Capítulo 10

Naruto apretó el ceño, mientras dormía soñaba con aquel chico, lo había llamado su otro yo, lo veía pelear mano a mano con su compañero contra la enorme bestia, el gigante hizo brillar su ojo rojo, no podía ver detalles y rostros definidos en algunos momentos, sólo vio a una bestia gigante y un ojo rojo, a su compañero bajar con un gigante morado que tampoco definió exactamente, los cubrió de la luz brillosa que la luna comenzaba a emitir, no podía ver a nadie más, los dos discutían, no entendía, ¿por qué?, el Uchiha comenzó a alejarse -Naruto -el pequeño negó -Naruto despierta -el pequeño levantó la mano, se abrazó del cuerpo de su amigo -no me dejes Sasu -comenzó a llorar quedito.

-Naruto -la voz se hizo suave a pesar de ser grave, abrió levemente sus gemas observando que era de noche, parpadeó definiendo el palacio del Daimyo -¿estás bien? -el pequeño giró su mirada, tenía abrazado con fuerza al Uchiha guardia suyo, se puso rojo y avergonzado soltándolo -lo… lamento -Itachi sonrió -de hecho, estoy bastante cómodo, si gustas puedes seguir abrazando -Naruto sonrió divertido, levantó su mano, lo pellizco levemente -ero-Itachi -el azabache sonrió siendo descarado y confianzudo, un nuevo lado suyo que no conocía, no se levantó de la cama, simplemente levantó su brazo y se recargó en él. Naruto giró su mirada evitando la del mayor que lo veía con intensidad, aunque no lo molestaba su cercanía, se sentía cómodo.

-¿Tenías una pesadilla con mi hermano? -el rubio regresó su mirada al mayor, asintió -de vez en cuando tengo pesadillas, papá ha estado investigando, Yamanaka-san dice que posiblemente tengo ligeros vestigios de otra vida -Itachi abrió sus onix demasiado con sorpresa -no veo con exactitud lo que sucede, pero tengo algunos detalles bastante definidos, la primera vez vi a este yo mío siendo despreciado por la aldea por ser el jinchuriki del kyubi, era huérfano. Una vez soñé que la aldea era atacada y destruida por un sujeto que había matado a Ero-jiji, últimamente tengo leves lapsos de una guerra, esta vez había una enorme bestia, su ojo brillaba en rojo reflejándose en la luna, Sasu me cubrió con un gigante morado, parecía de chakra -Itachi abrió bastante sus ojos, era el susanoo, lo vio con cuidado, ¿ojo rojo reflejándose en la luna?, recordó la tabla de piedra en el templo Uchiha -comenzábamos a discutir, se alejaba de mí -el rubio entristeció su mirada.

El mayor lo vio con cuidado, otra vez esa sensación, no le gustaba verlo de esa forma, recordó aquella vez que lo siguió al acantilado, levantó su mano, con su dedo picó la punta de su nariz suavemente -las hadas no se ven bien tristes -Naruto sonrió quedito -las hadas son hermosas, creo que exageras -Itachi sonrió observando con cuidado su pequeño rostro -lo son -el Namikaze se puso bastante rojo, se giró un poco escondiendo la mitad de su rostro en la almohada ocultando su vergüenza. Itachi sonrió ligero al verlo así -duerme, es tarde -Naruto asintió, lo vio levantarse y caminar hacia su cama, sintió frío en esa acción, no le había agradado ver como se cambiaba de cama.

…..

Nuevamente Itachi tomaba las pequeñas manos del rubio mientras la anciana marcaba los puntos en la tela para ajustar la primer capa -se ve muy suave esa tela -Itachi preguntó con curiosidad. El Namikaze tenía un enorme puchero al estar en esa posición, podía ver muy de cerca al Uchiha y esa sonrisa coqueta y burlona que le dedicaba -es así chico, es una seda bastante especial y difícil de conseguir, la sentirá como una segunda piel, es bastante cómoda, préstame tu mano -Itachi con duda soltó una de las manos del rubio, se la ofreció a la señora, la anciana atrevida puso la mano del Uchiha sobre la tela y la pierna del rubio -siéntela -

Naruto se puso de un extremo rojo, buscaba la mirada del Uchiha para reclamar, pero el muy bastardo acariciaba descaradamente su pierna bastante entretenido -bastante suave y cómoda definitivamente -la anciana rio divertida, el azabache se enderezó tomando la pequeña mano, el rubio afiló su mirada -le diré a papá que eres un pervertido ttebayo -susurró. Itachi sonrió con soberbia retador -dile que mancille tu suave pierna, que me acosté en tu cama, tuvimos una cena romántica, nos hemos tomado de la mano y que te has paseado en ropa interior frente a mí moviendo ese lindo trasero pequeña hada-

Naruto se puso de un rojo extremo -creí que eras un caballero, pero eres un pervertido bastardo, te llamaré ero-Itachi a partir de este momento -el Uchiha sonrió divertido, vio a la anciana levantarse -voy por los hilos de oro, ya deben traerlos, no se muevan de aquí -asintieron con sorpresa. Itachi giró su mirada al pequeño, lo vio con cuidado con una sonrisa burlona -sí me vas a decir ero-Itachi, debería hacer algo para recibir ese apodo con gratitud -Naruto abrió sus gemas bastante -¿si sabes que estoy comprometido con el bastardo de tu primo? -el Uchiha bajó su mirada y la subió lentamente observando el hermoso cuerpo del Namikaze -él está enamorado de mi hermano, no debería importar lo que piense -

Naruto lo veía con cuidado, tenía razón con lo que dijo, le agradaba su mirada sobre él y la forma en que lo revisaba, lo hacía sentir hermoso, que alguien tan guapo como él lo viera de esa forma, tragó pesado, ni siquiera Shikamaru lo veía de esa forma. Una de las manos del mayor soltó la del rubio, levantó uno de sus dedos suavemente tocando su largo cuello, comenzó a bajar por en medio de su pecho sobre la blusita -sabes, soy hombre pequeña hada, has sido bastante descuidado conmigo, tu guardia la mantienes baja, puedo aprovecharme -

Naruto tragó pesado, más al sentir su dedo acariciar el poco abdomen que dejaba ver, su piel bronceada se erizó con descaro. Itachi levantó su mirada observando las gemas acuosas verlo, no había miedo eso era claro, se veían nubladas, sonrió arrogante, se acercó a su cuello, absorbió descaradamente su aroma, susurró -¿acaso quieres que me aproveche? -Naruto se sorprendió, abrió y cerró sus labios sin saber qué decir -son perfectos estos hilos -el rubio levantó su mano, con velocidad sacó el rostro del Uchiha de su cuello -quítate bastardo -el pequeño bajó su rostro, ocultó que estaba extremadamente rojo, pero para Itachi era obvia la situación, había sido bastante descarado, no entendía qué le pasaba con el pequeño, era como si un ser distinto lo controlara y sin poder resistirse, era atrevido y acosador con el Namikaze.

-¿Estás molesto conmigo?, ¿te molesta que sea así contigo? -Naruto parpadeó con duda, levantó sus azules tímidos, vio los onix un poco preocupados, sonrió ligero y tímido, negó. Itachi sonrió al ver que no lo rechazaba, sus pulgares acariciaron las pequeñas manos suavemente, el rubio sonrió al sentir sus suaves caricias -bien pequeño, baja, en dos días regreso -Itachi ayudó a bajar al Namikaze del escalón sin soltar una de sus manos, vio salir a la anciana de la habitación. Naruto aprovechó, corrió con velocidad hacia el baño, el Uchiha sonrió divertido, le había fascinado su aroma y su suave piel, lo vio salir con su ropa y esa enorme playera que siempre usaba -vayamos al jardín, vi unas hermosas flores, quiero muchas de esas cuando tenga mi propia casa -el mayor asintió, caminó a su lado por los pasillos. Al llegar al jardín lo vio correr y lanzarse al pasto, lo observó sonreír atentamente.

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