Bulma es una joven universitaria de 20 años que reside en Miami, Florida, en una espaciosa mansión junto a su familia. Su padre, el Dr. Brief, es un reconocido científico, mientras que su madre se dedica a las labores del hogar. Tiene una hermana mayor llamada Tights, quien también se ha dedicado a la ciencia y es escritora de ciencia ficción. Ambas han compartido desde pequeñas el sueño de convertirse en científicas como su padre. Tights se graduó en bioquímica y letras en el Miami Dade College, mientras que Bulma está en sus estudios de biología y química.

En un soleado día, Bulma se está preparando para salir con sus amigas a comer a Burger King. Después de darse una ducha refrescante, sale del baño envuelta en una toalla. Se dirige a su armario donde toma su secadora de cabello y, tras peinarse y secarse el pelo, elige su atuendo: una blusa blanca con mangas cortas negras, unos jeans azules y un par de zapatos blancos.

Una vez lista, agarra un pequeño bolso y sale de su habitación. Desciende por las escaleras, pasa por la sala y abre la puerta. Afuera, el vigilante Phillips la saluda y le pregunta a dónde se dirige. Bulma le explica que se encuentra en camino a Burger King con unas amigas. Phillips ofrece llamar al chófer para que la lleve, pero ella le responde que no es necesario, ya que sus amigas la están esperando en la puerta. Phillips también pregunta si sus padres están al tanto de su salida, a lo que Bulma asegura que ya le comentó a su madre antes de salir con Tights al centro comercial.

- ¡Hola, Milk! ¡Hola, Lazuli!- saluda a sus amigas al encontrarse.

- ¡Hola, Bulma! ¿Ya estás lista para ir a Burger King?- pregunta Lazuli con una sonrisa.

- ¡Sí!- exclama Bulma con entusiasmo.

Lazuli enciende el auto y pone rumbo a Burger King, mientras Milk sintoniza la radio para escuchar música.

- ¿Qué tipo de música deseas que pongamos, Lazuli?- interroga Milk.

- No estoy segura, pon lo que tú quieras, ¡sorpresa!- responde Lazuli, sonriendo.

- Perfecto, ya sé qué canción poner- dice Milk, buscando la melodía ideal.

Milk y Lazuli estaban comentando sobre una canción que les encantaba, mientras Bulma recordaba que Goku le había cantado esa misma melodía el año anterior. Milk confesó que había sido la canción más hermosa que Goku le había dedicado y, al decirlo, se sonrojó ligeramente. Lazuli, curiosa, preguntó si Bulma tenía un novio, pero ella respondió que no había tenido tiempo para buscarlo debido a sus estudios. Milk le aseguró a Bulma que no se preocupara, que con el tiempo encontraría al amor de su vida.

Lazuli se ofreció a hacer la fila mientras Bulma y Milk decidían qué pedir. Milk optó por una hamburguesa con papas fritas y Coca Cola, mientras que Bulma pidió lo mismo, pero con Pepsi. Lazuli decidió seguir el mismo camino que sus amigas y pidió lo mismo.

Cuando Lazuli fue a hacer fila para pedir las hamburguesas, Bulma y Milk aprovecharon el tiempo para charlar sobre cosas de chicas, hasta que Lazuli las llamó para recoger su pedido. Las tres disfrutaron de su comida tranquilamente. Al terminar, Lazuli se encargó de pagar la cuenta y finalmente salieron de Burger King.

- Wow, esas hamburguesas estaban deliciosas. Muchas gracias por invitarme a comer, chicas- dijo Bulma, satisfecha.

- De nada, Bulma. Para eso están las amigas- respondió Milk con una sonrisa.

- Bueno, parece que ya es hora de que nos vayamos a casa- dijo Lazuli mientras se dirigían hacia el auto.

Justo cuando estaban a punto de entrar, un hombre extraño se acercó rápidamente.

- Oigan, ustedes tres, no se muevan- dijo el hombre con una pistola en la mano.

- Por favor, no nos hagas daño. Si solo quieres dinero, podemos dártelo- ofreció Milk, asustada.

- Jajaja, no me interesa el dinero. Estoy aquí por su amiga peliazul que está detrás de ustedes- dijo, sonriendo y mirando a Bulma.

- Dime, ¿qué es lo que quieres de mí- preguntó Bulma, también visiblemente asustada.

- Me enviaron para secuestrar a la hija del famoso científico, que eres tú. Así que métete en mi auto y tus amigas no saldrán heridas.

En ese momento, el hombre extraño hizo un intento por llevar a Bulma a su auto, pero la policía llegó justo a tiempo y el hombre huyó. Afortunadamente, Bulma y sus amigas estaban a salvo. El oficial Gómez se acercó a ellas y les preguntó si estaban bien. Luego, le dijo a Bulma que necesitaba hablar con su padre sobre un asunto importante.

Bulma se despidió de sus amigas Lazuli y Milk, quienes se fueron a sus casas tranquilamente. Luego, el oficial Gómez la acompañó a su hogar para hablar con su padre. Al llegar, fueron recibidos por el vigilante Phillips, que abrió la puerta. El Dr. Brief salió corriendo y abrazó a Bulma, claramente preocupado. El oficial Gómez le aseguró que Bulma estaba bien, pero necesitaba hablar con él a solas. El Dr. Brief le indicó a Bulma que se fuera a su habitación mientras él conversaba con el oficial.

Mientras se alejaba, Bulma se sintió nerviosa y ansiosa, preguntándose qué podría estar sucediendo.

- Bueno, oficial, ¿qué es lo que quería hablar conmigo?- preguntó el Dr. Brief, con la preocupación visible en su rostro.

- Verá, un hombre extraño intentó secuestrar a su hija mientras estaba con sus amigas en Burger King- explicó el oficial, con tono serio.

- ¿Qué? ¡No puede ser!- exclamó el Dr. Brief, preocupado.

- Pero no es cualquier hombre, Dr. Brief. Es un miembro de la Mafia Roja- dijo, mostrando la foto del atacante al Dr. Brief.

- Espera un momento, ¿ese hombre es un mafioso? ¿Por qué querría a mi hija?- inquirió, cada vez más alarmado.

- No tengo respuesta a eso. Estoy investigando a la Mafia Roja desde hace un año y ese hombre es uno de sus miembros.

- Esto me preocupa mucho, oficial Gómez. ¿Qué debemos hacer?

- Lo único que necesita su hija es un guardaespaldas que la proteja constantemente para que no vuelva a ocurrir un incidente como este.

- Está bien, oficial Gómez. Haré lo que sea necesario para mantener a mi hija a salvo.

- De acuerdo, Dr. Brief. Me retiro. Buenas noches.

- Buenas noches, oficial Gómez.

El oficial se marchó, y el Dr. Brief entró a la casa.

Llamó al vigilante Phillips y le pidió que se reunieran en la sala. Mientras tanto, Bulma se quedó en su habitación viendo televisión, confundida y preguntándose qué estaba pasando y por qué su padre parecía tan alarmado.