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Dumbledore estaba colérico.

Todos y cada uno de sus intentos por tener bajo su mano al ultimo descendiente Potter no habían funcionado.

Ni los hechizos de rastreo, ni las pociones, había intentado ir al banco yendo siempre con su duende de confianza quien había comprado ya hace varios años por devolver una reliquia de los duendes bastante rara.

Pero, eso había durado poco cuando alguien, quien al parecer tenía la custodia completa del niño tanto muggle como mágica había denunciado los varios intentos de contratos de matrimonio ilegales y el intento de robo de línea.

Obviamente quien fuera esa persona estaba demasiado bien conectada y tendría que deshacerse de el o ella para poder tener el control del niño por completo.

Por ahora esperaría hasta el uno de septiembre para poder poner los hechizos en el niño y que le fuera mas fácil llegar a sus objetivos, sobre todo tendría que ver como ingeniárselas a través de objetos desde que los duendes habían ordenado que devolviera la capa de invisibilidad de la familia Potter, quien él, había cogido sin ningún tipo de permiso del heredero o su cuidador.

Se había quedado sin una reliquia tan poderosa y que obviamente estaría desaprovechada en las manos de ese estúpido niño, al menos si le hubiera dado tiempo a poner los hechizos en el objeto se hubiera asegurado de que el niño jamás quisiera volver con su cuidador y así se quedaría donde él le dijera.

Si todo fallaba siempre tenía el as bajo la manga del padrino del niño, estaba seguro de que el chiquillo haría lo que fuera por estar cerca de alguna figura que pudiera contarle sobre sus padres.

Mas tranquilo se fue a descansar para el día siguiente, esperando acertadamente la reunión con los profesores para el próximo año.

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Por otro lado tenemos al grupo de la academia quienes en este momento estaban disfrutando de un día en el lago mientras esperaban a que trajeran el pastel para que el cumpleañero lo cortara y bufara las velas para pedir su deseo.

No tuvieron que esperar mucho si son sinceros, pronto vieron llegar al director junto a uno de los cocineros de la academia quien llevaba el pastel de cumpleaños del pequeño sol de la academia.

Justo a tiempo porque todos estaban hambrientos después de tanto nadar y jugar alrededor de los adultos que había en la zona.

Por otra parte el director estaba contento, había frustrado del todo los planes del viejo come caramelos de limón al inscribir a su hijo a clases mágicas en casa con tutores quienes le enseñarían como si fuera a una escuela normal.

Después, había conseguido poner tanto al presidente del gobierno mágico y muggle como al representante de Japón en el CIM de su lado para que su hijo fuera protegido y fuera imposible que alguien en Reino Unido pudiera reclamar a su hijo y fuera llevado a la fuerza hacia Hogwarts.

El que la gente le debiera favores y jamás los usara hasta ese momento realmente había valido completamente la pena, su hijo estaba siendo totalmente protegido y blindado ahora si de las intenciones perversas de ese viejo asqueroso y sus allegados mas fieles.

Sobre todo después de asegurarse un trato cordial con los duendes tanto en negocios como en privacidad al ayudarlos a poder deshacerse de esos desagradables objetos malditos en su banco.

Y, por supuesto se había asegurado la lealtad inquebrantable de cierto padrino de su hijo después de liberarlo de Azkaban, ahora mismo estaba en recuperación después de tantos años en esa cárcel y bajo tantos hechizos y pociones nefastas que había ingerido durante sus años antes del encierro.

Cuando se asegurara que estaba bien de salud tanto física como mental y sus expertos en hechizos y pociones crearan las perfectas cadenas para el perro sin que se diera cuenta entonces dejaría que viera a su hijo, hasta entonces, no dejaba de ser un riesgo mas a la seguridad de su hijo como cualquier otro que no fuera de su entorno mas cercano, aun teniendo su lealtad, simplemente no se fiaba del hombre que había preferido dejar a su ahijado en manos de otro mientras perseguía a una persona, a sabiendas que esas decisiones habían sido tomadas por culpa de las pociones.

Realmente no le importaba, mientras fuera un peligro potencial jamás se acercaría a su bebe, por eso pensaba ponerlo bajo todos esos hechizos y pociones.

Estaba haciendo lo mismo que Dumbledore lo sabía, pero a diferencia de este, él lo hacía por el bien de su bebe.