°13°

Narra Carolina:

Creo que la felicidad iba mas que plasmada en mi rostro. Decir que estaba muy contenta e ilusionada con un nuevo bebe en la familia era poco. No sabría como Agustín lo tomaría pero no podía esperar, le pedí a Gastón que me llevará de favor a la empresa Bernasconi y en este instante faltaban poco minutos para llegar.

Llamé a Karol para contarle y ella tardó solo unos segundo en atenderme.

-Heeey amiga, ¿qué pasó? -Reí.

-Pues nada fuera de lo normal. ¿Recuerdas que hoy tenía la cita con mi ginecóloga?

-¡Dios no! No me digas que olvide decirte que no podía. -Ella jamás dejaría de ser tan distraída. Solté una pequeña risa.

-No, Karol. Me enviaste un mensaje días antes, así que tranquila. -Soltó un suspiro de alivio.

-Ay que bueno, ¿Entonces si fuiste?

-Si, me encontré con Gastón saliendo y él decidió acompañarme. -Una sonrisa se expandió por mi cara y la de Gastón también.- Karol, yo...

-¡Dímelo ya! -Gritó emocionada.

-Estoy embarazada. -No escuché a Karol durante unos segundos.- ¿Karol? ¿Sigues ahí?

-¡DIOOOOOS, CAROLINAAAA! ¿Voy a ser tía de nuevo? ¡FELICIDADES, AMIGA! -Reí.

-Gracias, gracias.

-¿Ya le contaste a Agustín? ¿Cómo se lo tomó? -Preguntó aún con cierta emoción.

-Emm... No, aún no lo hago, pero ya voy para su oficina. ¿Te parece si nos vemos allá? Y por favor, aún no le cuentes a nadie. Eres la única que lo sabe. -Gastón hizo una tos falsa.- Bueno, y Gastón.

Karol rió.

-Tranquila, tu secreto está a salvo. Pero si, nos vemos allá. Te quiero mucho embarazada. -Solté una carcajada.

-¡No me llames así! Nos vemos, también te quiero enana. -Colgué antes de que me contestará.

-Hemos llegado, linda. -Asentí y me despedí de él con un beso en la mejilla.

-Gracias por acompañarme y traerme. Eres un gran amigo. -Él me regaló una sonrisa y yo le devolví el gesto.- Nos vemos.

Salí de su camioneta y me dirigí a la entrada donde Mildret se encontraba.

-Hola Mildret. ¿Agustín está aquí?

-Si cariño, se encuentra en su oficina. -Asentí y le agradecí.

Aparte de feliz, muy amable.

Presioné el botón del elevador y me adentré a él. Pero antes de que la puerta se cerrará, una mano lo detuvo.

-Ruggero, casi me matas del susto. -Él rió.

-Perdón Caro, tengo que llevarle unos papeles a Agustín. Pero, ¿tú, qué haces aquí? -Sonreí.

-Le traigo una sorpresa a Agus. -Me encogí de hombros.

-¿Y qué es?

-Algo que sabrás pronto. Por cierto, Karol viene hacia acá también.

Él asintió y en ese momento se abrieron las puertas del elevador. Estaba ansiosa.

Narra Agustín:

Cuando estuve a punto de follar con Carla me detuve, pensé en Bella y Eithan, ellos jamás me perdonarían esto. Así como Carolina. Un pequeño flashback llegó a mi mente.

"-Necesito que me acompañes a un negocio este martes, amor.

-No puedo Agustín, tengo que ir a comprar algunas cosas. Lo siento. -Depositó un beso en mi mejilla.

-¿Y qué cosas? -La tomé por la cintura y le di algunos besos en su cuello.

-Tengo que ir al ginecólogo, recuerda que son mis visitas de cada mes para saber si estoy bien y no tengo algún problema o enfermedad.

-Puedes faltar solo ese día, por favor... -Ella rió y me dio un suave beso en los labios.

-Lo siento, mi amor, pero no puedo. Te prometo que te recompensaré, ¿vale? -Susurro coquetamente.

-Mhm, acepto. -La volví a besar y ella rió. ”

Por esa razón ella había cancelado acompañarme, por eso Gastón la había acompañado y yo como idiota estuve apunto de cometer un error gigante. No, no, no. Que idiota, que idiota que fui. Ella jamás me lo iba a perdonar.

-¿Qué pasa, cielo? -La voz de Carla me hizo reaccionar. No debía hacer esto, no debía. Me separé un poco y me puse el bóxer.

-Yo... Lo siento no, Carla esto estuvo más que mal. -Intenté alejarme pero fallé, haciendo que Carla quedará encima mío cuando caí al suelo.

En ese instante, todo se fue a la reverenda mierda. La puerta de mi oficina se abrió. Dejándome ver a Ruggero y mi esposa... Mi Carolina, mi amor eterno.

Ella llevó sus manos a su boca y sus ojos pronto se llenaron de lágrimas. Lo he arruinado todo. 

Narra Carolina:

Él me había engañado con la persona que mas despreciaba en este mundo. Carla.

Ella estaba casi desnuda, encima de él, que también estaba casi desnudo. Sentí tanto asco y quise alejarme lo mas pronto, pero torpemente tropecé. Ruggero me tomó por los brazos antes de dejarme caer. Nadie decía nada.

-Caro... Yo, puedo explicarte ¿vale? No es lo que piensas... -Él respondió mas que nervioso, se separó de Carla y comenzó a vestirse. Por supuesto que era lo que yo pensaba.

-¿Ah no? ¿Me vas a decir que ella te beso y te desnudó? ¿Qué te obligó? -Lágrimas corrían por mis mejillas y mi mente no dejaba de pensar en mi bebe. Nuestro bebe. Nuestro hijo o hija.- Me das asco, Agustín.

-Carolina, será mejor que nos vayamos de aquí. -Habló Ruggero entre dientes pero con un tono calmado.

-¡No, Ruggero! Carla vete, estás despedida. Rugerro, dejame hablar con ella, por favor, necesito explicar. -Agustín rogó. Yo reí sarcásticamente.

-¡No quiero que me expliques nada, Agustín! -Grité furiosa.- Y quiero el divorcio, no quiero verte jamás, jamás. Te desprecio tanto, tanto. Te odio Agustín Bernasconi.

Me separé de Ruggero y me dirigí al elevador. Los gritos hacia mí de Agustin, estaban de más. Las lágrimas no dejaban de caer por mis mejillas y mi corazón dolía. Mi cabeza dolía y sentía como empezaba a marearme, pero lo que menos quería hacer en este momento, era seguir aquí.

Ya iba a entrar al elevador cuando una mano en mi muñeca me hizo girar. Agustín me tomo con un brazo de la cintura y con la otra agarro mi cara. Él estaba luchando contra dejar las lágrimas caer.

-Solo escuchame, mi amor, solo eso. -Yo intentaba safarme pero él era mil veces más fuerte que yo.

-Sueltame Agustín, sueltame. -Él me abrazo, llevando su cabeza a el hueco de mi cuello y así, dejando fluir sus lágrimas. Yo dejé de moverme, un repentino mareo me hizo ver borrosas las cosas.

-Perdóname, mi amor. Sé que acabo de cometer un error tremendo y... -Lo interrumpí.

-Agustín, me siento muy mal. Me duele la cabeza... -Él se alejo para mirarme preocupado.

-¿Qué pasa, mi amor? ¿Qué sientes?

Mi cuerpo comenzó a sentir pesado para mis piernas, me sentía muy débil.

-Nuestro bebé... -Murmuré y de repente, todo era negro. No escuché, no ví y no sentí nada más que los brazos de Agustín tomándome con fuerza para no caer.


¡Hola!💟

Si lo sé, tarde. Pero ya estoy aquí. Les invitó a que me dejen algunas preguntas, las que deseen de lo que sea, yo les contestaré en MI BLOG✨ que ya se encuentra en mi bio. Este capítulo si me puso muy sad. Nos leemos pronto angelitos, gracias por sus votos.
META: 100⭐ y 30💬
Y subo otro cap.👅

-A.A.M.-💟🔥

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