Cap 23

Los rayos del sol atravesaban la ventana y alumbraba tenuemente la habitación de Mark, dormían plácidamente, como ya había pasado la semana ese día se tenía que levantar para ir al colegio y como no podía ser de otra manera el "despertador" hizo su efecto.

Mark: mm, sigue, no pares.

Fran: me parece que ya sé por qué parte provocarte.

Mark: en serio quieres provocarme?

Fran: si, igual que ahora.

Mark: pues entonces, tienes que agárrame con esta mano aquí –la coloca en su pecho- y con la otra agarra aquí abajo –la coloca en su entrepierna.

Fran: te gusta?

Mark: me provoca, es diferente.

Fran: jeje, eso es más pequeño que el mío.

Mark: -sonrojado- tengo que recordarte la diferencia de tamaño entre los dos?

Fran: no te pongas así cachorrito, ya sé que soy mucho más grande que tú y que todo en ti y en mí es proporcional.

Mark: al menos lo recuerdas, es un avance.

Fran: cómo voy a olvidar algo tan obvio como que te gustan los chicos grandes?

El joven se puso colorado hasta las orejas, bueno, era cierto pero eso no significaba que en el pasado hubiera tenido "relaciones" con otros chicos de tamaño estándar, no con el gran tamaño que tenía Fran, claro que culpa suya por hacerlo así.

Mark: me voy a la escuela, lo de siempre, no abras la puerta, el teléfono si es el número de Carlos y nada de llamar a otros. Intenta no hacer ruido cuando venga gente y por nada del mundo te dejes ver. Entendido?

Fran: si –le da un beso en los labios- cuídate.

Mark: si, grandullón.

Fran: adiós, cachorrito.

Habiendo llegado a la escuela no pudo evitar ser golpeado por uno de los matones del colegio

Mark: auch!

Tiburón: que pasa cerebrito, te crees muy listo como para no asistir a clases?

Mark: -adolorido- eso...no es asunto tuyo.

Mono: ya claro lobo bobo, suéltalo si no quieres que te demos una paliza que no quieras volver a vivir.

Mark: no te lo voy a decir.

Al instante los dos golpearon al lobo que cayó con un fuerte dolor de estómago provocado por el golpe.

Cebra: uhhh, el lobo va a llorar.

Mark: llorar yo? Hace demasiado tiempo que frecuento el terrible dolor que me habéis causado, para que aun pueda mojarme los ojos, he conocido esta sensación mucho antes de lo que ustedes empezaron a provocarla.

El tiburón y el mono agarraron a Mark y se lo llevaron detrás de la escuela, donde lo arrojaron al suelo, golpearon y lo tiraron por un hueco que había para bajar hacia otra calle, una caída de tres metros y medio de altura que de seguras nadie hubiera seguido de una pieza, él no fue la excepción.

Tiburón: -tono burlón- ahora ya no me importa lo que te haya pasado, solo ten memoria para la próxima vez y evita ser humillado de esa manera.

El pobre lobo se levantó como pudo, sentía un inmenso dolor en las piernas, no había tenido una buena caída y el resultado era peor luego de la paliza. Como pudo llamó a Carlos, pero las clases habían empezado y sin muchas opciones, decidió caminar hasta su clase.

El dolor era insoportable, aunque se mantuviera de pie no podía caminar, nuevamente paralitico. El tiempo pasaba lento y sus esfuerzos por llegar a clase se volvían fracasos, pero por suerte pasaba un joven que llegaba tarde y pudo pedirle ayuda.

Mark: PSS! Eh, tú!

Gato: eh? Yo?

Mark: si, acércate por favor.

El gato pudo llegar a donde estaba el lobo y se sorprendió al verlo.

Mark: me podrías ayudar emm, necesito esos dos palos de allá y... necesitas los cordones de tus zapatos?

Gato: ahora te los traigo –trae los palos- y en cuanto a los cordones, pues no, ahora me iba a cambiar de zapatillas y dejarlas en el contenedor de reciclaje.

Mark: gracias. También podrías ayudarme a ponerme de pie?

Nada más terminar de hacer sus "muletas" improvisadas, el gato le ayudó a ponerse en pie y se despidió para poder irse a clases, Mark subió como pudo las escaleras y anduvo hasta llegar a su clase.

Profesor: llega tarde.

Mark: ni lo mencione.

Carlos: llegando tarde en tu primer día de clase después de tu expulsión?

Mark: no estoy...-se aguanta el dolor- de...humor.

Carlos: que te pasa? Porque de esos palos en las piernas?

Mark: por nada.

Carlos: no me digas que...

Mark: paralitico, de nuevo. Pero como ya te dije, solo será por ahora. En cuanto llegue a casa me tomaré el "Suero H" y como nuevo.

Las clases pasaron lento, la hora del descanso perro y lobo la pasaron en la clase, Mark pudo andar un poco para que no se le durmieran los pies pero apenas daba un paso y el dolor se hacía presente.

Mark: arhg!

Carlos: no estás bien, necesitas tomarte el suero ya!

Mark: si, pues ya me dirás como si no lo llevo encima.

Carlos: que te lo traiga Fran.

Mark: ni de broma, no voy a permitir que lo vean.

Carlos: a propósito del tema, ya has hecho avances? Me dijiste que sí.

Mark: recuerdas el día que te pedí que cuidaras de él que tenías una cita?

Carlos: si, paso algo?

Mark: nos fuimos al parque después de eso, compró un helado para cada uno y al terminarlos, él tenía el labio manchado de chocolate. No se me ocurrió otra cosa mejor que lamerle y no tuvo suficiente con eso que agachó la cabeza y me dio un beso. No solo eso, al día siguiente después de ir al cine me besó, y el lunes pasado le pregunte si podía repetir lo del sábado y pues me besó.

Carlos: estoy pensando en que ya lo has conseguido.

Mark: -sonrojado- duerme conmigo, me besa por el cuello, nos besamos de vez en cuando y esta mañana le he dicho que me pone que me agarren ahí abajo.

Carlos: -sorprendido- wow, el lobo ha sacado su fiera, bueno los, porque ambos sois lobos. Y el macho protege a su doncel.

Mark: -como un tomate- no digas eso, me da vergüenza. Sabes, me he enamorado.

Carlos: felicidades, has conseguido tu objetivo.

Mark: la mitad, recuerda que ahora él tiene que sentir lo mismo por mí, y creo que actúa como un niño pequeño, que lo hace porque me gusta.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top