Capitulo 4: Primer día en la mansión Brief

El Dr. Brief puso en marcha el auto y se adentró en el tráfico de la ciudad, mientras Bulma y Zarbon comenzaban a intercambiar miradas y sonrisas.

- Entonces, Zarbon, ¿cómo es ser guardaespaldas para la familia Cold? Debe ser emocionante- comentó Bulma tratando de romper el hielo.

- Sí, un poco. Pero sobre todo es un gran compromiso. Debo estar siempre alerta y preparado para cualquier eventualidad- respondió Zarbon, manteniendo su tono profesional, aunque su sonrisa seguía iluminando su rostro.

- ¿Alguna vez has tenido que enfrentarte a situaciones peligrosas?- preguntó Bulma con un atisbo de inquietud en su voz.

- Digamos que he tenido mis experiencias. Pero más que enfrentarme a peligros, mi trabajo es prevenirlos. Es mejor que nunca lleguen a suceder- se explicó Zarbon, asertivo.

El Dr. Brief los miró por el espejo retrovisor, satisfecho al notar el entendimiento que empezaba a florecer entre ambos. La calidez de la conversación contrastaba con la tensión que había precedido a su llegada.

- Estoy seguro de que harás un gran trabajo protegiendo a Bulma- aportó el Dr. Brief, y Zarbon asintió. Sin embargo, un ligero rayo de preocupación cruzó su rostro, reflejando la seriedad de la situación.

- Dr. Brief, quizás deberíamos discutir un plan de seguridad- sugirió Zarbon, que trataba de abordar el asunto con delicadeza- Aunque ahora estaré con Bulma, es crucial que tengamos una estrategia para minimizar cualquier riesgo.

- Tienes razón, Zarbon. Lo hablaremos pronto. Pero antes, quiero que Bulma se sienta cómoda contigo. Es importante que sepas que, además de ser su guardaespaldas, también deberás ser un apoyo emocional para ella- dijo el Dr. Brief, señalando su prioridad de cuidar el bienestar de su hija.

Ambos asintieron con asentimiento, y fue entonces cuando Bulma sintió que la ansiedad del momento se disipaba. A pesar de la preocupación por la amenaza que le acechaba, la presencia de Zarbon comenzaba a hacerle sentir más segura.

Al llegar a la mansión Brief, Zarbon se percató de la grandiosidad del lugar. La opulencia de la vivienda era notable, y había numerosos jardines bien cuidados que reforzaban la imagen de una familia acaudalada. Apenas bajaron del auto, Phillips salió de la mansión, listo para ayudar con el equipaje.

- Buenas tardes, señor Abe. Bienvenido a la familia Brief- saludó Phillips, con una sonrisa profesional.

- Buenas tardes, Phillips. Gracias por la bienvenida- respondió Zarbon, extendiendo su mano.

Mientras Phillips liberaba a Zarbon de sus maletas, Bulma empezó a guiarlo por el interior de la mansión.

- Ven, te mostraré tu habitación y algunas áreas importantes de la casa- dijo Bulma, mostrándose entusiasmada.

Zarbon la siguió, sintiéndose curioso pero también expectante. A medida que recorrían el hogar, Bulma le mostró su habitación, que era típicamente juvenil, llena de gadgets tecnológicos y posters de sus ídolos.

- Aquí es donde dormirás- comentó Bulma, señalando la habitación que tenía un diseño moderno y cómodo- Te preparé un espacio en mi armario, en caso de que necesites ropa extra.

Zarbon sonrió ante el gesto- Eso es muy amable de tu parte, Bulma. Pero no creo que necesite tanto espacio.

- Bueno, por si acaso. Nunca se sabe qué podría pasar- respondió Bulma con un guiño. Era evidente que los nervios se estaban suavizando.

Después de mostrarle la cocina, donde se anunciaban aromas deliciosos, y el amplio salón con una moderna televisión, el Dr. Brief se unió a ellos.

- Zarbon, en cuanto te instales, me gustaría que hiciéramos una reunión familiar para discutir cómo procederemos con las medidas de seguridad- dijo el Dr. Brief, tomando en cuenta la importancia de involucrar a todos en la protección de Bulma.

- Perfecto. Cuanto más estemos en la misma sintonía, mejor podremos manejar la situación- respondió Zarbon, mostrando su profesionalismo en cada palabra.

Bulma observaba cómo su padre y Zarbon hablaban de forma natural y, al mismo tiempo, profesional. Un cálido sentimiento la invadió al ver cómo poco a poco Zarbon se integraba en su vida.

Mientras pasaban la tarde juntos, Bulma sintió un cambio en el ambiente. La presencia de Zarbon no solo brindaba una sensación de seguridad, sino que también trajo consigo una chispa de intriga y emoción. A pesar del peligro que representaba la mafia, empezó a preguntarse si su guardaespaldas podría convertirse en algo más que solo protección.

Más tarde, cuando llegó el momento de la reunión familiar, todos los miembros de la familia Brief se reunieron en el salón. Zarbon se acomodó en el sofá junto a Bulma, al frenar su mente a la estrategia que debían establecer.

- Gracias a todos por reunirse- comenzó el Dr. Brief, mientras todos tomaban asiento- Como saben, hemos decidido tomar urgentemente precauciones para proteger a Bulma. Zarbon es ahora parte de nuestra familia y su objetivo es asegurarse de que esté a salvo.

- ¡Sí! Vamos a tener que establecer unas reglas básicas- señaló Tights, alzando la mano como si estuviera en clase.

- Claro, eso es fundamental- asintió el Dr. Brief, entreteniéndose con la determinación de su hija mayor.

Zarbon tomó nota mental de las normas y preferencias de la familia, comprometiéndose aún más a su papel. Sin embargo, de repente, un ruido sordo procedente de la entrada de la mansión interrumpió su conversación.

Todos se miraron entre sí, el silencio reinaba, y una inquietante sensación heló el ambiente. Bulma sintió que el corazón le latía fuertemente.

- ¿Qué fue ese sonido?- murmuró, con inquietud.

Phillips se puso de pie de inmediato e hizo una señal con la mano a Zarbon, indicando que debían investigar.

El corazón de Bulma se encogió. Cada segundo que pasaba parecía una eternidad, mientras su mente se llenaba de miedo.

Zarbon se levantó, su mirada se volvió seria- Quédense aquí. Voy a comprobarlo- dijo con firmeza, mientras se dirigía hacia la puerta.

Bulma sintió una oleada de ansiedad. La tensión del momento parecía oscurecer su nuevo inicio y la promesa de seguridad que había sentido antes.

Mientras Zarbon se adentraba por la entrada de la mansión, la vida de Bulma estaba a punto de cambiar nuevamente.

Zarbon avanzó con pasos firmes, su cuerpo se hallaba en alerta máxima. La entrada de la mansión era amplia y lujosa, adornada con cuadros y lámparas de cristal que apenas iluminaban el ambiente, que ahora se sentía tenso y cargado. Se asomó cuidadosamente por la puerta principal, su mente analizando cada detalle, cada sonido que pudiera sugerir un peligro.

Al abrir la puerta, se encontró con una escena que le pareció extraña: un paquete grande y envuelto con cinta oscura reposaba en la entrada. Sin señales de vida alrededor, la inquietud creció en su pecho. Se acercó con cautela, flexionando las muñecas como si se preparara para un enfrentamiento.

- ¿Qué es eso?- preguntó Bulma desde el interior, apenas audaz y llena de inquietud.

Zarbon giró la cabeza brevemente hacia ella- No lo sé aún. Permanezcan dentro, por favor - exigió con un tono grave, aunque su voz contenía la calma de alguien entrenado para manejar situaciones críticas.

Se agachó para inspeccionar el paquete, notando que no tenía ningún remitente ni etiqueta visible. Su instinto le decía que había algo más bajo la superficie. Con movimientos cuidadosos, lo levantó y lo examinó. Al agacharse, escuchó un leve sonido, como un clic, y se dio cuenta de que aunque parecía un simple paquete, había algo oscuro en su interior.

Un escalofrío recorrió su espalda. No era el momento de apresurarse. En un instante decisivo, decidió que lo más prudente sería llevárselo a la sala de estar donde podría abrirlo con la familia y asegurarse de que estaban lejos del peligro. Sin embargo, la idea de abrirlo inmediatamente le lanzó una advertencia a su mente entrenada.

Al volver, se encontró con toda la familia Brief inmóvil, observando con ansiedad. Resplandecientes más que nunca en el confort de su hogar, pero incluso el ambiente cálido del salón parecía haber sido raptado por la duda.

- Zarbon, ¿qué ocurre?- preguntó el Dr. Brief, su rostro mostrando preocupación.

Zarbon se detuvo en el centro de la habitación, manteniendo el paquete a la vista de todos- Encontré esto en la entrada. No parece tener un remitente- Hizo una pausa- Pero... creo que deberíamos abrirlo juntos, y con mucho cuidado.

La tensión aumentó momentáneamente, y Bulma sintió que el aire se espesaba en su pecho. Las miradas de todos estaban fijas en el paquete, como si fuera una criatura desconocida que podría traer consigo noticias favorables o terribles.

- ¿Quizás deberíamos llamar a alguien?- sugirió Tights, mirando a su padre, temerosa ante la posibilidad de lo que pudiese haber en el interior.

Dr. Brief asintió- Sí, mejor será no arriesgarse. Phillips, llama a la policía- Habló con un tono que intentaba impartir calma, pero el temblor en su voz lo traicionó.

Zarbon, usando su lógica, tomó la iniciativa- Aún no. Primero debemos asegurarnos de que no sea un artefacto peligroso. Si es una amenaza, llamar a la policía ahora podría alertar a los responsables- Miró a Bulma, quien contenía el aliento.

- Entonces, ¿qué hacemos?- preguntó Bulma, su voz sonaba temblorosa.

- Voy a abrirlo.... de manera controlada. Todos atrás, por favor- dijo Zarbon, mientras se movía hacia un espacio abierto en la sala. Sacó un útil de seguridad herramienta que mantenía en su cinturón de guardaespaldas. Con la mirada fija en el paquete, comenzó a cortar cuidadosamente la cinta.

El sonido del corte hizo que todos en la sala se retorcieran. Con cada tijeretazo, la tensión se hacía palpable, y el corazón de Bulma latía con fuerza. Finalmente, el último pedazo de cinta se desvaneció y Zarbon levantó la tapa del paquete.

Una nube de polvo levantado al abrir la caja lo invadió, y los rostros de todos se vieron iluminados por la curiosidad y una pizca de temor. Al mirar dentro, lo que encontró fue inesperado: en lugar de una bomba o un artefacto explosivo, halló un montón de documentos envueltos y un pequeño objeto brillante que reposaba en el fondo.

- ¿Qué es eso?- preguntó Bulma, acercándose un poco, impulsada por la ansiedad.

Zarbon retiró el contenido cuidadosamente y emergió con una cadena de brillantes gemas nítidas- Esto...- dijo, con una mezcla de sorpresa y desconfianza- Esto es un collar.

Y justo cuando levantaba la vista para hablar, su teléfono sonaba de forma abrupta. Al mirar la pantalla, el ceño de Zarbon se frunció. Una escueta nota le apareció en la pantalla: "A veces no todo es lo que parece".

Inmediatamente, el ambiente se volvió escalofriante. La familia se miró en silencio, mientras en el fondo de la mente de Bulma nacía la preocupación: ¿quién había enviado el paquete? ¿Y qué significaba en el contexto de la amenaza que acechaba su vida?

Zarbon miró el collar en sus manos, reconociendo que había mucho más detrás de esta entrega. Su misión de protección ahora involucraba misterios más profundos y peligros ocultos, y un nuevo nivel de alerta despertaba en él. Mientras la vida de Bulma se tambaleaba entre lo conocido y lo desconocido, la historia de su protección apenas comenzaba.

- Vamos a averiguar de dónde proviene esto- dijo Zarbon con determinación, sabiendo que la calma momentánea había sido solo una ilusión en este nuevo capítulo.

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