35- Una amistad

Narra (tn)

Sentí el agua resbalar por todo mi cuerpo junto al jabón. No podía negar el cansancio que tenía, por el duro entrenamiento de la tarde y ese momento con Ace había consumido las pocas energías que me quedaban. Sonreí sin darme cuenta sintiendo mis mejillas arder a recordar eso último, Ace se había ido a su habitación a ducharse para prepararse para el banquete que van a celebrar los chicos para celebrar el nuevo puesto de Marco como vicecapitán y el mio como comandante de primera división.

Cerré la llave del agua y tomé la toalla, no quería pensar en mi nuevo puesto, una parte de mi sabia que los iba a decepcionar, sobre todo a Padre, él fue quien insistió en que yo tomara el cargo, si muero en ese combate el se decepcionará, pensará que se equivocó y que nunca estuve a la altura.

Terminé de vestirme y empecé a dudar en que hacer, una parte de mi quería decírselo, él era mi capitán, le debo lealtad y sinceridad, tengo que decirselo ahora antes de que sea demasiado tarde y empiece con mis labores de comandante pero otra parte no quería decirlo, no quiero preocuparle y aunque se que me guardará el secreto de no decírselo a nadie él estará preocupándose por mi.

Ace entró sin llamar, como de costumbre, a veces pensaba que lo hacía con la intención de pillarme desnuda saliendo de la ducha o cambiandome de ropa, que no seria la primera vez que entra a mi habitación encontrándome así, pero también pensaba que quizás lo hacía sin darse cuenta, tenia una inocencia casi parecida a la de su hermano Luffy.

Ace- ¿Estas lista? -dijo sonriendo algo ruburizado.

Sonreí mirándolo con ternura, se veía realmente lindo con sus mejillas pecosas rojas y esa sonrisa tan característica.

- Sí, ¿está ya listo el banquete? -dije acercándome a él.

Ace- Aún faltan unos minutos para la cena. -sonrió mirándome cuando ya estuve frente a él. - Te apetece ir ya o qui...

Le besé sin darle tiempo a terminar su frase, se veía tan tierno que no pude evitarlo. Ace se sorprendió un poco al principio pero comenzó a mover sus labios contra los míos mientras llevaba sus manos hasta mis caderas pegandome más a su cuerpo. Era un beso tierno y suave, esos besos que te provocan una corriente eléctrica por todo el cuerpo. Cuando nos separemos para tomar aire me sonrió tiernamente dándome un beso en la frente.

Ace- Hoy te encuentro algo traviesa, pequeña. - esbozó una sonrisa traviesa con intención de molestarme.

-¿No te gusta? -no le di tiempo a hablar cuando me giré hacia la puerta con las manos en alto. - Tranquilo tranquilo, se acabó, no volverá a pasar.

Intenté evitar no reírme al ver su expresión de alarmado.

Ace- ¡No, no, no! No me refería a eso... decía que... bueno tú hoy... -se empezó a poner nervioso mientras sus mejillas volvían a teñirse.

-¿No te gustó? -dije intentando sonar inocente y ofendida a pesar de que quería soltar una carcajada a verlo tan nervioso.

Ace- ¡Me encantó! -empecé a reír y le acaricié su mejilla.

Salimos de mi habitación rumbo al comedor donde todos estaban colocando platos de comida en las mesas, las cuales no fueron suficientes para las grandes cantidades de comida que había.

-¿No os habéis pasado un poco? -dije entrando con Ace mirando todo el lugar.

Viserion vino volando hacia mi colocándose sobre mi hombro. - Un poco más y me iban a cocinar a mi.

Marco- Serás la comida de emergencia. -dijo riendo acercándose a nosotros.

Viserion -Eso debería decir yo de todos vosotros.

Reí y miré a Marco. - Parece que os habéis hecho amigos.

Marco- Creía que ya lo eramos -miro a Viserion que mantenía una mirada enfadada.

Ace- ¿Cuanto falta para comer? - se acercó a una mesa donde había grandes bandejas con carne asada.

Reí un poco. - Espera solo un poco más.

Marco- (tn)...-susurró- después del banquete necesito que vengas a mi habitación.

Lo miré confusa. - ¿Para qué?

Marco- Necesito darte todos los datos de los ataques de los miembros de la primera división, mañana llegamos a una isla e iras con tus miembros a explorarla.

Mi corazón se detuvo. - ¿¡Qué! Tan rápido?

Marco- Tranquila iré yo también contigo. -sonrió acariciandome la cabeza. -Te guiaré para que no tengas ninguna duda en nada.

Sonreí aliviada. -Gracias...

Marco sonrió bajando su mano desde mi cabeza hasta la mejilla donde comenzó a acariciarla con su pulgar, provocando que un ligero escalofrío corriera por mi espalda.

Ace- (tn) -me tomó del brazo jalandome hacia él. -La comida ha empezado ya. -su tono era algo serio y molesto.

Nos sentemos en la sillas frente a la mesa junto a todos nuestros nakamas. Llegó Marco y se sentó en mi otro lado bajo la atenta mirada de Ace.

Padre llegó poco después y comenzó el banquete, todos reían y entonaban canciones en las que poco a poco se distorsionaban a causa del alcohol, la comida se iba agotando poco a poco mientras los chicos no dejaban de cantar y bailar, o al menos eso creían ellos que hacían. Tuve que cuidar a Ace para que no estrellara tanto la cabeza sobre la comida cada vez que se quedaba dormido.

- Ace te estás poniendo perdido de carne. -le pasé un pañuelo por las mejillas mientras él se rascaba la cabeza.

Ace- Lo siento...

Sonreí un poco cuando terminé de limpiarlo y le di un pequeño beso en la mejilla. - Qué voy a hacer contigo.

Ace sonrió travieso y me guiño el ojo lo que provocó el rubor instantáneo de mis mejillas.

Padre- Yo me retiro ya mocosos. -se levantó con una botella de sake en sus manos. - No hagáis mucho escándalo o os pasareis lo que queda de noche sacando brillo a la borda.

Todos nos despedimos de padre y siguieron bebiendo ya tirados en el suelo, miré a Ace y nuevamente se quedó dormido.

-Chicos, si seguís así mañana no estaréis al cien por cien disponibles para explorar la isla.

Rakuyo- ¡(tn)-chan! -alzó su vaso riendo. - ¡Acompañanos!

Vista- ¡(tn)-chan esto va por ti! -extendió su vaso y dio un trago.

Haruta saltó sobre mi tirandome de la silla y cayendo de espaldas al suelo.

- ¡Haruta ¿Pero que haces?!

Haruta- ¡Bebe un poco (tn)-chan! -dijo sonriendo.

Marco- No te lances así sobre (tn) -tomó a Haruta levantandolo. - Sí (tn) bebe ¿Quien os guiará mañana por la isla?.

Izo- Marco tiene razón, tenemos que estar disponibles para mañana.

Marco me dio la mano y me ayudó a levantarme. -¿Te apetece hablar ya de lo que te dije antes?

-Claro, aún que me gustaría llevar a Ace a su cama. -miré a Ace con una sonrisa.

Marco asintió y tomó a este de un brazo y yo del otro, lo levantemos y lo llevemos hasta su habitación.

Viserion se fue de mi hombro colocándose sobre la almohada al lado de Ace. -Me quedo con llamitas para no interrupir vuestra explicación.

- No molestas Viserion.

Viserion- Era una forma educada de decir que me aburren esos temas. -se acurrucó en la almohada. -Cerrad la puerta cuando salgáis.

Suspiré y salimos de la habitación cerrando la puerta.

Marco- ¿Vamos a tu habitación?

-Claro, no creo que el comedor sea un buen lugar. -Sonreí y abrí la puerta de mi habitación.

Pasemos dentro y prendí la luz cerrando la puerta. Marco observó mi habitación detenidamente con sus manos e los bolsillos.

Marco- Veo que lees bastante. -se acercó a mi escritorio mirando todos mis libros.

Sonreí un poco y me acerqué a su lado. -En la siguiente isla me haría falta ir alguna librería, me quedé sin papel.

Marco me miró con una ligera sonrisa. -Iremos.

-¿Empezamos? -me volví hacia la cama y me senté en esta mirándolo. -Adelante.

Marco se sentó en la silla de mi escritorio y se inclinó apoyando sus brazos en sus rodillas.

Pasaron un par de horas donde él me explicaba como y que debería hacer y me explicó todos las habilidades de los miembros bajo mi mando.

-Veo que todos son bastante fuertes. -dije mirando la libreta donde estaba apuntando cada miembro bajo mi mando y sus habilidades.

Marco- Por algo son los de la primera divisó. -sonrió y se levantó de la silla caminando hacia mi. -¿Lo tienes todo claro?

Observé la hoja y asentí. -Creo que lo tengo todo... espero estar a la altura. - levanté la mirada hacia él.

Marco me miró desde arriba y sonrió. -Aprenderás poco a poco, me tendrás a mi acompañandote en tus primeras misiones, no temas en bombardearme a preguntas, ¿si?

Asentí sonriendo. - Gracias por tu ayuda.

Marco se agachó poniéndose a mi misma distancia de mi rostro. -Te ayudaré en lo que haga falta.

Me percaté de la poca distancia que había entre nosotros, él me miró detenidamente los ojos mientras bajaba lentamente su mirada hacia mis labios.

Me levanté de golpe sorprendiendo a Marco. -Deberíamos descansar ya, mañana es un día algo ajetreado.

Sonrió un poco y se levantó. -Claro, hasta mañana, (tn).

Se dirigió hacia la puerta, la abrió y me miró. -Descansa.

-Igualmente.

Marco cerró la puerta después de salir y me quedé sola en la habitación. Me tumbé en la cama intentando dormir, cosa que me era imposible. Estaba muy nerviosa por ser la comandante de primera división, nerviosa por mi enfrentamiento con el portador, y nerviosa por la extraña relación que se está produciendo entre Marco y Ace, y todo eso por mi culpa.

Me levanté de la cama y salí de la habitación, vi aun la luz del comedor encendida envueltas con risas y gritos. Sonreí un poco y caminé hacia el gimnasio, necesitaba desahogarme un poco y relajarme para poder conciliar mejor el sueño.

No se cuanto tiempo pasé allí, me sentí con los brazos doloridos, mi cabeza palpitaba junto a mis piernas, mi cuerpo estaba impreganado de sudor. Me dejé caer al suelo agotada, miré por los grandes ventanales, el cielo estaba aún oscuro salpicado por estrellas. Mis ojos se fueron cerrando mirando aquel cielo.

Sentí una sacudida, di un pequeño gruñido y abrí los ojos lentamente.

-Ace... ¿Qué hacés despierto?

Ace- Son las siete de la mañana, ¿Qué hacés aquí? Me puse como loco buscándote.

-Lo siento... necesitaba descargarme... -intenté ponerme en pie con su ayuda. -Me quedé dormida.

Ace- Estaba muy preocupado...

- Lo siento mucho Ace... necesito ducharme pero me siento muy cansada...

Ace- ¿Te ayudo?

Me ruboricé un poco y lo miré.

Ace- ¡No me mires así! -dijo alarmado saliendo conmigo del gimnasio. - De todas formas soy tu novio... -se empezó a ruborizarse y su voz sonaba más nerviosa y baja. -No pasa nada... ya... ya te vi desnuda...

Sonreí un poco al verlo tan nervioso y avergonzado. - Tienes razón, debo dejar de ser tan tímida contigo.

Sonrió un poco y lleguemos a mi habitación. Entremos al baño cerrando la puerta y me sentó en una silla de baño. Se quitó los pantalones y comenzó su desvestirme. Lo miré atentamente mientras me quitaba la ropa, sus mejillas estaba rojas y su cuerpo se iba calentando.

-¿Nervioso? -dije divertida.

Ace- No... claro que no...

Sonreí un poco. - Es la primera vez en mucho tiempo que no nos bañabamos juntos.

Ace sonrió con ternura como si hubiese recordado esos días de la niñez. - Desde que tenias 10 años, esas peleas de agua que teníamos con Luffy.

-Dadan tenia muchísima paciencia... me encantaría volver a verla, no pude despedirme de ella como era debido.

La sonrisa de Ace se apagó. - Fue un día horrible...

-Ace...

Ace- Pensé que te había perdido para siempre... hice el brindis con el sake con Luffy y contigo solo para asegurarme de que te volvería a ver... no te quería como una hermana...

-Ace... estoy aquí, no me has perdido. -le acaricié la mejilla con una sonrisa.

Ace sonrió un poco y me miró. - Soy muy feliz de volver a tenerte.

Sentí una punzada de dolor e intenté alejar los pensamientos de mi mente.

Ace- Cuando te vi en aquel posada... eras mejor de lo que había imaginado, en mi mente cada noche antes de dormir imaginaba como serias tú en ese momento, cada noche desde que te fuiste, pensaba en ti... cuando te vi... eres tan preciosa... tan...

-Ace... calla. -sentí mis mejillas arder ante tantos alagos.

Ace sonrió y me tomo la barbilla para mirarlo. - Pero tu carácter no cambio.

-Ace... la ducha.

Ace asintió y terminó por dejarme desnuda. Me mordí el labio inferior intentando ocultar mi vergüenza. Me tomó de la cintura con sus manos temblorosas y me metió en la bañera, prendió el agua y comenzó a pasarme la esponja llena de jabón por mi cuerpo. Sonreí divertida al ver su nerviosismo, levanté la pierna pasándo mi pie por su pecho y deslizando lo hacía abajo.

-No te olvides de esta parte. -mi voz sonaba divertida.

Ace sonrió un poco mirandome. - Podías moverte, ¿Verdad?

-Puede... -empecé a reír al sentir sus manos en mis caderas. -No... no... p-para...

Ace- ¡Me hiciste pasar vergüenza! -dijo sin parar de hacerme coquillas.

-P-pero... tú dijiste que eramos pareja y que no pasaba nada...

Ace- ¡Sí querías bañarte conmigo podrías haber lo dicho desde el principio!

- Vale... vale... -sentí las lágrimas caer a causa de la risa. - Para...

Ace se detuvo y suspiró. -Bueno, ya que estoy te baño.

Sonreí y le di un beso en los labios.

Ace- No me seduzca más... -susurró en mis labios. -Vamos algo justos de tiempo...

-Tienes razón. -sonreí y le arrebaté la esponja de sus manos. -Ya puedes salir.

Ace- No, me baño aquí contigo. -se quitó su ropa interior quedando los dos desnudos.

Me ruboricé y agradecí que la bañera estaba llena de agua y jabón y quedaba oculto de cintura para abajo.

Cuando terminemos de ducharnos tomé mi mochila junto a mi Katana y salimos hacia la borda donde ya estaba todos para bajar del barco.

-¿Donde está Viserion? -miré a Ace.

Ace- Cuando me desperté dormía a un lado de mi almohada, creo que sigue allí.

Marco- ¡(tn)! -lo miré- ¿Estás lista?

-Voy a por Viserion, ahora vengo.

Corrí hacia la habitación de Ace y entre en ella buscando a Viserion. Miré en la cama pero no había rastro de él, en la de Marco tampoco estaba. Empecé a llamarlo pero no respondía, me estaba empezando a preocupar por él, ¿Y si se fue?, ¿y si creyó que seguir junto a mi era una perdida de tiempo?. Sentí las lagrimas caer por mis mejillas mientras buscaba en cada rincón de la habitación. Allí no se encontraba. Fui la mía y comencé a buscar por el lugar, pero allí no de encontraba. Salí corriendo gritando su nombre y corrí hacia el gimnasio con el corazón en un puño mientras todas esas ideas resonaban en mi cabeza.

Lo vi. Allí estaba, acurrucado en el lugar donde me quedé dormida. Corrí hacia el despertando lo con mi presencia.

Viserion - Qué escandalosa... -abrió sus ojitos yo me miró. - ¿Por qué lloras?

Lo tomé entre mis manos y lo abracé provocando una reacción rara en él.

-No te encontraba... pensé que te habías ido...

Viserion- ¿Por qué me iría? (Tn) hoy estas muy rara... vine aquí porque me desperté junto a llamitas y no me sentía cómodo, te busqué y te vi aquí durmiendo y me tumbé a tu lado.

-Te quiero mucho Viserion. -lo miré y el dragón me miró sorprendido. - Haré todo lo posible por permanecer a tu lado... tanto por ti como por Ace y Luffy.

Viserion- Idiota... dame carne y vamos que llegamos tarde.

Asenti sonriendo y bajemos al comedor, tomé varios filetes de carne cruda y lo metí en una fiambrera.

Cuando salí vi a Marco junto a los chicos bajo mi mando.

Marco- ¿Ya? - dijo sonriendo.

- Sí, ya podemos salir.

Marco- Se que el cambio ha sido repentino pero espero que mostreis todos y cada uno de vosotros a (tn) el respeto que me teníais hacia mi cuando era vuestro comandante.

Todos- ¡Sí Vicecapitan!

Sonreí un poco. -Espero estar a la altura.

Marco- Lo estarás y serás mejor que yo.
Viserion- Eso lo sabemos todos... piña.

Marco- ¡Oye!- todos reímos por lo bajo. -¡Silencio! -callemos y lo miremos atentos. - Iremos a inspeccionar la isla, tened cuidado, es una isla llena de peligros.

Asentimos y bajemos del barco.

Viserion- (tn).

-¿Sí?, ¿quieres carne?

Viserion- Algo no va bien... siento un gran poder en esta isla.

Marco- ¿Qué quieres decir?

Viserion- La luz... puedo sentirla.



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