67- Celos de un dragón
(Tn)- No te preocupes tanto... -dijo sonando ya cansada por el sueño y por la insistencia del chico al otro lado de la línea.
Se encontraba tumbada en la cama de su habitación, se encontraba sola y aprovecho esto para llamar a alguien por el den den mushi, alguien que poco después se arrepintió de haber llamado.
Sabo- ¿Cómo quieres que esté tranquilo?- dijo sonando alterado. - ¡No puedes, no, no debes hacerlo!, ¿¡oíste!?.
(Tn)- Sabo... no tengo otra opción.
Sabo- ¡Sí la hay!.
(Tn)- ¿Ah si?, dime entonces.
Sabo pareció pensar durante unos segundo. - Huye.
(Tn)- Sabes que yo nunca huiria.
Sabo emitió un suspiro. - No quiero que te pase nada...
(Tn) - Lo se, pero confía en mi, no me pasará nada malo.
Sabo- Pero te expones al peligro, cualquier error puede perjudicar te gravemente.
(Tn)- Lo se, pero no ocurrirá nada malo.
Sabo- No será esta una llamada para despedirte de mi, ¿verdad?
(Tn)- Claro que no, tan solo te llamé para decirte.
Sabo permaneció en silencio unos segundos. - Ten cuidado, por favor...
(Tn)- Lo tendré.
Sabo- Llámame pronto. -dijo con un tono dulce y cansado por las altas horas de la noche. -Te quiero.
(Tn)- Lo haré, yo también te quiero.
La llamada se cortó, la chica suspiró estirandose entre las sabanas pensando en las palabras que dijo Viserion.
Él había notado algo extraño estos días atrás, había percibido esa sensación que percibió cuando llegaron a la isla donde zaldrizes se encontraba con su antiguo portador, pero lo que no sabia era donde se encontraba el nuevo dragón, ese dragón del que apenas se sabe nada, tan siquiera supo saber con exactitud donde se encontraba cuando percibió aquella sensación.
Su mente pasó de pensar en ese dragón misterioso al que se debia enfrentar a Zaldrizes. Recordó el día en el que la abandonó porque la consideraba débil. Se preguntaba donde estaría, se preguntaba si estaría bien donde quiera que esté y se preguntaba si había conseguido un nuevo portador, un portador que no fuese tan débil como ella. Miró la katana inservible de Zaldrizes que se encontraba al lado de su armario durante unos minuto, se levantó y la tomó volvió a la cama. La observó por un tiempo, recorriendo cada detalle, cada trazo, su peso y su tacto frio entre sus manos, porque a pesar de ser ya una katana ordinaria sigue siendo la misma que había usado anteriormente pero con la única diferencia de que esta ya no era mágica.
Abrazó aquel metal frio y cerró los ojos pensando en el pobre dragón, desde el principio había percibido dolor en su mirada, en su forma de hablar y en su forma de ser, tan fría y distante, como si tuviese miedo de ser herido. De volver a ser herido.
(Tn) siempre tuvo miedo de preguntarle el motivo de su dolor pero nunca se había atrevido, o bien por qué no tenia la suficiente confianza o por que, a pesar de los numerosos intentos por parte de la chica de acercarse a él y entablar confianza y amistad como hizo con Viserion, él seguí cerrándose, cada vez más y más hasta llegar al punto en el que quiso marcharse de su lado.
No supo cuanto tiempo había pasado desde que cerró los ojos pensando en aquel dragón, pero fue el suficiente como para quedarse dormida presa del cansancio del día. No se despertó hasta que unas manos acariciaron sus brazos. Fue abriendo poco a poco los ojos intentando distinguir los sucesos del sueño a la realidad, pudo distinguir a un chico entre la neblina de sus ojos y la oscuridad de su habitación, únicamente iluminada por una vela en su mesita de noche.
(Tn)- Ace... -susurró parpadeando varias veces. - ¿Qué hacés?
Ace- No bajaste a cenar, vine a ver que te ocurría y te vi durmiendo abrazando la katana. - en su voz se distinguía un ligero toque de preocupación.
(Tn)- Me quedé dormida...
Ace consiguió apartar la katana y la dejó a los pies de la cama. - ¿Estás bien?
(Tn) simplemente asintió volviéndose a sentir inundada por los recuerdos de Zaldrizes. - ¿Qué hora es?
Ace- Son las doce de la noche, ¿tienes hambre?
(Tn) negó frotándose los ojos, vio el den den mushi a su lado, lo tomó y lo dejó en la mesa donde se encontraba la vela prendida.
Ace- ¿Has estado hablando con alguien?.
(Tn)- He llamado a Sabo para contarle mi enfrentamiento con el próximo y último dragón. -se sentó en la cama mirándolo. - Le prometí llamarlo cada vez que fuese a exponerme a un peligro.
Ace- Entiendo...
(Tn)- ¿Donde está Viserion?
Ace- En el comedor, aún sigue comiendo. -la chica no dijo nada más, tan solo mantenía su mirada en sus propios pies intentando apartar todos esos pensamientos de su mente. - (Tn), estoy preocupado por ti.
La chica lo miró algo extrañada. - ¿Por qué?
Ace- Se que ese dragón está cerca, Viserion nos lo contó en la cena. Sabemos que es peligroso, quizás uno de los más peligrosos.
(Tn)- Estaré bien.
Ace- No quiero perderte, no otra vez...
(Tn)- Ace...
Ace- Por favor, no arriesgues tu vida para ganar ese enfrentamiento.
(Tn)- Pero debo ganar, de no ser así podría morir.
Ace se abrazó a la chica ocultando su rostro en su cuello, sintió como comenzaba a temblar mientras sus manos la sujetaban con fuerza.
(Tn)- No moriré, Ace.
Ace- Promete lo. -dijo con voz quebradiza.
(Tn) acarició su cabello mientras esbozada una sonrisa tranquilizadora. - Prometo no morir, no moriré, Ace.
El chico levantó su rostro y besó los labios de la chica con tanta delicadeza y dulzura como si temiera que se rompiese.
Ace- Debes comer algo. -dijo ya más calmado. - Vamos.
Tomó la mano de la chica y la guió hacia el comedor, donde sólo se encontraba Viserion comiendo un filete de carne. Hasta se vería tierno si no fuese porque mientras comía lamia la sangre que se quedaba en el plato de aquel filete ensangrentado.
Viserion- ¿Dónde estabas?
(Tn)- Me quedé dormida. -dijo tomando un plato con fruta y sentándose frente a él.
Viserion la miró durante unos segundos muy fijamente, posteriormente siguió comiendo con una pequeña mueca.
Ace- ¿No te dolerá la tripa si bebes tanta sangre?
Viserion- No. -lamio los restos del plato y se tumbó boca arriba con su barriga hinchada.
(Tn)- ¿No sabes si ese dragón está en la siguiente isla?
Viserion- No, puede que si esté, o puede que no. -hizo una pausa mirando el techo. - Es un dragón con un poder extraño, no se deja ver ni percibir.
(Tn)- Supongo que atacará por sorpresa.
Viserion- Llamitas, ¿Puedes ir a la habitación de (tn) a por mi katana?
Ace- Claro.
Viserion lo observó salir y se incorporó mirando a la chica con un gesto más serio. - Estabas pensando en él, ¿verdad?
(Tn)- ¿En quien?
Viserion- Ya sabes en quien.
(Tn) dejó la manzana y miró a Viserion. - ¿Te metiste en mi mente?
Viserion frunció el ceño. - Sí, y no me ha agradado nada lo que vi.
(Tn)- ¿Y por qué?
Viserion- ¿Por qué lo hechas tanto de menos? Es un traidor.
(Tn)- No lo llames así.
Viserion- Es lo que es, espero que nunca volvamos a verle.
La chica suspiró mirando su manzana, realmente quería volver a verlo, quería pedir una explicación por todo lo ocurrido aquel día que se fue.
Viserion- ¡Qué no pienses en él! -dijo saltando hacia la cara de la chica.
(Tn)- ¿¡Pero que haces!?
Viserion- ¡Yo soy el único, no pienses en ese lagarto!
La chica intentó apartar al dragón que se aferraba a su cara mientras gritaba. -¡Quita!
Viserion se aparto de su cara y la miró enfadado. - Él nunca aparecerá, supera lo.
(Tn) suspiró mirando a otro lado. - No voy a discutir sobre eso.
Viserion chasqueo la lengua y permanecieron en silencio hasta que se abrieron las puertas dando paso a Ace, el cual pudo notar la tensión que se respiraba en aquel ambiente.
Ace- ¿Ha pasado algo?
Viserion voló hacia él y tomó la katana con sus patas. - Nada llamitas. -dijo antes de salir y dejar a los dos solos.
Ace se acercó a ella y le acarició la espalda. -¿Todo bien?
(Tn)- Tan solo que Viserion descubrió que extraño a Zaldrizes y se ha enfadado.
Ace río un poco. - Nunca se llevaron bien.
(Tn)- Lo se, pero no es motivo para ponerse así.
Ace- Es un poco celoso.
Viserion- ¡No soy celoso!
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