Es Mio

La irritación que sentía era demasiada.

Las ganas de moler a golpes a aquel Herbivoro pelinegro era demasiado grande para contener.

Hibari Kyoya estaba a punto de levantarse de su asiento para separar a aquel Herbivoro de lo que le pertenecía.

— " Entonces creo que la reunión concluye aquí " — la voz del capo lo hizo detenerse, percatado de que no había prestado nada de atención a la junta, no es que le importará.

Con el permiso para retirarse, cada uno de los guardianes fue saliendo de la sala de juntas.

Tsuna al verse solo soltó un suspiro, vaya que el aura que salía de su guardian de la nube era demasiado terrorífica, doce años y aún no podía evitar estremecerse cada vez que se percataba de los ánimos del mayor.

La pregunta era por qué estaba tan enojado.

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— " Gokudera, que tal si hoy vamos a tomar algo " — El sonriente guardian de la lluvia paso un brazo por los hombros del peli plata, quien chasqueo la lengua molesto.

— " Después de la última vez, ni siquiera se me a pasado por la cabeza repetirlo idiota " — .

El contrario solo soltó una risita, divertido por el ceño fruncido del guardian de la tormenta.

Gokudera volvió a chasquear, recordando lo "ligero" que es Yamamoto ante la bebida, y lo vergonzoso que se pone al perder la racionalidad completamente.

Cielos,  esa noche conoció los secretos más vergonzoso del pelinegro.

Y al conocerlos, uno en específico, Yamamoto no lo a dejado en paz, y no por qué no quiera que sea divulgado, al contrario, el más alto quiere la ayuda de su amigo, y Gokudera no quiere verse involucrado en ese asunto, así que el resultado es un pegajoso beisbolista  las 24 horas.

— " Vamos, no puede ser malo está vez " —.

Hayato tenía una y mil razones negativas que decir, y estaba listo para decírselas, pero apenas abrió la boca, una tonfa paso con rapidez entre ambos, alejándolos.

Años de experiencia los hizo esquivar el ataque.

— " Que demonios... " — ambos miraron tras de ellos, mirando al enojado guardian de la nube, quien solo con la mirada decía cuántas ganas de golpear a alguien tenía.

Hibari simplemente ya no pudo aguantar, ese Yamamoto Takeshi siempre lo hacía enojar, siento tan amigable, sonriente y afectuoso con su Herbivoro, ya lo tenía hartó.

Pareciera la hora de hacerle saber que ese Herbivoro rebelde era de el.

— " Yamamoto Takeshi....... Búscate a tu Herbivoro " —.

Y sin más, avanzo hacia los perplejos guardianes, tomo a un Hayato sorprendido como costal de papas, y avanzo hacia su territorio alejado de la base.

Yamamoto solo los miro alejarse sin saber que había pasado.

Con un gesto confuso se rasco la parte trasera de la cabeza, y seguido soltó un suspiro.

Ese día tampoco logro que Gokudera lo ayudara, se sentía un poco decepcionado, pero eso no lo haría detenerse, miro de nuevo hacia la dirección que habia tomado el guardian mayor, sabía que Gokudera no se encontraría con algún peligro, y por mucho que a Hibari le sigan desagradando no se atrevería a lastimar a La mano derecha del Décimo capo de Vongola en su propio territorio, así que con un último suspiro se dió la vuelta y avanzo hacia su propio lugar.

Mañana de nuevo intentaría obtener la ayuda del peli plata.

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— " ¡ Ey..... Idiota, bajame imbécil ! " — después de unos momentos de perplejidad, el más bajo empezó a removerse en el hombro del mayor, quien lo a estado ignorando desde que empezó a gritar.

— " ¡ Hibari ! " —.

— " Cállate Herbivoro " — Gokudera se callo abruptamente al oír la voz enojada de la nube, quien hizo un poco más de presion en su agarre en la cintura de la tormenta.

El menor chasqueo la lengua, con un pequeño seño fruncido.

No sabía por qué el mayor estaba molesto.

Espero un par de minutos más antes de que se empezarán a adentrar en la propia base de la nube, quien solo guardaba silencio mientras avanzaba lentamente hacia su habitación.

El silencio absoluto estaba poniendo nervioso a la tormenta, quien se estaba empezando a desesperar.

El no había echo nada para encender el mal humor del mayor, hasta se abstuvo de fumar en la ruinion, simplemente por qué sabía cuánto odiaba el pelinegro el olor a tabaco.

Así que estaba completamente confundido hacia la conducta del mayor.

Salió de sus pensamientos cuando fue aventado sin cuidado alguno en el grande sofá del lugar.

Una gran serie de groserías estaban por salir de su boca ante el brusco trato.

Más solo se quedó en un intento, ya que los labios ajenos ahora se encontraban sobre los propios.

El sonrojo se apoderó de todo su rostro, sus manos se posaron en el pecho del más alto, apretando en puño la tela de la camisa.

Hibari lamió el labio inferior, el pequeño gemido de la tormenta solo aumento su excitación.

Exploro deliciosamente el interior de aquella boca que lo volvía loco, sus manos comenzaron a recorrer la figura contraria, la ropa empezaba a estorbar.

Se separaron con un hilo de saliva todavía uniendolos, Hibari sintió punzar su miembro mientras miraba el hermoso rostro sonrojado, ojos nublados de lujuria, respiración acelerada y entrecortada, labios rojos e inchados, solo quería poseerlo de una buena vez.

— " Kyo...... Kyoya " —.

El mayor lo beso con rapidez y mas pasión, escuchar su nombre de esos labios siempre lo ponían.

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— " Ah...... Ah..... Si.... Así " —.

Las embestidas eran rápidas, Hayato arañaba la espalda, soportando el inmenso placer que le proporcionaba Kyoya, quien con total precisión golpeaba su prostata una y otra vez.

— " Ah.... Hayato " —.

Apretando con mas fuerza las estrechas caderas, el pelinegro golpeaba cada vez más duro y fuerte aquel punto dulce en su interior.

Sin dejar de embestir, la mano derecha bajo por toda su pierna, apretando y amasando la carne, levantandola sobre su hombro, Hibari aumento la velocidad.

Los gemidos y respiraciones agitadas se escucharon durante toda la noche.

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Yamamoto Takeshi recibió el golpe en su mejilla izquierda, se quedó aturdido durante un momento, pero rápidamente esquivo el segundo golpe que se acercaba del lado contrario.

Tras un rápido momento para recuperarse, fijo la vista en Hibari, quien guardaba sus armas, dió la vuelta y camino hacia el lado contrario.

El mayor abandono la habitación, dejando  completamente descolocado ante la situación que acababa de pasar al guardian de la lluvia.

















                              Omake

— " Yamamoto está enamorado de Haru " —.

Las palabras sorprendieron a Hibari, quien abrazaba posesiva mente la cintura desnuda de su peli plata tras una noche más de pasión.

— " Hm " —.

Gokudera giro sobre su eje para quedar frente al pelinegro.

— " Estaba tratando de que lo ayudara para confesarse " —. Hibari solo lo miro, Gokudera se sonrojo un poco. — " Así que ya no lo golpes " —.

Hibari solo soltó un pequeño tarareo, para acercarse a esos adictivos labios.

Todavía tenían tiempo para una segunda ronda.

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