71- Solo una condición
Tanto el suelo como las paredes de aquella cueva comenzaron a temblar a medida de que aquel dragón emergía del interior del agua, la cual se desbordaba hacía la zona donde estaba la chica. (Tn) no se movía a pesar de que aquella agua fría le llegaba por la mitad del muslo, tan solo miraba aquella extraña criatura, la cual tenía sus ojos fijos en ella, unos ojos blancos a juego con su cuerpo grisáceo, su cuerpo se estiró hacía arriba sin tocar el techo, era una cueva demasiado espaciosa, perfecta para un animal de su tamaño.
X- Te arrepentirás de haber venido hasta aquí. -rugió con voz gruesa y profunda.
(Tn)- Eres el último dragón al que debo enfrentar, al menos dime como te llamas.
Viserion- (Tn)...
X- Ya veo que tienes a otro contigo, pero ni uniendo fuerzas conseguiréis vencerme.
(Tn)- Se que eres fuerte, pero al menos me gustaría saber tu nombre.
X pareció meditar unos segundos.- Rhenar.
(Tn) sonrió un poco. - Mi nombre es (Tn), (Ta) D. (Tn).
Rhenar- He oído hablar de ti, te imaginaba distinta.
(Tn)- Espero no ser una decepción.
Rhenar- Eso lo vamos a averiguar ahora.
Su larga y gruesa cola tomó impulso hacía un lado para luego girar hacía el otro invistiendo fuertemente a la chica, la cual viendo lo que pretendía tomó a Viserion y lo estrechó contra su pecho a modo de protegerlo, chocó tan duramente contra la gruesa pared de la cueva provocando que esta se destruyera y que saliese al exterior junto a todos los pedruscos. Cayó de espaldas sobre una de estas piedras dando así un gruñido de dolor, abrió los ojos pudiendo ver como varias rocas caían en su dirección, se movió hacía un lado con dificultad y salió de aquella zona ignorando las llamadas y las desaprobaciones por parte de Viserion, el cual, aún estrechado contra su pecho, no dejaba de gritarle.
Viserion- ¡Eres estúpida, ¿Por qué me proteges!?
(Tn) se detuvo jadeando y girándose hacía la zona de donde salió, buscando algún rastro de aquel dragón, el cual ya no se encontraba allí.
Viserion- ¡Estás sangrando, idiota!
(Tn)- No grites tanto... ¿Donde está?
Viserion- Tenemos que unirnos... ¡(Tn)!
La chica levantó la cabeza y sin darle tiempo a reaccionar fue elevada por los aires, gritó de dolor al sentir las garras de Rhenal clavarse en sus hombros, los cuales aguantaban tanto su peso como el de Viserion, provocando así que su propia piel y carne cediera ante el peso comenzando a rasgarse.
Llegaron a la playa, donde allí soltó a la chica, la cual cayó tan duramente contra la arena provocando que todo el oxigeno que había en sus pulmones saliese. Cerró los ojos sintiendo el dolor de sus hombros, no quiso mirarlos, sabía que no encontraría nada allí que le ayudase ahora mismo.
Rhenal- Me estás decepcionando, (Tn).
(Tn), sin apenas fuerza en sus brazos soltó a Viserion mientras intentaba incorporarse apoyando difícilmente sus manos contra el suelo, las cuales comenzaron a temblar y apenas responder a sus interminables ordenes.
(Tn)- Veo que me quieres muerta... - jadeó mirándose los dorsos de la mano aferrarse contra la arena.
Rhenal- Haré lo que hago con todos los humanos que se me cruzan, pero a ti te daré una muerte más lenta.
La chica consiguió ponerse en pie y mirar a Rhenal. -¿No has intentado nunca tener un portador?
Rhenal- Son seres asquerosos y repugnantes, egocéntricos y buscando el mal para otros, se destruyen entre ellos mismos, destruyen su hábitad. -hizo una pausa examinando la.- Todos ellos merecen morir.
(Tn)- No te negaré que muchas personas merecen morir, pero no todos son así... no todos somos así. -jadeó.
Viserion no aguantaba más al mirar a la chica, sabía perfectamente que estaba sufriendo, sabía que la mayor parte de sus heridas habían sido provocadas para protegerle, ella misma podría haber esquivado el ataque inicial pero prefirió protegerlo a él y salir de aquella cueva.
Rhenal no dijo nada, tan solo la miraba seriamente a los ojos, los ojos de la chica que desprendían una mirada sincera y cansada. Apartó su mirada sacudiendo ligeramente la cabeza e hizo temblar el suelo dando un fuerte zarpazo contra este.
Tanto la chica como Viserion miraron al dragón esperando cualquier ataque por su parte pero oyeron un sonido que captó la atención de ambos, miraron hacía su derecha, una gran ola se dirigía hacía ellos a gran velocidad.
(Tn)- ¿Un dragón de agua? -Susurró mirando aquella ola.
Viserion- ¡(Tn)!
La chica se giró y sin que pudiese hacer nada más sintió como el dragón se introducía en su pecho. Abrió la boca para gritar, se sentía débil, estaba perdiendo mucha sangre y aquel dolor se hacía insoportable. Trató de permanecer de pie, apretó sus dientes reprimiendo sus propios gritos, se veía débil, tenía que atacar si quería ganar.
Cuando el dolor cesó miró su cuerpo, sus ropas raídas, su piel con zonas con escamas y otras ensangrentadas, y por último sus hombros, los cuales deseó no haber visto.
Dirigió una mirada sería y enfadada al dragón, el cual no mostró ningún signo de sorpresa al ver la transformación de la chica. Extendió su mano hacía el mar y sin decir palabra alguna, de su mano emergió unas ondas de viento que hicieron mover tanto las ramas de los árboles, su propias ropas y pelo y la arena, apuntando todas estas hacía el mar.
Una corriente de aire chocó contra la ola reteniendo la, luchando con apaciguar las aguas y frenar esa terrible ola una ola que seguramente cubriría la mitad de aquella isla. La chica oyó unas voces que reconoció al instante, al ver al dragón mirar a sus espaldas envió mas fuerzas a aquel viento, el cual consiguió destruir la ola, no sin antes salpicar agua por encima de la cabeza de la chica y Rhenal, provocando que (Tn) diese un gruñido de dolor a notar como la sal del mar caía sobre sus heridas.
Giró la cabeza y vio a sus nakamas junto a Barbablanca a varios kilómetros parados, mirando con cara de horror y preocupación a la chica y al dragón, sobre todo fijó su mirada en uno de ellos, el cual intentaba acercarse de no ser por varios de los que estaban a su alrededor que intentaban frenarlo.
Giró la cabeza hacía Rhenal. -No les hagas nada, yo soy a la única que debes enfrentar.
Rhenal- No voy a prometer tal cosa.
La chica comenzó a angustiarse. - Todos quieren algo a cambio, ¿qué quieres tú por dejarlos con vida?.
Rhenal- ¡No hago tratos con humanos!
Su zarpa se elevó y cayó con fuerza en la zona donde se encontraba (Tn), la cual la esquivó saltando hacía otro lado. Creó con sus manos un rayo, lo lanzó contra uno de los ojos del dragón, el cual lo cerró justo segundos antes de que impactara, protegiendo así su ojo con la gruesa piel de sus parpados.
(Tn)- Maldición.
Cayó en una zona cercana al mar, lo miró desafiante sin darse por vencida. -¿Acaso tienes miedo de hacer tratos con humanos?
Rhenal- ¡No digas estupideces!
(Tn)- ¡Pues hazlo! - volvió a saltar esquivando otro ataque. - ¡Dime que es lo que quieres por la protección de mis nakamas, la de mi padre y la de Viserion.!
Viserion- ¡(TN)! -gritó desde el interior de la chica.
(Tn)- Todo tiene un precio, ¿Cual es este?
Barbablanca- ¡(Tn), no seas idiota!
Oyó a todos sus nakamas replicar, pero la voz que más dolor le provocó fue la de Ace.
Rhenal la miró de cerca, examinando la, quizás entrando en su mente y mirando todos sus recuerdos, sus capacidades, sus miedos, sus propios pensamientos; pero no le importó, se quedó parada mirando sus ojos blancos con pupila gris, unos ojos que incluso le llegaron a parecer hermosos ante la luz de la tarde cayendo.
Rhenal- Tu muerte.
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