, sin embargo al estar afuera su expresión cambio por completo, ir por un café solo fue una excusa para mostrar su presencia y que las personas empezarán hablar de él por toda la ciudad.
—¡Mirá que hermoso!—Exclamó una chica.—Maldición, esa mirada es tan destructiva.
El joven maestro Reyes sonrió disimuladamente, creyendo que ese par de amigas estaban gritando así de emocionadas por verlo visto, sin embargo su sonrisa se borró al ver que ellas dos, estaban viendo la pantalla del celular.
—¿Cuándo hicieron esa publicación? No me me cayó ninguna notificación.—Expresó con indignación.
—No fue publicada en la página de fans, está foto fue enviada por una compañera de trabajo...mas bien se la compre.—Pero no me arrepiento, está foto valió cada centavo.
—Pasarla, te voy a pagar a ti también.—Saca su billetera.—Tengo que presumir con los demás y en proceso también sacar lo invertido.—Sonríe.—¿Cómo obtuvo ella está foto?—Suspira profundamente mientras mira la pantalla de su celular.
La foto que están admirando es la de un Alan, vistiendo un traje de una pieza, con su camisa blanca exponiendo parte de su pecho y las mangas hasta los codos. Posado sensualmente el Rolex en su mano izquierda, la cual sostenía unas deliciosas uvas moradas a centímetros de distancia de su bonita boca semi-abierta.
Es una de las fotos que no salió al aire cuando fue modelo para su propia marca de Rolex, no por nada lo habían buscado para ser el modelo de diferentes marcas, si se vía tan malditamente caliente y al mismo tiempo sofisticado. Pero lo que mas enloquece a las chicas es esa mirada pícara, era como si le estuvieran mirada fijamente y solo bastaba eso para hacerles estremecer.
—También se le fue vendida por la presidenta del club de fans.—Comentó.—Ella debe de trabajar en la empresa de los castillos, esa es la única respuesta. Solo así podría tener acceso a tales fotos que no salieron al aire en ese día. Me sigo resalado por no haber conseguido uno de esos Rolex...
—¿Disculpen?—Ya no podía solo quedarse escuchando.
—¿Sí?
El Omega frunció un poco su ceño al ver que ella no reaccionan como quería, si se pusieron tímidas pero no al punto en que digan "!woa, que belleza!" Nada de eso.
—No pude evitar escuchar su energética conversación.—Sonríe a penado.—Recién llegué al país, ¿me podrían comentar de quién hablaban? Bueno. Si no es una molestia, no quiero incomodar.
—No es molesto tampoco e incómodo.—Guardan su celular, no tenían pensado mostrarles la foto a nadie que no pertenezca a su círculo de amigos.
—Estamos hablando de nuestro Dios masculino.—Señalo la chica de cabello rojo, ojos verdes.—No hay ningún adolescente y jovenes que no tengan como Crush al magnífico e inigualable Alan Castillo.
—Tambien está Nick Davies.— Recalcó la otra amiga de cabello lila.—Hay mas jovenes con belleza sin igual como por ejemplo; Oliver, Harry, Tom. Sin embargo, los que están en la lista de rostros más sexys del mundo son Alan y Nick.
—Oh, entiendo.
‹¿Cómo es posible que existan dos personas así y no esté enterado? Está claro que solo están exagerando al respecto, porque sino fuera así ellas me hubieran mostrado la foto.› Pensó el Omega.
Si Nick se llega enterar que una foto como esa de su amado, circular por el internet, se volverá loco y posiblemente intente hackear cualquier dispositivo para eliminar esa foto.
—Me disculpo por quitarles su tiempo y gracias por responder mi preguntas. Con permiso.—Se despidió con una sonrisa.
Ya estando en el auto esa sonrisa se borró por completo, entregándole el café al mayordomo. Tenía que buscar una foto de Alan, quería comprar que tan guapo es.
—¿Pasó algo?—Su expresión no se ve del todo bien.
—Nada, solo conduce.—Ordenó.
¿Por qué tengo que interesarme por seres e insignificantes? No voy a perder mi tiempo buscado información de ese tal Alan castillo, no ha de ser la gran cosa como para estar haciendo esto.
El Omega volvió a poner su celular en su bolsillo, pero en ese mismo momento su mirada se encontró con esa gran pantalla donde aparece Alan castillo.
Cuando vino a darse cuenta ya había bajado sus lentes, de esa manera podría ver mejor ese anuncio. La empresa y las demás ramas de los Castillo, seguían poniendo ese corta promoción donde aparece Alan, modelando su Rolex. No han querido bajarlo.
—¿Quién es es él?
¿Existía un hombre como ese? Ni siquiera tienes que tenerlo presente para sentir esa superioridad emanado de él, ¿cómo puede una simple camara captar tal aura?
—¿De quién está hablando?—Miro a todos lados, pero ya había dejado esa pantalla allá atrás.
—No importa.
Le diré a mi padre que consiga su número, mejor aun una cita con su manager, lo quiero. Lo quiero para mí, podré casarme con quién el quiera sin embargo podría tener de amante a alguien como él. Al ser un modelo sus recursos han de ser limitados, en base a eso lo voy atrapar.
Le diré que si está conmigo le daré todo lo que pida, desde ser la imagen de cualquier marca que desee hasta estar en una película.
Es la primera vez que alguien me hace estremecer con solo verlo en una pantalla, que me hace conducirlo, tenerlo bajo mis pies. De solo e imaginarlo lamiendo mis pies, mientras sus ojos amarillos de encuentran fijos en mí, hace que mi corazón se exalta por la emoción.
Venir a este país no fue del todo malo después de todo, voy a tener mucha diversión como nunca antes, y está vez si lo voy a disfrutar de la manera mas placentera posible. Solo espérame joven de ojos amarillos, iré por ti.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top