Es un capítulo corto.

Mañana tengo el ultimo examen de todos presencial, yass.

Solo me quedaran los de enero online y ya :D, pero eso también significa un poco mas de tiempo para escribir.

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Habían sido semanas de esfuerzo titánico cuando había empezado su rehabilitación, pero había valido completamente la pena una vez que ya podía moverse libremente sin esa estúpida silla de ruedas.

Aun tenía con tomárselo con calma, pero era mucho mejor poder caminar aunque fuera lentamente, que no poder hacerlo.

Su recuperación también se había debido a que se había rodeado de las personas que lo amaban, ayudaban y animaban a superar cada obstáculo diario.

Así es como había notado de la niña molesta no estaba cerca de ellos.

Había preguntado, pero siempre encontraban la manera de que me distrajera, ya fuera cambiando de tema o distrayéndome con algo nuevo para hacer.

No le hubiera dado mucha mas importancia si dicha niña no me hubiera detenido en medio de un pasillo donde no había nadie y se hubiera puesto a exigir el porque ya no podía volver a la clase de habilidades peligrosas.

Es ahí cuando gracias a mi alice note el alice dormido que tenía la molesta niña.

Era literalmente mi propio alice (al menos uno de ellos, tenía después de todo dos alice al igual que la molesta niña), el S.E.C (por sus siglas en ingles de "robo, copia e inserción").

El suyo iba siendo neutralizado hasta convertirse en un alice con la característica de limite de tiempo por su alice de nulificación, pero era igual, si ese alice saliera a la luz, la estúpida niña tendría que volver a la clase de habilidades peligrosas pero esta vez hasta que su alice desapareciera por completo.

Me había ido de allí enfadado, esto si era un problema.  

Había ido directamente hablar con mi padre, no sabía que haría con la niña, pero yo no la quería cerca.

 Hablar con mi padre me había tranquilizado, había dicho que no me preocupara de nada, que el se ocuparía de este imprevisto.

Después de todo un padre sobreprotector no quiere que niños molestos estén cerca de su hijo.

Y vaya que se había ocupado de ello.

Un pequeño plan se había puesto en marcha, donde esa niña desearía nunca haber pisado esa escuela.

Después de todo, si tanto quería pertenecer a la clase de habilidades peligrosas, bien que tendría que conocerla a fondo y participar en TODAS sus actividades.

Y eso solo significaba una cosa.

Esa niña iba a tener que despertar ese alice para ser útil para la academia, las misiones no se hacen solas.

Para Kuonji Kocho (el nombre del director de la sección primaria) no había mejor manera de adoctrinar a un insecto que obligándolo hacer aquello que estaba mas que seguro que no querría hacer.

Nadie se metía con su hijo y salía ileso, y esa niña aprendería de primera mano la cara oculta, cruel y retorcida de la Academia Alice.