°17°
-Aquí tienes, Carolina. -La voz de Martha hizo alejarnos. Limpié rápidamente mis lágrimas y tome el kit. Saque alcohol y algunos algodones, junto con curitas y pomada.
-Preparale un té para la borrachera, nana. -Ella asintió y se fue de nuevo a la cocina.
-Lamento que esto haya pasado, Carolina. Agustín puede ser un idiota, pero jamás lo ví tan mal. -Una lágrima corrió por mi mejilla, mientras limpiaba la sangre de algunos cortes que Agustín tenía en el rostro. Él parecía estar perdido entre algunos objetos de la sala, pero sabía que estaba escuchando.- Solo necesitan charlar. Sé que debería estar hecho rabia por haberse metido con mi prima, pero... Conozco a Carla.
-Si, hablaré con él. -Él soltó un suspiro de alivio.- Creo que ya puedes irte, Rugge.
Él asintió y se acercó a mi para darme un abrazo, yo se lo devolví.
-Él te ama mas que a nada. -Susurró y luego se alejo hacia la puerta.- Adiós, Martha.
Me gire para volver a ver a Agustín. Él tenía su cabeza entre sus manos, sus codos se apoyaban en sus muslos. Acerqué lentamente mi mano a una de las suyas, pero él no se inmuto.
-Agustín... -Susurré, pero los pasos de Nana corriendo con el té en manos me interrumpieron, para luego entregármelo.- Gracias. Puedes irte a dormir, nana. Yo lo cuido.
-Esta bien, descansen. -Y se fue hacia su habitación.
-Agus... -Lo jale y levanto su vista hacia el frente.- Toma el té... -Se lo ofrecí pero él no me volteó a ver.- Cariño, Mírame. -Rápidamente me volteó a ver, sorprendido por llamarle cariño.- Tomalo, por favor.
Lentamente, pero seguro, tomó la taza y bebió de ella. Acaricié su cabello.
-¿Te duele algo? -Negó con la cabeza.- Igual mañana vamos al doctor, que te cheque las heridas.
-No. -Su voz sonó ronca y un escalofrío me recorrió.- Perdoname.
-Te perdono, Agustín. -Él volvió a mirarme a los ojos. Mi voz había salido quebrada y es que no podía vivir sin él.- Vamos a dormir.
Jale de su mano y él se levantó. Pero me jaló hacia él juntando nuestros pechos. Su boca quedó muy cerca de mi, su aliento era una combinación de cualquier tipo de alcohol.
-Solo si duermes conmigo. -Lo miré a los ojos y ví que él también estaba viendo mis labios.
-Si, Agustín, vamos. -Volví a seguir mi camino hacia nuestra habitación.
Al llegar, él se quitó su chaqueta, camisa, zapatos y pantalón. Dios santo, me la esta poniendo más que difícil.
Se acostó y yo me acosté a su lado. Él me abrazó y coloqué no cabeza en su pecho. Me sentía cómoda, amada y protegida. Como él siempre lograba hacerme sentir.
Deposité un beso en su pecho y pude sentir como se removió.
-Te amo tanto, Carolina. -Susurró. Cerré mis ojos dispuesta a dormir.
-Yo también te amo, Agustín. -Le susurré luego de unos minutos. Él me abrazó mas fuerte y dio un beso en mi cabeza. Me giré para poder verlo a los ojos.
Su aliento chocaba contra mis labios, pero ya no olía tanto a alcohol. Y entonces, me besó. Lento y apasionadamente, como solo Agustín Bernasconi sabía besarme. Le devolví el beso con la misma intensidad.
Se colocó sobre mí sin dejarme todo su peso encima, continuamos besándonos durante unos minutos que fuerom la gloria para mí. Sus besos fueron bajando por mi mandíbula hasta mi cuello, donde torturo la piel de aquel lugar dejando algunas marcas. Un leve gemido salió de mis labios, lo necesitaba, y él a mí. Pasé mis manos por su pecho que estaba cálido, volvió a besarme y llevó sus manos a el final de aquel vestido corto de algodón que yo llevaba para dormir.
Más no tiraba de él, sabía que estaba dudando entre hacerlo o no, sabía que esto estaba yéndose más lejos de lo que podríamos parar, una vez fuera mi vestido, nada nos detendría.
Él se alejó de mis labios para poder verme a los ojos, anhelando que yo afirmará esto que estaba apunto de comenzar.
-Caro, dime que pare, por favor... -Murmuró con la voz agitada. Volví a besarle tiernamente.
-No quiero que pares, por favor, necesito que me ames de nuevo. -Susurré con la voz entrecortada, y es que el nudo que estaba en mi garganta no me dejaba hablar. Mis ojos picaban por las lágrimas que estaba reteniendo.
-Yo ya te amo, Caro... -Le interrumpí
-Demuéstramelo, necesito tus caricias, te necesito a ti. -Las lágrimas no tardaron en deslizarse por mis mejillas coloradas.
-Y yo a ti, mi amor. Pero, ¿el bebé? -Limpió mis lágrimas con sus pulgares y dio un corto beso en mis labios.- No quiero lastimarte.
-Tendremos cuidado, no pasará, ya lo verás. Agustín, -Me miró fijamente.- Hazme el amor.
No lo pensó mucho y volvió a besarme, pero esta vez, si me quito aquel vestido, ambos estábamos solo en ropa interior, hasta que yo me giré y me posicioné a horcajadas de él, pero sin dejar de besarle. Llevó sus manos a mi espalda y la acarició, luego busco en broche de no sujetador y lo desabrochó.
Resbalo los tirantes por mis brazos y lo aventó por algún lado de la habitación. Volvió a girar para de nuevo quedar arriba de mí. Pero bajo sus labios a mis pechos, primero besó uno y luego otro.
Comenzando a lamer y chupar cada uno de estos.
-No sabes cuanto te extrañé, amor. Eres tan hermosa. -Susurró y yo gemí.
Con ayuda de mis pies quité aquel bóxer que me impedía sentirlo completamente. Rió levemente.
-¿Estás desesperada, cariño? -Me reí y lo mire. Sin pensarlo, volví a quedar arriba de él con un movimiento rápido pero cuidadoso.
-No tienes idea. -Volví a besarlo y pude sentir como sonreía, a lo cual yo imité su acción.
Comencé a bajar por su cuerpo depositando besos en su pecho y estómago, hasta llegar a su preciada posesión. Gimió. Metí su miembro en mi boca y comencé a chuparlo y lamerlo. Él colocó sus manos en mi cabello y me empujaba dentro.
-Joder, Carolina. -Habló entre dientes y volvió a gemir.
Algunos minutos después pude sentir que se iba a correr, pero no señor. Me detuve y él emitió un quejido. Me miró un poco enojado.
-¿Estás desesperado, mi cielo? -Utilicé las mismas palabras que él dijo jace algunos momentos. Reí y él sonrió sin poder evitarlo.
-Vamos a ver quien juega mejor. -Susurró, desconcertada por sus palabras se abalanzó sobre mi para besarme y casi caímos de la cama, él nos acomodó y retiró mis bragas en un santiamén para luego meter dos de sus dedos a mi sexo. Gemí y sujete su brazo con fuerza.- Mmm, estás muy húmeda, preciosa.
Dejo de besarme. Bajo si boca a mi sexo y dio una lamida.
-Agustín... -Gemí.- Dios...
-Sabes muy bien, cariño. -Sentí como comenzó a torturarme con su lengua, chupando pero sin sacar sus dedos que aún seguían dándome placer. Cuando estaba a punto de llegar al clímax el paro.- Prefiero que te corras conmigo, amor.
Lo fulmine con la mirada y él rió. Volvió a besarme y pude sentir su miembro en mi entrada. Mis gemido fueron callados por los besos apasionados que él me daba.
Y entonces fue entrando poco a poco en mí. Ambos gemimos.
-Me encantas, cariño. -Susurró.- Te sientes increíble.
Comenzó a darme embestidas lentas y profundas.
-Te amo. -Susurré y volví a atacar sus labios, donde nuestras lenguas comenzaron a juntarse entre sí.
-Yo también te amo. -En unos minutos sentí como se tensó y todos sus jugos entraron en mí. Llegué al clímax con él.
Se giró hasta quedar él de espaldas en la cama y yo sobre él. Ambos tratando de recuperarnos de esta magnífica y placentera noche. Nuestra respiración era muy agitada. Nos acomodamos en la cama y Agustín nos tapó con una sábana. Me llevó a su pecho y yo deposité un beso en él.
-Descansa, mi amor. -Susurró y dio un beso en mi mejilla.
-Tu igual, cielo. -Susurré y luego quedé profundamente dormida con una sonrisa en mi cara.
Hace mucho que no hacía un capítulo hot.😏🔥
¿Creen que Caro y Agustín ya se hayan reconciliado con esto?😓
Ya tengo mi próxima novela y muero por presentárselas se llama "Mi Destino, Eres Tú", pero me gustaría terminar primero esta. Creo que quedan como 10 capítulos o inclusive menos. Yo les aviso.
Graciaaaas por todo💛💛 Nos leemos pronto💛
- A.A.M. -💟🔥
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