21.

Suspiró por enésima vez, esto se había salido de control definitivamente.

-increible...-paso una mano por su cuello Rin ya frustrada por lo que estaba pasando

-¿a donde se habrá ido? Me tiene preocupada, ¿acaso lo tomaría a mal?-pregunto la entrenadora con cierta tristeza reflejada en sus ojos casi rojos por haber llorado un buen rato

Sesshomaru iba a responder pero lo mejor era dejarlo así como estaba. Ese hermano suyo suele ser loco de ves en cuando.

2 horas antes...

El chico salió disparado de la habitación sin decir nada, en su mente solo se atinaba a una sola cosa y lo iba a reclamar. Rin lo vio curiosa junto con la psicóloga en el pasillo, ¿que estaba pasando?

-¡Inuyasha ¿¡a donde crees que vas!?-lo siguió Miroku y los dos morenos más atrás, el pelinegro no respondió simplemente no dejaba de correr hasta la salida

-¡si estas furioso por lo que pasó no...!-

-¡es por eso! ¡Haré que paguen por lo que le pasó!-espetó y se alejó más de ellos

-Koga-detuvo Bankotsu-regresa a la habitacion de la entrenadora, no se que piensa Inuyasha pero Miroku y yo trataremos de que no haga algún desastre-

-¿tiene que ver con la entrenadora?-el moreno asintió

-mucho, reaccionó de mala manera lo haz visto-

-esta bien, regresen antes-

El chico con trenzas le dio una palmada en el hombro y se fue tras Miroku, mientras que Koga iba de vuelta a la habitación, esa bestia ojalá no vaya hacer un escándalo. Rogaba que los paparazzis no estuvieran afuera, sino, la imagen de Kagome de verla arruinada.

---

-supongo que... todo es mi culpa-habló la azabache recostandose en el espaldal de la camilla

-no digas eso, sabes que no fue tu culpa-se acercó su prima

-¿no viste como se fue? ¡furioso y decepcionado!-ocultó su rostro con ambas manos

No se imaginaba al chico rechazando la solo por que no podía mover sus piernas, un nido en su garganta se presentó y se echó a llorar. Se sentía una completa inútil.

-¿Inuyasha se fue decepcionado?-preguntó Shippo

-no lo vi decepcionado, más bien desesperado y furioso más nada-suspiró Koga

-dijiste que iba hacer que paguen por lo que le hizo a la entrenadora, ¿ no será que...?-arqueó una ceja el capitán del equipo

Los jugadores y la mismísima entrenadora pensaron en un buen rato y, enseguida apareció un tik en cada uno de sus cabezas.

Ay, no...

-llamen a Miroku o a Bankotsu rápido-

---*---

Tocó la puerta y espero a que la abriera, sin embargo, fue algo que nunca pasó. Extrañada como su celular y la llamó pero nada que respondía, frunció el seño. Se suponía que a las 4 se verían en su apartamento y hablarían de Hiten para poder denunciarlo y salvar a su ex capitana.  Suspiró cansada y volvió a tocar la puerta varias veces hasta que de casualidad tomó la perilla con el pensamiento de que estaría cerrada, sorpresivamentea se abrió. 

Parpadeó confundida, Soten no acostumbraba a dejar la puerta abierta ya que suele ser una persona muy reservada y cuidadosa con sus cosas, la conocía perfectamente al igual que las demás.

Por primera vez en su vida dudo en entrar, no era abusiva en estos casos pero la curiosidad no la rebaja tranquila empujando poco a poco la puerta y entrando con un poco de nervios en todo su ser. Presentía algo peor y es que al entrar todo estaba en silencio, las luces apagadas dejando ver solamente la luz natural del sol por el gran ventanal que daba una bella vista a la ciudad.

¿Acaso Soten había salido? No, no lo creía.

-¿Soten? ¿Estas aquí?-llamó pero la chica no le respondió

Trago duro y se adentró un poco más al hogar, dejo su bolso en una de las tantas mesitas que tenía en la sala principal y se encaminó hacia las habitaciones, revisó en cada rincón de ella y nada, fue a los dos baños y al lavadero y tampoco se encontraba, solo le faltaba revisar la cocina.

Sus pasos se dirigieron hacia lo faltante... donde al cruzar el marco del área retrocedió gimiendo aterrorizada pegándose contra la pared llevándose una mano a su boca. Esto tal vez no le guste a las muchachas...

---*---

-¡hola cariño!-entro a la habitación una energética Tsukiyomi acompañada de un hombre de piel pálida y ojos negros

-hola-saludó Kagome

-¿cómo haz estado? ¿aún sigues sin moverlas?-se sentó a un lado de ella y la revisó tocando sus piernas a lo que la azabache negó

-aun nada-

La mujer de cabellos rojizos ablando su mirada mientras suspiraba, asintió. Sabia que este tipo de situaciones no iba a arreglarse de un día para otro.

-bien, él es mi esposo Hoshiyomi-presentó la fémina

-un gusto conocerla señorita Higurashi-hizo una reverencia, la chica igual

-igualmente-

-el se encargará de tu caso con tus piernitas, lo bueno es que lo hace extremadamente rapido-sonrió y se dirigió a él levantándose de la camilla-¿qué crees que le haya causado?-

-obviamente el accidente le causó eso-señaló Ginta

-si hay una cura les estaremos agradecidos-murmuró Hoyo

El médico de especialidad traumatologica observó detenidamente sus piernas cubierta por una manta, se acercó y la retiró no sin antes pedir permiso lo cual a Kagome no le importó, solo quería una solución para poder movilozarlas

-me has dicho que tuvo una herida de bala en su abdomen ¿no? No tiene nada que ver con eso-informó aliviando a los presentes

-¿entonces?-preguntó la chica con cierta esperanza encima, el profesional suspiró

-lo más recomendable es hacerte un rayos x para poder solucionar tu caso, de lo contrario no podré saber si tendrá cura o no-anunció

-entonces ¿qué espera? ¡Hágalo!-apresuró Hakkaku

-Tsukiyomi por favor, trae una silla ruedas-pidio él, la mujer asintió y fue en busca de una, Rin fue a acompañarla

-me sorprendió tu historial en los documentos del hospital, sobreviviste¿eh?-el guiño un ojo

Kagome río por lo bajo y asintió.

-por lo menos tienes a muchas personas que te cuidan y te apuesto que no se han ido por mucho tiempo de aqui-le dio un vistazo a los jugadores

-si... ninguno de ellos-susurró sin borrar su sonrisa pensando en Inuyasha, ya era de noche y nada que se reportaba, nisiquiera Miroku y Bankotsu

Ambos chicos no contestaban las llamadas que los demás realizaban. ¿Que les habrá pasado? Empezaba a ponerse nerviosa del qué le dira el chico que se enamoró perdidamente. Y peor de todo, ¿cómo reaccionarán Kikyo y las demás? Su morocha capaz y hace un tremendo escándalo por tan inesperada noticia.

-aquí está la silla-espetó la psicóloga

-bien, necesito a uno de ustedes-se levantó señalando a los muchachos con cierta confusión en sus rostros

---*---

-Kagome me odiara si le llevo esta pijama-rió Kikyo

Le mostró a su novio una bata de tirantes color rosa con unos dibujitos de nubes y arcoíris como estampado en la parte superior de esta.

-¿no le gusta?-preguntó el pelinegro siguiendo la risa de la chica mientras giraba su auto a la izquierda directo al hospital

-ni tanto, le gusta recordar su niñez en ropas de dormir-comentó guardando la prenda y dirigió su vista en las iluminadas calles de la ciudad, las personas iban de allá para acá-es increíble lo que le haya pasado... sabia que no debía en dejarla sola en cualquier parte-habló con lentitud, Naranu se dispuso a escucharla atentamente-cada vez que salía me preocupaba a por mil, le mandaba mensajes a cada rato para saber de su estado, hasta iba a visitarla en el estadio-

-¿por miedo a que Hiten le hiciera algo?-

-si, a la final... no pude protegerla como debió ser...sospecho mil veces de él, sospecho que él fue el responsable del estado en la que se encuentra mi hermana, no debí dejarla sola cuando salió la última vez de casa-lamentaba la azabache

Naraku al ser hijo único no sabia el papel del hermano mayor en la familia, pero entendía que ese papel llevaba tantas responsabilidades que ahora mismo Kikyo estaba manejando. No sólo era ella, Rin prácticamente era la hermana mayor de la familia a pesar que su papel es ser prima de los tres.

-puede que no la hayas protegido del todo, pero...-le dijo-recuerda que también estamos nosotros, aunque no lo creas...-tomó su mano acariciandola-al principio nosotros no aceptabamos que Kagome fuera nuestra entrenadora ¿sabes? Pero con el paso de los días con sus rudos entrenamientos y regaños, los cuales fueron eficaces para ganar nuestros juegos, ahí nos dimos cuenta que el entrenador Taisho nos asignó a una increíble...-sonrió-Kikyo, ella ha sido una buena entrenadora para nosotros... y por ello le debemos un enorme favor por habernos llevado a la final, todo el equipo sabemos que saldrá de esta por que no permitiremos que nos deje solos en un partido-

La azabache sonrió, le alegraba tanto escuchar esas palabras para su hermanita, al fin podría realizar su sueño más anhelado y la felicitarla por ello, por su esfuerzo a pesar de los obstáculos que pudo sobrepasar en el transcurso de sus días.

-más que todo Inuyasha ¿a que si?-rió ella

-¡ese menor si que la odiaba!-dijo con humor-y no se que paso que ahora la quiere jajajaj-

-que raaaro, notaba su sarcasmo hacia ella, yo creo que el día de la cena lo cambió por completito-

-por dios Kikyo-le dio un vistazo

-¿tu lo pensaste?-

-¡pero lo dijiste!-

-¡JAJAJAJAJA!-rieron con ganas

Al fin y al cabo ambos tuvieron la sospecha de que Inuyasha estaba sintiendo algo muy especial por la azabache. ¡Y es que se notaba a leguas desde aquella vez!, como dicen las personas; del odio al amor solo hay un paso. Y cuanta verdad tenían.

Siguieron su camino, faltaba una sola cuadra para llegar al hospital. Pero visualizaron tres chicos muy conocidos para ambos que caminaban, suponen ellos, hacia el mismo destino que ellos.

-¿esos no son Inuyasha, Miroku y Bankotsu?-preguntó su novia

-¿qué hacen ellos por aquí? Se supone que deberían de estar en el hospital, o a menos que hayan ido a comprar algo-comentó

-um nop no creo-

Naraku condujo hasta donde estaban colocnadose al lado y bajando un poco la velocidad para seguirles los pasos.

-¡ey!-llamó el ojicarmin, Miroku y el moreno giraron e Inuyasha seguia con su camino

-¡al fin! Alguien que nos salva en el medio del desierto-dramatizó Miroku

-estas en una calle donde es capaz de encontrarte con algún paparazzis vestido de civil ¡ya metanse!-adviritó

Bankotsu corrió y tomó el brazo de Inuyasha quien no se resistió en absoluto y enseguida los tres se adentraron en el auto del chico.

-¿se puede saber que...?-intentó preguntar pero calló al ver al ojidorado

-¿qué rayos les pasó, sobre todo Inuyasha?-abrio los ojos Kikyo al ver a los tres más de cerca con sus caras algo lastimadas

-se los explicaremos, pero tenemos que volver, esta mal-sugirio el moreno viendo al pelinegro un tanto cansado por lo reciente

Naraku se dispuso a andar tranquilamente.

-¿que razón tuvo esta vez para que terminaran así?-interrogó

Miroku y Bankotsu intercambiaron miradas mientras que Inuyasha se recostaba en el asiento, ¿Seria bueno decirle? ¿Kikyo reaccionaría a bien?.

-bueno... es que...-tartamudeo e ojiazul de vez clara

-Kagome no puede mover sus piernas-sin rodeos, termino de dar Inuyasha con su mirada perdida en el techo del auto, esperando algu grito de parte de la morocha

Algo que no sucedió.

---*---

-bien, la placa puede estar lista mañana por la tarde, solo toca esperar-le hablo el doctor observando al peliplateado depositar a su entrenadora nuevamente en la camilla-mientras tanto, quisiera que trataras de movilizar un poquito tus dedos, ignora la tensión y los dolores, te ayudará a concentrarte-recetó

-¿así podrá acostumbrarse y dar por adelantado sus movimientos?-le dijo la pelicaoba esperanzada

-si, depende de cómo salga sus piernas es necesaria una terapia en un futuro, por eso quisiera que empezara a darle algún movimiento-

-le recuerdo doctorcito-se acercó comicamente Hoyo-hacer que mueva las piernitas de la entrenadora de un día para otro no es nada fácil-

-lo sé joven-rió por lo bajo-como dijo la señorita, es para que vaya acostumbrándose al dolor al realizar el movimiento-

-ah-asintió

-bueno... estaré avisandoles sin falta, nos veremos-se despidió el hombre y le propinó un beso a su esposa

-suerte con los demás pacientes-

-la tendré siempre y cuando me des lo que quiero-le susurró de manera coqueta

-¡basta! Nos vamos-lo empujó sonrojada seguido por una risilla de este-mañana estaré pasando por aquí queridos, le avisaré al doctor Suikotsu para que le cambie las vendas a la paciente-sonrió

-esta bien, muchas gracias-se despidió la modelo y enseguida fue a cerrar la puerta presenciando el regaño de la psicóloga a su esposo

Sonrió por tan hermosa pareja, solo anhelaba algo así en un futuro con alguien que precisamente estaba ahí junto con ella. Y siendo sincera... ese peliplateado hacia que su corazón latiera mil veces más rápido que su propio pulso. ¡ese chico la enamoró por completo!.

-¿por que estás roja?-y hablando del rey de Roma

-¿tienes la costumbre de mirarle la cara a una persona cuando se distrae con algo?-interrogó girando para verlo, Sesshomaru arqueó una ceja sonriendo divertido a lo que Rin suspiró-solo míralos... ellos son una pareja muy hermosa-

Sacó su cabeza y el chico la siguió, observaron que Tsukiyomi golpeaba a Hoshiyomi por algo que no sabían que era pero si notaron que la mujer estaba complemente roja. ¿Una palabra cursi? Tal vez...

-si, muy linda-de reojo miró a la modelo, ¡pero que tierna! ¿Como es posible que aún siga soltera? Definitivamente iba a adelantarse-oye...-

-un momento-lo interrumpió ella cuando su celular dio aviso a un mensaje lo cual revisó

Retiró lo dicho, mejor se adelantaría más tarde...

-okay, vas moverte, vas a ser útil, vas caminar y correr así que ¡muévete!-le decía Shippo a las piernas de la azabache la cual río por lo dramático y cómico que podría ser el menor de todos

-¿le estas hablando a una pierna?-incredulo lo miro Koga

-callese...-

De pronto, Rin corrió hasta posicionarse y caer en el regazo de su prima. Los jugadores estaban confundidos por la actitud de la modelo lo cual le dirigieron una mirada a Sesshomaru.

-¿qué le hiciste a Rin?-habló entre dientes Ginta

-más bien, ¿qué le dijeron a Rin por telefono?-corrigió cruzándose de brazos

-Rin ¿ qué pasa, por qué lloras?-preguntó preocupada

La modelo siguió sollozando mientras de aferraba más y más en su regazo procurando no lastimarla en su herida. Alzó una mano entregándole el celular a Kagome, esta extrañada tomó el aparato y revisó el último mensaje que le enviaron.

Abrió sus orbes sin saber que decir, quedó estupefacta.

                             "Asesinaron a Soten..."

***
OMG!

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