-27. Gran Final.-💟
Si ya se que dije que el viernes, pero me aburrí hoy así que aquí tienen.💛
Falta epílogo, ¿ok?
Instintivamente marque a la casa de Claudia. Uno, dos, tres, cuatro timbres... nada. Las manos y las piernas ya comenzaban a temblarme. Marque a su celular y rápidamente me mando a buzón.
Esto no estaba nada bien.
Opte por marcar el teléfono de Agustín, pero al igual que su madre, me mando a buzón.
¿DONDE DEMONIOS ESTABAN?
Comencé a sollozar. No podía salir y gritar como una loca en la despedida de Karol, ella debía disfrutar no tendría por qué agobiarla con mis sospechas de que Jorge estuviera con mis hijos o me estuviera vigilando. Debía calmarme y tratar de buscar una solución.
Mi celular comenzó a vibrar. Poniéndose el número desconocido en la pantalla, que ya sabía que era de Jorge. Así que conteste.
- ¿H-hola? - Hable más que asustada.
- Hola preciosa. - Mi respiración se agito un poco más. - Hay alguien que quiere saludarte.
- ¡Carolina lo lamento! ¡No supe que hacer! ¡Lo lamento mucho! - Claudia. Gritando. Llorando desconsoladamente.
Lo primero que se me vino a la mente fueron mis hijos. Mis hijos estaban con ese psicópata y temía mucho por ellos. La sangre se me helo al momento que supe que Claudia y mis hijos estaban en peligro.
- ¡Ya cállate! - Silencio. - Ahora sí... Bella y Eithan están dormidos muy tranquilamente, se ven tan tiernos mi niña. - Una lágrima corrió por mi mejilla. - No quiero lastimarlos Caro...
- Por favor no... - Susurre interrumpiéndolo. - Haz lo que sea conmigo, pero mis hijos no, por favor... - Soltó una carcajada.
- Ay mi linda Carito, si así lo quieres debes de seguir mi plan al pie de la letra. No le hablaras ni a Agustín, Karol, la policía o equis persona sobre esto, ¿quedo claro? - Solloce y dije un poco audible "si". - Vendrás a la casa de tu suegrita, y les inventaras que te sentiste mal. Al momento de llegar aquí, le dejaras una nota a Agustín y no te preocupes por su mamita, yo me encargare de que no intente sermonearte. Si haces algo que vaya en contra de mis reglas, tus hijos y la mama de la escoria no podrán tener un final feliz. Te adoro lindura, aquí te espero. - Y colgó.
Me pegue a una pared tratando de reflexionar en los últimos momentos lo que acaba de pasar. ¿Cómo llegue a esto? ¿Qué le hice para merecer tanto desprecio de su parte? ¿Qué quería de mí?
Mi celular volvió a sonar, esta vez la foto de Agustín y yo se encontraba en esa pantalla. Era él.
- Hola mi amor, perdón si no te conteste, se puso muy bueno el ambiente, ¿paso algo? - Contesto muy entusiasmado. No pude evitar que otra lágrima corriera por mi mejilla, mientras él no se imaginaba lo que estaba ocurriendo en la casa de su madre, en contra de ella, sus hijos y contra mí. - Amor, ¿estas ahí?
- Ah sí si, aquí estoy. - Trate de sonar lo más tranquila que pude mientras limpiaba las lágrimas que salían de mis ojos. - Me alegra que te la estés pasando bien, sigue divirtiéndote.
- Preciosa, te conozco perfectamente, sé que te ocurre algo. - Insistió y más lágrimas amenazaban con salir.
- Lo siento Agustín, te amo mucho mi amor, eres lo mejor que me pudo pasar en toda mi básica vida y quiero que sepas que siempre cuidare de ti así como de nuestros mellizos, son lo mejor del mundo - Y las lágrimas hicieron su aparición. - Cuida mucho a Eithan, que sea un caballero como tú, protege a Bella de los malos hombres y dile que siempre estarás para ella cuando te necesite, te amo demasiado Agustín Bernasconi.
- ¿Carolina que sucedió? Mi amor ¿qué está pasando? - Estaba preocupado. No podía articular ninguna palabra más así que decidí salir, ignorando todo a mí alrededor. Tenía que hacer esto rápido y no poner en riesgo a las personas que yo más quería. - Espérame ahí preciosa ya voy para allá. - Colgué.
Un taxi iba pasando y le hice la parada, le pedí que me llevara a la dirección de la casa de Claudia y en menos de 15 minutos ya nos encontrábamos ahí. Pague lo que el señor me indico y baje del carro. Debía darme prisa, en 30 minutos y contando, Agustín llegaría.
El portero no estaba, así que supuse que para Jorge fue más que fácil entrar. Abrí el portón de la casa y me dirigí a la puerta. Estaba entre-abierta y así subí al cuarto de los mellizos. Mis piernas temblaban, mis manos también, mis dientes hacían un chasqueo entre ellos y sentía que el corazón se me iba a salir con cada paso que daba.
La puerta estaba abierta, me detuve unos segundos para luego seguir caminando. Al entrar mis lágrimas salieron, tenía mucho miedo. Claudia estaba sentada en una silla de madera, amarrada de los pies y sus muñecas atrás de la espalda; sus bosa tenia cinta de un lado a otro con sus ojos rojos por tanto llorar. Mientras que Jorge cargaba a Eithan en sus brazos y Bella seguía en su cuna, ambos, dormidos.
- D-Dios mío, C-Claudia. - Camine hacia ella y me hinque para desatar la cuerda que ataba sus pies.
- Alto ahí lindura. - Me dijo Jorge al momento que me sujeto del brazo y me casi aventaba lejos de ella bruscamente. - En la mesita que está en ese lado. - Me dijo apuntando con su dedo índice a la mesa que estaba en el rincón de esta habitación a la cual me acerque lentamente a ella. - Coloque una hoja en blanco con una pluma a su lado y otra hoja donde anote lo que debes escribir. Y no debes de tardar, ¿me oíste? - Seguía llorando. Y me sentía morir con cada palabra que Jorge había escrito en aquella nota.
"Agustín B.
Sé que te has de preguntar porque razón me he ido así como así, dejándote a ti y a Bella y Eithan, pero la razón es más que obvia. Durante la estancia que tú estuviste en el hospital en coma, yo inicie una relación con Jorge, enamorándome de él perdidamente. Tal vez te niegues a creerlo, pero aquí te doy un ejemplo de ello, pues he decidido irme con el lejos, para vivir felizmente a su lado, dándome la alegría que tu jamás pudiste, puedes o podrías darme, quédate con los mellizos, puedo tener más hijos con Jorge y que realmente ame.
Te deseo lo mejor.
Carolina de López."
Era tan repugnante leer que yo no quería a mis hijos, yo los amaba con el corazón y hasta a mí me dolería leer algo así.
Mi celular comenzó a vibrar. Lo saque y limpie mis lágrimas para poder leer quien era. Agustín. Jorge me lo arrebato de las manos y con su mirada me hizo saber que ya debía iniciar aquella carta. Claudia gritaba ahogadamente para que no lo hiciera, pero al final, lo hice, sollozando con cada oración que terminaba de escribir. No quedaba tiempo debía alejar a Jorge de Agustín y mis hijos, ahora mismo.
- Termine... - Dije susurrando. Él se acercó a mí y me arrebato la hoja y comenzó a leerla para asegurarse de que así había sido.
- Muy bien lindura, ahora guárdala en el sobre azul, ya, se nos hace tarde y pégala con esta cinta en la puerta. - Lo hice sin protestar. - Muy bien. - Se acercó a mí y me pego a él juntando nuestros labios, a lo cual yo los apreté y el hizo el beso más duro y rudo, pero no le acepte. Me daba mucho asco. - Algún día lo harás y me pedirás más. - Dijo alejándose de mí para poner a Eithan en la cuna junto a Bella. - Nuestros bebes serán más hermoso, lo juro. - Se giró para sonreírme. Se acercó y me tomo de la mano pero no me moví.
- Solo déjame despedirme... - Suplique y el asintió frustradamente. Se acercó a Claudia y le quito la cinta. Luego se colocó en el umbral de la puerta y se quedó mirando hacia afuera.
- Por favor Carolina, no lo hagas, no lo hagas... - Dijo llorando y eso, eso me dio en el alma.
- Muchas gracias por tener a un hijo tan maravilloso Claudia, por cuidarme como una hija y querer demasiado a tus nietos, eres la mejor mama, amiga y abuela del mundo. - Me había hincado y la abrace. Ella lloro aún más y seguía pidiéndome que no lo hiciera.
Después me acerque a paso lento a la cuna de mis mellizos, que tal vez no volvería a ver jamás.
- Hola mis niños... Quiero que sepan que han sido realmente, las primeras personas que me encanto conocer y tener, quisiera verlos crecer, dar sus primeros pasos y oírlos hablar. Les prometo que si lo estoy haciendo es para cuidarlos, porque son ustedes y su papa lo más apreciado que tengo en el mundo. - Toque la cabecita de Eithan y luego de Bella. - Los amo mucho mis amores, mucho... - Y me reincorpore.
Jorge se acercó rápidamente y me tomo de la cintura mientras Claudia le grita suplicándole que no lo hiciera y haciendo que los mellizos despertaran. Sus llantos comenzaron a sonar por toda la casa, pero antes de que diéramos un paso más después de salir de la habitación escuchamos una voz, haciéndonos parar en seco.
- ¡Carolina! ¡Mama!
Sí. Agustín había llegado.
Jorge de inmediato saco un arma haciendo dar un grito de susto.
- ¡Sera mejor que te vayas Agustín! ¡Carolina me pertenece! - Grito. Yo solo pase saliva.
- Te equivocas Jorge. Ella es mía y será mejor que te vayas tú ahora mismo, la policía ya viene y no creo que quieras pasar el resto de tu vida ahí, aunque locos como tú merecen eso y más.
Entonces salimos por las escaleras. Jorge coloco el arma en mi sien izquierda haciendo que cerrara mis ojos.
- Si ella no es mía tampoco será de nadie más Bernasconi. ¿Que no entiendes que nos amamos? - Soltó una risa macabra.
- Eso no es amor Jorge, si en verdad la amaras dejarías que fuese feliz, con quien ella sea. - Abrí mis ojos y Agustín lo miraba fijo con las manos en alto. Ya casi llegábamos al primer piso y al pisar el último escalón alejo su arma de mí y apunto hacia Agustín.
- ¡Cállate! Es mía, maldito entrometido. - Cerré mis ojos y así jalo del gatillo haciéndome voltear mi rostro por el estruendoso ruido que sonó casi en mi oído. Causando en mi cabeza un sonidito que me impedía oír el demás ruido con claridad.
Y siendo sincera temía con lo que estaba a punto de ver.
Jorge se detuvo al llegar al primer piso. Gire mi cabeza y abrí mis ojos.
Agustín tenía un arma y estaba apuntando hacia nosotros. Ya no sentí más fuerza en mi cuello y pude alejarme un poco, viendo a Jorge con un pequeño agujero en su estómago. El me miro y luego apretó el gatillo, dándome a mí, en mi estómago por igual.
Escuchaba las sirenas de los carros de policía acercarse. Caí primero yo al suelo y luego Jorge casi a un lado mío.
- Por siempre juntos mi lindura. - Lo miraba con mis ojos abiertos y mi boca entre-abierta, llevando mis manos a mi estómago. Vi como su pecho dejaba de subir y bajar. El, estaba muerto.
Sentí unos brazos levantarme un poco. Agustín estaba ahí, arrodillado y llorando mientras llevaba una mano a mi mejilla acariciándola levemente.
- Mi amor, perdóname por no protegerte, perdóname por no haber llegado antes, debimos habernos quedado hoy en casa y esto no hubiera pasado, de verdad lo lamento, mi amor tienes que aguantar, todo va a estar bien, vamos a estar juntos y todo va a mejor, vamos a ver crecer a nuestros mellizos, te van a decir mama y me vas a ver enseñar a Eithan a ser todo un galán. - Sonreí y el hizo lo mismo. - Aun no te puedes ir mi preciosa, aun no. - Junto nuestros besos. Lo último que escuche fue entrar a todos los policías, lo último que sentí fue los labios de mi Agustín besándome. Y todo se oscureció, no sentía nada, no escuchaba nada, no veía ya nada.
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Abrí lentamente mis ojos y ahí estaba en una habitación color azul celeste, en una camilla. En un hospital.
Gire mi cabeza y vi que Agustín estaba en un sillón, dormido. Mire mi estómago y había una gasa con sangre ya seca. Estaba viva.
- Agustín... - Hable haciéndolo abrir sus ojos y se acercó a mi rápidamente.
- Mi amor, estas bien, llamare a un doctor espérame... - Salió de la habitación y yo me senté en la cama. Llego el doctor con Vicent, Claudia, Karol con Eithan en brazos y Ruggero con Bella, Agustín venia pisándole los talones al Doctor. - ¿Ella ya está fuera de peligro?
El doctor checo algunas cosas y confirmo luego de unos eternos segundos.
- Gracias a Dios. - Dijo Claudia con un alivio. Vicente la abrazo y Claudia le acepto el abrazo.
- Amiga me alegra mucho que estés bien. No sabes lo preocupados que estábamos todos. No vuelvas a ocultarme cosas así Carolina. - Me dijo Karol sentándose a mi lado. Le sonreí y nos abrazamos con sumo cuidado.
- Me alegra saber que mi nueva hermana ya se encuentra mujer mejor y por fin despertó. Agustín no se ha querido salir de esta habitación durante toda la semana. Tus mellizos también te echaron mucho de menos. - Me dijo Ruggero, me reí y luego me abrazo por igual con... esperen ¿una semana? Borre mi sonrisa y me dirige hacia Agustín.
- ¿Una semana? - El sonrió y asintió. Se acercó y me planto un apasionado beso. Tome su cara entre mis manos para acercarlo más a mí.
- Seguimos aquí hijo. - Dijo Vicent incómodo. Nos separamos y pude sentir mis mejillas arder.
- Estoy tan feliz de que ese hombre no te haya matado, eres como una hija para mí y te quiero mucho. - Me dijo Claudia sentándose del otro lado y dándome un beso en la frente.
- Gracias Claudia. Te quiero también mama 2. - Le sonreí y ella también.
- Bueno hay que salir de aquí, Agustín lleva mucho planeando esto. Vamos. - Fruncí el ceño.
- ¿De qué hablan? - Todos miraron a Agustín y este rasco su nuca nerviosamente.
- Pues... ¿Podrían dejar a Bella y Eithan con nosotros? Ellos también son parte de la sorpresa. - Karol asintió y me dio a Bella. Ruggero le dio a Eithan a Agustín. Luego todos salieron muy felices. Yo estaba muy nerviosa. - Bueno, sigamos. - Suspiro y yo reí.
- ¿Que sorpresa es amor? - Dije cuando Agus se sentó a un lado conmigo.
- Creo que Bella tiene calor, hay que quitar la cobija. - Reí por su "cambio de tema" y asentí. Le quite con sumo cuidado la cobija y al momento de que Bella solo quedara con su pañalerito rosa, me quede en shock.
Su ropita decía en letras blancas: ¿QUIERES CASARTE CONMIGO?
Comencé a llorar de alegría, lleve mi mano a mi boca y Agustín rio.
- ¿Es un sí o un no? - Hizo un puchero y lo voltee a mirar. - Eithan también tiene algo que darte. - Le quito la cobija a Eithan y traía colgando la sortija en el listón de su chupón. Se hinco y ahí me volvió a hacer más feliz.
- Carolina Kopelioff, ¿aceptas casarte conmigo y ser oficialmente la señora Bernasconi? - Llore aún más de pura felicidad. Asentí rápidamente.
- Claro que si mi amor.
Se levantó y nos besamos tierna y apasionadamente. Haciendo de mí, la mujer más feliz del mundo.
Pego nuestras frentes y susurro.
- Y pensar que solo eras Mi Gran Tentación. - Y volvimos a besarnos.
Gracias en verdad por todo angelitos, las quiero muchísimo💘
- A.A.M. -💟🔥
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