73- Agua

El dragón miró a la chica, la cual intentaba incorporarse ignorando las profundas heridas de su espalda que no dejaban de chorrear sangre, tomó a Viserion en brazos y miró a Zaldrizes mientras que de sus ojos emanaban lagrimas mezcladas con sangre, procedentes de varios cortes que tenía en sus mejillas y frente.

Caminó con dificultad hacía él, sentía como a cada movimiento algunas zonas de su espalda se agitaban, pensó que quizás seria por tener algunas zonas con la piel arrancada o con la misma carne prendida.

Zaldrizes- Deja de moverte, ve con los demás y deja que te atiendan, yo me ocupo de esto. 

(Tn) se acercó más a él bajo la atenta mirada de todos.

Zaldrizes- ¿No me oyes?, ¡Ve ahora mismo a...! -se detuvo al sentir como la chica rozaba su frente con su pata mientas que una de sus manos se apoyaba también en esta.

(Tn)- Te he echado de menos... - susurró con voz cansada.

Zaldrizes- ¿Qué...?

(Tn) levantó la cabeza y lo miró ofreciéndole la mejor sonrisa que podía ofrecer en esos momentos. - Gracias por aparecer de nuevo...

El dragón se quedó mudo por unos momentos, no sabía que decir ante eso. Cuando abrió la boca para intentar decir algo al respecto un gruñido procedente de Rhenal captó la atención de ambos y de los presentes que observanban todo desde una distancia cautelosa.

La chica le tendió a Viserion ya con una mirada preocupada. - Siento pedirte esto pero cuídalo mientras tanto, por favor... está débil.

Zaldrizes- ¿¡No pensarás seguir luchando en tu estado!?

(Tn) sonrió un poco. - Si, puedo con esto. -le dejó a Viserion sobre su pata. - Me alegro de volver a verte, Zaldrizes, aunque no creo que sea por mucho tiempo.

Zaldrizes- ¡No digas estupideces!

La chica miró a Rhenal que se incorporaba con una mueca de enfado mientras gruñía, lo habían conseguido enfurecer más. Se agachó difícilmente mientras sentía como las heridas volvían a abrirse ante la tirantez, tomó su katana y nuevamente los rayos azulados comenzaron a recorrer su cuerpo.

(Tn)- Solo uno puede quedar con vida... esta es una pelea entre Rhenal y yo...

Zaldrizes- (Tn)...

(Tn)- Aunque... a estas alturas todos saben el resultado... una humana debilitada frente a un dragón con tan solo un pequeño rasguño... 

Barbablanca- ¡¡(TN)!! - la chica se giró mirando a sus nakamas sintiendo su corazón romperse al ver a varios de ellos llorando. - ¡¡¡ESTA NOCHE HABRÁ BANQUETE, NI SE TE OCURRA RETRASARTE!!

Ace- ¡¡(TN), CONFIO EN TI, TERMINA CON ESTO Y VUELVE CONMIGO!!

Vista- ¡¡VAMOS (TN)!!

Haruta- ¡¡PUEDES CON ESE DRAGÓN Y MÁS!!

Marco- ¡¡VAMOS (TN), CASI LO TIENES!!

Izu- ¡¡PELEA (TN)!!

(Tn)- Chicos... 

Todos sus nakamas comenzaron a gritar su nombre enviando sus fuerzas a la chica, la cual sintió como unas lágrimas caían por sus mejillas observándolos, dándose cuenta que merecía la pena luchar por ellos, merecía la pena luchar por seguir viviendo y compartir aventuras junto a sus nakamas.

Rhenar- Que patético.

El rostro de la chica cambió mientas se volvía a girar lentamente hacía el dragón bajo la mirada sorprendida de Zaldrizes a su cambio de humor.

Rhenar- Unos estúpidos humanos animando a una humana moribunda, no hay nada más patético que gastar fuerzas en alguien que ya está muerto.

(Tn)- Aún no estoy muerta, no acabarás conmigo tan fácilmente, dragón de agua.

Rhenar- Parece que esos gritos se te subieron un poco a la cabeza.

(Tn)- Si, me dieron la energía suficiente para seguir luchando por mi vida, aunque eso signifique arrebatarte la tuya.

Rhenar- No eres más que una maldita humana débil que no sabe valerse por si misma si no tiene a un grupo de inútiles que...

Zaldrizes- ¡Callate! -gritó por encima de su voz provocando que este se callara. - ¡(Tn) no es débil, es la humana más fuerte que he conocido en todos los años que llevo siendo portador, lo supe desde el primer momento en el que la vi, pude sentir todo su poder tan solo estando a unos metros de ella!, ¡ES LA ÚNICA QUE HA PROTEGIDO CON SU CUERPO A OTRO DE LOS NUESTROS!

Rhenal lo miró unos segundos desviando su mirada a la chica.

Zaldrizes- ¡Es la única que no ha querido usar el poder de las katanas para hacer el mal, es la única que no ha querido abusar del poder que tenía para sus caprichos!,  ¡Y se que desde el primer momento en el que la viste pudiste sentir lo que sentimos Viserion y yo!

(Tn)- Zaldrizes...- susurró sin poder ocultar su asombro.

Rhenar- No me vas a convencer de dejarla ir o de unirme a ella.

Zaldrizes- No pretendía hacer tal cosa, tan solo te aviso sobre la chica a la que vas a enfrentar.

Rhenar- Eso ya lo veremos.

Volvió a llevar su cola hacía un extremo para tomar impulso. 

Zaldrizes- (Tn)...

(Tn)- Tranquilo, tengo un plan. -se preparó para saltar. -Protege a Viserion y a los demás, por favor.

Zaldrizes- Déjamelo a mi.

Voló al mismo tiempo que la chica esquivaba el ataque de Rhenar, cayó sobre sus pies en la orilla del mar, suspiró un poco tomando fuerzas mientras el dragón avanzaba hacía ella, volvió a saltar hacía el dragón comenzando a correr por su brazo hacía su cabeza como anteriormente había intentado pero con la pequeña diferencia de que ahora no pretendía atacar. 

Rhenar abrió su boca preparando su ataque de agua, la chica miró el interior de su mandíbula, observando que desde su garganta subía el agua, sonrió ligeramente y la gran propulsión de agua que emanó del interior del dragón impactó duramente con ella provocando que cayese al mar a varios metros de donde estaban ellos.

Ace- ¡¡(TN)!!

Zaldrizes- Ahora la tiene en su territorio.

Marco- El agua salada no le hará bien a esas heridas...

Vieron como el dragón se sumergía en el mar en busca de la chica, no pudieron ver que se acontecía tras esto, tan solo podían esperar con su corazón en un vilo.

(Tn) abrió la boca de dolor al sentir sus heridas en contacto con la sal del mar, no había sido una buena idea caer al mar pero era la única forma de hacer creer a Rhenal que estaba en su elemento.

Lo vio acercarse a gran velocidad y, antes de que la chica pudiese reaccionar, la cola del dragón la golpeó con tanta fuerza a pesar de estar bajo agua que la envió a una zona más profunda, sintió que el aire se le escapaba a medida que bajaba por culpa del golpe, el cual le sacó todo el oxigeno de sus pulmones. Intentó frenar la caída nadando hacía arriba pero le era imposible moverse con tantas heridas en su cuerpo.

Cuando lo consiguió el dragón volvió a golpearla provocando que volviese a caer a más profundidad. Apretó sus dientes entendiendo lo que pretendía hacer el dragón, pretendía impedir que saliese a la superficie a tomar aire, para así tener una muerte lenta y dolorosa, tal y como le aseguró que la tendría.

Pero no se dio por vencida, no después de haber oído a todos sus nakamas brindarle ánimos y fuerzas. No quería morir, no quería hacerles pasar nuevamente el dolor de su muerte, esta vez cierta, no quería hacer sufrir a Ace con su muerte, no otra vez.

Se deslizó hacia la parte baja del dragón y, usando todas las fuerzas de su cuerpo mientras sujetaba su katana con sus dientes, nadó lo más rápido que pudo consiguiendo llegar a la parte trasera del dragón y, sin que este pudiese reaccionar a tiempo se posicionó a varios metros sobre él.

Extendió sus manos hacía abajo cerrando los ojos mientras recitaba unas palabras en su mente. Un chasquido y el sonido de algo acercarse le devolvió a la realidad, abrió sus ojos y observó a Rhenal preparado para volver a golpear con su zarpa y sus garras listas para volver a herirla pero, antes de que impactase contra ella, unas enredaderas procedentes del fondo marino le detuvieron inmovilizando le las patas y la cola, dejando libre tan solo su cabeza. 

El dragón miró sorprendido a la chica, la cual se puso delante de su cabeza con una sonrisa ladina, tomó su katana observándolo bien mientras se volvía a concentrar. Todo su alrededor se oscureció, el dragón miró hacía arriba y pudo ver una gran masa oscura sobre sus cabezas y a todo su alrededor. En ese instante varios rayos del cielo iluminaron el mar, con unos intervalos de luces que iluminaban zonas aleatorias, el sonido de los truenos se llegaban a filtrar por el agua hasta llegar a ellos, la chica extendió la mano hacía arriba observandolo, sin apenas pestañear,

Rhenal- ¿Va a provocar una tormenta? -dijo sin dejarse impresionar por los poderes de la chica.

(Tn) no respondió, tan solo esperaba el momento preciso para atacar.

Rhenal- He de decir que no me has decepcionado, (Ta) D. (Tn), pero esto aún no ha acabado.

Usó todas sus fuerzas para partir las enredaderas que lo tenían preso. La chica maldijo interiormente nadando hacía atrás, tratando de alejarse de aquel dragón que se acercaba a ella. Abrió su boca preparando su ataque, pero a la velocidad con la que se dirigía hacía ella parecía que la iba a devorar. 

La chica no hacía nada más que nadar hacía atrás sin dejar de ver el interior de la boca de Rhenal.

(Tn)- "Aún no..."

Cada vez estaba más cerca de introducirse en su boca.

(Tn)- "Aún no..."

Varios de los dientes afilados de Rhenar le cortaron varias zonas de sus piernas al introducirse estas en su boca.

Su pecho le ardía por la falta de aire.

(Tn)- "Todavía no..."

Con la ayuda de la luz que desprendía su katana y la de varios rayos pudo ver con más claridad el interior de la boca de Rhenal, de la cual comenzó a surgir agua.

(Tn)- "¡AHORA!"

Un rayo cayó sobre su mano atravesando todo su cuerpo hasta su otro brazo que apuntaba con la katana hacía su garganta. La corriente del rayo que circulaba por su cuerpo impactó contra el agua que había en el cuerpo de Rhenal. Notó como el intentaba luchar contra aquello impulsando más su agua, la cual comenzó a mancharse. 

Apretó su mandíbula reforzando más su ataque, varios rayos más cayeron sobre su mano hasta que su cuerpo se volvió de un tono brillante eléctrico sin dejar de mandar toda esta energía al interior de Rhenal. 

Sentía su pecho palpitar fuertemente y arder debido a la falta de aire, comenzó a sentirse más y más débil, estaba usando en ese ataque toda la fuerza que le quedaba en esos momentos.

Los rayos comenzaron a rodear el cuerpo casi electrocutado de Rhenal, el cual detuvo el ataque del agua al sentir como la sangre brotaba del interior de su garganta. La chica hizo lo mismo observando al dragón que, poco a poco, iba descendiendo con su cuerpo inmovil hasta las profundidades del mar.

Intentó moverse, pero las heridas, la falta de aire y las pocas energías que le quedaban se lo impedían, provocando que poco a poco fuese cerrando los ojos.



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